Crónicas
The Neal Morse Band: Ceremonial progresivo
«Una entrega total de unos músicos en perfecta comunión con su público»
14 abril 2019
Sala Mon, Madrid
Texto: José Luis Martín Fotos: Sami Auvinen
Tres años habían pasado desde aquella maravillosa obra conceptual llamada 'The Similitude of a Dream', y el californiano Neal Morse nos visitaba de nuevo para presentarnos su nueva creación, 'The Great Adventure'. Junto a él, su inseparable baterista Mike Portnoy, con el que lleva veinte años junto, desde que formaran el fascinante proyecto Transatlantic en 1999.
Había mucha expectación y la sala rozó el lleno para ver a uno de los máximos exponentes del rock progresivo actual, que no defraudó a ninguno de los asistentes, brindándonos una magistral sesión, con grandes composiciones, virtuosas ejecuciones y una entrega total de unos músicos en perfecta comunión con su público.
El primero en aparecer fue un Neal Morse encapuchado, cantando en solitario la parte inicial de "Overture: The Great Adventure", incorporándose después del resto de componentes. Además del ex-Dream Theater, Portnoy, el resto de miembros no eran precisamente mancos; desde el virtuoso guitarista Eric Gillette, pasando por el multinstrumentista Bill Hubauer (Ten Point Ten), ejerciendo aquí de teclista y vocalista ocasional, hasta el orondo y simpático bajista Randy George (Transatlantic, Spock's Beard, Ajalon).
'The Great Adventure' fue interpretado de forma íntegra, como ocurrió con el anterior trabajo, destacando una majestuosa "Dark Melody" donde las guitarras de Gillette brillaron con luz propia mientras que Bill Hauer consiguió crear unas intrincadas atmósferas orquestales que fueron todo una delicia, levantando grandes ovaciones.
Magnífica también resultó "I Got to Run", donde los pasajes progresivos dejaban paso a las melodías y a un estribillo muy adictivo para volcarnos de nuevo en una fase más poderosa y enérgica.El contrapunto a tanto derroche de poderío instrumental lo pusieron temas más sosegados e introspectivos como "A Momentary Change", "Hey Ho Le'ts Go" (en el que al protagonista del relato le dicen que se aleje de este lugar desolado) o "Long Ago", donde Hubauer hace diabluras con los teclados.
El sonido durante toda la noche fue perfecto. Junto a las proyecciones en la pantalla posterior y unas efectivas luces, crearon el clima idóneo para que el show se desarrollara de forma impecable.
El broche final a este sugerente y fascinante álbum, lo puso la excelsa "A Love That Never Dies", tomando el protagonismo un majestuoso duelo vocal entre Morse y Gillette, con un épico final que encumbra y poner en valor lo mejor del universo progresivo, con unos pasajes instrumentales maravillosos, envuelto con unos arreglos y coros que ponían la piel de gallina.
La perfecta conjunción de unos músicos en estado de gracia, que aúnan la intensidad y destreza con sus instrumentos a la pasión y el disfrute que transmiten tocando, te enganchan - y de qué manera - consiguiendo que temas con grandes desarrollos se pasen de un plumazo, perdiendo la noción del tiempo.
Para los bises nos dejaron cortes del resto de su biografía como "Reunion", "The Temple of the Living God", "The Conflict" o la extensa "The Call", con un Portnoy gustándose con las baquetas y un Morse arrodillándose ante el teclado, en un signo de entrega total. Morse no dejo de lado su faceta de showman, cambiando de ropa y luciendo gafas o máscaras diferentes.
Dos horas y media de show, con un descanso de apenas doce minutos, acabaron por dejarnos rendidos nuevamente, ante la maravillosa experiencia de asistir al ceremonial de Neal Morse en directo. ¡Sublime! Esperamos no tardar mucho en volver a verlo, quizás con el tercer disco de Flying Colors o el próximo de Transatlantic.
Setlist: "Overture: The Great Adventure", "The Dream Isn't Over", "A Momentary Change", "Dark", "Melody", "I Got to Run", "To the River", "The Great Adventure", "Venture in Black", "Hey Ho Let's Go", "Beyond the Borders", "Overure 2", "Long Ago", "The Dream Continue", "Fighting With Destiny", "Vanity Fair", "Welcome to the World 2", "The Element of Fear", "Child of Wonder", "The Great Despair", "Freedom Calling", "A Love That Never Dies", "The Land of the Beginning Again", "Reunion", "The "Temple of the Living God", "The Conflict", "Leviathan", "It's for You", "Momentum", "The Call, "Broken Sky/Long Day (Reprise)"
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6 comentarios
Solo con ver en directo a un histórico de la batería como Mike Portnoy ya es motivo suficiente para asistir al concierto en solitario de un grande como Neal Morse en esa pequeña sala madrileña pero dando todo un recital de maestria estos fenomenos.
Concierto épico y sublime, con conexión y entrega total entre músicos y los que allí estábamos....muy buen sonido, pero como siempre, un calor horroroso en la sala y baja visibilidad, que hacen que el disfrute del concierto no sea al 100%.
Sauna-Mon, no gracias...
Randy George no toco en Transatlantic
En la cumbre del progresivo, con permiso de Mr. Wilson. Fue inolvidable, inmensos Morse y cía. Estamos sin lugar a dudas ante un genio.
Es uno de esos conciertos que te dejan boquiabierto. Además, qué nivel compositivo tiene Neal Morse, es increíble. Y la banda … sin palabras. Destacaría también cómo se nota lo que están gozando haciendo esa maravillosa música. Para los amantes del progresivo, junto a Wilson, no hay nada mejor.
Excelente demostración de virtuosismo y entrega emocional, además con un sonido casi perfecto, que habría sido impensable semanas atrás cuando dejó bastante que desear con Uriah Heep o Haken. Son unos grandísimos músicos, pero tengo que decir que yo tuve sensaciones encontradas, ya que el último disco, al que he dedicado mucho tiempo, es de los que menos me gustan de toda su discografía, si no el que menos (y eso que es bueno, sin duda). Luego, en el medley de los bises, tuve una constante sensación de coitus interruptus... ya me habría gustado presenciar en directo las giras de "Testimony", "One", "?"... o incluso "Similitude..." Vamos, que tuve la sensación de no disfrutar al 100% de algo que sé que fue grandioso... Pero en fin, reconozco que es algo totalmente subjetivo.