Crónicas

Rock Imperium Festival 2022: Crónica del sábado, con Scorpions, Europe, Doro, Saurom o Pain of Salvation

«La oferta hard rockera y clásica seguirá estando garantizada en la próxima edición con la incorporación de los veteranos Deep Purple. Hasta que la estrella de la carretera llegue al próximo verano, seguiremos viviendo de los recuerdos de esta primera edición que, pese a las adversidades, ha resultado ser un completo éxito»

25 junio 2022

Parque El Batel - Cartagena (Murcia)

Texto: Andrés Brotons. Fotos: Paula To Tsuki

Scorpions

Segundo día grande festival (sin contar la fiesta de bienvenida), que estuvo repleto tanto de buenísimos momentos como de uno especialmente agridulce e inesperado. Y es que, sin duda la noticia del día de esta jornada fue la suspensión del esperadísimo concierto de Whitesnake, notificación que se hizo al mediodía tanto por las pantallas del festival como por redes sociales, y que enseguida corrió como la pólvora. No vamos a entrar en detalles de por qué sucedió la cancelación, el que quiera saberlo puede entrar en la noticia al respecto y sacar sus propias conclusiones.

La historia está en que no se puede dejar en el aire a miles de fans llegados de diferentes puntos de España y del mundo, que los trapos sucios de unos y otros más bien les da lo mismo y sólo esperaban despedirse por todo lo alto de su banda favorita. Pero aquí había dos opciones para los muchos presentes: amargarnos y marcharnos o disfrutar de lo que quedaba, que era mucho y muy bueno, y afortunadamente, la gran mayoría eligió la segunda opción.

Así, el espectáculo debía continuar y por eso, con un buen sol cayendo a primera hora de la tarde, Celtian inauguraban este sábado el Estrella de Levante Stage. La banda del ex flautista de Mägo de Oz, Diego Palacio, que lleva ya un lustro en activo, nos presentó su particular heavy metal de corte clásico mezclado con los sonidos tradicionales irlandeses. Salieron, además, ataviados con ropas típicas de esas tierras. Aunque tuvieron un setlist corto, nos brindaron temas como “Lágrimas de cera”, de su último disco hasta la fecha, ‘Sendas de leyenda’, editado el pasado año. Tampoco faltaron los recuerdos a su disco ‘En tierra de hadas’, de 2019, como la preciosa “Niamh”. Tienen un futuro prometedor por delante, dada la creciente demanda de ese folk metal que tan bien practican, con una frontwoman espectacular, carismática y de dulce voz, como es Xana Lavey.

Llegaban los locales Scarecrow Avenue en el Heretic Stage, y fueron bien recibidos presentando su último disco, ‘Ártico’, lanzado el pasado año. Su propuesta de metal potente con tintes alternativos a la par que melódico sonaba fresco y novedoso. Tienen la fuerza en vivo de grupos como Pantera, y a su vez recuerdan en sus partes más melodiosas al clásico grupo español Hamlet. Canciones como “Templanza”, “Titán” “Lux” o “Multiverso” hacen que estos cartageneros sean una gran promesa en el metal nacional, con el carisma de su vocalista Oskar Campillo por bandera. No hay que perderlos de vista.

El grupo de power metal sinfónico Opera Magna llegaba con un gran recibimiento a temas como “La herida”, y nuevos singles como “In Nomine” o “What Was Dreamt and Lived”, que incluye a Fabio Lione (Rhapsody, Angra) en su versión de estudio. Sonaron temas de los dos actos del doble disco, “Del amor y de otros demonios”, así como “El último caballero”, de su opera prima homónima. Con José Broseta a la voz, Javier Nula a la guitarra solista, Enrique Mompó a la rítmica, Alejandro Penella al bajo, Rubén Casas al teclado y Adrià Romero a la batería, la banda valenciana supo ganarse con simpatía al público con alguna que otra broma incluida para quitar hierro a la suspensión de Whitesnake.

Desde Madrid atronaban los aplastantes Aversio Humanitatis en el Heretic Stage, que con más de una década desde su concepción como grupo han evolucionado en su sonido crudo y visceral. Vinieron a presentarnos especialmente su segundo disco “Behold the Silent Dwellers”, que según la crítica especializada fue todo un referente dentro del black metal nacional. El grupo sonó brutal, demostrando que su música rezuma exactamente lo que transmite, que es la constante guerra del ser humano contra sí mismo.

