Crónicas

Europe + King King: Un paseillo terrenal

«Pues lo cierto es que fue un concierto de cumplir el expediente, un paseíllo más bien terrenal en el que sobró material de los últimos lanzamientos y faltaron más testimonios de sus primeras cosechas»

5 octubre 2018

Santana 27, Bilbao

Texto: Alfredo Villaescusa. Fotos: Marina Rouan

Sabes que, indefectiblemente, ha pasado cierto tiempo cuando grupos que antaño eran patrimonio casi en exclusiva de chavalas en la flor de la vida, ahora se han convertido en punto de reunión de señoras maduras, muchas seguramente ya casadas y con sus churumbeles y todo. Pero no hiramos susceptibilidades, hoy en día apenas existe eso de bandas “para chicas”, y no es de extrañar que ciertos nombres apelen, por igual, tanto a damas como a caballeros hechos y derechos. Se acabaron los complejos. Salgamos del armario.

Con los suecos Europe siempre existió eso que los anglosajones llaman “guilty pleasures”, es decir, una afición políticamente incorrecta en determinados sectores que había que esconder por miedo a que a uno lo tildaran de moña o de perder aceite, algo muy frecuente durante los ochenta y noventa. Luego, por supuesto, estaban los seres superiores a los que les sudaba la polla todo eso y lo mismo escuchaban Bon Jovi que Burzum o Kreator sin perder la compostura y mucho menos la dignidad. Pero esos eran los menos.

Desde que volvieran a la actividad a principios del presente siglo, habíamos coincidido con los creadores del megahit “The Final Countdown” en repetidas ocasiones, tanto en festivales como en shows propios, y la conclusión la mayoría de las veces había sido la misma: sus temas contemporáneos no llegan ni a la suela de los zapatos a los de su etapa gloriosa, entendiendo esta desde el debut de 1983 hasta el ‘Prisoners In Paradise’. No negamos que haya alguna excepción más o menos resultona, pero en general no resisten la comparación, es así.

Como ya conocíamos ese desmedido empeño por demostrar que no viven de las rentas, no albergábamos excesivas expectativas para el bolo de Joey Tempest y compañía en una sala Santana 27 abarrotada a la manera de las grandes ocasiones, lo cual tenía su mérito con entradas a cuarenta y pico euros. Un respetable veterano en el que apenas se vio juventud y que daba la sensación de acudir a una corrida de toros o algo así.

Calentaron el ambiente los escoceses King King, cuyo vocalista apareció ataviado con una falda de su tierra y demostró notables dotes, tanto al micro como a las seis cuerdas. Pero, en su repertorio, algo fallaba, pues alargaba en exceso las piezas que se hacían eternas y aquello era tan edulcorado que nuestra fotógrafa lo calificó como “canciones para sacar los kleenex”. Y lo cierto es que a un servidor también le desbordó tanto almíbar, sobre todo en el colofón intensito “Stranger To Love”. Pura kriptonita para cualquier nihilista.

Es en el comienzo de los conciertos de Europe y otros responsables  de éxitos interplanetarios donde uno observa con más nitidez el declive de la civilización actual. Antaño, la peña se limitaba a saltar o chillar como poseídos por la emoción del momento, hoy en su lugar, una multitud de gatos de escayola se apresuran a inmortalizar con el móvil algo que seguramente no volverán a visionar en casa y únicamente sirve para demostrar en redes sociales que estuvieron por allí haciendo el notas.

Así sucedió con la inicial “Walk The Earth”, que reveló a un Joey Tempest en un respetable estado vocal acompañado por una banda competente que no se desmelenaba demasiado. “The Siege” mantuvo el tipo y a la tercera ya se desataron los ánimos con el himno “Rock The Night”, que provocó instantáneamente el contoneo de féminas. Parece mentira que por décadas que hayan pasado todavía muchas se desvivan por conseguir tocar al carismático vocalista, algo que se evidenció en el delirio que se montaba cuando este se acercaba a las primeras filas. Y es que lejos del pelucón que se gastaba en los ochenta, el tipo sigue conservando su porte elegante.

El hard rock modernete de “Hole In My Pocket” tenía un pase, pero ya nos comenzamos a aburrir un poco cuando a Tempest le entró el arrebato estrellita con el inicio en solitario de “Pictures”. “Firebox” tampoco nos convenció en absoluto, otro tema intrascendente, más para la escucha en la intimidad que en un evento multitudinario. Recuperaron la pegada con un inmenso “Ready Or Not”, con una intro bluesera de poner pelos de punta y con el voceras guitarra en ristre bordando una interpretación impagable en el apartado vocal. Quizás lo mejor de la noche. Hubo hasta hembras que agitaron la cabellera a la antigua usanza.

Después del subidón anterior, “Turn to Dust” pudo dormir a las ovejas, pero por fortuna recondujeron rápido la situación con “Sign Of The Times”, que contó asimismo con una curiosa introducción de ínfulas neoclásicas a cargo del teclista Mic Michaeli. Si no se le puede sacar pegas a la labor de Joey en la actualidad, menos todavía a la de John Norum, que se reveló como todo un coloso a las seis cuerdas en la instrumental “Vasastan”. En ese sentido, algunos tenemos en mente aquel prodigioso debut en solitario llamado ‘Total Control’ de 1987, mejor incluso que unos cuantos discos de Europe.

