Marea

El azogue

Warner Music (2019)

Por: Javier Pérez

10

El tiempo en Berriozar debe funcionar diferente al del resto del mundo, y los protagonistas de este nuevo festín pueden permitirse el lujo de tirarse ocho años sin presentar nuevas composiciones al gran público, volver el día menos pensado y ser recibidos con los brazos abiertos por todo aquel que guste lo más mínimo de la música que se factura en este estado.

Un regreso a lo grande; así, sin muchos más paliativos. Como resumen rápido puede servir; estamos ante un trabajo digno del historial de los cinco bandoleros navarros, y eso es mucho decir. Sin ser tan enrevesado como ‘Las aceras están llenas de piojos’, ni tan crudo como ‘Revolcón’, este último trabajo sabe situarse en el camino que se cuaja entre ambos. De ese guisado queda una joya más en la corona de su liturgia, un manuscrito musical sin premura que va a agradecer cualquiera que se haya sentido alguna vez atraído por el enjambre musical de Marea.

En el largo periodo que separa esto que tenemos entre manos del viejo ‘En mi hambre mando yo’, Romero y compañía no han removido en exceso la siesta del enjambre: no esperes una revolución musical, porque no la hay. Pero es que ni es necesario, ni siquiera aconsejable. A mí dame “En las encías”, corrosiva y directa; dame “Jindama”, arriesgada, dañina y con un finísimo homenaje a Robe y Rosendo llamando a sus lugares de pertenencia; dame “La noche de Viernes Santo”. Rock que sale del Kutxitril buscando presas tras la puesta de sol con sus hechuras poéticas, su cadencia bravucona y su solera acostumbrada. Tres cortes que representan las rugosidades de ‘El azogue’, cada una en su plano.

Si buscas unidad espacio-tiempo y embragar fácil con el pasado recréate con “Un hierro sin domar”, la radiante “Ocho Mares”, la acompasada “Copla el precipicio” o el empuje de “El temblor”.

De últimas caen otras dos aliñadas con elementos externos a la cronología propia. La primera es “Pájaros viejos”, medio tiempo que gana cuerpo cuya lírica son palabras mayores, con la muerte de fondo, y un sinfín de nombres del flamenco dando vueltas al sentir. Y de la clausura se encarga “Pecadores”, con la voz de El Piñas comandando la mordiente, y que sin embargo peca de ligera comparada con otras piezas a las que ha prestado su garganta, bien en casa, bien en Malaputa.

Diez pistas clásicas, que apenas superan los 45 minutos de escucha; suficientes para devolver el trono de la escena a un rey que, en cuanto arma sus tropas, arrasa todo cuanto encuentra a su paso. Lo que hacen, lo hacen como nadie. No se han desviado de la senda, a pesar de haber incluido nuevos matices y alguna que otra muestra de evolución natural. Esto es Marea; sin más. Exactamente lo que se busca en ellos. Y que siga subiendo.

 

Redacción
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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Modes dice:

    Es una banda que respeto, pero no les acabo de pillar el punto que si me daban leño o barricada, supongo que es problema mio, que me pilla muy mayor, pero les deseo lo mejor, porque además me parecen una banda muy honesta en sus declaraciones, estoy muy de acuerdo en lo que dicen sobre las bandas tributo o sobre viagoo. Sin duda hace tiempo que encabezan el llamado rock urbano...
    Top 10 rock urbano
    1 leño
    2 barricada
    3 rosendo
    4 extremoduro
    5 los suaves
    6 el drogas
    7 marea
    8 platero y tu
    9 esturion
    10 reincidentes

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