Crónicas

Trivium + Heaven Shall Burn + Obituary + Malevolence: Asalto a la cima del metal

«Desde la apertura de puertas la sala se completó con un aforo hasta la bandera, son buenos tiempos para ver cómo las bandas consagradas de metal se ven cada vez más en la cima»

5 febrero 2023

La Riviera, Madrid

Texto: Txus Tankian. Fotos: Trivium (Nueva York) Luke McAfee. Obituary: Stefan Schipper

Trivium

La capital vuelve a ser un reducto de concentración de las descargas más interesantes a nivel internacional. En esta ocasión teníamos una selección variada de bandas consagradas en el ámbito de los sonidos más extremos, con un formato casi de jornada de festival, avalado por la firma del Route Resurrection Fest.

Desde la apertura de puertas la sala se completó con un aforo hasta la bandera, y por primera vez en mucho tiempo veíamos una sala repleta esperando a la primera banda en saltar a escena.

Los ingleses Malevolence calentaron al personal con su sello actual, englobado en vertientes como el metalcore o el groove metal. Sangre nueva que atrae a un amplio público, que abarca varias generaciones más jóvenes.

Su estética, adrenalina y pasión fueron una grata sorpresa, y podemos considerarlos como unos auténticos herederos del denominado “chándal metal” trasladado a la actualidad, viendo los gestos, actitud y forma de interpretar por su vocalista Alex Taylor.

A la batería, una pieza clave fue la destreza de Charlie Thorpe, que portaba su propio set de gran tamaño y se desmontó por completo al finalizar el show, algo que no es tan frecuente cuando son varias bandas las que comparten tablas.

El bajista, Wilkie Robinson, junto con los guitarristas, Konan Hall y Josh Baines, completan esta formación. No pararon de moverse sobre el escenario, agitándose y siendo participes del gran revuelo que estaban desatando con su música, estallando en la pista, donde los “mosh pit” y círculos de la muerte se sucedieron de manera constante mientras sonaban poderosos hits como “Malicious Intent”, con el que comenzaron, o “Keep Your Distance”, que dejaron en recta final.

Cabe destacar la versatilidad que tienen a la hora de combinar la potencia en partes muy crudas y extremas con cambios de ritmo y hasta incluso con temas melódicos que nos dieron tregua, como es el caso del emotivo “Higher Place”.

Sin duda, nos dejaron con muy buenas sensaciones, pero esto no había hecho nada más que comenzar, ya que tocaba el turno para una leyenda viva del death metal, como son Obituary.

Fueron los más veteranos de la jornada y unos pioneros del género. Peinan canas, esa experiencia se nota claramente en la manera de desenvolverse con soltura y naturalidad. Sobre todo su frontman, Jhon Tardy, tan peculiar él, se paseaba por el escenario de una manera desenfadada mientras se codeaba viendo cómo tocaban los más recientes en la banda, Kenny Andrews a la guitarra y Terry Butler al bajo. Como miembros fundadores siguen vigentes piezas clave del sello indiscutible de la banda como son Trevor Peres a la guitarra y Donal Tardy a la batería.

El sonido fue sin duda el mejor de la jornada y las composiciones, a pesar de su crudeza, sonaron con total nitidez, pudiendo alcanzar al detalle todos los instrumentos.

El público disfrutó del concierto desde el primer momento, si bien es cierto que en un principio no fue de una forma tan agresiva como en el anterior, pero todos saltando, agitando las cabezas, levantando puños, coreando constantemente y mostrando la energía de una manera muy pasional. Esto era puro old school, y la forma de sentirlo era con una intensidad autentica.

Obituary

La extensa discografía de la banda fue difícil de resumir en un solo concierto, en el que además venían a presentar su recién publicado 'Dying of Everything'. Nos dejaron con temas potentes como “Redneck Stomp”, con su inconfundible riff, que se enlazaba con “Sentence Day”, “Visions In My Head” o “The Wrong Time” de su último trabajo.

La locura se desató en la parte final, en la que interpretaron una cover de Celtic Frost, “Circle of The Tyrants”, en la que ese círculo de la muerte también abarcó la sala, seguido por “Dying of Everithing” y la culminación con el clásico por excelencia, “I'm In Pain”, de su álbum 'The End Complete'. Un concierto que sin duda fue muy corto pero intenso en todos los sentidos.

De nuevo, un cambio de backline, y en breve saltaron los alemanes Heaven Shall Burn, otros veteranos que están causando sensación actualmente, estando presentes en multitud de festivales en los últimos tiempos.

Por su agresividad, velocidad en las composiciones y sonido actual se les engloba en el metalcore. La agitación se desató de nuevo en la Riviera, donde muchos venían primordialmente por ver a esta banda.

