Entrevistas |Harley Flanagan (Cro-Mags)

«No estoy orgulloso de todo lo que hice en el pasado»

Por: Alfredo Villaescusa


Existen tipos tan extraordinarios que una simple charla con ellos puede asemejarse a una auténtica lección magistral de las de sentar cátedra. Ese es el caso del bajista Harley Flanagan, histórico líder de Cro-Mags, una de las bandas pioneras del hardcore punk que con nueve años editó un libro de poesía, en su juventud frecuentó a estrellas del calibre de Andy Warhol o Joe Strummer (The Clash) y todavía pudo granjearse entre muchos el título de “primer skinhead en EE UU”. Con motivo de la publicación de ‘In the Beginning’, el consumado regreso a la palestra de su proyecto principal después de dos décadas sin sacar disco, Alfredo Villaescusa departe con este mito viviente. Tomen apuntes.

‘In The Beginning’ es vuestro primer larga duración en veinte años, ¿cómo te sientes?

“Quizás sea lo mejor que he hecho en todo este tiempo, pero no es lo único. Aparte de Cro-Mags, también he tenido otros proyectos y he librado una importante batalla judicial por los derechos del nombre del grupo, ahora que ya se ha evitado la posible confusión que había al respecto, las cosas solo pueden ir hacia delante”.

En dos décadas ha cambiado radicalmente el negocio de la música, ¿crees que los discos poseen tanta relevancia como antaño?

“Bueno, es importante para mí y con eso me basta, yo necesito tocar música del mismo modo en que un pez necesita nadar. No me metí en este rollo por el negocio que había detrás, sino porque necesitaba expresarme. El hecho de que tuviera éxito y empezaran a surgir muchos fans fueron más bien efectos derivados de esa decisión, nunca lo fui buscando. El negocio de la música podría irse a tomar por saco mañana mismo, pero yo seguiría componiendo y tocando canciones. Dicen que para sentirse vivo hay que hacer cosas que te hagan feliz, ¿no? Pues esto para mí es una de las mayores alegrías”.

¿Y qué opinas de Spotify y otras plataformas de streaming?

“Creo que todo lo que posibilite que la gente escuche música es bueno, pero cualquier cosa que se lleve un porcentaje de los beneficios del artista da por saco, aunque esa ha sido siempre la historia del negocio musical, ¿no? Lo cierto es que tampoco sé demasiado acerca de estas plataformas, pero los artistas suelen salir los peores parados en ese proceso. Tenemos que agradecer que hoy en día muchos fans puedan tener fácil acceso a la música y está genial también que gracias a internet se puedan compartir canciones, vídeos y demás. Piensa lo que habría pasado en los tiempos del hardcore o el punk si hubiéramos tenido acceso a estas tecnologías, las discográficas hubieran firmado su sentencia de muerte, junto con la actitud del “háztelo tú mismo” el potencial habría sido infinito. Debido al coronavirus, muchos hemos tenido que estrujarnos la cabeza, en este sentido Cro-Mags fueron el primer grupo al que se le ocurrió dar un concierto durante la cuarentena. A mí me pareció algo muy obvio, pero creo que será algo muy habitual en el futuro. No obstante, pienso que los conciertos tal y como los conocíamos volverán tarde o temprano”.

Los recitales por streaming han proliferado como setas durante el confinamiento, ¿sientes orgullo por haber sido un pionero?

“¿Sabes qué? La verdad es que tampoco me pareció una idea única o especial, sino más bien algo de sentido común. Tuvimos suerte de poder prepararlo todo con tan poco tiempo, porque teníamos un concierto importante junto a Body Count y a escasas horas nos avisaron de que estaba cancelado. Fue una faena porque estábamos preparados para subir al escenario, así que lo primero que hicimos fue descargar todos nuestros utensilios en un sitio. Luego, como recientemente había estado en contacto con gente del mundo del cine, pedí que llevaran allí cámaras para grabar todo. Lo retransmitimos por nuestras redes sociales, pensé en todos los seguidores que tengo en Instagram, Facebook y demás, así que en algunos momentos se consiguieron bastantes visualizaciones. Estaba muy molesto por no poder tocar, pero llegué a la conclusión de que aquello no estaba tan mal porque podría llegar a más gente. A pesar de estar delante de una cámara, me pegué una buena sudada e intenté hacerlo lo mejor posible”.

Volviendo al álbum, creo te inspiró tanto el sufrimiento como el espíritu de lucha…

“Bueno, creo que eso ha inspirado la mayoría de mi música. A partir de esas cosas es cuando de verdad eres consciente de ti mismo, porque cuando tienes una vida fácil, no valoras en esos momentos todo lo que posees. A estas alturas de mi vida ya puedo mirar atrás hacia eso que antes llamaba “sufrimiento” y considerarlo simplemente una experiencia de aprendizaje porque gracias a eso me conocí mejor a mí mismo y llegué a ser mejor persona. Para serte sincero, creo que nunca en mi vida me he sentido mejor, tanto física como espiritualmente”.

