Entrevistas |Steve Vai
«Si tuvieras una vida sin desafíos te volverías loco, así es como se crece»
Por: Nacho de Carlos (Lujuria)
El genio que todo lo que toca lo transforma en música.
Nacho de Carlos, guitarrista de Lujuria y anteriormente de Ñu o Silver Fist, y autor del libro 'Armonía jazz aplicada al rock, heavy, thrash', fue el encargado de hablar con Steve Vai en su reciente visita a nuestro país. Él mismo nos narra la experiencia: Esa tarde habíamos quedado para la entrevista a las 15:00, pero un problema con el autobús de Vai retrasó la cita hasta las 20:00. Cualquiera habría llegado nervioso y sin ganas de atender a los medios, pero no fue el caso de Steve. Estuvo muy tranquilo y se mostró con un tono muy relajado y agradable. Los problemas y el cambio de planes a veces te regalan momentos muy valiosos. En esas cinco horas de espera gané a dos nuevos amigos: Jordi Pinyol, guitarrista catalán afincado en Madrid; y Lorenzo Sanz, encargado por parte de la discográfica de Vai en España. Estuvimos cinco horas con una charla tan agradable como interesante. Si todo hubiese ocurrido como lo imaginábamos esa mañana al despertar, el día no habría sido tan especial. Llegado el momento, esto fue lo que hablamos con Steve Vai.
Enhorabuena por el disco. La guitarra que has mandado construir es sensacional. Sólo un genio podría pensar en algo así. Explícanos el proceso de fabricación de Hydra.
"La idea me vino hace 10 años. Me encantan las guitarras, tengo muchas. Quería tener algo más exclusivo. Pensé, que con un modelo diferente a todo podría hacer algo interesante, que ofreciese otro matiz nuevo. Hace cinco años que me decidí a materializarlo".
Querías tener un reto para componer algo impensable con los instrumentos conocidos.
"Algo así. Inicialmente, la idea era hacer tres discos de doce canciones cada uno, cada canción de unos tres minutos y medio. El primer disco, sería con un tono más limpio. El segundo disco, en una honda más Steve Vai, y el tercero más heavy. Quería hacerlo con un solo instrumento. Quería aunar guitarras de siete cuerdas, de doce, arpa, bajo con y sin trastes, sintes, diferentes tipos de pastillas, cambios de fase, etc. Hice una base de batería y empecé a tocar, imaginando lo que haría con un modelo que tuviese todo eso… y esperé a que el universo me marcase el próximo paso a seguir".
Las ideas van unidas a una imagen. ¿Qué escenario te vino a la cabeza? ¿Cuál fue la visión?
"¡Cierto! Me imaginé en una película de Mad Max, entrando al desierto y tocando con mi guitarra con mi banda. El desierto estaba en llamas".
Ahora que lo dices, sí que tiene un diseño a lo Mad Max. ¿Le comentaste este matiz a Moti Kashiuchi, Kazuya Kuroki y Hiorata Nomura? (Los ingenieros de Ibanez).
"Sí, claro. Todas estas ideas se las pasé en un mail a los constructores. Al presentarles el proyecto, se emocionaron. Me fueron enviando bocetos de cómo iba todo el proceso. Las fotos que me mandaron eran salvajes. Eso me ayudaba a la hora de decirles todo lo que había que ir cambiando. Más tarde me mandaron una maqueta a tamaño real. Me ayudó a la hora de ver si sería mejor cambiar algunas cosas de sitio para controlarla más fácilmente. Les hice unos últimos apuntes y vi que era el diseño perfecto. Sabía que la podría tocar perfectamente. A ese prototipo lo llamé “haina”, aunque no estaba terminado, sentía que era lo que yo quería. Finalmente, la guitarra se terminó. Cuando me llegó a casa no podía creer lo que veía, era una perfecta locura. Ya sólo tenía que utilizarla, ver lo que desarrollaba musicalmente hablando".
El tema compuesto con esa guitarra es “Teeth of the Hydra”. ¿En tu cabeza tenías claro cómo sería el tema o todo sucedió una vez la pudiste tocar?
