Crónicas

Accept + Night Demon: Masterclass de heavy metal

« Lo único que quieres es que no se termine, seguir disfrutando cada instante y cantar cada sílaba»

26 enero 2018

sala Razzmatazz 1, Barcelona

Texto y fotos: Christian Fernández

Después de un día pasado por agua en Barcelona, la lluvia cesó a tiempo para vivir una noche de auténtico heavy metal de primer nivel.  La tremenda velada comenzó con varios minutos de adelanto sobre la hora prevista, cuando los californianos Night Demon  se apoderaban del escenario de la sala1 de Razzmatazz.

El trío liderado por Jarvis Leatherby comenzó con “Welcome to the night”, con la que pusieron toda la carne en el asador. La gente que continuaba entrando a borbotones cambiaba su cara de curiosidad por la de la entrega total. Según iban avanzando, las sensaciones iban mejorando, ya que, bastantes de los allí presentes entre los que me incluyo, no habíamos tenido la oportunidad de disfrutar de su directo hasta entonces. Impresionante el virtuosismo del guitarrista Armand John Anthony durante todo el concierto. ¡Qué salvajada! Como salvaje también fue la joya de Motörhead que versionaron, “Overkill” después de dedicar unas emotivas palabras al siempre eterno Lemmy. Con la sala prácticamente repleta se despidieron con “The Chalice ´15” y la espectacular “Night Demon”, con la que remataron un show imprescindible.

El reloj marcaba las 21:00 exactas cuando la maquinaria alemana de Accept ponía patas arriba la sala con “Die by the Sword”, tema extraído del nuevo disco que tuvo una respuesta sobresaliente por parte del respetable. “Stalingrad”  nos confirmó que Wolf Hoffmann sigue siendo una bestia con la guitarra, mientras que “Restless and Wild” y “London Leatherboys” nos ponían los pelos de punta. Qué bien sonaban los respectivos estribillos coreados por una sala hasta los topes. “Breaker” sirvió para que Uwe Lulis, segundo guitarra, tuviera su ración de protagonismo marcándose unos riffs bien secundados por Wolf. Accept había venido a presentar su último trabajo, ‘The rise of Chaos’, y lo demostró con una concatenación de temas, comenzando por el que da nombre al disco, siguiendo con “Koolaid”, “No Regrets” y “Analog Man”. Con cada una de ellas el público se dejó la voz jaleando la barbaridad a la que estábamos asistiendo.  Quizá la última es la que menos me encajaba en su set list pero en directo suena muy potente.

“Final Journey” fue la única canción de su anterior trabajo que sonó durante el bolo y nunca defrauda, con esos riffs que hacen que todo salte por los aires. Con “Shadow Soldiers” el batería Christian Williams nos dio una masterclass de cómo se hace y, por si fuera poco, la canción fue enlazada con un apoteósico solo de guitarra de Wolf Hoffmann. Es indescriptible la cantidad de emociones que puede llegar a transmitir con sus manos rasgando las cuerdas.  Mark Tornillo mostraba un estupendo estado de forma en la imprescindible “Princess of the Dawn” , parece que no pasen los años ni por el tema ni por el propio vocalista. Un terceto de temas que hacía tiempo que no escuchábamos en directo y que han sido recuperados para la ocasión. Hablamos de “Midnight Mover”, “Up to the Limit”, con un magnífico duelo entre Wolf y el carismático bajista Peter Baltes , y “Objection Overruled”. La llegada de “Pandemic” anunciaba que estábamos entrando en la recta final y con la pregrabación inicial de “Fast as a Shark” se organizaron varios pogos pequeños, dando paso a un momento de locura colectiva con el mítico estribillo.

Después de un parón muy breve nos dejaron el primero de los últimos 3 trallazos de la noche, “Metal Heart”.  De sobra es sabido que el público se viene muy arriba cuando Wolf comienza con su riff de “Para Elisa”, de Beethoven, y en esta ocasión no fue diferente. Cada acorde es música celestial para nuestros oídos y ellos lo saben, con lo que una vez terminó este tema, enlazaron ipso facto con “Teutonic Terror”. Simplemente demoledora, infalible en directo. Mark se deja la garganta como si fuera la última vez que fuera a cantar esa canción y nos hace saltar, gritar, temblar… un torrente de sensaciones indescriptible. Como colofón a una noche espectacular, la sempiterna “Balls to the Walls”. Llega ese momento en el que lo único que quieres es que no se termine, seguir disfrutando cada instante y cantar cada sílaba de un tema histórico. Cuando termina el concierto, uno se queda como si le hubiera pasado una apisonadora por encima. Han sido, entre Night Demon y Accept, casi 3 horas de auténtico lujo, una verdadera masterclass de heavy metal de la cual ya podrían aprender muchos. Ojalá les tengamos pronto de vuelta, quien sabe, quizá en alguno de los festivales veraniegos punteros.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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