Crónicas

Somas Cure + Ankor + Morphium

«Fiesta de la nueva ola del metal español»

13 enero 2018

Sala Cool Stage, Madrid

Texto: Manu Gamarra. Fotos: Marta G Paniego

Tres de las bandas más prometedoras de nuestro metal, si bien en ciertos aspectos ya se encuentran más que asentadas, se dieron cita en la céntrica sala de la capital para hacer vibrar al público con más de tres horas y media de música en directo.

Aunque tenían el difícil papel de romper el fuego, Morphium demostraron estar a la altura de las circunstancias y sacaron adelante una actuación bastante notable que hizo las delicias de los amantes de los sonidos más aguerridos. Con un set basado casi enteramente en ‘The Blackout’, gira que culminaban en este concierto, y con un Alex, vocalista, totalmente pletórico, brillaron especialmente en temas como "Victim of Your Shame", "Made of Scars" o "What Lies Behind Words", con la que decidieron cerrar la actuación.

Para cuando Ankor comenzó a desplegar toda su energía, la Cool Stage ya se encontraba abarrotadísima de gente. Pese a no gozar del tirón que sí poseen otras bandas en nuestro país, el hecho de cantar en inglés convierte el metalcore de los tarraconenses en un fenómeno de masas fuera de nuestras fronteras. Tanto es así, que hace poco más de un mes los cinco miembros de Ankor se encontraban regresando de su aventura japonesa, que les llevó a llenar siete salas del país nipón. Con varias fechas cerradas por todo el territorio nacional e Italia para el inicio de 2018, esperan volver a cruzar el charco a lo largo de este año en dirección Argentina, Chile y Uruguay, según apunta el Diari de Tarragona.

Se trata de un estilo de música más propicio a triunfar entre los jóvenes y adolescentes (Avenged Sevenfold, A Day to Remember…), quizás con abuso de partes sampleadas, hasta el punto de que no tienen bajo. De hecho, ellos mismos admitieron que la mayoría del público japonés apenas superaba los veinte años. Sin embargo, en el bolo de Madrid se apreció mucha más diversidad de gente y edades, que corearon las canciones de su bien reconocido y variado último trabajo ‘Beyond The Silence Of These Years’, evidentemente mayoritarias en el setlist (no fue así, para mi sorpresa, con Somas Cure). “Lost Soul”, la fantástica y con parte rapeada que recuerda a Linkin Park “Shhh… (I’m Not Gonna Lose It)”, su ya clásica versión del “Chop Suey” de System of a Down o el hit “The Monster I Am” formaron parte de un repertorio que sonó a las mil maravillas y en el que tuvieron una considerable participación los tres miembros restantes de la banda. Sobre todo la aportación de la voz del guitarrista Fito en algunos temas para apoyar a la de Jessie, que encandiló a la sala con su mezcla de registros vocales melodiosos y screams, además de por su actitud sobre el escenario. Un problema técnico de la mesa de mezclas les tuvo inactivos durante un buen rato, imprevisto que supieron solventar de manera magistral entreteniendo a la gente con una serie de improvisaciones musicales. Bien etiquetados con el nombre de metal alternativo, al igual que Somas Cure, pero muy distantes dentro de este estilo. Puede que su música peque de un ligero exceso de artificialidad por el tema de los samples antes mencionados, pero lo cierto es que dejaron el pabellón bien alto y a un público muy satisfecho.

Por fin pude acercarme a la primera fila en el descanso para disfrutar de cerca de Somas Cure, ya que con Ankor la zona estaba prácticamente intransitable. Probaron minuciosamente los instrumentos antes de arrancar la actuación, pero aún así el sonido no fue ni mucho menos el ideal durante la hora y cuarto que aproximadamente se mantuvieron sobre el escenario, sobre todo en la primera mitad. Tras una intro instrumental muy épica, mi primera sorpresa llegó con el arranque del bolo, para el que echaron mano de “Te engañé” de su segundo disco ‘Equilibrium’ y no de “Génesis” y “En carne viva”, que abren ‘Éter’ y habitualmente también los conciertos de esta última gira. De su último y asombroso trabajo, como ya mencioné anteriormente, esperaba bastante más presencia de temas, pero supongo que jugando en casa les apetecería dar un poco más de variedad al asunto. Tras “Kelt” y “Bitácora”, la instrumental “Pangea en llamas” precedió a “Ceniza”, en la cual cobraron especial protagonismo los punteos de Borja. La puesta en escena tanto de este último como de sus compañeros Álvaro, Vitti, Darío y Txema, fue fantástica, moviéndose continuamente por el escenario e intentando interactuar con el público (Borja tenía abollado el altavoz de tanto apoyar el pie). El propio Txema, con esa increíble variedad de registros vocales que pocos poseen en el mundo de la música en España (de gutural a angelical en décimas de segundo), anunció un regreso a sus inicios con “Parseval”, que da título a su primer EP del 2011. También presentó la siguiente, en “Carne viva”, como concienciación contra la violencia de género: “No es solo pegar. Ni una más”. Con ella se llegó al ecuador, tras el cual mejoró ligeramente el sonido, pero la voz de Txema todavía se seguía escuchando demasiado por debajo de los instrumentos.

“Sanguine” y nuevamente la instrumental “Éter” precedieron a “Dunas de marte”, durante la cual tuvieron que actuar los miembros del staff de Somas Cure para arreglar la unión de la guitarra de Álvaro con la cinta con esparadrapo. Puede sonar algo insignificante, pero es por detalles como éste último hecho, con personal de la banda continuamente atento al devenir del concierto y que también prueba los instrumentos antes del comienzo, me refiero a lo de que en ciertos aspectos la banda ya está bastante asentada en el panorama, en gran parte gracias a la gran repercusión que ha tenido su último disco ‘Éter’. “Colisiones”, “Equilibrium” y “Llueve” terminaron de preparar a la gente para el éxtasis final que supondrían “Leviatán” y “Helios”. La primera, con Txema ordenando agacharse a la sala entera para saltar todos a la vez a ritmo de riff; la segunda, con Borja tocando desde el suelo con el bajo y guitarra restantes rodeándole.

En definitiva, los cinco componentes de Somas Cure radiando felicidad por los cuatro costados (yo también, sobre todo cuando acabó en mis manos la baqueta destrozada de Darío), hasta el punto de ver a Txema desgañitándose la voz incluso para la foto final. También radió felicidad, y yo de verle, un chaval situado justo delante de mí y que se sabía de cabo a rabo todas y cada una de las canciones, después de que Borja le diese en mano una de sus púas.

No hicieron lo típico de marcharse a camerinos y regresar ante el griterío de la gente, aunque si que es cierto que nos quedamos con ganas de más (más de uno se pensó que todavía quedaban los bises). Una pena el sonido y el escaso tiempo del que gozaron, pero sin lugar a dudas un grupo imprescindible de disfrutar en directo, más todavía después de este maravilloso ‘Éter’.

Manu Gamarra
Etiquetas: , , ,

Categorizado en: , ,

Esta entrada fue escrita por Manu Gamarra

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *