¿De qué manera intentáis hacer llegar ese mensaje de positividad con ‘Smile & Dance’?

“El sueño sería que llegáramos a todos los festivales y cadenas de radio y que todo el mundo escuchara nuestras canciones por estos canales, pero hoy en día, sin mánager y sin sello discográfico, la verdad es que es muy difícil. Sin embargo, al mismo tiempo seguimos conociendo gente en los conciertos y uno a uno se van convirtiendo en fans y el mensaje se va compartiendo. La mejor manera de asegurarnos de que nuestro mensaje llega a cualquiera es crearlo y vivirlo en nuestra propia piel, para después transmitirlo con acciones y energía y que el mundo se dé cuenta”.

¿De qué manera sientes que habéis avanzado con este álbum?

“Es un EP muy especial porque en realidad es un viaje que incluye muchas facetas del camino Spangle, así como de los miembros de la familia. El grupo ha cambiado mucho en los últimos dos años, sobre todo por el guitarrista y el bajista, pero también porque hemos tocado las canciones en Europa con varios formatos y en lugares muy diferentes, desde garitos punkies perdidos hasta sitios más pijos con mucha gente, como cuando teloneamos a The Libertines.

Cada canción tiene un mensaje e historia bastante clara y específica. Tocamos estilos muy diferentes pero a la vez conseguimos algo que es muy nuestro, como un hilo que nos une en la familia Spangle. Es difícil explicar, pero siento que ya en los últimos dos temas nos estamos acercando más a nuestro sonido”.

¿Qué criticáis en “Rats”, quizás la más reivindicativa?

“Es una crítica de ‘The Rat Race’, que es una frase inglesa que habla sobre la monotonía diaria, sobre que la gente vaya corriendo de su trabajo a casa y de casa a su trabajo. Esas personas saben que no son felices (o quizás no sienten nada), pero no se paran a pensar en cambiarlo, siguen dormidas, están atrapadas en un sistema que les hace pensar que tienen libertad y poder de decisión, sin darse cuenta de que en realidad son prisioneras.

A veces nos sentimos raros por no encajar e incluso a veces intentamos ser como los demás, pero si eres inteligente, sensible y tienes contacto con la creatividad, te das cuenta de que es imposible vivir así. Por ese motivo gritamos, ‘we don’t play their game, dirty Little rats!’ (ndr: se traduciría como ‘no jugamos a su juego, pequeñas ratas sucias’). Ahora, con la histeria del coronavirus podemos ver perfectamente cómo funciona este sistema”.

El 13 de marzo arranca vuestra gira por España, ¿qué puede esperar la gente de estos conciertos y por qué deberían acudir?

“¡Qué ganas! Que vengan todos, especialmente la gente que no tiene barreras para la diversión. Los conciertos son para mí una oportunidad de compartir a un nivel puro y real nuestra música, nuestra filosofía y de conocer gente. Hay mucha gente amargada y pendiente hoy en día de lo que es guay o no. Eso a nosotros nos da igual, hacemos buena música y el show está lleno de amor y energía. Nos gusta hacer que la gente se sienta bien y la mayoría de comentarios que recibimos después de los shows van en esa línea, porque intentamos incluir al público en el concierto; eso para mí es fundamental”.

¿De dónde surge la idea de hacer una canción basada en el Museo del Jamón? ¿Algún otro lugar de España al que quisieras dedicarle una canción?

“Mmm… ¡jamón! Primero, porque me encanta el jamón, y segundo, porque cuando llegué aquí, me pareció increíble el nombre ‘El Museo del Jamón’, que siempre estaba lleno de guiris como yo flipando con las patas de cerdo colgando. Eso no se ve en todos los países, ¿eh? Hice una canción sobre el Camino de Santiago el año pasado…”.

Los rumores ya sabes cómo son… ¿Es cierto que decidiste marcharte de Inglaterra por la prensa y por tu hermano, el cantante Pete Doherty?

“Tú deberías saber que no puedes creer nada de lo que lees en los periódicos (risas). Es cierto que nos hacía la vida muy incómoda pero, en realidad, yo siempre iba y venía de Londres. He vivido en Corea del Sur, El Salvador… y venía a Madrid de camino a México, la verdad. Siempre ha sido mi sueño vivir allí, pero el plan de quedarme aquí seis meses… ¡se han convertido en 15 años!”.

Has impartido también clases de inglés bajo el nombre de “Shake, Rattle& Roll”. ¿Nos podrías contar más acerca de este proyecto?

“Sí, es un grupo que tengo para padres y bebés de hasta cinco años que doy dos veces a la semana, los miércoles en Lavapiés de 6 a 7 de la tarde y los viernes en Malasaña de 12 de la mañana a 12:45. Más que una clase, ¡es una fiesta para familias!”.

En “New YearsRevolution” habláis de esos propósitos que nos hacemos para Año Nuevo. ¿Qué propósitos tiene la banda para 2020? ¿Y AmyjoDoherty?

“Me encantaría viajar más con la banda, tocar en festivales, hacer llegar nuestra música lo más lejos posible… México, por ejemplo, sería un sueño total, así como ganar algo de dinero con la música, que sería un gran alivio, porque ahora mismo es muy complicado y creo que con dinero podríamos ayudar a muchos amigos artistas también.

Personalmente, aunque a lo mejor suena un poco cursi, me gustaría conocerme más y conectar de manera más profunda con quien soy. ¡Creo que en el fondo, por eso estamos aquí!”.

¿Qué es, para ti, ser revolucionario/a?

“Ser abierto y ser capaz de detectar cuando no estás bien, aunque todo el mundo diga que sí. Estar abiertos a cambiar es lo más revolucionario que se puede hacer”.

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