Entrevistas |Sínkope
«“Nunca he sido aficionado a los ritmos más rápidos y duros”»
Por: Josep Fleitas
El nombre de Sínkope está tan estrechamente unido al rock nacional como sabias y poéticas son las letras de sus canciones, unos himnos que forman parte intrínseca de la cultura urbana, esa con la que Sínkope arremete a base de razón y estrofas. Estas mismas premisas vuelven a colarse en nuestros sentidos en la escucha de los temas que su nueva y eficaz obra 'Creer y luchar' nos destila, un trabajo que desde MariskalRock apuntillan en distendida, completa y amena charla el cantante, compositor y líder de Vito Íñiguez y nuestro colaborador Josep Fleitas.
Con respecto a anteriores trabajos, y hablo en general, el sonido de ‘Creer y luchar’ es más intenso y actual. ¿Qué es lo que ha cambiado en Sínkope para amasar las eufonías y el carácter que podemos disfrutar en este nuevo álbum?
“Creo no equivocarme si te digo que esa diferencia a la que haces referencia se debe a nuestro productor Woody Amores. Él es quién ha hecho que el álbum suene de una manera distinta. Woody fue parte de Sínkope durante dos etapas de nuestra carrera y, además de un muy buen guitarrista, ha sabido aportar ideas y darnos esos matices que ahora podemos disfrutar en el álbum.
Nosotros nunca habíamos tenido un productor al uso, y haber tenido esta experiencia ha sido algo positivo. De hecho, estamos muy contentos con el resultado y espero que la gente también lo esté. Hace poco que el disco está en la calle, pero las críticas de momento son buenas, así que estamos contentos y satisfechos del sonido conseguido y del trabajo realizado. Ahora le toca a la gente decidir si estamos en lo cierto”.
¿La de este álbum es una línea de futuro o es una experiencia necesaria para tener nuevas perspectivas que, según como funcionen, os llevarán a tirar de esa cuerda o recolocar vuestra fórmula compositiva?
“Pues no sé qué decirte al respecto. El resultado está acabado de salir del horno y, hasta que no volvamos a amasar de nuevo y poner el resultado en el horno, no sabremos si el pastel será parecido o cambiará de forma. Por el momento, estamos contentos con lo conseguido y eso es lo importante para nosotros; luego pueden pasar muchas cosas. Como te decía, el trabajo nos ha gustado y puede que sí sigamos en esta línea, pero es algo que tampoco puedo asegurar al 100% ya que eso se verá en próximas ocasiones, que espero que las haya”.
Así como el título, la portada es toda una declaración de intenciones. ¿Cómo se forjó la idea de un cover art tan minimalista a la vez que explicito?
“La historia de la portada es algo curiosa, porque esa es una imagen que yo cada vez que tenía que viajar a Mérida a ensayar. Como no tengo coche, iba hasta Campanario a coger el tren. En el trayecto, el recorrido pasa por un embalse. En medio de este hay una piedra, y de ella sale un árbol. Es algo muy curioso y poético que, en medio de algo duro, de una grieta, surja la vida.
También la contraportada tiene ese contexto, ya que es otra imagen que surge de la misma línea. En esta ocasión, es un árbol que, aunque está muerto, en él hay un montón de nidos de cigüeña, que es algo que pesa un montón. Ese árbol ya muerto y seco es capaz de soportar el peso de la vida. Eso es algo que me pareció tan poético como antagonista con la otra parte. Hay un nexo que es muy bonito si lo sabes entender”.
Por su parte, el título del disco surgió de una propuesta que hice yo a la banda cuando el año pasado viajábamos a Barcelona, precisamente. Ahí les comenté mi idea, ya que eso es lo que hemos hecho siempre en la banda: creer y luchar; creer en nosotros, y luchar por nuestros sueños”.
Hablando de ámbitos explícitos y con base realista, en todas las letras del álbum hay un claro exponente de lo que siempre has creado y expuesto; esa forma directa, ácida y poética tan sabiamente reproducida. Pero hay dos en particular que son muy claras en cuanto a tu yo actual. Me refiero a “Y sigo sin creer en dios” y a “Y me puse a hablar conmigo”. ¿Te ha costado autoreflexionar y definirte de forma actual?
