La Raíz

Nos volveremos a ver

Propaganda pel Fet! (2018)

Por: Anna Moher

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Las imágenes en blanco y negro del principio se convierten en una amalgama de focos y luces de colores azules, rojas, fucsias, verdes… Los nervios se van tornando en energía. El público tímido se transforma en una manada de leones y leonas que canta por sus libertades. La chispa en los ojos de cada uno de los 11 artistas sobre el escenario traspasa las voces, traspasa las murallas, traspasa los continentes y logra prender por completo a los 10.000 fans que se reúnen en el Palacio Vistalegre de Madrid para vislumbrar un concierto histórico de La Raíz.

Los de Gandía pusieron toda la pluma en el tintero aquel 28 de octubre y lograron coronarse con un doble CD + DVD de dos horas en el que se recogió uno de los puntos álgidos de su carrera, en la noche de despedida de la gira ‘La Hoguera de los Continentes Tour 2017’. ‘Nos volveremos a ver’ es el título que eligieron para este trabajo que los valencianos han querido regalarse a sí mismos y a su público antes de tomarse ese parón indefinido que anunciaron que harían a finales de 2018.

La llama del concierto comenzó con la intro “Las miserias de sus crímenes”, extraída de un poema carcelario y dando comienzo a ese anterior ‘Entre poetas y presos’ (2016) que les abrió las puertas al resto de continentes. Conforme van sonando esos versos musicalizados, aparecen las imágenes del videoclip de esa canción, junto a la abuela que los recita, e imágenes en blanco y negro de los integrantes del grupo momentos antes de subirse al escenario. Eran conscientes de la grandeza del momento y la emoción, y los nervios logran traspasar incluso la pantalla.

Un dibujo de un tintero, una pluma y una corona es el preámbulo justo antes de aparecer el título y dar comienzo a la partida. Así, las primeras tácticas son “Entre poetas y presos”, “Borracha y callejera” y “La voz del pueblo”. Tras estas tres, por fin tienen el primer contacto con el público y presentan el concierto, prometiendo a los presentes “dibujar una noche que durará toda la vida”. Acto seguido, Pablo Sánchez anima al público a estar preparados para morder, dando paso a su conocida “Muérdeles” y en la que casi se cae el Palacio con los botes de los asistentes.

En la sucesión de canciones, Pablo Sánchez, José Carlos García “Senka”, Josep López “Panxo” y Julio Luis Maloa van pasándose el testigo de las voces cubriendo todo el escenario y alternando posiciones. Por si fueran pocas, se unen Toni Mejías (Los Chikos del Maíz) a cantar en “Donde duerme el chamán” y Toni S. “Panxo” (Zoo) en “Jilgueros”, en la que se marcan una pequeña coreografía. Además, contaron con tres coristas que aparecen por primera vez en escena en “Dientes de león”: Nyeleti Tomás, Xiluva Tomás y Eva Mateu. Joan Marc Pérez (Auxili) al acordeón y Toni Fort “Pollet” (Zoo) al saxo son otros dos que acudieron a esta cita imprescindible.

Quizás los momentos más espectaculares (y los que mejor quedan visualmente) son aquellos en los que se atenúan las luces y solo quedan sus figuras recortadas por casi una decena de focos colocados en la parte posterior del escenario. Así sucede con “El tren huracán”, el primer tema en el que baja el ritmo para ofrecer un instante con mayor emotividad.

Volvió a repetirse uno de esos momentos con “Suya es mi guerra”. Las luces se apagan, los chicos de La Raíz desaparecen y un foco ilumina a Pilar América, sentada en el centro con su guitarra. Qué bonito ver a las mujeres sobre el escenario. Pablo vuelve a aparecer en escena con el micrófono, junto con el resto de integrantes que lo hacen paulatinamente, aunque no hace falta que ninguno de ellos cante: las 10.000 almas que había aquella noche ya lo hacen por ellos. Las luces de los móviles encendidas y las miradas de los chicos iluminadas basta para tener la emoción a flor de piel.

La Raíz es poesía, es reivindicación y libertad de expresión, y esto se reflejaba entre el público, en las banderas republicanas, en la Estelada catalana, en el “Madrid será la tumba del fascismo” y en el “no pasarán” que se escucha corear cuando acaba “Suya mi guerra”.

Las ocho pantallas verticales situadas a lo largo del escenario sirvieron durante todo el concierto para proyectar imágenes como la de los santos durante el tema “Llueve en semana santa” y ambientar los 24 mejores éxitos de los tres álbumes de estudio de La Raíz que se marcaron ese 28 de octubre.

La marea continuó extasiada en “Nuestra nación”, “El circo de la pena”, “Por favor”, “El lado de los rebeldes” y “Elegiré”, para la que “Senka” pide a los asistentes que levanten las manos y las muevan de un lado a otro.

Durante todo el DVD se espera ese ansiado momento de desnudarse verbalmente hablando: “En Gandía no nos dejaban entrar a los sitios, éramos los rezagados, en una tierra gobernada por la apariencia social y política. El grupo nació para gritarles a todos esos y agitar ese baile de sombras. Salas, pueblos, ciudades, festivales, aquella chispa se convirtió en cada lugar en un incendio. La gente sigue a La Raíz además de por sus letras, porque ha comprendido este modo de vida de un grupo que viene desde abajo. Vosotros sois La Raíz”. Con estas palabras dio paso Pablo a “El mercurio”.

La nostalgia continúa cuando Josep se marca después de esto un a capella con el rap de “Raíces”, con el que dice que“empezó a volverse todo un poco más serio”.

El público ya ha adquirido mayor presencia en este punto del DVD en el que se pueden distinguir caras, emociones, manos levantadas, sonrisas… Los planos de la gente se alternan con los del resto de músicos que componen la banda: Felipe Torres “Pipe” (batería), Adrià Faus (bajo), Edu Soldevila (guitarra), Juan Zanza (guitarra), Alejandro Lluch (Dj), Carles Gertrudis (trompeta) y Xavier Bañuls (trombón). Pablo Sánchez dedicó unos minutos casi al final del concierto a mencionar a todo el equipo que formaba parte de La Raíz (imposible meterles a todos en este escrito).

“Radio clandestina”, “La hoguera de los continentes”, “A la sombra de la sierra” y “Rueda la corona” (en la que se formó un gran pogo) fueron las protagonistas de los últimos movimientos de una noche que se cerró, como no podía ser de otra manera, con “Nos volveremos a ver”.

A pesar de que al principio les negaron las alas, La Raíz se subió al escenario y consiguió despertar a las conciencias cansadas. Podría decirse que sus versos funcionaron de altavoz para que los sin voz hicieran frente al silencio y que aquella noche el fuego convirtió la pasión en un mágico incendio. Lo que está claro es que la chispa volverá a prenderse cada vez que alguien visualice el DVD.

Redacción
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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Muchas gracias por las palabras bonitas que me dedicáis. Para mí fue un honor compartir escenario con la raíz, un grupo increíble en sus canciones y en sus corazones, son muy grandes.. y también como decís, mujeres a la guitarra, toda una experiencia y todo un orgullo por mi parte.
    Saludos!!

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