"Algo tenía pensado, pero no quería aventurarme. Antes de tenerla, sólo tenía claro que la canción que compondría con ella era lo más importante. Tenía que conseguir desarrollar una buena canción, con una bonita melodía, muy agradable. Cuando me llegó terminada, vi que era una perfecta locura. Fue entonces cuando vi claramente cómo sería la canción".
La mayoría de tus seguidores, parece que se centran en el Steve Vai de los solos de guitarra “marcianos”, sin embargo, hay una maestría enorme en lo que son las bases que sustentan todo lo que haces a nivel técnico. Las secuencias de acordes que utilizas, el Groove, las baterías, es todo un perfecto puzle que hace que ese solo final, sea aún más grandioso de lo que muchos piensan. Incluso, tienes temas a los que les podrías quitar el solo, y sólo con la base ya serían válidos por la cantidad de información musical y detalles que contienen. ¿Te da pena que la mayoría no llegue a apreciar todos esos matices ocultos?
"Soy consciente de ello. Pero no pasa nada. Al final, los seguidores se ven atrapados por algunas de las partes de mis canciones, y sí, la mayoría es atrapada por la parte solista, sólo les interesa esa parte. Otros, sólo la música, a otros la sensibilidad musical, a algunos les atraen las pintas que llevo... No me preocupa, lo importante para mí es hacer lo que considero que es bueno. Pero me agrada que me comentes la importancia de las bases y sus matices".
La canción “Little Pretty” es un buen ejemplo de lo que comentamos. "Sí, es una de mis favoritas". ¿Cómo fue el proceso de creación de ese tema?
"Comienzo con el acorde inicial, a partir de ahí me dejo llevar, una cosa me va pidiendo otra, sigo el instinto, me invierto a mí mismo, estoy totalmente metido en ese contexto melódico y armónico".
Hablando de contexto melódico y armónico. Si se hace un análisis basándonos en la teoría musical empleada de esa canción, me encuentro con que esta no explica ni el veinte por ciento de lo que sucede en el tema. Veo que hay una parte emocional que escapa a todo eso. Háblame de la parte mental, de la parte sensitiva que vuelcas en estos temas. Es imposible analizarla de manera teórica.
"Estoy totalmente de acuerdo. (Ndr: se pone a tararear la canción) Si es bueno para mí, ya es válido. Ése es el análisis. La teoría la tengo tan interiorizada que ya no pienso en ella, sólo escucho lo que suena en mi cabeza". Ok, lo que pensaba… nivel Dios. Seguimos.
Háblame, ahora sí, de la sección del sólo. Parece que vaya de la mano de los acordes en todo momento. En mi cabeza imagino a un niño pequeño (que es el solo de guitarra) agarrado de la mano de sus padres (que son los acordes) dependiente y seguro de ellos y con ellos.
"Uña y carne, sí. Los acordes cambian, cada uno es muy diferente al otro, cada acorde va a una parte diferente del cerebro. (Ndr: sigue tarareando la canción y señala diferentes partes de su cabeza) La melodía en el solo se funde con acordes constantemente, es cierto, es como una dependencia, no se separan mucho. Esas fusiones resultan muy complicadas. Nada es improvisado, todo es muy meticuloso. Los acordes dan pie a la escala a utilizar en cada parte".
¿Es como dar a luz?
"Podría ser. La parte solista sigue de manera fiel a los cambios de acordes. Me siento muy feliz del resultado".
El tema “Avalancha” me recuerda a la canción “There’s A Fire In The House” del disco 'Fire Garden'. Cuando lo escuché la primera vez, me vino a la cabeza, de manera instintiva, la imagen de esa casa en llamas que yo tenía después de escuchar aquél tema, la misma casa con el chico escapando de ella, pero era como si las imágenes estuvieran grabadas desde otra perspectiva, como con otra cámara situada desde otro ángulo. ¿Son tonterías mías?