Desde los primeros momentos de actuación, mientras sonaba “Hunters Will Be Hunted”, los mosh pit volvieron a ser protagonistas de la velada, en la que además pudimos ver gente volar por la sala, colisiones, desmayos y demás consecuencias de la locura a la que fuimos testigos.

El sonido no fue tan definido como el anterior, aun así, cabe destacar la gran labor que desprende en los screams Marcus Bischoff, un líder que cautivó a las masas de una manera ferviente en su manera de ejercer como un gran frontman.

Con la misma intensidad se mostraban sus compañeros de batalla, Maik Weichert y Alexander Dietz a las guitarras, junto con Eric Bischoff al bajo, se desplegaban en las tablas enérgicamente y con movimiento constante.

Ofrecieron un extenso setlist, mucho mayor que el de las bandas anteriores, en el que atronaron sacudidas como “Bring The War Home”, “Übermacht”, que sonó mucho más cruda que la versión de estudio, “Voice of the Voiceless” o “March of Retribution”.

No faltaron clásicos imprescindibles como “Black Tears” y el pegadizo y coreable “Endzeit”, ambos pertenecientes a 'Iconoclast', con los que ardió la sala literalmente para poner un punto final con “Tirpitz”.

Un concierto con adrenalina al máximo, en el que vimos cómo los sentidos explotaban nuestra cabeza, nuestro cuerpo y el sudor se hacía presente tras todo lo acontecido en esa loca descarga.

El fin de fiesta venia por parte de una banda que ha conseguido afianzarse en el metal actual como una de las mayores apuestas de nuestra escena.

Trivium

Trivium llevan ya muchos años viendo esa subida, y era bastante notable el respaldo por gran parte del público que acudió en masa a la cita de esta noche. Su estilo podríamos decir que es la sucesión del heavy metal a la actualidad, en el que combinan la melodía y la crudeza a partes iguales en una fórmula con la que han sabido abarcar a un amplio público por su notable sonido definido de los nuevos tiempos. Este sello les da el valor de ser parte de la evolución de nuestro género musical, que sabe reinventarse con el paso del tiempo de una forma camaleónica.

Trivium

Con la denominación a su Tour como “Deadmens and Dragons” los americanos desplegaban una temática asiática sobre la sala en la que dos grandes dragones con los ojos rojos nos observaban a ambos lados del escenario, sobre un bonito decorado que abarcaba la tarima de la batería y un colorido fondo que se complementaba hasta con la indumentaria de su guitarrista y cantante, Matt Heafy. Asimismo, su bajista, Paolo Gregoletto, y el propio Matt parecía que se habían puesto de acuerdo estéticamente, con el mismo rasurado de cabello a lo monje budista.

La técnica a la guitarra de Corey Beaulieu fue realmente sorprendente con la manera de llevarnos a unas melodías que estremecieron al público, haciendo entrar en un mundo de fantasía y emociones. La rítmica y pegada de su batería, Alex Bent, marcó los compases de un extenso set que iniciaban con “Rain”, incluido en su segundo trabajo, 'Ascendancy', allá por el año 2005, en el que los screams se hicieron notar y combinaron con los cambios de voces tan característicos.

Ofrecieron pura magia en el escenario, consiguiendo atrapar a los asistentes mientras fueron repasando sus grandes éxitos, como “Server The Hand”, “Strife”, “Feast of Fire”, de su último trabajo hasta la fecha, la envolvente “Catastrophist”, la contundencia y crudeza de “Troes of Perdition” o la memorable “Until The World Goes Cold”, que fueron algunos de los seleccionados en esta apoteósica noche, en la que, como decimos, tanto banda como publico supieron lograr que permanezca imborrable en nuestras retinas.

Para la recta final sonó uno de los imprescindibles, “The Hearth From Your Hate”, cargado de nuevas emociones que hicieron que los sentimientos se vivieran a flor de piel. Es increíble cómo saben trasladar sus temas al directo con una fidelidad sonora sumada a su rigurosa puesta en escena y el atractivo visual con todos los atrezos que agudizan los sentidos.

Los bises fueron potentes e imprescindibles: “In Waves” y “Pull on the Strings of Your Martyr”, donde los asistentes crearon un éxtasis de locura entre mosh pits y sacudidas en las primeras filas de puro descontrol.

Sin duda son buenos tiempos para ver cómo las bandas consagradas de metal se ven cada vez más en la cima. Para la próxima quizás les esperaremos en el Palacio de Vistalegre.

Redacción
Etiquetas: , , , , , , ,

Categorizado en: , ,

Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Cojonudo como extenso resumen por parte de estas bandazas en esta gira conjunta que por suerte pasó por nuestro pais y con dos bandas que me encantan como son los death metaleros OBITUARY arrasando con todo a su paso presentando su nueva placa de estudio como otros que me encantan aparte de tener algunos álbumes de ellos como son la banda de Orlando, TRIVIUM presentando igualmente su nueva placa de estudio en la Riviera madrileña.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *