Crónicas

Mägo de Oz: Sold Oz

«Un concierto que fue toda una celebración, y un muy buen resumen de tres décadas de himnos a pesar de que se quedaron muchas grandes canciones fuera y sobró alguna, pero eso ya es cuestión de gustos porque el setlist estuvo bastante equilibrado»

17 agosto 2018

IES Arzobispo Lozano (Jumilla)

Texto: Andrés Brotons Fotos: Poveda Galeas Wildlifeterrafilms

Tremendo exitazo el que está teniendo Mägo de Oz en su actual gira de aniversario, pues no en vano, treinta años dan para mucho. Y es que, aunque la banda no empezaría a recoger los frutos de la dura cosecha hasta una década después de que el sueño de Jesús María Hernández Gil (alias Txus Di Fellatio) se asentase, sin duda este año tocaba celebrar a lo grande esta conmemoración.

Con un escenario algo austero, con sólo un telón de fondo, como en sus inicios (quizás no llevaron todo el montaje), los conciertos de esta gira de 30º aniversario se están basando en su mayor baza: su repertorio. Así, tras una épica intro sinfónica, Mägo comienza el recorrido de su historia con dos clásicos impagables como son el rápido “Maritormes” y el single “Molinos de viento”, coreadísimo por los fans, con lluvia de confeti incluido y que normalmente siempre está ubicado en los bises finales. Ambos pertenecen al disco con el que Mägo empezó a tener cierto reconocimiento, ‘La leyenda de la mancha’ de 1998, y que además será próximamente reeditado con algunos bonus tracks, como un tema a piano cantado por Zeta. “Buenas noches, Jumilla, queremos que celebréis vuestras fiestas, pero también queremos que celebréis con nosotros los treinta añazos que cumple Mägo de Oz”, nos comenta el ya asentado cantante, que no se despojó de sus gafas de sol en todo el concierto. Hizo alusión a la posible lluvia, que al final no hizo acto de presencia, y comentó que habían repescado algunos temas “del principio de los tiempos que quizás los más talluditos aún recordéis…”. Así, la preciosa “El lago” de su primer álbum de 1994 y que fue regrabada tres años después ya con José Andrëa en sus filas en su célebre EP de ‘La Bruja’, suena por primera vez en este tour desde que el vocalista boliviano abandonase la banda.

Zeta se ha sabido hacer un sitio en el corazón de los fans de Mägo.

El público aclama al frontman (“¡Zeta, Zeta…”), que ha cumplido recientemente seis años como vocalista en la banda, y éste les vacila con que,“aunque son treinta años dejándose la banda el corazón en escenarios y en vosotros, pero esta noche no nos vamos a dejar el corazón en vosotros…”. La gente le abuchea en broma, para puntualizar después “Esta noche nos vamos a dejar el “Alma”, recuperando acto seguido ese corte de dura lírica dedicada a enfermos terminales y que se incluyó en ‘Gaia I’. Después de éste, Zeta pregunta cuanta gente ha visionado el reciente DVD de ‘Diabulus In Opera’, ante un gran clamor como respuesta. Comenta asimismo que vamos a rezarle al “príncipe de las mentiras”, para arrancarse toda la banda con uno de los mejores temas del debut que tuvo esta nueva formación: la potente y hardrockera “Satanael” de ‘Hechizos, pócimas y brujería’ y que fue cortejada por una espectacular pirotecnia de fuego.

El recuerdo a su segundo álbum ‘Jesús de Chamberí’, llegó con la bonita semibalada “El cantar de la luna oscura”, con un nuevo interludio más tecno que han incorporado al final y que transmuta en una parte más reggae donde vocalista y público comparten unos “yeoh, yeoh…” en el cierre. Zeta explica que Mägo de Oz intenta que todos seamos más felices, para después preguntarnos si estamos dispuestos a luchar junto a ellos. Así, la reivindicativa, juerguista y un tanto pedante “H2Oz” también llegó como recuerdo al mencionado debut con Zeta (muchos hubiéramos preferido “Xanandra”). Suerte que se enmendaría pronto esa cantina menos afortunada con otro clásico single recuperado, “El atrapasueños”, donde creo que Txus metió alguna gamba, aunque en general me sorprendió su buen nivel en todo el concierto con respecto a sus años más locos.“La costa del silencio”, que incluso llegó a ser número 1 en “Cuarenta Principales”  fue muy celebrada, y es que además se nota que es de los temas favoritos de Zeta, pues lo disfrutó al máximo junto a toda la audiencia.

¡Qué gran dúo hacen Patricia Tapia y Zeta!