"No, efectivamente es algo así. Es como una energía muy fuerte. Me gusta tener al menos un tema así en cada disco. Temas que desprendan una energía muy fuerte, es el fuego el que me inspira para desarrollar estas canciones. Es puro fuego, aunque la casa de “There’s a Fire in the House” ya se quemó, pero el fuego sigue estando presente en más sitios".
¿Tienes en cuenta la numerología para componer? ¿Aplicas la cábala a tu música?
"Me interesaba cuando era joven, entonces era más metafísico". ¿Más todavía? "Sí. Estaba muy metido en la numerología, cábala, las pirámides, etc. Todo eso. De alguna manera lo incorporé a mi música. Continué mis estudios espirituales y llegó un momento en el que todo salía sin pensarlo, formaba parte de mi manera de expresarme, se convirtió en algo más profundo. Es algo que me sale de manera natural".
En tus discos, el séptimo tema siempre es el más tranquilo, el más emotivo. ¿Por qué no el más rápido o el más extravagante?
"Al principio, jugaba mucho con la numerología. El número 7 es muy importante en la numerología. En mi primer disco, 'Flex-Able', la canción “Call It Sleep“ la puse en el número siete por la tranquilidad que tenía, es una buena posición para la balada del disco. En el disco 'Passion and Warfare' el séptimo tema es “For The Love of God”, que también es una balada, esa canción da buena sensación ahí, se siente bien siendo la séptima del disco. Así es en mis discos, la séptima canción tiene que ser una balada. Simplemente funciona". ¿Entonces no es por nada místico? "Exacto, no es por nada místico. Es porque funciona".
(Ndr: Al número 7 se le considera muy especial. Está relacionado con la perfección, con la naturaleza, e incluso con las deidades. El séptimo día se dice que Dios descansó, para Pitágoras era el número perfecto, las siete maravillas, los siete pecados, siete colores. Si tenemos en cuenta, que el número 3 se considera un número sagrado (muy querido por Blackmore) y el 4, por otro lado, está considerado como un número terrenal, la suma de estos dos números da 7, se dice que el 3 con el 4 establecen un puente entre el cielo y la tierra. Con lo cual, el 7 simboliza la totalidad del universo. El maestro Vai, sabe muy bien todo esto).
¿Puede ser que lo tengas tan interiorizado, que te salga de manera natural, gracias a tu misticismo innato?
(Ndr: Escucha el canto de los pájaros, estábamos en una zona arbolada, mira al suelo, me mira y me guiña un ojo).
Perfecto, continuemos con el número 7. El 07/07/2007, tocaste en España, la fecha era curiosa. ¿No?
Sí, lo recuerdo.
¿Recuerdas qué pasó en ese concierto? En un momento del concierto, hubo un problema con el transformador de corriente y se perdió la luz durante al menos 20 minutos.
"Oh, mierda, es verdad".
Siempre queremos que todo salga perfecto, cuando ocurre algo así pasamos un mal rato, pero creo que forma parte del juego de la vida. El superar una adversidad nos da la sensación de triunfo, si lo canalizamos desde el crecimiento y el aprendizaje, son lecciones muy valiosas, ¿Qué conclusión sacaste de ese incidente? Si volvieses a ese día ¿cambiarías lo que pasó? A mí me pareció que el concierto tuvo una magia especial.
"Cierto. Los desafíos en la vida de cualquiera, son importantes. El desafío, en efecto, es el motor del crecimiento y de la creación. Si tienes una vida sin desafíos te volverías loco".
Yo siempre digo, que si todo nos fuese siempre bien, nos volveríamos idiotas.
"Claro. Así es como se crece. Todo el mundo tiene problemas y el instinto nos obliga a hacerles frente para superarlos, no nos queda otra. Cada persona tiene un nivel diferente de entendimiento. Cada persona ocupa un lugar diferente en el mudo".
Todos somos necesarios.
"Así es. La vida te llevará a los desafíos que tú necesitas para crecer y que puedas encontrar tu trozo de independencia, eso es lo importante en el universo. Las demás cosas son…" ¿Relleno? "Algo así. Tu crecimiento, tu independencia y tu sentido de la felicidad, la apreciación que tienes de ti mismo y de los demás, no lo puedes aprender sin desafíos. Depende de la lectura que hagas obtendrás un resultado".