Era el turno de Blaze Bayley en el Imperium Stage para traernos algunos de los mejores temas de ese par de discos denostados que grabó durante su etapa como vocalista en Iron Maiden a mediados de los 90, de hecho, hasta en el telón versaba, además de su nombre, el lema "Iron Maiden XXV Anniversary". No voy a negar que fuimos muchos los que nos enganchamos y conocimos a la Doncella en esa corta etapa, por eso reencontrarnos con clásicos que es complicado de escuchar a Harris y compañía hoy en día fue más que una grata sorpresa. Así, sonaron desde temas como “Lord of the Flies”, al descomunal single inédito del primer recopilatorio de Maiden, la genial “Virus”, y por supuesto los éxitos más conocidos de la breve estancia de este simpático vocalista en la Dama de Hierro, como fueron las rápidas “Man on the Edge” y “Futureal” (coreadísimas), con los que el bueno de Blaze se ganó al público desde el primer momento. Con "The Clansman", de los pocos himnos que de vez en cuando los Maiden rescatan en sus conciertos de esa etapa, Blaze se coronó.

Al Heretic Stage llegaban los madrileños Eternal Storm con su metal extremo con tintes melódicos que recuerda a otros grandes del género como Opeth o Amorphis, que habían tocado en el mismo festival el día anterior. Vinieron a presentar ‘Come The Tide’, un disco alabado por la crítica internacional hace tres años. Caña, dureza, y rapidez hipnótica fue lo que nos ofrecieron sin tregua.

91 Suite salieron ganando moviendo su concierto días antes a un escenario principal, con mucha gente sorprendida de la calidad de esta ya clásica banda hard rockera de Murcia. La semana anterior había tenido oportunidad de verles en Totana, en un concierto benéfico, y entonces el guitarrista Iván González estaba lesionado por un accidente de moto en su codo, pero afortunadamente el reposo y los cuidados permitieron que lo tuviéramos de vuelta en el escenario y que el puzle sonara completo. Así, 91 Suite arrancaba con el tema homónimo que titulaba a su ya lejano segundo álbum de 2005, “Time They Change” (y vaya si han cambiado los tiempos), donde todo suena limpio y potente como siempre ha sido habitual en ellos. A la voz, el carismático vocalista Jesús Espín, que cantó como el Dios que es, y que ha dejado crecer su cabello levemente en estos últimos años al más puro estilo Jon Bon Jovi. Continúan con otra de ese mismo disco y de sus temas más conocidos, el single “Seal It With A Kiss”. La base conformada, además de Jesús, por el bajista Antonio Muñoz, el teclista Daniel Morata, el batería David Koto y el guitarrista Paco Cerezo son un engranaje perfecto que dieron un conciertazo de matrícula. No faltaron los temas de su tercer disco editado en estos días, 'Back In The Game', como la "bongiovera" y melódica "Starting All Over" o la genial "Perfect Rhyme". Con "Gimme The Night", "Wings Of Fire" y ya al final, la épica "Hard Rain", los murcianos demostraron que ellos estaban antes que H.E.A.T y merecen ir subiendo a la misma división que los suecos. Mágicos.

Jorn en el Rock Imperium Stage realizó un concierto de lo más variado y entretenido, tras su reciente triunfo la noche anterior colaborando con Avantasia como uno de sus principales vocalistas. Así, el cantante noruego dio otro conciertazo de diez donde se entremezclaban temas de cosechas propia como su siempre bien recibido "Lonely Are The Brave", como versiones más que logradas con el  "Too Scared To Run" de los míticos Uriah Heep. Una de las mayores sorpresas fue la inclusión en su setlist de un tema de la ópera rock noruega 'Dracula - Swing Of Death' de 2015, con la magnífica "Walking On Water". En su banda, destacaba uno de los bastiones de la discográfica Frontiers Records, curtido en mil batallas y proyectos, como es el productor y teclista Alessandro Del Vechio. Sin lugar a dudas, Jorn Lande volvió a demostrar por qué es uno de los vocalistas más respetados de la escena del hard rock y metal actual, tanto con cortes propios como "Stormcrow", como con sus celebrados covers de una de sus grandes influencias, Ronnie James Dio. Y es que también sonaron tanto el "Mob Rules" de la etapa de ese gran vocalista en Black Sabbath como, en la parte final, el inmenso y melódico "Rainbow In The Dark". Jorn Lande y su banda fueron otros de los triunfadores del día.

Los suizos Silver Dust deleitaban en el Heretic Stage a todos los numerosos asistentes que eligieron su particular propuesta. Liderados por el vocalista y guitarrista Lord Campbell, que nos daba calor nada más verle ataviado completamente de negro con sombrero, un bastón y un abrigo negro, saludando al público con un:  "¿Qué tal?", en perfecto castellano. Con un repertorio esencialmente centrado en sus dos últimos trabajos, 'The Age of Decadence' y su más reciente 'House 21', su metal con tintes góticos triunfó en este tercer escenario merced a temas como  "There's A Place Where I Can Go", una puesta en escena vistosa y dureza y oscuridad a partes iguales.

Doro Pesch

Doro en el Estrella Levante Stage daba un concierto tan efectivo y profesional como siempre, y eso que también habían tenido problemas con sus instrumentos, extraviados en uno de sus vuelos, y tuvieron que recurrir a sus paisanos de Scorpions para que les prestasen algunos de los suyos. De este modo, arrancaba casi sin tregua con un trallazo de Warlock como fue la rápida y siempre efectiva "I Rule The Ruins". Simpática, comunicativa, carismática, Doro Pesch nos volvió a decir lo mucho que nos ama y lo encantada que estaba de reencontrarse con sus fans españoles. Su setlist para este reencuentro estuvo pensado con himnos que están ideados especialmente para ser coreados a pleno pulmón en los conciertos, como  otros cortes de su ex banda como "Burning The Witches" o su más reciente "Raise Your Fist In The Air". Por supuesto, no faltó la emotiva y siempre preciosa balada "Fûr Immer", muy celebrada entre el numerosísimo público que ya llenaba el recinto a estas horas, y es que, la alemana también se benefició sin duda del cambio de horario por la ausencia de Whitesnake. Con la imprescindible "All We Are", uno de los himnos del heavy metal ochentero sin discusión, y en, cierto modo, su más reciente secuela "All For Metal", la vocalista alemana, bien arropada por su banda, demostró por qué sigue inamovible indiscutiblemente en su trono como Reina del Metal.´

Europe en el Rock Imperium Stage, tuvieron el detalle de alargar su hora cerca de media hora más, realizando su espectáculo completo y convirtiéndose instantáneamente en uno de los cabezas de cartel del día. Iniciaron con "Walk The Earth", tema título de su último disco de 2018, que sonó potentísima, y pronto llegaron los clásicos como fue el caso de la sorpresiva y coreada "Rock The Night", que fue la segunda en caer y con la que Tempest y compañía lograron una perfecta simbiosis entre banda y público. "¡De puta madre!" decía Joey Tempest en perfecto castellano. "Scream Of Anger", tema que suena a los Black Sabbath con Dio más cañeros, fue otro celebrado clásico que enlazó con otro que cayó prontísimo, uno de sus grandes éxitos, la balada "Carrie", donde nuevamente la música bajaba en el estribillo para que el público acompañase a la banda coreándola. Precioso momento.

Europe

Clásicos post reunión como "Firebox", de 2012, del disco 'Bag Of Bones', o "Last Look At Eden", corte homónimo de su octavo disco, sorprendieron al público que los desconocía por su perfecta ejecución, mientras que "Sign of the Times" fue un medio tiempo clásico en sus conciertos que sonó con mucha más dureza que la versión original de estudio de su cuarto y celebrado álbum de platino 'Out of This World'. Aunque el solo de ese disco fue grabado originalmente por el guitarrista temporal Kee Marcello, el hacha original, John Norum (que edita nuevo disco en solitario en breve), lo clavó. Continuaron con temas de reciente factura como "Hole In My Pocket" y "War of Kings", ambas del décimo plástico de la banda, que se intercalaron con clásicos imperecederos como el single "Let The Good Times Rock", cuya parte central es más heavy y bluesera, en contraste con su estribillo dulcificado, pero esa es la magia del grupo, la combinación de dureza y melodía. Vamos llegando al final y un aplaudido "Heart Of Stone", que no estaba previsto que sonase, junto a la semibalada "Open Your Heart" demostraban que Europe se habían ganado con creces la posición en la que tocaban en el festival.

La parte final fue más que celebrada, con la siempre potente "Ready or Not", cuya letra está inspirada a cuando estos suecos iban de adolescentes a ver a sus ídolos Thin Lizzy, y el exitoso single "Superstitious", que incluyó un cameo en su parte central al estribillo de "Here I Go Again" de los caídos en combate Whitesnake, gesto que el público agradeció infinitamente a la banda coreándolo con fuerza y rabia a la vez. Con "Cherokee" y la inevitable "The Final Countdown", grabada por cada teléfono móvil de los asistentes, los suecos nos habían quitado parte del mal sabor de boca de la cancelación de su amigo Coverdale y los suyos, así que, no hay mal que por bien no venga. A la salida del concierto, Gonzalo, un amigo que nunca los había visto en directo me decía que se había hecho fan incondicional de la banda después del conciertazo que se habían marcado los Europe, y es que, una vez más, callaron bocas, vencieron y convencieron.