Zeta se toma un pequeño descanso y entra en escena como un torbellino la gran voz Patricia Tapia, saludando efusivamente al público murciano. “De verdad que espectáculo veros a todos aquí, ¡muchas gracias!”,nos grita para presentar una canción que fue polémica en su momento por su fusión de estilos (muñeira y ranchera), “Y ahora voy a salir (Ranxeira)”. El exitoso single del disco ‘La ciudad de los árboles’ fue otro de los momentos más festivos de la noche, incluso Patricia le cambia el género a femenino respecto a la letra original de la canción. La bordó con su portentosa voz, cambiando el simpático “Mexico” de la original por un “y viva Jumilla, cabrones!”.

Siendo Jumilla tierra de vinos, no podría presentar Zeta la siguiente rola con un lema mejor que “Viva el vino y la cerveza”, arrancándose con la también esperada y chispeante “La posada de los muertos”. Llega el momento más tierno de la noche con la triste balada “Siempre (Adiós Dulcinea parte II)” incluida en ‘Gaia III’, del que también rescataronla sublime y aflamencada “Sueños dormidos”. Con esa cruda lírica sobre la enfermedad de Alzheimer, la canción erizó el vello a una chica llamada Chelo, que tenía al lado emocionada. En la interpretación destacó también el sobresaliente dueto vocal entre Zeta y Patricia.

Un pequeño fragmento de “O miobabbino caro” de la opera de Gianni Schicch enlaza con el aria “Nessun Dorma” de Puccini cantada a piano y voz magistralmente por Patricia Tapia, llegando a unas tesituras sobrehumanas. Impresionante el final, alargando la nota hasta el infinito y más allá y con toda la banda acompañándole en ese cierre. La powermetalera y melódica “El poema de la lluvia triste”, rescatada también en el tributo ‘Stay Oz!’ por los cada vez más asentados Débler, fue otro de los recuerdos del disco favorito de Txus, ‘Gaia II’.

Es el turno de dos piezas instrumentales a piano introducidas por el teclista Javi Diez, “Remember Me” de la película de Pixar/Disney “Coco” que fue conectada con la más habitual “He’s a Pirate” de la banda sonora original de ‘Piratas del Caribe’, ya con toda la banda, y con Txús en particular, animando con palmas al público. Sin descanso, llega la épica y emocionante “Gaia”, quizás la mejor composición de la banda, con Zeta manejando al público sabiamente con la típica oleada tranquila de manos de un lado a otro. En el final del mismo se incluyó una espectacular y preciosa lluvia de pirotecnia. “Gracias Jumilla, hasta pronto”, nos dicen. A pesar de que todo el combo se ausenta durante unos minutos del escenario, no se harían de rogar para regresar con la gótica y melodiosa “Diabulus In Musica”. Zeta nos dice estar tan encantado que le gustaría estar ahí al menos cien años más, para ser a continuación más realista y decir que al menos, “Hasta que el cuerpo aguante”. El bailable y folk corte de ‘Finisterra’ pone a todo el recinto patas arribas,donde hasta el bajista Fernando Mainer y el guitarra Carlitos se cantan cada uno una breve estrofa.

¡Moha animó al público al final del concierto!

Llegamos al final con un simpático discurso sobre el vino del violinista Moha, agradeciendo la asistencia y comentando que ha sido un verdadero placer contar con nosotros y animando a la audiencia a gritar a pleno pulmón “¡Jumilla pagana, Jumilla pagana…!”.  Sí, ya llegaba la inevitable y esperadísima “Fiesta pagana”, que se ha convertido por derecho propio en el “Paquito el Chocolatero rockero del siglo XXI”, y que incluyó pirotecnia y amplia lluvia de confeti final. Solo eché de menos el hinchable de la Bruja y sobre todo que saliera la Superpolla a animar (debería haberles dejado el currículum para que me contratasen de “Superpolla”, es un sueño por cumplir. A la próxima no fallo). La banda saluda con reverencias y se despide abrazada mientras suena, ya enlatado, el cachondo hit ochentero “Funky Town” de Lipps Inc.

En definitiva, un concierto que fue toda una celebración, y un muy buen resumen de tres décadas de himnos a pesar de que se quedaron muchas grandes canciones fuera y sobró alguna, pero eso ya es cuestión de gustos porque el setlist estuvo bastante equilibrado. Por cierto, se vendieron todas las entradas del concierto, teniendo que sacar algunas más a última hora que duraron minutos, y es que, a pesar de que increíblemente éramos el único medio acreditado en el foso (el rock, como siempre, ignorado…), Mägo de Oz sigue estando fuerte y lo demostró una vez más, con este, inusual en los tiempos que corren, “Sold Oz”.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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