Ponednos en situación. ¿Quiénes sois El Barbas y qué habíais hecho antes?

(Pedro) "El Barbas somos: Chuscas (voz), Kerman (guitarra), Sam (bajo), Joserra (batería) y Pedro (guitarra), cinco locos que amamos la música. Somos una banda de rock que empieza a gestarse en 2016, pero no es hasta mediados de 2019 cuando toma forma. Mi inquietud musical, influenciada por grupos tan dispares como Extremoduro, Marea, La Polla Records, AC/DC, Led Zeppelin, Motörhead o Foo Fighters... me lleva a ponerme en contacto con el resto de componentes para enseñarles algunas ideas y grabar una maqueta. Esta maqueta dio paso a un disco titulado 'Carretera y Fanta', que el pasado 19 de Marzo de 2021 vio la luz. Anterior a este proyecto, hemos trabajado en otros grupos".

"Chuscas fue bajista del grupo Talego, con el que se subió por primera vez a un escenario. Años más tarde, decide componer sus propias canciones y monta el grupo La Puta Lagartija junto a su amigo del alma, Eu".

"Joserra ha tocado en varias bandas granadinas como: Sibarita, Dimas o Rees. Nos conocimos en 2017, y montamos un grupo de versiones juntos. Ahí se fraguó una buena amistad, y cuando le comenté que quería montar una banda, se lanzó de cabeza, sin pensarlo".

"Kerman es un hardrockero enamorado de la música de los 80. Ha tocado en varios proyectos. De adolescente montó una banda con sus colegas. Años más tarde, se mudó a Granada a estudiar guitarra clásica, y después de esto, se volvió a enfundar la guitarra eléctrica entrando a formar parte del grupo Sibelclán".

"Sam tiene un gran bagaje musical. Ha tocado en Gajes del Oficio, primera banda que forma con sus amigos de toda la vida. Años después entró a formar parte del grupo Errantes del Tiempo. Ha tocado en varias orquestas, y actualmente compagina su labor de bajista en El Barbas con el grupo tributo a Héroes del Silencio Maldito Duende, tocando junto a Pedro Andreu y Gonzalo Valdivia en La Sinfónica del Silencio".

"Yo empecé con 14 años a tocar la guitarra. Años más tarde, entré a formar parte del grupo The Bar en Bar como bajista. Posterior a esto, trabajé durante 10 años en el mundo de las orquestas. A los 28 años me mudé a Granada a estudiar y entré de bajista en el grupo A Media Tea, donde conocí a Nano Díaz (productor del disco de El Barbas). Cuando este proyecto deja de existir, decidí empezar a darle forma a mis canciones, y es ahí donde echa a andar El Barbas".

El nombre del grupo y de este trabajo, ‘Carretera y Fanta’, me dan a entender que el humor es imprescindible para vosotros. ¿Me equivoco?

(P) "Más que humor, lo que es imprescindible es el buen rollo. Somos amigos desde hace mucho tiempo, y nos tratamos y cuidamos como tal. Ese buen rollo es lo que intentamos transmitir a la gente que viene a vernos a los conciertos. De hecho, muchas veces nos dicen que se nota el buen rollo entre nosotros, y que ese buen rollo se trasmite al público. A mí personalmente, me gusta cultivar ese buen rollo, le doy mucha importancia. Lo del nombre del grupo viene de cuando se grabaron los primeros temas de la maqueta. Cuando llegué al estudio de Nano, me preguntó que como se llamaba el grupo, y le dije: “Tú pon El Barbas, que es como me conocen en mi pueblo, y luego ya veremos”… y así se quedó".

Sin embargo, hay temas en el disco como “Transgresiva”, en los que sacáis vuestro lado más serio.

(Chuscas) "El tema que abarca es bastante serio. Cuando escribí esta letra fue en un momento que me dio por ver documentales. Uno de ellos fue sobre la prostitución. Me centré en las prostitutas esclavas, en las barbaridades que tienen que aguantar, ya no solo en su “jornada laboral”, sino también por parte de la sociedad. En las estrofas intenté visualizar cómo sería un día de “trabajo”, contarlo de forma sutil, utilizando metáforas, ya que la realidad es bastante más cruda. Sin embargo, en el estribillo la idea era contar que se pueden romper las cadenas y salir de ahí, que se puede acabar con esa lacra social".

(P) "Desde el comienzo, todos observamos que "Transgresiva" tenía algo especial. Sabíamos que iba a ser mimada, de ahí que suela cerrar los conciertos. Su letra, cargada de pólvora social, y sus ritmos, nos transportan a la acera fría y a la noche. Escuchar el estribillo en el escenario coreado desde abajo no tiene precio, lo mejor que se puede hacer es cerrar los ojos y disfrutar del momento".

