Solos: La alternativa a la tristeza

La formación comenzó a tocar con una fuerza que hacía imposible apartar la vista de ellos un solo momento. Todos los asistentes al concierto quedamos completamente atrapados desde el principio hasta el final de la actuación.

Fue una noche llena de momentazos. Uno de ellos surgió a raíz de que al guitarrista David Grela se le rompiera una cuerda de su guitarra, cosa comprensible al ver la pasión con la que tocaba. Los integrantes de la banda, lejos de agobiarse por el suceso, mientras el guitarrista cambiaba su cuerda, se ocuparon de entretener al público, cosa que consiguieron sin lugar a dudas. Demostraron tener un gran dominio de la situación dando paso a una improvisación en la que se notó la gran complicidad que hay entre ellos. Después de ello, quedamos embelesados con su naturalidad y su capacidad de manejar la situación. El concierto siguió sin problemas y se notó la gran conexión que habían creado con el público. Nos tenían ganados.

Cada integrante fue una pieza imprescindible para el éxito de la noche. Desde las guitarras, luciéndose con unos arreglos y unos riffs rompedores, a unos ritmos de batería que junto con el bajo hacían temblar el local y vibrar a los asistentes. Todo ello sumado a la interpretación del vocalista, Juan Pedre, y a la intervención del teclado y la guitarra acústica a manos de Jhonny Bello, que hicieron la mezcla perfecta para ofrecernos un resultado difícilmente mejorable.

El concierto estuvo lleno de temazos de puro rock, con matices de otros géneros, entre ellos el pop y el rap, en canciones como “Ya no queda tiempo”. Una de las cosas por las que destacan son sus letras profundas y bien estructuradas, que junto al virtuosismo de sus integrantes, hace que la banda tenga un estilo propio muy marcado, y esto les diferencia del resto. Lo pudimos apreciar cuando interpretaron “Canción de protesta” o “Ensuciando poemas”, logrando enganchar al público de principio a fin.

Aparte de hacernos disfrutar y emocionarnos con sus letras profundas, también fueron capaces de hacernos saltar, como por ejemplo con “La parte más aburrida”, con unas guitarras y ritmos muy potentes. Un verdadero viaje de emociones. La banda tocó “Los Mallos”, una canción dedicada a su barrio, con una fuerza que hizo vibrar a toda la sala, por no hablar de “Desafinado” y “De farol”, temas de su nuevo EP, 'La tristeza alternativa', que nos dejaron a todos con ganas de más.

En pocas palabras, la actuación fue un éxito rotundo. La banda lo dio todo y se dejó la piel, y los asistentes le devolvieron el favor. Después de terminar la que se anunció que sería la última canción, el público coreaba pidiendo una más. Atendiendo a la petición, nos regalaron “A la mierda”, el último tema de la noche, perfecto para liberar toda la energía acumulada y gritar el estribillo a pleno pulmón.

En definitiva, un concierto de sobresaliente, que esperamos se vuelva a repetir pronto por Madrid para poder disfrutar de su música en vivo de nuevo, aunque puede que tardemos menos de lo que se podría pensar en revivir esta noche, ya que la actuación quedó registrada para un más que posible lanzamiento en directo.

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