Crónicas

Manny Calavera + Kepler: El Mezcalocalipsis es imparable

«Si su objetivo es que lo pasemos bien, que sus conciertos sean una fiesta y un desfase, cumplen con él de lleno. El Mezcalocalipsis es imparable, pero tampoco queremos hacer nada por evitarlo»

16 diciembre 2022

Sala Gruta 77, Madrid

Texto y fotos: Borja Díaz

¿Quién dijo que diciembre es el mes de la Navidad? Si alguno todavía lo piensa, ya se le puede ir quitando esa idea de la cabeza después de la fiesta que vivimos con Manny Calavera. A partir de ahora, el último mes de cada año será el mes del Mezcalocalipsis, el que nos invadió y no dejó que estuviéramos quietos en ningún momento.

Abrían fuego los madrileños Kepler. Con un EP y un LP en el mercado, pisaron fuerte el escenario. Hay grupos que suenan bien en estudio pero luego en directo te dejan frío, pues con ellos fue todo lo contrario. Iniciaron de forma contundente, como si de una bola de demolición se tratase, con “Invencible”, arrasando con todo a su paso. No les hizo falta calentar mucho, ya que subieron más el listón con “Pedir perdón”.

Si alguien es de etiquetas, la suya es punk rock, pero sólo hay que echar una escucha a “Los renglones torcidos” para ver que tienen mucho de heavy. Fue su vistazo a sus inicios, a su primer trabajo, mientras nosotros no parábamos de cabecear. Las guitarras tomaban el protagonismo con Ibai Ruiz, que se subía al escenario para “Esencia” y “Sin mirar atrás”. Daniel Casado dijo que se sentía más cómodo con la guitarra colgada, pero la verdad es que como frontman tampoco lo hizo mal.

Kepler

Pero todavía faltaba algo que hiciera prender la mecha, y eso lo consiguieron con la versión de “Buscando en la basura” de La Fuga, quizás porque la gente se sabía la letra, pero fue cuando empezaron a darlo todo. Eso también permitió pedir un grito en el inicio de “Renegados”, que fue sonoramente secundado, y que los primeros pogos de la noche aparecieran en “Caballo ganador”, antes de que se despidieran con “Aunque el tiempo pase”, montando un wall of death tras una hora de pura intensidad.

Toda la esencia de México y del mezcal se enfocaban sobre el escenario para dar paso a Manny Calavera. La profunda voz del actor de doblaje Rafael de Azcárraga narraba la introducción que nos daba la bienvenida al Mezcalocalipsis, y desde ese momento, invadidos por el espíritu de muertos, las trompetas y el mariachi rock, la fiesta no paró. “¡Ay Jalisco no te rajes!” nos ponía a todos a botar, también ayudados por el hiperactivo Fabio, que micro en mano, no paraba de saltar, moverse y derrochar energía.

Sin margen para recuperarnos, atacaban con “Me gustas mucho” y “Corazón contento”. Dejamos de saltar por un momento, cuando se nos requirió para cantar “El rey”, lo cual hicimos a pleno pulmón por toda la sala, llena a rebosar como nunca la había visto. El toque más reggae que le dieron a su versión permitió sacar el lado más guasón, que continuo con dos versiones no incluidas en ‘¡Bienvenidos, muertos!’.

Arrancaron con “Ciega, sordomuda” de Shakira para rematar con “El sol no regresa” de La Quinta Estación. Todos somos heavys, pero bien que nos dejamos la voz cantándolas; quizás por eso, para quitar el sentimiento de culpa, arremetieron fugazmente con el estribillo de “Breaking the Law”. Enlazaron con una más guitarrera “Negro y azul: la balada de Heisenberg”, nos dio una dosis de electricidad certera.

Lo siguiente iba a ser el desfase total. Primero con el humor ácido de “Rata de dos patas”, de Paquita la del Barrio, con dedicatoria especial, y después con “La de la mochila azul”, de Pedro Fernández, donde sobre el escenario apareció un caballo y un pulpo azul. Podían ser los efectos del mezcal, pero realmente es fruto del buen rollo que trasmiten Manny Calavera.

Manny Calavera

Una improvisación de la sintonía de “El coche fantástico” era la introducción de “Cielito lindo”, que quién no la ha cantado alguna vez, pero seguro que nadie lo había hecho con tanta energía. Quizás más pegada a la original es “Clavado en un bar” de Maná, para después Fabio rodar una botella de Tequila por toda la sala, dando de beber al personal, mientras tocaban “Tequila” de The Champs, no podía ser otra.

Si nos habíamos quedado un poco fríos, “Mi gran noche” sonó atronadora para levantar los ánimos. Eso ya era una fiesta total, donde era imposible tener los pies anclados al suelo, y donde contaron con la ayuda a las seis cuerdas de Jota.

Estaban de estreno con “Malagueña salerosa”, estrenada esa misma mañana, donde Fabio dejó claro que no sólo sabe conducir la juerga, sino que también tiene un registro vocal muy a tener en cuenta. Reconozco que siempre he tenido debilidad por “Canción del mariachi”, pero ellos la llevan a otro nivel. El buen rollo y las ganas de fiesta que transmiten sólo podía termina de una forma, con una versión en español del “Killing in the Name”, soltando las penúltimas gotas de energía que quedaban.

Pausa momentánea para reaparecer sobre el escenario, y tras presentar a la banda, la traca final llega con “El día de los muertos” de La Pulquería, “Llorona”, con Celia de Celia es Celíaca; y de nuevo “¡Ay Jalisco no te rajes!”.

Si su objetivo es que lo pasemos bien, que sus conciertos sean una fiesta y un desfase, cumplen con él de lleno. El Mezcalocalipsis es imparable, pero tampoco queremos hacer nada por evitarlo.

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