Crónicas

Playa Cuberris: Queda vida y futuro en el rock español

«La genealogía del rock que vive en Playa Cuberris añadía una rama más. Suenan a Tarque, suenan a brit-pop, suenan a grunge, suenan a rock español, suenan… a Playa Cuberris.»

15 febrero 2020

Sala Mon Live, Madrid

Texto: Ismael Molero. Fotos: Carmen Somovilla

Hacía años que buscaba una excusa para arrancar una crónica parafraseando el mítico titular que John Landau le dedicó a un por entonces semidesconocido Springsteen en 1974: “He visto el futuro del rock ‘n’ roll y se llama Bruce Springsteen”, escribió el legendario crítico para el bostoniano The Real Paper.

Pero “no empecemos a chuparnos las…”, que diría el Sr. Lobo en Pulp Fiction, y vamos a hacer el repaso a los hechos que nos han permitido utilizar tan pomposa frase. La noche se presentaba prometedora en el foro: temperatura primaveral, cervezas frías y un buen rato de espera para entrar en la Mon -antigua Penélope, para que se ubiquen los clásicos- que permitía degustarlas con calma. Entre trago y trago, siempre viene bien asomarse a las conversaciones de los de al lado para ir tomando el pulso a la velada. La peña tenía ganas de juerga, venían convencida, convertida, y como en las mejores noches, venía de todas partes. Mola cuando en la fila coinciden pijos con “punkarras” -esos orígenes “ska-punk” de Pedro y Álvaro en “Skaguto” se tenían que notar-. El rock siempre suma, nunca resta (palabra del Loco).

Ya dentro de la Mon, la cosa pintaba bien. Una vez apostados en primera fila y, con la francotiradora en posición clara de disparo para que lo veáis todo mejor de lo que yo lo vi -tenía un altavoz delante-, echamos la vista atrás para constatar lo que ya sospechábamos: ¡no cabía nadie! Si no era soldout lo parecía, y solo debieron faltar los abonados, como en los partidos de liga, que en realidad se perdieron una noche de final deChampions.

“Más contento que Dios”

Así se fue del escenario Sergio Rojas, y así nos quedamos nosotros, “más contentos que Dios” después de escuchar al madrileño. Botines country y guitarra acústica para regalarnos un setdesenchufado” de tres canciones para reconectarnos con las raíces del sonido. “Malas yerbas”, “Pecado” y “Amor de radio” formaron el triunvirato, pero fue esta última con la que Sergio se vino arriba. “Sé que no es fácil escuchar a alguien que no se conoce”, dijo Rojas ante de jugarse un “a capela” muy guapo en el final del tema con el que la Mon hizo sus primeros coros de la noche. Y encima es paisanejo de San Blas. Lo dicho, “más contentos que Dios”.

Bienvenidos al país de Cuberris

El mood era el adecuado y llegaba el momento de que los Cuberris irrumpieran sobre las tablas. “Viernes verdes” de su segundo trabajo, ‘Entrar a matar’ (Entrebotones, 2017), fue el corte que abrió el fuego. A partir de ahí, un puto tornado se llevó la Mon como si fuera la granja de Dorothy, pero en vez de despertarnos en el país de Oz lo hicimos en territorio Cuberris.

Llegamos a la tierra prometida. Al mítico país del rock, con Pedro Cuberris unchained, ejerciendo de “animador de cotarros”, erigido en el  guardián del muro de sonido edificado por esa potente base rítmica (impecables Roy Santana al bajo y Daniel Sánchez a la batería) que gastan los Cuberris.

Todavía rebuscando entre los restos del huracán, nos sorprendió la explosión atómica de “Furia nuclear”, cuya onda expansiva arrasó con todo y dejó el camino despejado para tres canciones del nuevo trabajo. La primera “Gigantes”, que da título al LP, recordó esos días tempranos de la banda, “con el cinturón de los KISS y los discos de los Class”, como rememoran en la canción, para después hacer una declaración de intenciones: “no hay mucho dinero, pero tú y yo podemos ser gigantes”.

