El Perro del Bar

Malahora

Gasser Discos (2018)

Por: Javier G. Hualde

8

‘Malahora’ es el primer trabajo de los madrileños El Perro del Bar, que hace un rock coreable, gamberro y divertido.

El disco comienza con “Voy a Emborrachar mi Corazón”, que comienza de con unas guitarras muy rockeras y destila reminiscencias de Extremoduro por los cuatro costados. El tema se pega desde el comienzo y la voz rasgada de Rubén Rodríguez engancha un poquito más a cada segundo que pasa.

Continúa “Perro Fiel”, que comienza con el sonido de varios perros ladrando. Se nota que la canción rezuma corazón y rencor, aportando intensidad y sentimiento al track. El lenguaje vulgar que se utiliza durante el tema, que podría resultar burdo o sobrante en cualquier otra banda, encaja a la perfección y le da más potencia, si cabe, al tema. Le sigue “Mayo”, más melosa y pero perfectamente encajada en la estructura del álbum.

“Como un Perro” sigue con el tono melancólico y tristón de su antecesora pero sin descuadrar. Son dignos de destacar los bellísimos solos de guitarra que acompañan al tema y la preciosa letra, a estas alturas del disco podemos darnos cuenta de que El Perro del Bar son unos verdaderos poetas. En “Raro”, que tiene un fondo acústico, la armonía de todos los instrumentos combinada con el corazón que, insisto, le ponen a cada letra, hace que se te pongan los pelos de punta.

El disco cambia de tono con la blusera “Apahca’ki”, en la que el vocalista hace gala de un registro diferente, más macarra aunque un tanto impostado. La canción es muy buena, aunque se queda pequeña ante la intensidad de los anteriores temas. “Patxi” vuelve a la tónica del comienzo del álbum y recupera el sonido que mejor representa a la banda, ese rock de los que están destinados a ser herederos de Evaristo y su generación.

“Madeleine” se convierte en un track que nos prepara para “Lo Puto Pero”, una canción con un comienzo acústico y con violines que, irónicamente, es de lo mejor de todo este trabajo. Luminosa, bella y sentimental, esta canción me infunda una mezcla entre melancolía y nostalgia.

Cierra este excelente trabajo “La Estrella”, que constituye un éxito en su función de epílogo. El sonido macarra pero romanticón de El Perro del Bar debería ser, sin duda, su seña de identidad. Y es que esta banda, si sigue por estos derroteros y sigue apostando por su estilo y sonido personales, promete muchas alegrías para el futuro.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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