Crónicas

Zurbarán Rock: Larga vida a la música

«Es emotivo y envidiable ver el encomiable ánimo y la ilusión con los que todos los miembros de la asociación hablan y se expresan ante el logro de un trabajo nada fácil en estas épocas.»

22 mayo 2021

Auditorio Forum Evolución, Burgos

Texto y fotos: Josep Fleitas

En los tiempos que corren, y ya viendo un destello de luz al final del interminable túnel en el que el COVID 19 nos ha sumido, es más que loable la fuerza y el empuje de una asociación, unos amigos, unos amantes del rock y el metal, gente con ánimo emprendedor, de fans que no se han dejado doblegar por las circunstancias y adversidades, y que, gracias a su ánimo y espíritu de superación, finalmente han conseguido el propósito de llevar a cabo la 5ª edición del festival Zurbarán Rock Burgos, reconformándolo para la ocasión en el Zurbarán Rock Burgos edición especial Orquestal.

La Asociación Metal Castellae junto a la Barcelona Rock Strings.

Y la gente de la Asociación Metal Castelae lo han hecho a lo grande, colgando el cartel de sold out a tres semanas del evento. Pero no sólo ese ha sido su logro, ya que, en tan solo 48 horas, y debido a la relajación de medidas a las que hemos sido sometidos por la pandemia, han logrado vender las 80 entradas adicionales que el aforo de la sala permitía para salvaguardar las medidas de sanidad y seguridad requeridas por las circunstancias; otro éxito que se añade a todas las actividades que han conseguido hacer realidad; actividades que van desde la creación de una peña (Peña Blusas del Metal), tener voz en una emisora de radio (programa ‘La Puerta del Gehena’ de Radio Arlanzón) a realizar concursos de bandas noveles como ‘Las Candelas’ del popular barrio burgalés de Gamonal, desde conciertos a un festival que en sus cinco ediciones ha contado con bandas de nivel local, estatal e internacional. Desde luego que estos son suficientes motivos como para que desde este medio nos hagamos eco de lo que ojalá sea un espejo para muchos que, igual que otros como la Asociación Ripollet Rock, ponen todo su empeño en apoyar, promover y dar a conocer la cultura del rock.

Antes de entrar directamente en materia, debo, y quiero, hacer hincapié en la gran pasión que la gente de la Asociación Metal Castellae demuestran en todo momento, una pasión que destilan desde el interior de su alma, un espíritu que trasladan a sus vidas y que contagian con sus hechos, con su entusiasmo, con su esfuerzo, con su coraje, con su corazón… De verdad que es emotivo y envidiable ver el encomiable ánimo y la ilusión con los que todos los miembros de la asociación, que tuve la fortuna de conocer, humildemente hablan y se expresan ante el logro de un trabajo nada fácil en estas épocas. Un esfuerzo que se ha visto recompensado con el más que merecido éxito de esta 5ª edición del Zurbarán Rock Burgos, en este caso reconvertido en Orquestal.

El estudio de tatuaje Tattoo Rock es uno de los patrocinadores del evento.

Desde estas letras, quiero transmitir mi más alta y sincera gratitud a todos los que me hicieron sentir como en casa y entendieron y facilitaron el quehacer para que esta humilde crónica se lleve a cabo. ¡Un abrazo para todos! (Muy especialmente para los miembros de la asociación, el Bar Jarra N Metal, el Restaurante del Club Ciclista Burgalés y la gente del Tatoo Rock Studio).

Llegar a Burgos me trae siempre buenos y gratos recuerdos, entre ellos el destacado a la memoria de mi estimado y añorado amigo José Luís Álvarez “Calviño” (D.E.P.), persona a la que el rock debe mucho, y no solo el de su Ourense natal o de su ciudad de acogida, Burgos.

Escuchando a Los Suaves como homenaje a su memoria y con las historias con él vividas como muda compañía, recorría las céntricas calles de la cuidad-reposo del Cid para, después de compartir mesa, grandes yantares y buen vino de la Ribera, encontrarme a las puertas del impresionante edificio del Auditorio Forum Evolución, espectacular lugar en el que iba a tener lugar un acto que había llamado la atención a más de 500 personas de todas las edades y ámbitos, ya que no solo los roqueros nos dimos cita en el acto.

