Mind Driller

Involution

Art Gates Records (2019)

Por: Álvaro González

9

La formación de metal industrial oriunda de Alicante presenta su tercer disco de estudio que, si bien puede considerarse continuista, se postula como uno de los trabajos que más dará que hablar a lo largo del presente año en el panorama nacional.

Porque si bien no deja de ser cierto que este 'Involution' no llega a ser un álbum innovador para Mind Driller, sí es toda una muestra de hasta dónde ha sido capaz de llegar el sexteto en estos ocho años de trayectoria; un alarde de carácter y estilo propio con el que el grupo reafirma su candidatura a liderar este género del metal ya no solo dentro de nuestras fronteras sino a nivel europeo.

Aunque todo sea dicho: en 'Involution' encontramos una faceta más oscura de lo habitual de Mind Driller. Tan solo hace falta atender a "Ritual", la pieza que abre este disco y que abarca muchas de las características que nos esperan por delante: riffs envolventes combinados con sonidos electrónicos, bajos potentes  y un intercalo milimétrico de las intervenciones de sus cantantes.

Y es que una de las claves de Mind Driller reside en la versatilidad con la que sus integrantes dotan a sus composiciones, quedando patente de nuevo en las doce pistas que incluye 'Involution'. Gracias a los tres registros de los que hacen uso sus tres vocalistas al puro estilo Amaranthe - al mismo tiempo que estos se apoyan en una muy solvente base musical - , la banda es capaz de transportar a sus oyentes con especial eficacia. Esta teoría queda aún más respaldada al intercalar, en ocasiones hasta en una misma canción, el alemán, el castellano y el inglés.

Dicho esto, 'Involution' experimenta con sus distintas armas a lo largo de todo su minutaje haciendo más o menos uso de las mismas como si un ejercicio de alquimia se tratara. De este modo, encontramos cortes como "Rotten", "Wo Ist Dein Gott?" o "Calling at the Stars" en los que impera la atmósfera futurista, pistas como "M4n1k1" o "Zero" donde la percusión muestra su máximo esplendor o canciones como "Kianda", "Involution" o "The Glass House" que juegan maravillosamente con los tiempos. Todos los matices tienen su lugar y su momento para brillar a lo largo de 45 minutos que en ningún momento se hacen largos.

Es inevitable no mencionar a algunas de las influencias de Mind Driller como pueden ser Rammstein o Oomph! en esta reseña, pero resulta muy grato comprobar que sus miembros han sabido encontrar su propio sonido y desmarcarse hasta cierto punto de la senda marcada por los gigantes del industrial.

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