No es tanto lo que te pase, es más bien cómo lo veas y enfoques tú.
"Es eso exactamente. Lo que tú escoges ver. Tu independencia significa tu libertad, y la felicidad en tu vida está basada en lo reflexivo de todo lo que te pasa. La situación para mí es la que tú estás mencionando. Lo que pasó en ese concierto es una parte de las cosas que yo tenía que aprender como artista para darme cuenta de que esas cosas pasan, y si la electricidad se fue, se fue, no podía hacer nada. ¿Diseñé yo mis pies? ¿Diseñé yo mis manos? Evidentemente no soy responsable de esas cosas. ¿Para qué iba a enfadarme si eso no dependió de mí? Estas cosas pasan, lo importante es no estresarse".
Sin embargo, nuestro instinto nos empuja a reaccionar. Mejor reaccionar desde la tranquilidad.
"Claro, hay que reaccionar, y cuando no estás bajo estrés la acción que realizas es más limpia. Tienes más acceso a soluciones reales y no te dejas llevar por el miedo en tu cabeza. Cuando se presenta una situación así, reaccionas y punto. O reacciono de alguna manera o me voy a mi casa. Mejor reacciono". Entonces, no cambiarías lo que sucedió con el problema eléctrico. "No".
¿Qué le dirías al universo?
"Que es perfecto. Y que las situaciones que se me presentan son necesarias, me ocurren en todos los ámbitos de mi vida, como a todo el mundo".
No quiero terminar esta entrevista contigo. Pero como hablamos, la vida son contrastes, momento de paz, como este (por lo menos para mí, Steve estaba ya mirando la hora, pues ya había empezado a tocar El Twanguero, el telonero de esa noche, y tenía que irse a toda prisa) y momentos menos agradables. Si no nos pasasen cosas desagradables, no valoraríamos los momentos buenos, no habría contraste, no lo apreciaríamos. Volvamos a la parte emocional, la de la energía que proyectas a la gente que te escuchamos. La música es un intercambio de energía.
"Me parece buena manera de terminar. Efectivamente, es un intercambio de energía". ¿Sanador? "Está comprobado".
En 2001, hiciste dos conciertos seguidos en Barcelona. Estuve en los dos. El primero era a las 18:45, el segundo a las 21:00. En la canción “Whispering a Prayer”, la séptima del disco “Alive in an Ultra World”, ocurrió algo digno de señalar. En la parte final de la canción, una canción que estaba en la parte central del concierto, justo antes de terminar el tema, la gente empezó a aplaudir y no paraba, hiciste un movimiento cuando los aplausos bajaban de intensidad, como para terminar el tema, y la gente, de manera inesperada, volvió a aplaudir de manera incontrolada, no te dejaban terminar. Ocurrió exactamente lo mismo en los dos pases, sin decir una sola palabra, idéntica reacción con diferentes asistentes, en la misma parte del concierto, no era ni mucho menos el final del concierto, y todos lo sabíamos. ¡Idéntica reacción! Hubo dos tandas de aplausos seguidas, de la misma manera. Terminaste con los brazos en jarras, esperando a que los aplausos te dejasen terminar el tema. Nunca vi nada igual. ¿Qué sientes en esos momentos?
"Me veo a mí mismo al servicio del público. Trabajo para la gente y para mí, me expreso e intento transmitir toda mi energía y excitación a la gente. Cuando hay una reacción de esa magnitud, es un momento de intercambio de energía. En esos momentos me siento muy bien, por mí y por la gente".
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2 comentarios
Un placer haber disfrutado de este pedazo de tema instrumental y su currado videoclip por parte de uno de los mejores guitarristas de la historia del Rock como es STEVE VAI para su nueva placa de estudio.
Tu mayor desafío es no ensuciar el pañal cada dos horas y evitar las escoceduras.
Tomate la pastilla que se te pasa la hora. Cateto...