Kaos Etíliko en Bilbao: Magisterio punk

Lo cierto es que los alaveses Kaos Etíliko nunca lo tuvieron especialmente fácil, pues superaron una escisión allá por comienzos de siglo y hoy en día el vocalista original, Zigor Leza, recupera el nombre surgido en Salvatierra hace más de dos décadas y además se embarca en una gira 25º aniversario recordando la publicación de su mítico álbum ‘No hay agua’.

Con semejantes mimbres no era de extrañar que el aforo estuviera completo en el bilbaíno Kafe Antzokia para una ocasión que se barruntaba especial ya solo acercándose a los aledaños del recinto. Colas de gente demostraban que había muchas ganas de farra y algunos seguidores ni siquiera se cortaban a la hora de cantar canciones de los de Agurain incluso en el baño.

Los ánimos, por tanto, estaban a tope y eso posibilitó que Kaos Etíliko aprovecharan el subidón desde el inicio con himnos del calibre de “¿De qué vas?” o “Hipocresía”. El repertorio centrado en el debut sería sin duda uno de los grandes atractivos de la velada, aunque también sonarían cosas de trabajos como ‘Porsupuestón’ o ‘Revuelta’, editado el año pasado y que suponemos no pudieron presentar en condiciones debido a la pandemia.

Las piezas caían una tras otra sin apenas respiro y los cánticos a pleno pulmón se sucedían mientras encima del escenario un espectacular frontman sacaba la lengua como Gene Simmons, se arrastraba por el suelo cual Iggy Pop y en definitiva se dejaba la piel con los galones que otorgaba la veteranía en el oficio. “No voy a ser el único que sude”, advirtió en un principio a la concurrencia para certificar que allí no se admitirían gatos de escayola ni desconectarse por un momento del subidón del evento.

“Muerto” acabó con el activo vocalista tirado en el suelo cual fiambre y “Paloman” elevó las gargantas como nunca. “¡Que nos oigan hasta en Arrigoriaga!”, espoleó Zigor al personal. Y para que aquello se tornara todavía más inolvidable contaron con la colaboración de una figura tan relevante en el punk patrio como Sumé de La Polla Records.

Sorprendió que colaran “Días extraños”, esa peculiar revisión de uno de los mejores temas de ‘El tiempo de las cerezas’, aquel álbum de la insuperable coalición de talentos formada por Enrique Bunbury y Nacho Vegas. No tardaron en recuperar su lado más incisivo con “Sentimental” o “Envidiosos (HP)”, esta última con sección de vientos y un leve aire ska. Impresionante esa letra que escupe bilis a cada estrofa. De los momentazos de la cita.

Sumé de La Polla Records con Kaos Etíliko.

“Tripi” mantuvo el tono festivo, junto con la presencia de trompetas y demás, mientras que “En la barra del bar” desató todavía más pogos y los fieles a punto estuvieron de asaltar el escenario. Diría que en el Kafe Antzokia ese es el indicativo inequívoco de que se estaba produciendo un concierto apoteósico. Ilegales o Rat-Zinger, entre otros, han alcanzado esas cotas en el pasado y esta noche no iba a ser diferente.

Y encima había buen rollo en el ambiente, no había ningún problema en acercarse al vocalista y cantar con él mano a mano, algo que hubiera sido imposible en el bolo de Black Flag que vimos semanas atrás donde a un seguidor se le pegó un considerable empujón solo por intentar subirse al escenario. Más gente tan crack y cercana como Zigor, por favor.

“La txupa en el coche” se acercó al heavy metal y en “Porsupuestón” emularon un rock n’ roll clásico con ecos de The Beach Boys. Se experimentó tal entusiasmo que una chica hasta se quitó las gafas, las dejó en las escaleras abandonadas y se metió a darlo todo en el pogo. Precaución, ante todo. Otro de esos detalles que te reconcilian con el universo.

“Esta os la sabéis”, retó Zigor y la parroquia respondió cantando a capela “Hoy es mi día (Sale el sol)”, otro de esos instantes impagables en los que parecía que el recinto se vendría abajo. Muchos se desgañitaron cantando lo de “Sale el sol otra vez”. Brutal.

“Abuso” incidió en esa realidad tan desgarradora, sobre todo para los que lo sufren, como es el bullying. Esperemos que algún día acabe para siempre esa lacra y se señale a sus responsables como gentuza despreciable sin ningún tipo de derecho. El inicio de “Su falso mundo” era confundible para los seguidores, así que tocó dejarse la garganta una vez más.

Tras una breve pausa, regresaron para dar la puntada final con “Imposible”, pero antes Zigor cedió el micro a un niño que preguntó al personal: “¿Queréis cantar conmigo?” y luego hizo repetir aquello de “Hola Don Pepito, Hola Don José”, un punto circense que la afición acogió con idéntica emoción a los himnos de la velada.

No podrían marcharse sin acordarse de “Ansiedad”, con peña invadiendo escenario, montando pogos y derramando líquidos, lo bonito. Y así con las fronteras derribadas entre músicos y público se afrontó “Hablar x hablar”, todo un derroche de autenticidad para pirarse de allí con un sabor de boca inmejorable.

A la salida la gente andaba todavía emocionada y destacaba que habían “tocado todas”, al tiempo que se citaban para la próxima cita de Kaos Etiliko por estos lares el 24 de febrero en fiestas de Sondika (Bizkaia). Su magisterio punk fue rotundo e inapelable, no cabría sacar fallo alguno a tan soberbio dominio de lo que debería ser un bolo dinámico. Para recordar y repetir tantas veces como se pueda.

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Alfredo Villaescusa

Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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