En el Heretic Stage Dry River demostraban que eran ellos los que debían haber sustituido a Whitesnake, y es que es una banda que no tengo ninguna duda de que si hubiera actuado en uno de los escenarios principales hubieran literalmente arrasado y convencido a todo el público. Así, pese a solaparse su concierto tanto con Doro como con Europe, esta banda de Castellón arrasó en este escenario con su grupo de incondicionales cada vez más extenso (buscad el Dry River Fanficlub en Facebook y os haréis un favor). De este modo, temas como la inicial "Fundido en negro", la siempre optimista y divertidísima "Irresistible" (con coreografía de bailarín incluida) o la tremenda y coreadísima balada "Me va a faltar el aire" arrasaron completamente y se ganaron al público al cien por cien. Aunque su último disco de estudio, '2039', data ya de 2018, ya tienen preparado un nuevo disco para finales de este año. No les perdáis la pista.

Scorpions

Llegaba el turno del esperadísimo concierto del público y ya si en Europe no nos podíamos ni mover, en Scorpions directamente no cabía un alfiler en el recinto, repleto hasta la bandera, con un público completamente agolpado en el segundo escenario principal. La veterana banda alemana arrancaba su espectáculo presidido por espectaculares vídeos que acompañaban a cada canción y un gran juego visual de luces con "Gas In The Tank", de su último disco. Pronto llegarían los clásicos con el melódico single "Make It Real", la siempre celebrada en sus conciertos "The Zoo" y la infaltable instrumental "Coast To Coast".

Continúan con dos nuevas: la épica "Seventh Sun" (que es en cierto modo heredera de su clásico "China White") y el single "Peacemaker". Otro clásico imperecedero del disco más conocido del grupo, 'Love At First Sting', suena con un "Bad Boys Running Wilde" que el vocalista Klaus Meine vuelve a bordar a sus 74 añazos.

Scorpions

Llegan algunos de los momentos más dulces y épicos del concierto con la interpretación de dos de sus más exitosas baladas: la preciosa "Send Me An Angel", y su exitosísimo himno "Wind Of Change", cuyo cambio de letra en homenaje y apoyo a Ucrania es reflejado en las pantallas y coreado por todos. Enlazan con la hard rockera y rápida  "Tease Me, Please Me", del mismo y exitoso disco que las anteriores, el celebrado 'Crazy World', y que sigue sonando tan bien como antaño. Tras dos nuevas más como "Rock Believer", que da título al último álbum, y "New Vision", llega el solo de batería de Micky Dee con videos de un jackpot o máquina tragaperras como lo conocemos aquí, cambiando a la par de sus redobles con dibujos donde se iban intercalando escorpiones y otras sorpresas, como fue la imagen de Lemmy Kilmister de Mötorhead en sincero homenaje a la larga etapa en la que el batería estuvo con este icono del rock duro británico.

Tras las infaltables "Blackout" (con el guitarrista Rudolf Schenker haciendo los gritos finales del tema) y la celebrada "Big City Nights", se retiran momentáneamente del escenario. Evidentemente todavía les quedaban dos ases en la manga al grupo (deberían haber sido alguno más tal y como hicieron Europe, pero el show de Scorpions es tan milimétrico con los juegos de luces y vídeos a la par que estoy convencido de que apenas da juego para la improvisación, una pena porque se quedaron en el tintero imprescindibles como "No One Like You"). De este modo, Scorpions cerraban con dos de sus temas banderas, la inmortal balada "Still Loving You" y la infaltable "Rock You Like A Hurricane", gritando a los cuatro vientos "We love, Spain!". Puedes amarlos o no, pero Scorpions es un grupo que jamás falla en directo, y aunque evidentemente la energía no puede ser la misma que en sus años mozos, los Scorps dieron otro conciertazo memorable.

Eric Martin & Oliver Hartmann ofrecían en el Heretic Stage un concierto como dúo completamente acústico, algo un poco peligroso a altas horas de la madrugada, porque en eléctrico sin duda, y dada la calidad técnica del guitarrista de Avantasia, hubiera ganado muchos enteros, y no nos hubiera dado más sueño tras la larga jornada maratoniana. Así, el repertorio se basó principalmente en temas de la banda madre del señor Eric Martin, Mr. Big, que ciertamente cantó muy bien esta noche. Y aunque como digo, la cosa comenzó muy bien con la cañera y muy bien adaptada a este formato "Daddy, Brother, Lover, Little Boy", quizás el exceso de baladas y medios tiempos como fue la famosa versión de Cat Stevens "Wild World", o conocidos éxitos como "Take Cover" o "Just Take My Heart" hicieron el concierto poco ágil. De todas formas la calidad de estas leyendas es indiscutible, y poder escuchar himnos como "To Be With You" (la que más fiel sonó con la original al ser ésta originalmente en este formato desnudo), siempre es un puntazo hasta que Mr. Big vuelvan con un último tour tal y como parece que está previsto.

