Der Weg Einer Freiheit: Masterclass de black metal

Reconozco que no le conocía, y probablemente por ello, al igual que le sucedió a muchos de los que ya se congregaban frente al escenario de la Sala Bóveda de Barcelona, me llevé una grata sorpresa con la música de The Devil’s Trade. Y es que este proyecto de un solo hombre, llamado David, nos cautivó por lo sencillo pero efectivo de su propuesta, un mar de notas interpretadas al banjo y a la guitarra, con una voz sincera y espesa como perfecto colofón… ¡y sin la necesidad de percusión al fondo de la escena! Para suplir esas teóricas carencias, el músico húngaro utilizó un sinfín de efectos para crear un mar sonoro realmente cautivador.

‘What Happened To The Little Blind Crow’ es su último esfuerzo discográfico, canciones que podrían ser incluidas en la banda sonora de cualquier película de vaqueros pero a las que no les falta emoción y sensibilidad. Durante la media hora que estuvo sobre el escenario, y mientras el público seguía entrando pausadamente en la sala, supo conectar, casi sin palabras, con una audiencia que, creo, quedó más que satisfecha con su actuación. Si os gustan las propuestas innovadoras y emotivas, no dejes de echarle una oída a este proyecto. A servidor, al menos, le atrapó.

Al fin y al cabo, estábamos hablando de una velada de black metal, y así nos dispondríamos a cambiar radicalmente de tercio para la actuación de Au-Dessus, quienes beben de todos los tópicos del género para configurar un estilo que, pese a más parco en blast beats, se ve reforzado por una emotividad y una puesta en escena bastante trabajada. Una de las claves de su concierto, y más allá de las capuchas que lucían sus músicos (un recurso algo manido a estas alturas de la película), fueron las luces programadas que lucirían a lo largo de su actuación de más de 40 minutos. Especialmente en la primera parte del concierto, veríamos como las tonalidades se irían sucediendo en función de los diferentes pasajes de la música de la banda, reforzando una oscuridad latente a lo largo de la actuación de los de Lituania.

Venían presentando su disco de 2017 ‘End Of Chapter’, una continuación directa de su EP homónimo de 2015 que sigue con los títulos de canciones estrictamente numéricos. Así pues, desde “I” y hasta “XII: End Of Chapter”, y sin ningún tipo de discurso de por medio, interpretaron las alargadas y trágicas notas que configuran su propuesta musical. Como veníamos diciendo, es evidente que beben de todos esos recursos que hemos visto mil y una veces en todo tipo de conciertos de black metal, desde los músicos ocultos entre las sombras y el humo (y que después veríamos paseándose por la sala cerveza en mano) hasta los atriles frente a los micros, pasando por las melodías infinitas que, con mayor o menos efectividad, irían generando atmósferas bastante cautivadoras en según que tramos del show. Seguramente fuera por lo sorprendidos que nos quedamos con The Devil’s Trade, pero Au-Dessus, al menos a servidor, le parecieron menos originales, resultones o sorprendentes…cuestión de gustos.

El ambiente ya estaba totalmente preparado para que Der Weg Einer Freiheit desplegaran su arsenal técnico frente a una Sala Bóveda que, pese a no llenarse, sí que consiguió una entrada que, para ser un domingo, resultó más que satisfactoria para las propias bandas. Tal y como nos habían adelantado por redes sociales, se dedicaron, en el primer tramo de su concierto, a desgranarnos al completo su primer y homónimo disco de estudio, lanzando hace nada más y nada menos que 9 años. En este sentido, y pese a que ‘Finisterre’, su más reciente lanzamiento, me parece una bestialidad de disco, pudimos comprobar como las ideas musicales de la banda ya estaban bastante definidas para cuando empezaron con este proyecto, que por fin parece se sustenta por sí solo en el campo de batalla que es la escena europea. Desde “Ewigkeit” hasta “Ruhe”, los alemanes mostraron un sonido realmente brillante, con una puesta en escena más sobria que sus predecesores pero con una efectividad inigualable. De verdad, pocos conciertos de black metal me han sonado tan bien en los últimos meses.

Como no podía ser de otra manera, el mar de blast beats que se postró frente a nuestros oídos fue incesante, y las alargadas melodías de la banda consiguieron un estado de trance que se propagó por una audiencia totalmente inmersa en el show. Después de 50 minutos de concierto, y tras presentar ese ‘Der Weg Einer Freiheit’ al completo, decidieron darnos algunos regalitos de más de la mano de composiciones como “Ein letzter Tanz” o “Requiem”, que dejarían la duración de su concierto en más de hora y cuarto de actuación. ¡Ya podrían aprender otras bandas! Creo que hasta algunos llegaron a salir de la sala entre algunos de los bises del grupo… ¿quizás se despistaron al encender las luces del Bóveda? Sea como fuera, nos fuimos para nuestras casas con la sensación de haber sido testigos de la evolución de una banda que no deja de crecer a lo largo de los años y que, por lo que parece, sigue interesando a una audiencia sedienta de ritmos diabólicos. En una época donde propuestas como Batushka o Mgla siguen elevando el género a facetas casi mainstream (y donde Behemoth se han postrado con absoluta comodidad), bandas como Der Weg Einer Freiheit tienen todos los números de la lotería para poder destacar. Por mi parte, que siga así durante mucho tiempo.

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