“Mi amiga soledad” llevaba mucho tiempo compuesta. Además, la temática que aborda no os es ajena. ¿Qué podéis contarnos de ella?

(P) "Se compuso allá por el año 2004. Yo padecía ansiedad, una enfermedad que desgraciadamente hoy en día está muy "de moda", y que la sufre mucha gente. Necesitaba sacar lo que tenía dentro, contar cómo me sentía, e intentar de alguna manera hacérselo entender a la gente que me rodeaba. Junto a José Luís Lucha, quien para mí es mucho más que un amigo, escribimos la letra, y años más tarde le pusimos música, y ahora, finalmente, ha visto la luz. Joserra, nuestro batería, la ha sufrido, así que era otro motivo más para sacarla. La idea de esta canción es tender una mano a quien padece esta enfermedad y decirle que no está solo o sola, que hay muchas personas que hemos pasado por ella, e incluso hay épocas en la que la sufrimos, y les pueda servir de ayuda".

(Joserra) "Esta canción significa mucho para ciertos miembros de la banda que conocemos muy de cerca la ansiedad y todas las emociones que produce, y que retrata la letra. Es como un grito de desesperación que hace ver esos momentos como “amigos”, porque realmente están ahí y al final siempre acabamos teniendo que tratar con ellos".

En “No hay más nada” hay mucha influencia de Motörhead. ¿Cuánto peso ha tenido Lemmy en ese tema?

(P) "Sí, totalmente influenciados por Motörhead en esa canción. Justo acabé de leer la biografía de Lemmy, cogí la guitarra, empecé a tocar y salió el riff principal del tirón. De alguna manera me sentí contagiado por esa rabia que tenía Motörhead".

(J) "Cuando Pedro me dijo: “Este tema necesita ser potente, al estilo de Motörhead”, y me tocó el riff de guitarra, supe que ya lo tenía hecho. Directo y potente, como un puñetazo en la cara".

(C) "Este tema pone encima de la mesa la agresividad y la fuerza del  grandioso Lemmy. En los directos da mucho que hablar. El objetivo es poner a prueba las suelas de las zapatillas. Las baterías y bajos incitan al movimiento y al codeo en los pogos".

Tenéis canciones más potentes, más tranquilas, que beben de varios estilos… ¿Cómo definiríais vuestra música?

(Kerman) "Nunca nos hemos cerrado a escuchar distintos estilos. Intentamos plasmar emociones y situaciones de una forma directa y trasparente, a veces esas situaciones pueden ser agresivas, y en otras ocasiones pueden ser más sosegadas, de ahí que pueda haber tanta variedad".

(P) "Quizá se nos podría definir como rock urbano, ya que muchos grupos a los que admiramos y de los que hemos “mamado” desde pequeños son los máximos exponentes de este estilo. Por otro lado, hoy en día se quiere etiquetar todo y meterte dentro de un estilo, hay esa necesidad, y nosotros a la hora de componer no queremos ponernos límites, ya que hay otros estilos cercanos que escuchamos y que nos gustan".

En los últimos meses habéis pasado de tocar en Madrid ante pocas personas, a recibir un premio en Sevilla. ¿Qué explicación le encontráis?

(K) "Como en cualquier proyecto, la subida no es directa, hay pequeños picos de subida y bajada. Hay que estar preparado para todo. Sabemos que esto no va a ser un camino de rosas".

(J) "Quizá la reflexión que podríamos sacar es que el mundo de la música depende de muchos factores, y existe una gran ambigüedad. Es complicado predecir a quién puede gustarle tu música o a quién no, porque es algo extremadamente subjetivo. Es sonar en el momento justo y en el lugar adecuado. Quizá eso es lo bonito y a la vez lo duro de la música, que en ningún momento sabes qué puedes esperar de aquello en lo que te dejas el alma".

En ese concierto precisamente, tocasteis un nuevo tema. ¿Significa eso que el segundo disco está en marcha?

(P) "Sí, estamos preparando disco, y nos gustaría grabarlo a lo largo de este año. La canción que tocamos en los conciertos se llama “Al otro lado del mar”, un tema que hemos ido creando sin darnos cuenta. Ha sido muy fácil hacerlo, y muy fácil también entendernos entre nosotros a la hora de componer. La idea es intentar sorprender al público tocando algo que no ha escuchado antes. Un regalo que hacemos a las personas que vienen a vernos y pagan una entrada. Y hasta aquí podemos contar (de momento)".

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Borja Díaz

Graduado en periodismo con el rock como banda sonora y como filosofía de vida. Salud y libertad

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