Saurom

Saurom hicieron un repertorio limitado respecto a su show habitual completo, pero con un público fiel y entregado como siempre, en una de sus mayores audiencias hasta este momento. Venían presentando su último disco hasta la fecha, 'Música', que aunque editado hace cerca de dos años, todavía tiene su vigencia al haberse editado en plena pandemia. Así, temas clásicos como "La leyenda de Gambrinus" o "Noche de Halloween" se entremezclaban con los de su mencionado último disco, de los que fueron genialmente recibidas "El lazarillo de Tormes", "La hija de las estrellas", "Salta" o la preciosa balada "Cuando nadie nos ve". Su vocalista Miguel Ángel estuvo al nivel esperado, y la comunión de banda y público tuvo la misma cercanía de antaño, y es que Saurom y su público son ya como una familia... Los veremos también en el Leyendas del Rock, donde estoy convencido que estarán todavía más en su salsa. Y es que estos trovadores siguen cumpliendo los 'sueños' de muchos fans presentes, merced a cortes como los de ese álbum de 2015 como "El carnaval del diablo" o "El círculo juglar".

Era el turno del cierre de los escenarios principales con la virtuosa formación progresiva Pain Of Salvation en el Rock Imperium Stage, donde ya se agolpaban en las primeras filas sus primeros seguidores cuando aún andaban tocando Saurom. El guitarrista y vocalista líder, Daniel Gildenlöw, estuvo una vez más a la altura de las circunstancias del combo sueco, intercalando temas especialmente de sus dos últimos discos, el trabajado 'In The Passing Day of Light’ y el más reciente, ilustre y experimental ‘Panther’ de 2020, de la que sonó, entre otras, el tema homónimo. El también brillante y repescado componente original Johan Hallgren, guitarra rítmica y coros, se lució desde el principio en temas como “Acellerator” o “Reasons”. No obstante, todos los miembros del grupo son piezas fundamentales en Pain Of Salvation, como lo demostró el virtuoso batería Léo Margarit, que se llevó aplausos incluidos ante su melodioso e inesperado registro vocal. "Wait", la primigenia "Used" o "On A Tuesday" fueron otros cortes donde, lejos de causarnos dolor, estos magos de la improvisación y el virtuosismo nos dieron una lección de diez.

Pain of Salvation

Con algo de retraso sobre el horario previsto, llegaban los fantásticos The Dust Coda. A este combo británico de hard rock los habían encima movido hace semana de horario en el Heretic Stage, para que no coincidieran (irónicamente ahora) con los "peyeros" Whitesnake como estaba previsto. Así, al menos, buena parte de esos fans que el tío Coverdale había dejado huérfanos esa noche pudieron resarcirse y disfrutar o descubrir a otro grupazo del género. Con dos álbumes editados hasta la fecha, pusieron a toda la audiencia a cien con canciones como la rockanrolera “Jimmy 2 Times”, la hardrockera “Demon” o la sureña “Dream Alight” (muy a lo Lynyrd Skynyrd). No falto la imponente “Breakdown” con su característico riff, sin duda una de sus piezas más conocidas. La preciosa “Sweet Love Is Gone” nos dio un poco de respiro, con una exquisita interpretación del carismático John Drake a la voz y la guitarra rítmica. Sus compañeros Adam Mackie como guitarra solista, Tony Ho al bajo, y Scott Miller a la batería estuvieron así mismo soberbios, dándolo todo en la rápida “Best Believe It” o ya en el final con “Limbo Man”, corte con el que suelen despedir todos sus conciertos. Sin duda, The Dust Coda supo ganarse a todos los que nos dimos cita en este tercer escenario, abarrotado, para despedir el festival por todo lo alto.

De momento, la oferta hard rockera y clásica seguirá estando garantizada en la próxima edición con la incorporación de los veteranos Deep Purple. Hasta que la estrella de la carretera llegue al próximo verano, seguiremos viviendo de los recuerdos de esta primera edición que, pese a las adversidades, ha resultado ser un completo éxito. El imperio continuará el próximo año, de seguro, con nuevas y excitantes batallas de decibelios. ¡Hasta muy pronto, Cartagena!

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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