Kevin Pérez y Aria Ignis

Pasado, presente y futuro

ROCK CD Records (2020)

Por: Alfredo Villaescusa

6.5

Seguir adelante con un proyecto contra viento y marea debería por lo menos provocar un aplauso generalizado. Porque no resulta nada fácil continuar en la brecha cuando parece que te ha mirado un tuerto, como se suele decir. Ese podría haber sido el caso de los toledanos Aria Ignis, que en una década de trayectoria han vivido ya una colección de sinsabores a la altura de los de cualquier banda macarra de Sunset Strip. Un mánager sin escrúpulos que va amasando dinero y dejando pufos a su alrededor, múltiples cambios de formación, tendencias autodestructivas de algún antiguo compañero y otras historias de terror que desde luego darían para una biografía en plan Mötley Crüe.

Pero no queda otra que levantarse. Y así, tras editar un par de álbumes que les sirvieron incluso para salir al extranjero, el vocalista Kevin Pérez toma las riendas de Aria Ignis de manera absoluta y se presenta dando paso al frente añadiendo su propio nombre al grupo para un tercer esfuerzo titulado ‘Pasado, presente y futuro’. Lo normal en un tipo acostumbrado a dar la cara y comerse marrones únicamente por ser fiel a lo que cree.

Apenas un año después de ‘Desafiando al destino’, he aquí otro conglomerado de canciones que llamarán la atención de los seguidores de la banda o del metal melódico en general. La pomposidad casi cinematográfica de “Alzamiento al Sol” pondrá de inmediato en guardia para “Emanando veneno”, heavy tradicionalista del de toda la vida en la senda de Avalanch, Warcry o los Saratoga de Leo. “El pozo amargo” ya aparecía en su anterior redondo, pero en esta ocasión tenemos una versión orquestal en la que predomina el piano, la guitarra acústica, una atmósfera grandilocuente y la inconfundible voz de Kevin. Para templar espíritus, ni tan mal.

“Voces de Amarna” mantiene el rollo sosegado, con coros melancólicos en un inicio antes de transformarse en una pieza desenchufada al uso. Vuelve la tralla con “En su cielo” y su power metal influenciado por los grandes del género, tal vez no inventen la rueda, pero lo que no se puede negar es que capacidad para crear temazos no les falta, probablemente de lo mejor de esta nueva ristra de composiciones. Y la balada “Adiós (mi eterno amor)” a un servidor se le atraganta por su excesivo almíbar, aunque eso no debería impedir que a otros les emocione su punto romántico en ese preciso instante vulnerable que la mayoría padece alguna vez en su vida.

No se entendería que para cerrar no recurrieran al clásico tema envolvente y progresivo con cambios de ritmo a porrillo, de eso trata precisamente “Game Over”, toda una digna muestra de talento que finiquitan con una desconcertante pista secreta tras unos minutos de silencio. Preferimos no desvelar la sorpresa, simplemente mencionar que le dan una curiosa vuelta de tuerca a un conocido corte de una popular ex triunfita a la que le hicieron una famosa “cobra”. Liberen la mente y atrévanse.

Pese a que la producción del disco sea bastante mejorable, lo cierto es que el vocalista Kevin Pérez está plenamente legitimado para conducir a buen puerto a esa nave que ha superado los diez años de existencia. Que de vez en cuando irrumpirán los palos en las ruedas, habrá que darlo por descontado. Aunque con una carrera tan accidentada y acostumbrada a los reveses, es probable que nada les haga ya cesar en su empeño. Voluntad de hierro a prueba de bombas.

Alfredo Villaescusa
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