¿Y en estos instantes inciertos hay algún plan de gira?

“Seguramente el próximo año saldremos a la carretera a intentar recuperar todos los conciertos que han sido pospuestos o cancelados, había ya unos cuantos festivales en los que íbamos a participar. El caso es que durante todo este tiempo confinado también he estado componiendo y tengo ya unas veintiséis o veintisiete canciones. Me faltan todavía las letras, pero puedo asegurarte que para cuando comencemos la gira ya habremos pasado antes por el estudio a grabar un nuevo disco que incluso podría ser doble, quién sabe…”.

Creo que al formar el grupo vosotros procedíais del movimiento religioso Hare Krishna, ¿necesitaba la escena hardcore más espiritualidad?

“No exactamente, esa era la costumbre en otras bandas, pero nosotros al principio lo rechazábamos por completo. Cuando monté Cro-Mags era un skinhead de los pies a la cabeza, por eso la mayoría de las letras del primer disco hablan de violencia en las calles, la pobreza o la lucha por sobrevivir. Ahí influyeron mis circunstancias personales de por aquel entonces, ya que vivía en la calle, había mucha droga, pandillas callejeras y era todo muy duro. Encontrar mi propio camino a través del despertar espiritual me libró de mí mismo y de todas las dificultades que me rodeaban. En lo que respecta a mi vida ahora, diría que soy más agnóstico que otra cosa, soy uno más como tantos otros y no me creo superior a nadie ni nada de eso. Lo importante es hallar la paz con uno mismo para que así el momento de dejar este mundo sea como una simple transición, independientemente de si después de la muerte existe algún tipo de evolución o por el contrario no hay nada. En estos momentos no soy nada religioso, pienso que las diferentes religiones son organizaciones políticas en las que se potencia el sexismo o el racismo y no apoyo ninguna de esas cosas. Conozco gente maravillosa que ha encontrado su propio camino espiritual a través de las religiones, pero yo no quiero saber nada de ninguna fe, solo intento ser la mejor persona posible”.

¿Y qué te parece que muchos te consideren “el primer skinhead en EE UU”?

“Probablemente sea cierto, por lo menos sí que lo fui en Nueva York, una ciudad en la que ese movimiento llegó antes que en otros sitios. Para serte sincero, tampoco estoy muy orgulloso de ello, los skins y los punks pertenecían al mismo entorno social, pero los skins eran como la vanguardia de aquella escena, los que no tragaban mierda y se pegaban incluso con su vecino si hacía falta. En ese aspecto, la violencia al final se descontroló y ahí tengo mi parte de culpa por haber introducido toda aquella cultura en América. Por aquel entonces ese movimiento era una expresión más de mi entorno con el que me identificaba por completo, pero me trajo muchas mierdas. Para que la gente lo  entienda, vivía en un sitio donde había muchas pandillas juveniles, muchas drogas y mucha pobreza, era un ambiente bastante apocalíptico, con edificios medio derruidos. Y por las noches las pandillas iban de caza, por eso la cosa se desmadró. Muchas veces iban a por los punks, yo y mis amigos en concreto elevamos la temperatura en varias ocasiones al defender nuestro territorio, eso era además lo que históricamente habían hecho siempre los punks. En definitiva, la violencia se descontroló, y tengo muchos remordimientos por ello. Vivir se trata también de aprender, por lo menos yo adquirí conciencia hasta el punto de sentirme mal por ello y no acabar siendo un sociópata. No estoy orgulloso de todo lo que hice en el pasado, así que tampoco comulgo mucho con esas ideas hoy en día”.


¡‘In The Beginning’ ya está disponible!


De jovencito llegaste a conocer a famosos como The Clash o Andy Warhol, vaya puntazo, ¿no?

“Bueno, sí, conocí a mucha gente fantástica y cada uno me impresionó por diferentes motivos. Lemmy también me dejó mucha huella y The Clash me trataron siempre con mucho respeto, no como si fuera otro fan más, me aceptaron como si fuera uno más de su equipo. Esa es la manera en la que se debe tratar a los seguidores y no como si fueras una puta estrella del rock”.

Grupos como Metallica o Green Day han admitido que Cro-Mags fue una gran influencia para ellos, ¿cómo te sientes?

“Es muy agradable que bandas tan exitosas como esas te muestren respeto de esa manera, pero algunas de ellas también me influenciaron a mí (risas). Es el mayor de los cumplidos que te pase eso con gente que admiras”.

Y con 9 años publicaste un libro de poesía prologado nada más y nada menos que por el icono de la generación beat Allen Ginsberg, ¿fuiste un niño prodigio?

“No, para nada, eso solo fue una necesidad más de expresarme, algo a lo que me animaron mi madre, mi familia y algunos profesores. Pero no era un libro únicamente de poesía, también había ilustraciones y un par de historias cortas”.

La charla con Harley Flanagan fue larga, tanto que dio para otra entrevista aparte que encontrarás en La Heavy nº423 que ya está a la venta tanto en los kioscos como en nuestra tienda online.

Alfredo Villaescusa
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