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Crítica de Eskimo Callboy: Rehab

Los grupos alemanes de metalcore moderno, es decir, aquellos que tiran muy mucho del componente electrónico, entendido este como música de baile, siempre han tenido un punto de extravagancia que los hace simpáticos. Ya sea We Butter The Bread With Butter o nuestros actuales protagonistas, la escucha de sus álbumes siempre suele resultar agradable.

‘Rehab’ es el trabajo más comercial de Eskimo Callboy, lo que no tiene nada de malo, ya que nunca han ido de los más duros del gallinero, pero se nota ese acercamiento al actual sonido de Bring Me The Horizon, aunque sin caer en lo vomitivo de estos: es decir, suenan petardos en lugar de listillos.

El disco vuelve a ser una batidora en la que caben guitarrazos (más gruesos y menos veloces que anteriores ocasiones), gritos desgarrados, estribillos poppies a más no poder, rapeados y secciones electrónicas de baile. La gracia es que todo está bien mezclado y los temas fluyen sin problema.

Sorprende la concreción de “It’s Going Down”, y el enfoque de discoteca metalera de “Hurricane” no puede estar más claro.  Es cierto que temas como “Disbeliever” u “Okay” cortan un poco el rollo y suenan a Papa Roach más que a metalcore, pero al menos “Made By America” rockea y “Nice Boy” recupera algo de la agresividad que se echa en falta durante el disco.

En su línea, aunque inferior a su anterior obra, ‘Crystals’, mucho más festivo y petardo.

Redacción

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