Gigantes

Unos chavales con un sueño, el de formar una banda de rock, que, con tras casi una década a sus espaldas de experiencia acumulada, está facturando cortes que huelen a clásico, quizá los mejores de su carrera. Como “Turín”, que llegó tras “Gigantes”, lanzada hace pocos días en plataformas digitales, y a la que siguió el estreno de “Zepelín”. Otro “pepino”, como todo lo que hemos conocido hasta ahora de este Gigantes que están desgranando poco a poco, en esa estrategia de singles con sus consiguientes videoclips, que se adapta a los tiempos que corren en la industria discográfica. Sin embargo, desde aquí hacemos un llamamiento en nombre de la gente “vintage”, para que saquen el disco en formato físico y podamos echarnos la tarde escuchándolo del tirón, a la vieja usanza.

Acabado el medley de Gigantes -que contó además con Sergio Rojas y Sergio Valdehita, “Valde” teclista de Sidecars-, llegó el turno para el guitarrero himno “María Isabel” -mención aparte aquí para el combo de guitarras que forman Álvaro Fernández y Alex Vallejo-, que subió la temperatura y los decibelios. Gritar desesperadamente un nombre de mujer mirando al cielo, es muy rock.

Los reyes de la ciudad

Tras “El rey de la ciudad” -muy oportuna, porque a estas alturas los Cuberris estaban ya sentados en el sillón del alcalde y con los pies sobre la mesa-, tocó otro “momento Gigantes”, que se abría con el tercer corte inédito de la noche, “Algo especial”, que ya habíamos tenido el gustazo de escuchar en acústico en la visita que nos hizo Pedro Girón en MariskalRock.com, y que en directo y a banda completa sonó guapísima. Como “Alta tensión”, otra de la nueva hornada, que brilló especialmente con Gabri de Shinova compartiendo micro con Peto.

A estas alturas de la película ya teníamos muy claro todos que el concierto era de los que se cuentan entre las grandes batallitas. Una de esas medallas que los rockeros llevamos con orgullo en el pecho: “Yo estuve allí”. Los Cuberris son gente que sabe lo que hace: riffs que te lleva a los setenta, un frontman que sabe de qué va la movida, y una banda de rock. Importante esto. No basta con “tener” una banda de rock ‘n’ roll; hay que serlo, y hay que creérselo. Y cuando Pedro presentó a los suyos en mitad de “Atrévete a perder”, otra de las no editadas de Gigantes, nos lo creímos. Parece algo anecdótico, pero dominar el arte de presentar al grupo es algo fundamental en todo buen show rockero.

“A partir de aquí ya las conocéis todas”

Como fundamental es marcarse una traca final que ponga un broche a la altura de lo que estaba siendo la puesta de largo de Gigantes. “A partir de aquí ya las conocéis todas” amenazó Pedro, y los madrileños sacaron la artillería pesada, con la orden de su general de no hacer prisioneros. “Victoria o muerte”, y en este caso fue “Victoria”, uno de los singles ya estrenados del nuevo LP, el encargado de reventar las gargantas de la Mon.

“No suena en radios, ni en la televisión, pero el glamour le habría quitado emoción”. Momento Cuberris. Enorme. Queda vida en el rock español.

Queda vida en Marte, queda vida en el rock español

Y queda vida en Marte, como se encargaron de demostrarnos los Cuberris, que junto a Adri y Juanín de Marlon nos llevaron hasta el planeta rojo con el que es sin duda el indiscutible hit de Gigantes: “Marte”. Un auténtico temazo que vino a demostrar que, efectivamente, a partir de ahí “nos las sabíamos todas”. También es verdad que apostar por “Locos de atar”, himno absoluto de los directos de los Cuberris, era hacerlo sobre seguro. Con Pedro invocando a los mitos paseándose entre el público para cerrar la canción, ya solo quedaban los bises.

Unos bises que echaron el cierre con otro corte fundamental de la discografía de Playa Cuberris, “Luces de Neón”, pero cualquiera que estuviera allí sabe cuál fue el momento álgido del añadido: “Buscando en la basura”. Sí, habéis leído bien. El clásico de la Fuga se aparecía como un fantasma sobre el escenario de la Mon, con Pedro, vocalista y guitarra de la banda canalizando el espíritu del rock español a través de cada uno delos instrumentos de Playa Cuberris. ¡Joder si nos sabíamos todas!

Y no podía ser otra banda la que cerrara el círculo; un grupo como la Fuga, originario de Cantabria, le pasaba el testigo a un conjunto madrileño con nombre de playa del cantábrico y alma cántabra. La genealogía del rock que vive en Playa Cuberris añadía una rama más. Suenan a Tarque, suenan a brit-pop, suenan a grunge, suenan a rock español, suenan… a Playa Cuberris.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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