Presentaron como “heavy” la reciente “GTO” y eso valió para pasar el rato antes de la pastelosa “Carrie”, una balada que nunca nos gustó y en la que hubo que esforzarse sobremanera por contener el vómito ante la proliferación de parejitas abrazándose. El solo de batería de Ian Haugland fue bastante gratuito y no aportó demasiado al asunto, aparte de que seguimos pensando que este tipo de veleidades virtuosas son un auténtico cáncer en lo que a música en directo se refiere.

Menos mal que no tardaron en legar otro de los momentazos de la velada con “Scream of Anger”, lo más antiguo que sonó de su trayectoria y que nos dejó con las ganas de escuchar otros temazos de su segundo álbum como “Stormwind” o “Lyin’ Eyes”. Por pedir imposibles que no quede. Los coros empalagosos de “Superstitious” siempre se nos atragantaron un poco, pero moló que intercalaran un fragmento del “Here I Go Again” de Whitesnake, otro clásico vetusto del gusto de la afición.

La vuelta para los bises se antojó inconfundible con unos golpes de batería de marcado carácter tribal que solo podrían devenir en “Cherokee”, que les salió muy niquelada con la peña gritando “hey” en el estribillo. Y como era de esperar, la trilladísima “The Final Countdown” desencadenó de nuevo el mar de móviles a la par que evidenció profundas diferencias generacionales porque, mientras nuestra fotógrafa aludía en el estribillo a algo del vino tinto, un servidor únicamente pudo pensar en Alianza Popular. Cosas de la edad.

Pues lo cierto es que fue un concierto de cumplir el expediente, un paseíllo más bien terrenal en el que sobró material de los últimos lanzamientos y faltaron más testimonios de sus primeras cosechas, aunque eso quizás suponga remontarse al pleistoceno. Cuestión de puntos de vista. Llámenme pollavieja.

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

6 comentarios

  • Anónimo dice:

    Es curioso que en todas tus crónicas no hagas mas que dejar por escrito tu opinión personal en lugar de contar simplemente lo ocurrido, pero más curioso todavía es que escribas esas opiniones en plural ¿Cuántas personas viven dentro de esa cabeza?

  • Juandie dice:

    Quizás fuese un concierto por cumplir pero en directo dudo que nos fallen EUROPE porque son de lo mejor a nivel mundial. Quizás por venir mucho en estos últimos años a nuestro país sea la causa.

    • Jota dice:

      Pero tú también fuiste para saber cómo o no dejo de ser el bolo.
      También tienes que comentar un bolo de Bilbao .
      Te regalan entradas o algo o que
      Cerraron la l foro recuerdas
      Asúmelo a nadie le importas es más es que ni argumentas solo peloteas

    • Pelico dice:

      Totalmente de acuerdo. Estos periodistas no hacen más que críticas sacando a relucir su capacidad de manejar bien la escritura y el uso de palabras y expresiones que aún hemos de buscar en el diccionario, siempre con comparativas y elogiando a otras bandas, las cuales tienen trabajos infumables y sin embargo son endiosadas, y parece ser que los grupos que no son de su devoción no valen para nada.
      Se atreve a meterse de forma maquillada con el público femenino como si las mujeres no entendiésemos una mierda de ritmos y de música y únicamente fuéramos a mirar cantantes buenorros.
      Europe, por lo menos en Madrid no sólo dió la talla, sino que demostraron ser maestros sonando en directo casi igual que si se tratara de un cd (eso lo consiguen pocos), interactuando con el público (que para eso vamos) y deleitándonos con la fortaleza sonora, rítmica y melódica de cada uno de los instrumentos en sus nuevos temazos, que llenan los discos de principio a fin, que hacen vibrar, y con casi 40 años poner el equipo tanto en casa como en el coche a todo volumen y repetirlos hasta la saciedad.
      Para mí la mejor banda del planeta.

  • Dani dice:

    Bueno esta claro que el que describe muy fan de Europe no es y el lo sabe..es verdad que sobra alguna de los últimos discos pero que grupo tiene los huevos de tocar tanto tema nuevo y dejar tantos clásicos en el tintero? Que grupo saca discos hoy en día capaces de aguantar a sus clásicos? Nadie? Porque maiden no, saxon tampoco, ni Metallica, ni nadie..ni siguiera Judas y su firepower aguantan..y mira que firepower es bueno pero eso para tocar dos o tres no más..Europe en directo son garantía de buen concierto y el final con tres clásicos apoteosico..si sobró algún tema nuevo pero bueno por lo menos no duran 6 o 7 minutos como con maiden o metallica saludos

    • Anónimo dice:

      Exacto, nadie saca grandes discos despues de 30años, contando que ellos si han sacado mas de un tema potable, cosa que Metallica, Maiden, Kiss etc no.
      Son grandes musicos .

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