“La verdad es que no. Ya sabes: si uno quiere desnudarse, lo va a hacer esté donde esté, y yo lo he hecho aquí. En “Y sigo sin creer en dios” doy como referencia a mi pasado y a mi presente. ya que antes yo tenía una forma de vida e iba por unos derroteros y no creía en Dios. Sin embargo, ahora voy por un camino muy diferente, llevo una vida muy distinta y sigo sin creer en Dios. Yo respeto que haya gente que piense que la vida, el mundo y lo que conocemos lo creó alguien, un ente, en siete días, pero para mí Dios es mi madre, que fue quién me dio la vida. Como te decía, a pesar de haber cambiado radicalmente de vida, eso es algo que no ha cambiado en mí.
Sobre “Y me puse a hablar conmigo”, es una reflexión sobre la muerte; la muerte y, en este caso, la buena suerte. La buena suerte de haber nacido, de ser quién soy, de haber realizado algunos de mis sueños más importantes, de seguir vivo después de la vida que he llevado… Es una reflexión que hago a veces desde mi yo interior, cuando a veces hablo conmigo mismo. Es algo que no sé si hará mucha gente, pero yo sí lo hago, y esta canción es el resultado de una de esas charlas que tengo conmigo mismo”.
Musicalmente, el álbum es muy oscilante. Hay temas rápidos y potentes como las comentadas “Y sigo sin creer en dios”, pero también en “Esquinas” o “No se dijeron ni mu”. Sin embargo, hay mucha reflexión e incluso melancolía en la música que cubre a “Y me puse a hablar conmigo”, “A medida que gastamos el camino” y “Volvió la luz”. ¿Te sientes igual de motivado a la hora de crear canciones más duras y directas que con las más melódicas, o con los años uno va buscando los rincones más galanes de la música?
“Cuando compongo lo hago con una guitarra eléctrica que ni siquiera enchufo. En la práctica es como si lo hiciera con una acústica y no le pongo velocidad. Lo hago con ritmos y melodías. Nunca he sido aficionado a los ritmos más rápidos y duros; de hecho, a mí me gusta mucho el blues.
Ahora tenemos a un guitarra nuevo, Diego Godoy, y eso se ha dejado notar a la hora de trasladarlo a ciertas canciones. De todas formas, somos tres componiendo, pero cinco que decidimos cómo debe ser el resultado final. Todos tenemos que decidir, aportar y solidificar las ideas iniciales, y si lo que surge nos gusta y nos convence. Somos una banda democrática; una mesa de cinco patas que juntas sostienen todo el peso que lleva encima.
De mis ideas y de la forma en las que las expongo, luego llega un ciclo de adaptación que da como resultado algo que se ajusta y nos convence a todos. No importa si al final el resultado es un tema rápido o uno mucho más melódico. Lo importante es que estemos satisfechos con ello, y en este disco no hay nada de lo que hayamos tenido dudas”.
En mi opinión, hay un tema que tiene un componente muy de ese inicio de la banda, algo más básico y rural. Me refiero a “Preñando renglones”, mi favorito. ¿Es un tema surgido a la vez que el resto o tiene una base recuperada de antaño? Musas, libretas y bolígrafos…
“Para serte sincero, no recuerdo exactamente cuándo la escribí, pero sí, esta es una canción que ya tenía compuesta de hace tiempo. Es de esas que escribes y que, por una cosa u otra, no se incluyen en ningún disco y te sabe mal que no puedan ver la luz y expresarse. En esta ocasión, "Preñando renglones" ha tenido esa perfecta oportunidad de poder representar su contenido.
Por otra parte, "Preñando renglones" tiene un carácter especial. ya que hace mucho tiempo que me rondaba la idea de hacer una trilogía: tres canciones dedicadas a algo tan importante para mí como lo son las musas, el bolígrafo y el papel. En nuestro pasado álbum, 'Por pensar le dio al hombre' (2020), ya inicié este triplete con un tema dedicado a las musas, y ahora lo he completado con la del papel y el bolígrafo, ya que esas tres cosas son las que me mueven y motivan a componer.
