.Polar

A Lighthouse That Wants To Be

(Records DK)

Por: Alfredo Villaescusa

9

Cuando faltan adjetivos para describir algo es que estamos ante un producto de indiscutible calidad. Por supuesto, esta regla no se cumple en todos los casos, pero sí que suele aplicarse en la mayoría de ellos. De sobra es conocido que las grandes emociones escapan a las palabras con notable habilidad desde los tiempos de los sabios grecolatinos. Así que apaga las luces, crea la intimidad necesaria y atrévete a pensar en diversos nombres, del mismo modo en que lo hacía Bastián en la segunda parte de ‘La historia interminable’. Un universo entero espera.

Tal actitud se podía adoptar en este reciente EP de los madrileños .Polar, que ya se labraron un hueco en el panorama en 2018 con un álbum tan lleno de matices como ‘Remembering A Dreamless Night’. Y ahora, después de algunos cambios de formación, regresan con ‘A Lighthouse That Wants To Be’, otro compendio de interesantes canciones cargadas de detalles difíciles de asimilar en una primera escucha. ¿Habéis oído hablar de esos lugares en los que en un día uno puede experimentar las cuatro estaciones del año? Pues con este lanzamiento sucede lo mismo, porque tenemos momentos melancólicos, otros enérgicos, instantes introspectivos de rumiar miseria en el cuarto de una habitación frente a súbitas explosiones de júbilo de las de gritar a los cuatro vientos. A cascarla los tibios de espíritu.

Una belleza arrebatadora como de enamoramiento a primera vista nos invade con “Star Trails”, donde se atisba cierta querencia hacia el llamado sonido post hardcore o el rock alternativo en la senda de Muse o Biffy Clyro. “Sundress” no defrauda en absoluto con un comienzo guitarrero potente antes de sumergirse en un tono más sosegado que evoca a Foo Fighters, una deuda que volvemos a apreciar con más nitidez en esa suerte de estribillo que recupera la presencia de las seis cuerdas. Toda una montaña rusa con subidas y bajadas.

“Astronauts”, por el contrario, podría ser una pieza de Smashing Pumpkins por su nada desdeñable dosis de tristeza infinita, mejor que no te pille en un minuto vulnerable. Y “Flare” no destaca por su ímpetu, sino por una atmósfera nostálgica que te puede conquistar por el flanco menos previsible. Cambio de tercio con “LUX”, donde nos sorprende el uso de un castellano que no  desentona y les empareja con otra bandaza en un rollo similar como Rufus T. Firefly. Si justo después te escuchas “Incendiosuicida” de los de Aranjuez, ya clavas la tarde.

El derroche de emoción culmina con “The Night You Thought You’d Miss It All”, otra delicada tonadilla proclive a acordarse de los trabajos más recientes de Simon Neil y compañía, enorme la acelerada que meten con redobles marciales de batería. Y qué pena que entonces se acabe ya esta obra no apta para sujetos fríos o carentes de la paciencia necesaria para saborear frugales manjares. Delicioso de principio a fin. Para repetir sin dudarlo.

Alfredo Villaescusa
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