Desgraciadamente, la pandemia ha hecho mucho daño, y entre sus consecuencias estuvo la suspensión del festival del pasado año en el que estaba previsto un cartel en el que los Grave Digger de Chris Boltendhal (no os perdáis la entrevista de Este con su nueva banda, Hellryder, que podéis leer en este mismo medio) y los deathmetaleros Nasty Surgeon ya desplegaban sus banderas. Pero como ya he comentado, las ganas e ilusiones de la gente de la Metal Castellae hicieron que no bajasen las manos y con buen criterio, y no menor esfuerzo, propusieron realizar una edición acomodada a las circunstancias. Para ello, pensaron en la propuesta de contar con la Barcelona Rock Orquesta, la misma que ha actuado en las dos últimas ediciones del Rock Fest Barcelona acompañando sinfónicamente a Sôber (con quienes han estado girando hasta marzo de este año), y Rage.

Pero nuevamente, la pandemia y sus consecuencias parecían no dar tregua y las limitaciones de movilidad y reunión hacían imposible que todos los miembros de la BRO pudieran ensayar y viajar, por lo que ésta misma decidió reinventarse en forma de quinteto para hacer posible éste y otros actos que ya tienen previstos. Así nació una versión reducida de la BRO que. bajo el nombre de Barcelona Rock Strings. iba a protagonizar un evento que dio como resultado la sonriente salida de la sala de todos los asistentes.

Las circunstancias mandan y las ideas circulan por la autopista de la ilusión, y esa vía hizo confluir a seis de los miembros más destacados de la BRO para crear la BRS, integrada por Pere Nolasc y Mireia Puigmal al violín, Aurora Matías a la viola, Núria Conangla al chelo, Camíl Piqué al contrabajo y Jordi Font a los arreglos. Además, tras bastidores, para recrear mejor el ambiente y el sonido, la BRS cuenta con la ayuda del técnico de sonido David Verdagué y el técnico de luces Gerard Descàrrega, lo que amplifica la ya de por sí buena y efectiva propuesta y puesta en escena de una banda que a causa de las estrictas restricciones sufridas en Cataluña por el COVID solo habían tenido unas cuantas sesiones de ensayo, y aunque previamente ya habían hecho tres conciertos de prueba, para la BRS este era el primer concierto serio de su esperemos sea una larga trayectoria.

La puntual apertura de puertas, la amplitud del auditorio, la numeración de entradas, la buena organización y la excelente y ordenada actitud del público hicieron que en ningún momento hubiera aglomeraciones en la entrada, la antesala y los dos niveles del recinto. Un ambiente perfecto para una sesión en la que el rock de casi todas las vertientes iba a ser engalanado por la profundidad que otorgan los instrumentos de cuerda que iban a protagonizar una noche repleta de melómana animosidad, equilibrada entrega y generoso virtuosismo.

Solo con unos pocos minutos de retraso sobre el horario previsto (20:00h), una voz pregrabada nos presentaba a la Barcelona Rock Strings que rasgaron el silencio con un tema técnico, un clásico del rock progresivo que este año cumple 45 años desde que se dio a conocer como exitoso single de aquel multiplatino llamado ‘Leftoverture’ de Kansas. La adaptación de “Carry On My Wayward Son” se interpretó sobrio pero efectivo, siendo acogido con la lógica expectación de quienes respetan el trabajo de los músicos de cámara, disfrutando de la pieza de forma interna y personal. A mi entender, fue la perfecta antesala para que el siguiente en turno, el siempre embriagador “Stairway To Heaven”, pusiera muy en claro la capacidad y calidad del quinteto que nos iba a amenizar y sorprender.

El clásico de Led Zeppelin obtuvo un plus de autenticidad ante las evoluciones de los dos violines que prácticamente cantaban las estrofas de la mítica balada que apoyó el éxito de la banda de Plant, Page, Bonham y Jones.

Un interludio dio pie a los primeros aplausos y vítores hacia el quinteto, tras los que nuevamente la voz pregrabada presentaba uno de los temas más complejos de la banda que primero recibió la nomenclatura del heavy metal. Sinceramente me sorprendió que la BRS eligieran el “Oceans” de ‘Houses On The Holy’ (1973) como secuencia a un clásico tan reconocido y efectivo como el “Stairway To Heaven”, lo que hizo que el subidón que éste provocó recayera nuevamente en la expectación inicial.

Quizás “Oceans” no sea la canción más idónea para la exaltación, pero dejó más que claro que si de algo no adolece el quinteto es de capacidad, técnica y desenvoltura ante la complejidad. Y eso la BRS lo demostraron tras otra intro pregrabada en la que se anunciaba una parte más heavy, directa, dinámica y efervescente del evento, que se dio con un soberbio “Fear Of The Dark” y la potente intensidad del mítico “Ace Of Spades” de los añorados Motörhead, cuya enérgica interpretación y entrega hicieron deshilachar los arcos del quinteto y aflorar la parte más dura y cruda del quinteto en el concierto.