Aunque quería que fuera algo libre a interpretación de cada uno, "Preñando renglones" es un tema dedicado al bolígrafo. Su primera estrofa, "Te tomé entre mis dedos y eyaculaste tinta", es una declaración de intenciones. La otra, la dedicada a la libreta, que sea cada uno el que la descubra e interprete.
Yo soy de los que se alejan del rebaño, de la vieja escuela; compongo con bolígrafo y libreta, me aparto de la tecnología”.
Hablando de diferencias, ese guiño flamenco de “Elegantemente desnuda”, una canción que parece tener un término de primera persona. ¿El contenido es algo personal?
““Elegantemente desnuda” es una canción dedicada a la luna, a ese influjo que tiene y nos domina. Su influencia es algo tan innegable como lo son las mareas. Nosotros somos en una mayor parte agua y, por lo tanto, la luna nos afecta; eso es algo que las antiguas culturas ya sabían y que aplicaban a la agricultura, igual que ahora hay técnicas que siguen esa ciencia como la biodinámica.
Por otra parte, la música apareció sin más, de un acorde que me recordaba al flamenco y que pensé en que le quedaba bien, así que seguí la línea y así quedó, igual de guapa y de bonita que la luna. Ese rasgo flamenco es algo que también dedicó a mi madre, que en paz descanse, y también a una prima y a mi tía-abuela, que era lo que escuchaban”.
Habéis iniciado la gira el 8 de noviembre en Zamora y el 9 en Pamplona. ¿Cuál es la razón que el tour vaya a tener un parón de casi tres meses, recuperando inercia el 7 de febrero en Vitoria?
“La verdad es que realmente el tour empieza el próximo año, dado que las fechas de Zamora y Pamplona ya estaban previstas con antelación. Ahora toca ir ampliando estas. De hecho, ya se ha anunciado que vamos a estar en el Viña Rock, y hay algunas cosas por concretar tanto en salas como en festivales”.
¿Habéis concebido ya el setlist y las canciones de ‘Creer y luchar’ que vais a incluir en él?
“La verdad es que hace muy poco que ha salido el disco y tenemos que dejar que la gente se haga con él y conozca las canciones, pero la idea es incluir un buen número de ellas: entre 7 y 10”.
¿Y qué hay con retomar el jetlag y pasear a ‘Creer y luchar’ por Latinoamérica?
“Pues sí hay cosas al respecto. Este año estuvimos en Ciudad de México y la experiencia fue muy positiva. Tanto la promotora como la gente fueron encantadores y, además de pasarlo muy bien disfrutando de la cultura y la gente, el concierto funcionó muy bien. De hecho, ya tenemos una propuesta para regresar y hacerlo por más ciudades.
Aparte, también estamos barajando propuestas para ir a tocar a otros países de Latinoamérica. A ver qué pasa, pero estamos muy ilusionados por cómo parece que se está desarrollando todo”.
Una de las bazas que has destacado en diversas ocasiones son las colaboraciones con otros músicos. ¿Tienes alguna cosa entre manos en ese sentido?
“No, no hay nada previsto. Igual si hay algo que en algún momento se da, como una colaboración con Kutxi, será algo espontáneo; algo que surja en el momento, sin premeditación ni alevosía”.
¿Y de algo en solitario? ¿Alguna vez te ha mordido el gusanillo de la misantropía?
“La verdad es que no. Para mí, sería extraño hacer algo y componer canciones sin pensar en hacerlo bajo el nombre de Sinkope. La banda y yo siempre hemos sido uno, y aunque nunca se puede decir que no, eso es algo que nunca me he propuesto. Ni siquiera se me ha pasado por la cabeza, vaya…”.
Vito, ha sido un placer charlar contigo. Espero que la próxima lo hagamos durante la gira y que podamos tener más tiempo para charlar y tomarnos unas cervezas.
“Un placer y gracias por tu tiempo Josep, será un gustazo poder volver a charlar contigo. Seguro que lo haremos sobre muchas cosas más”.
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1 comentario
Me encantó leerme su entrevista en LA HEAVY del mes de Noviembre. Muy buen tema y videoclip perteneciente a su nuevo álbum de estudio.