Mart

Tierra y fe

Mart Música / Infarto Producciones (2021)

Por: Javier Pérez

8.5

Cuando Juan Destroyer me propuso enfrentarme a ‘Tierra y fe’, mi respuesta fue un sí rotundo, aun sabiendo que no iba a ser fácil. Sin embargo, sentía que tenía ganas y necesidad de hacerlo. Mart se despidió del mundo dejando una impronta musical que, por todo lo que conlleva, tendrá su merecido espacio en el imaginario de las sintonías más especiales y personales por los tiempos de los tiempos.

Haciendo un resumen global, la obra póstuma de la voz de Estirpe rezuma serenidad, conciencia del devenir de los hechos, carácter para enfrentarse al horror, y sentimiento vital para los que nos quedamos. Desconozco, porque he querido enfrentarme a esta reseña sin consultar datos, si Mart compuso completamente el LP sabiendo que poco a poco se acercaba a su terrible desenlace o si, quizá, únicamente exteriorizó el sentir de la lucha por la vida. De cualquier modo, lo expuesto está bañado por un aroma de sensibilidad extrema; una dulce amalgama de sensaciones plasmadas de forma magistral en un puñado de surcos sonoros.

Se me hace duro decir que es su primer álbum en solitario, ya que probablemente embriague de tristeza al que lo lea, ante la clara resolución de que no habrá más. Al que lo lea, y al que lo escribe. Pero como dato, es así; ello me da pie a intentar contarte que, por el motivo que sea, ‘Tierra y fe’ acoge el espíritu de su antigua banda, algo inevitable dado el peso que tenía en ella. Esto no quiere decir, ni de lejos, que el metal contemporáneo que recubría el motor de Estirpe aflore aquí, porque te estaría mintiendo. Te harás una idea mejor si te detienes en la mitad más reciente; hay más detalles y recuerdos de ‘Neurasia’ o ‘Jam Fuzzion Klan’, que de ‘Ídolos de papel’, por ejemplo. Ojo, recuerdos y muy poco más.

Y os cuento tal, porque en los diez cortes que componen el trabajo, el rock más sosegado se apodera del ambiente sin temor a fracasar. Rock, y otras cosas; muchas más cosas. Muchas más cosas, incluso que lo que te viene a la cabeza cuando piensas en rock.

No esconde nada “A pesar”, al frente de sus hermanas. Guitarras limpias al servicio de un ritmo latino, con percusiones aflorando con gusto y una letra emocionante. Hablando de líricas… no voy a repetirlo una y otra vez, pero evidentemente en el caso que nos ocupa, se tornan más importantes, si cabe, de lo habitual.

“La semilla” es mucho más solemne, una suerte de medio tiempo que arenga en el estribillo con la contundencia de otros tiempos. Magistral. Profunda y minimalista suena “Mi adentro”, de nuevo pausada y honesta. Me flipa “El cuento”, arrastrada en tempo hasta reformar el concepto de balada. Enorme entona la luminosa “Por lo nuestro”, removiendo la esencia y haciendo que salgas del hipnotismo. Colocada en quinta posición, es idónea para cortar la obra por la mitad.

Encarando la segunda parte, los poco más de dos minutos y medio que dura “Amarte” encogen el alma como te estés metiendo de lleno en la historia. Instrumental, clásica a piano y arreglos orquestales, abre la puerta a “Estar ahí”, que reincide en la misma tónica, sumando guitarras lejanas que adornan un cuadro de esos que te sientas frente a él, y sólo lo contemplas. “Augurio” vuelve a latinizar, de algún modo, la propuesta. Madre mía, “Mi respiración” … ¡qué melodía, qué estribillo! Lo malo es que es la antesala del final, que aparece sin remedio en “Tierra y fe”, una acumulación de lo escuchado antes con saturaciones sónicas que recubren la voz en un epílogo a la altura.

Buscado o encontrado por la situación, lo aquí expresado denota un talento innato para removerlas voluntades. Un talento innato para hacer música, para hacer arte. Más allá de las barreras que, a veces, se levantan alrededor de un duro ajetreo promovido por guitarras distorsionadas, bajos machacones y baterías penetrantes, Mart supo conjugar su vetusta historia con el paso del tiempo, y entregar un último aliento a todo aquel que se acerque a ‘Tierra y fe’.

Enhorabuena, si allá donde estés puedes leer estas líneas que atruenan a triste despedida.

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Redacción
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Esta entrada fue escrita por Redacción

4 comentarios

  • Pablo dice:

    No puedo escucharle,me pongo a llorar,es único e irrepetible,te echo de menos Mart

  • Juandie dice:

    Muy buenos temas para un gran músico y compositor como fue Miguel Angel MART el cual nos dejó hace unos meses. Lo veo de puta madre que haya salido este álbum póstumo en solitario por parte de tan gran músico. Descanse en paz MAESTRO.

    • Manuel dice:

      Gracias por todo el arte que nos has dejado ,un virtuoso en lo musical , grande entre los grandes. Manuel Ángel Mart infinito siempre

  • Jose Lopez Camba dice:

    Un legado ke permanecera por siempre entre nosotros.
    Gracias Maestro, por todo.
    Los ke kedamos por aki no te olvidaremos y , kizas, un dia nos volvamos a encontrar.
    D.E.P. este donde estes.

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