Crónicas
El marcapiel: Vuelo eterno
«Si existe un común denominador entre los compañeros de grupo de Spinetta es la capacidad para mantenerse intactos»
23 enero 2020
Ciudad Cultural Konex, Buenos Aires
Texto: Gabriel García. Fotos: Sandra Calandrino
El pasado 23 de enero Luis Alberto Spinetta, verdadero prócer del rock argentino, hubiera cumplido setenta años. Fiel a la costumbre enarbolada hace cuatro años, una horda de músicos que compartieron proyectos con El Flaco se juntó a celebrar la música de este gigante en la Ciudad Cultural Konex de la Capital Federal.
La sola mención a Luis Alberto Spinetta provoca cierta solemnidad, sea por la calidad de su discografía, por la extensión de la misma, por su compromiso con la música o por su compromiso con la vida. Por estas razones no debe ser sencillo para sus músicos y compañeros de toda la vida ponerse la poesía en la espalda y llevar adelante la celebración del cumpleaños número setenta de Spinetta. Sin embargo, esto fue justamente lo que sucedió en la cuarta edición de ‘El marcapiel’, concierto que se lleva a cabo todos los 23 de enero en la Ciudad Cultural Konex del barrio del Abasto. Un espectáculo tan especial al que, si se intenta criticar negativamente, se va a pérdida. La regla de tres es simple y directa; si un grupo de músicos comandado por Rodolfo García y Emilio Del Guercio, ambos Ex-Almendra, banda fundacional del rock argentino, Javier Malosetti (director musical del evento y uno de los máximos exponentes del jazz local contemporáneo), la guitarra exquisita de Guillermo Arrom, Dhani Ferrón y el siempre preciso Daniel Colombres en batería, arremeten con “El mundo entre las manos” y “Fermín”, el mensaje es inequívoco. ¿Cuál es el mensaje? Que dos canciones que hace días (ver recuadro) cumplieron cincuenta años emocionen de la misma manera a viejos y jóvenes, rockers y hípsters, no es para cualquiera. La absurda premisa del “Vos no lo entendes porque no viviste la época” no tiene lugar. Nunca debería.
Pero acá no hay lugar para la melancolía, Spinetta no curtía ese tipo de emociones, y, si algo parecen respetar los músicos sobre el escenario, los del plano terrenal, es cada gramo de la filosofía del hombre celebrado.
Una de las características más importantes de ‘El marcapiel’ radica que en las casi tres horas de show se pueden ver varias bandas diferentes. Ser el guitarrista del Indio Solari (Ex-Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota), Andrés Calamaro y, claro, Luis Alberto Spinetta, supone un currículum añorado por cualquier músico. Baltasar Comotto, el del currículum, se hace cargo de la banda para ese blues marciano llamado “Yo miro tu amor” y una canción que aparece en el último disco grabado en vida por Luis Alberto Spinetta (‘Un mañana’), pero que resume muy bien el sonido spinetteano: “Tu vuelo al fin”. Luego el inmenso Dhani Ferron se despachó con una sentidísima versión de “Dios de la adolescencia”, de Invisible, dejando todo listo para que Celsa Mel Gowland (Ex-Metrópoli) regalara dos grandes momentos del disco ‘Privé’ de 1986. Las elegidas fueron “Pobre amor, Llámenlo” (dedicada por Luis a Charly García) y “No seas fanática”. Después, el gran Ferrón, no hay otra manera de referirse a este tipo, cantó de manera sublime “Resumen porteño”.
Si existe un común denominador entre los compañeros de grupo de Spinetta es la capacidad para mantenerse intactos. Este es el caso de Machi Rufino, uno de los mejores bajistas argentinos y hombre que desafió a la ciencia. Ya sea dándole a las cuatro cuerdas o cantando, Rufino tiene una energía especial. Por lo menos eso es lo que se siente con las versiones del clásico “Durazno sangrando”, la hipnótica “Pleamar de águilas” y la poco transitada en shows en vivo “Oboi”. Antes, Malossetti, el otro bajista, agarró la guitarra para una versión de “Cementerio club” que incluyó una zapada con Rodolfo García en batería y Juan Del Barrio en Hammond. “Que calor hará sin vos en verano…”.
Pero ahora la solemnidad de la que hablábamos al principio de esta crónica pierde frente al rock and roll escénico cuando Fabiana Cantilo se apodera del escenario. Talento, voz y personalidad unidas para una versión de “Jardín de gente” que fue el preludio para dos momentos que calaron profundo en más de un asistente. Primero llegó “Nunca me oíste en tiempo”, de Spinetta Jade con Juan Del Barrio y Leo Sujatovich (ambos tecladistas de Jade en diferentes momentos), y después con “Leves instrucciones”, esa consigna para la vida escrita por Spinetta y Del Guercio que fue interpretada en vivo por segunda vez en 48 años. El combo se completa con una impasible “Toma el tren hacia el Sur” y “Ana no duerme”. No apto para corazones solitarios.
Argentina es un país en el que abundan las historias dicotómicas al estilo Beatles vs Stones. Norberto “Pappo” Napolitano fue un verdadero cultor del blues, el stoner (basta con escuchar su disco ‘Aeroblus’ de 1977), el hard-rock y el heavy metal. La versión que en la noche de ‘El marcapiel’ Los Tipitos hicieron de “Ropa violeta” unió al sonido de riff, banda legendaria de Pappo, con Tom Petty and the Heartbreakers, pero con la poesía y la música del homenajeado de la noche. Porque Spinetta abarca todo, desde el rock al jazz, pasando por el tango y la música negra. Y nos quedamos cortos.
Afortunadamente, las térmicas de la Ciudad Cultural Konex no estallaron cuando León Gieco, un tipo de energía única, subió al escenario para cantar “Todas las hojas son del viento” y “8 de octubre”. La primera constituye uno de los momentos más folk en la carrera de Luis Alberto y abre el indispensable ‘Artaud’ de 1973. La segunda fue compuesta conjuntamente por León y Luis luego de la terrible tragedia del Colegio Ecos en la que nueve alumnos y un maestro de ese establecimiento fallecieron en un accidente de tránsito cuando volvían a realizar tareas solidarias en un colegio del Chaco, provincia del noreste argentino. Varios artistas se sintieron muy movilizados por este suceso y, desde ese momento, colaboraron con la causa de diversas maneras. La emoción se hizo carne.
Para el final, todos los músicos corearon junto al público “Quedándote o yéndote” y “Rutas argentinas”. La intimidad en la multitud. Una buena respuesta a esa pregunta que cantó Fabiana Cantilo en la mitad del show: “¿Quién resistirá cuando el arte ataque?”.
‘Ya no mires atrás’: el nuevo disco póstumo de Luis Alberto Spinetta
En las últimas semanas Spinetta estuvo en las noticias y eso hace bien. Primero el pasado 15 de enero cuando se cumplieron los cincuenta años de la edición del primer disco de Almendra, aunque la sorpresa grande vendría del lugar menos pensado; “Stepdad”, una de las canciones nuevas de Eminem, incluye un sampleo de “Ámame Petiribi” de Pescado Rabioso, el grupo que marcó la respuesta de Spinetta a Led Zeppelin. Como si esto fuera poco, mientras los asistentes a ‘El marcapiel’ ingresaban a la Ciudad Cultural Konex, escuchaban un puñado de canciones nuevas de El Flaco. Ese mismo jueves, Día del Músico Argentino, salió a la luz ‘Ya no mires atrás’ un nuevo álbum póstumo de Luis Alberto Spinetta, el segundo tras la edición de ‘Los Amigo’ en noviembre de 2015.
Todo tiene la apariencia de un plan maquiavélico planeado por el artista si no fuera porque las canciones que conforman el nuevo álbum fueron grabadas algunos años antes de su fallecimiento en 2012 y quedaron escondidas en un pen drive. Lejos de lo que suele ocurrir en este tipo de ediciones, ‘Ya no mires atrás’ huele a disco terminado, no se trata de un rejunte de demos y temas inéditos mal grabados.
“Veinte ciudades”, que abre el disco, tranquilamente podría haber sido uno de los hits del disco ‘Mondo Di Cromo’ (1983), esas canciones enérgicas que sirvieron para levantar un disco muy mid-tempo. “Ya no mires atrás”, la canción, funciona como una máxima que rigió la vida y la filosofía del autor durante toda su vida, la de seguir siempre adelante como un búfalo. Y predicaba con el ejemplo.
Los músicos que acompañan en esta grabación acentúan la idea de familia que tanto le importaba a Luis Alberto; ya que, si hablamos de Claudio Cardone y el Mono Fontana en teclados, Sergio Verdinelli (batería), Nerina Nicotra (bajo), Alejandro Franov como arreglador y el ingeniero Mariano López, la unidad está intacta. Otros puntos altos son “Luna nueva, mundo arjo”, compuesto en la época post Jade, y “Diadema”, que Spinetta cedió a su coach vocal Grace Cosceri.
Spinetta sorprendió una vez más. Y todo parece indicar que no será la última vez.
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3 comentarios
Conciertos muy dignos por parte de estas bandas argentinas tributando a un grande del Rock de su pais.
Excelente y emocionante Gaby! gracias por dejarme estar en ella, todo un honor para mi..