Yes

The Quest

Insideout Music (2021)

Por: Josep Fleitas

7

Yes vuelve con un doble álbum, bueno… un larga duración y un single, considerando su duración, con el que engrosar, sin mucho más, la ya larga lista de trabajos que certifican una carrera más que gratificante.

En el primer CD, Yes se asientan en las partes más ambientales que en las demostraciones de capacidad que se condensan en los grandes y atractivos momentos que durante más de cinco décadas han mostrado. En la segunda parte de ‘The Quest’, Howe ha buscado la parte más dinámica, y extrae el espíritu de efectividad más que de relajación.

The Ice Bridge (07:01): Inicio sinfónico en el que el trabajo de Geoff Downes a los teclados y las excelencias en los punteos de Steve Howe acunan con suavidad la voz metódica de un Jon Davison que consigue transportarnos a un paraíso en el que la elegante simplicidad de ritmos, a pesar de la longitud del tema, se reutilizan a ellos mismos sin anclarse en la monotonía.

Dare To Know (06:00): Sin duda, Yes son maestros en muchos términos en los que las sinfonías, la experimentación y el progresivismo son las bases, pero son extremadamente delicados en los requisitos de las ambientaciones, cosa que demuestran en este “Dare to Know”, un tema en el que las combinaciones sinfónicas y las melodías se apuntalan en un estilo crooner en el que Davison navega entre partes semi-orquestadas, muy al estilo de esos guateques de crucero de los setenta.

Minus The Man (05:35): Continuamos con las expresiones sinfónicas, esas que se convierten en más aptas para la escucha en unos buenos auriculares que en un equipo que aporte un sonido más ambiental. Relajación, expresión jazzística en las guitarras y una voz que sigue conteniendo una finura más ambiental que expresiva.

Leave Well Alone (08:06): Yes nos presenta en este tema un pasaje más animado y bien recreado que, durante poco más de ocho minutos, consigue elevar un ánimo algo decaído tras dos temas muy relajados. Aquí los cambios de tempo nos introducen al generoso mundo de la experimentación. Sin rodeos ni complejidades, Yes intercambia ámbitos no aptos para puristas y sí para los que gustan de depurar los metódicos momentos de inspiración que cronológicamente se van sucediendo. Lástima del poco aprovechamiento del talento de Alan White y Billy Sherwood en unas bases que de no ser tan básicas darían mayor capacidad a una pieza en la que sí disfrutaremos de la ambigüedad en los punteos del maestro Howe.

The Western Edge (04:26): Jon Davison es un cantante que sabe adaptar su voz a las circunstancias armónicas, pero al que no se le puede exigir grandes intercambios en el ejercicio de su función, lo que puede llegar a hacer algo monótona su interpretación, más relatora que enfática, cosa que quizás busca Howe para que el resto de participaciones puedan apelar a su buena instrumentación. Eso es lo que ya va endureciendo la escucha de un álbum al que le falta ese punch de temas más expeditivos que ambientales, con más capacidad de enervación que de relajación.

Future Memories (05:08): Rompiendo con lo anteriormente expresado en el anterior “The Western Edge”, “Future Memories” aporta algo de complejidad vocal en un momento más que necesario, lo que consigue elevar el ánimo en la escucha en un tema acústico y bien apoyado en los coros, esos que pueden recordarnos a lo ya mostrado en ‘Yesspeak - Yes Acoustic’.

Music To My Ears (04:41): Seguimos elevando el ánimo, y las sensaciones de emotividad se van recomponiendo en este buen ejemplo de lo que los Yes de Howe aún pueden generar. Estribillo pegadizo, bases acompasadas, guitarras evolutivas y generosas en estilos y punteos, y unos teclados que apoyan el ambiente con un sonido de piano que sabe envolver, tanto como los coros que van progresando y haciendo escalar a un tema que, dada su calidad, se queda corto, demasiado corto, en su tiempo de ejecución.

A Living Island (06:52): Llegamos al final de este primer álbum con un nuevo tema ambiental y melódico. Mecedor y creativo, el apoyo acústico en las guitarras y los teclados de Downes dan fidelidad al título que cierra con mejora, pero sin excelencia, un álbum más contraído en las partes relajadas que en su efectividad comercial.

Sister Sleeping Sun (04:51): Las excelencias experimentales tan amagadas en la anterior parte de ‘The Quest’ aparecen como el sol en un día nublado con este inicio. Elegancia y capacidad de convicción en un tema que inicia con valor oriental y que se autotransporta por la esencia experimental hacia los elementos que más pueden convencer en la escucha.

Mistery Tour (03:33): Relatador y con buena esencia, “Mistery Tour” se aposenta más en la parte pop y comercial que Yes-Howe postulan de vez en cuando, demostrando que la apariencia de frialdad de Steve puede rejuvenecer, transformándose en valores de filtros animados.

Damaged World (05:20): Un intercambio de voces ambientales y matices acústicos para un final de álbum que deja con el parecer de que la simplicidad también puede recrear buenos momentos, aunque ello relegue a un segundo plano lo que estos cinco músicos son capaces de ofrecernos.

Redacción
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Esta entrada fue escrita por Redacción

5 comentarios

  • Juandie dice:

    Un placer haber escuchado este nuevo tema por parte de una de las bandas más grandes e históricas que dio el Rock Progresivo como son los ingleses YES para su nuevo álbum de estudio con portada muy currada. Sinceramente me ha encantao este pedazo de tema.

  • Vitus73 dice:

    Que alguien le diga al Harris,lo que es un disco de prog

  • German Rodríguez dice:

    Cómo siempre he dicho, estos maestros, nos vienen a demostrar que el trabajo nunca termina, sobre todo en estos tiempos de poca credulidad, valga la expresión. Yes ha Sido y será mientras existan, quizá una de las bandas de rock progresivo más importantes de todos los tiempos, ojalá existan por mucho tiempo, saludos desde CDMX. México.

  • Carles dice:

    Al pan pan y al vino vino. Me he escuchado el disco The Quest varias veces y no me cabe duda: es el mejor disco de Yes desde 1977 por lo menos. Está a la altura de Going for the One, o incluso quizá sea mejor que Going for the One (aun no lo tengo claro, ya uqe Awaken, de Going for the One) es un tema insuperable. En cualquier caso, este disco es mejor que Tormato, que Drama y que todos los discos de Yes que vinieron después. Es increíble que el tiparraco de Steve Howe haya conseguido poner en forma a estos muchachos para alcanzar el nivelazo que alcanzan con este disco. Y yo que hasta hace poco los llamaba "grupo homenaje de Yes". Pues me he pegado un buen corte. Jon Davison ha mejorado muchísimo y canta de manera superprofesional Billy Shervood logra parecerse a su maestro Squire y Geoff Downes se ha vuelto a poner las pilas que no se ponía desde hace años. Se ha superado a sí mismo. Que requetebuén disco. Aunque se puede descargar en la red, yo me lo he comprado: tanto por la parte artística de la carátula de Roger Dean, como para manifestar mi alegría por este disco tan bien trabajado y tan esperado desde hace muchísimos años. Aun no he logrado quitarme de la cabeza el estribillo ese tan chulo de quitarra que suena al final del tema inicial, The Ice Bridge. Yes ha resucitado. ¡Ha vuelto! ¡No me lo puedo creer!

  • Luna dice:

    La verdad es que es muy agradable ver que este grupo legendario vuelve con un magnífico trabajo

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