El ambiente ya se había caldeado, aunque los asientos, la grandeza de la sala y la falta de costumbre a acudir a actos en los que el rock se funde con la sinfonía de los instrumentos de cuerda descolocaban un poco; aún así un nuevo himno de Led Zeppelin, el gran “Immigrant Song”, y el festivo “I Was Made For Loving You” de los Kiss, rompieron esa compostura y dejaron más que claro que el trabajo de la banda está muy unido a la adaptación de los temas que el arreglista Jordi Font había hecho en ellos para que estos encajen en la estructura sinfónica que los cinco instrumentos de cuerda proponen.

Seguramente que, si preguntamos por el nombre de una banda de versiones en la que los instrumentos de cuerda sean los grandes exponentes en su participación, la coincidencia será multitudinaria al nombrar a Apocalyptica y sus covers de Metallica como común y rápida respuesta. Y creo no equivocarme al comentar que a muchos nos vino a la memoria el quinteto finés en la interpretación del “Fade To Black” que la BRS nos ofrecieron tras los clásicos de Led Zeppelin y Kiss, pero en este caso la cosa se complica para el quinteto barcelonés en contra de los escandinavos, ya que al carecer los primeros de una batería que de potencia y estructura, las partes de chelo, viola y contrabajo deben realizar un trabajo de soporte de lo más extenuante para apoyar a unos violines que perfilaban la intensidad del clásico incluido en aquel mastodóntico ‘Ride The Lightning’ que provocó un nuevo subidón de adrenalina.

Con todo por lo alto, la buena estructura en el set siguió en progresión tras una nueva presentación pregrabada, y ésta espiral se dio ante un buen medley dedicado a algunos de los clásicos de los incombustibles AC/DC; compuesto éste por partes de los expeditivos “For Those About To Rock”, “Thunderstruck”, “You Shock Me All Night Long”, “Back In Black” y “Whole Lotta Rosie” hicieron levantar de los asientos a la mayoría de unos los asistentes que seguimos empujando ante la buena experiencia que tras una intro sinfónica basada en las melodías de Johann Sebastian Bach se apostuló en el llameante “Sweet Child Of Mine” de unos Guns N’ Roses que se hacen de rogar ante lo que debe ser la edición de un nuevo larga duración de la banda “del tercer cantante de AC/DC”.

Con las gargantas ya entonadas, la BRS querían seguir exprimiéndonos más aún, y lo hicieron a base de un medley de guiños a grandes clásicos en un recorrido por parte de la historia del rock, cuyos artífices fueron los celebrados: “Seven Nation Army” de The While Stripes, “Sweet Dreams” de Eurythmics, “Livin´ On A Player” de Bon Jovi, “Smoke On The Water” de Deep Purple, “Jump” de Van Halen, “Another One Bites The Dust” de Queen, “Walk This Way” de Aerosmith, “Aqualung” de Jethro Tull, “Sunshine Of your Love” de Cream, “Come As You Are” de Nirvana, “Money For Nothing” de Dire Straits, “Run To The Hills” de Iron Maiden, “Enter Sandman” de Metallica y el “Killing In The Name” de RATM con el que el quinteto dio por finalizado el concierto, pero la cosa no podía acabar aquí, todo había pasado muy rápido, el tiempo había volado y todos queríamos más…

Entusiasmados, Pere, Mireia, Aurora, Núria y Camíl volvieron a salir con sus instrumentos para espolearnos de la manera más expeditiva de la noche, y lo hicieron repitiendo un “Fear Of The Dark” que en esta ocasión nos hizo explotar a todos entonando un himno que acabó de refrendar la buena actuación, particularidad, puesta en escena y calidad, de un quinteto que merece ser considerado como una alternativa más que fiable a la hora de disfrutar del rock de una manera original.

Desde aquí reiterar el apoyo y los mejores deseos a todos los que como la Asociación Metal Castellae siguen peleando por difundir la cultura a través del rock. Long live!

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Esta entrada fue escrita por Josep Fleitas

1 comentario

  • Juandie dice:

    Dignos conciertos por parte de estas bandas que junto con algunos temas propios y muchas versiones de historicas bandas como AC/DC y demás estuvieron a la altura. A ver si poco a poco vuelven algunos de nuestros mejores festivales.

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