Four Trips Ahead

…And the Fire Within

Dr. Music Records (2020)

Por: Jaume Gil

8

Los amantes del hard rock haríamos bien de poner en nuestras listas de seguimiento a esta formación. Cuarenta y seis minutos de muy buena música aptos para gustos variados. Melodías pegadizas, riffs potentes y alma progresiva. Un trabajo inconformista que rehúye lo básico.

La banda empezó sus andanzas en 2005, cuando Brian Eisenpresser (guitarra), Dan Cassidy (bajo), Ken Candelas (batería) y Peter Wilson (voz) se juntaron para hacer sus primeros ensayos. Aunque sus gustos eran variados, todos crecieron amando el hard rock y el metal en sus diferentes variantes. Y la química surgió. Para poner un poco de contexto y entender la evolución de la banda, os invito a que escuchéis su primer álbum epónimo. En él ya se desprendía la sensibilidad por las estructuras progresivas (“Shed All My Fears”, por ejemplo) o su grado de detallismo y clase en los arreglos (en “Where You Are” se intuye una flauta en el estribillo).

Con “…And The Fire Within” la banda recrudece el tono y maduran su estilo. Los diez temas que conforman el álbum, algunos ya lanzados como singles y otros de nueva cuña, son complejos y largos, cosa poco habitual en el hard rock que suele ser más directo. Producido por el mismo Peter Wilson, han contado con reputados técnicos de estudio: mezclas a cargo de Johnny Nice (Amy Lee, Rihanna) y el galardonado Nick Cipriano (Dream Theater, Twisted Sister) y masterizado por Roger Lian (Rush, Muse, Slayer, Pantera).

Buenas melodías, riffs de guitarra poderosos y ritmos para sacudir la cabeza y la melena los que puedan. Creo destacable el buen gusto para introducir los solos de guitarra que suelen aparecer en interludios instrumentales: son elaborados y virtuosos pero no excesivos. Sirven para mejorar la canción sin buscar personalismos. Detalle de buen músico.

No voy a comparar sus temas con otras bandas. Su gusto por el rock y el metal son evidentes. Que cada uno saque sus similitudes. Es de lo más normal que cualquier banda contemporánea suene parecida a los ancestros. La gracia está en mezclarlo todo bien y que el resultado sea atractivo.

Entrando al detalle en alguno de los temas, podemos empezar con “December”. Es un claro ejemplo de las ganas que tienen de innovar. Empieza con una introducción que parece anunciar el apocalipsis para convertirse de golpe en algo cálido aunque potente. A destacar la fuerza de la voz de Peter Wilson, que deja escapar un par de chillidos al más genuino estilo heavy clásico.

Tenemos otros temas como la marcial “Good Times Goodbye” (algo repetitiva) y “Step in to My World”, las dos de tesituras metaleras. Intercaladas entre la complejidad, sueltan un par de piezas agresivas y directas con las que parecen desquitarse: “There’s a Time” y “The Descent” roquean fuerte.

“Run to You” es la love song del disco, la lenta que no balada, porque las baladas se pueden bailar y los neoyorquinos utilizan un 7/8 o un 7/4 según como lo cuentes. O sea, que se comen un tiempo y seguro que os descontáis y acabáis pisando a vuestra pareja.

Para ponerles algún pero, diría que les falta un tema. “EL” tema. En este trabajo no he encontrado un “Blame It On The Boom Boom” (Black Stone Cherry), un “Woman” (Wolfmother) o en otros derroteros un “Straight To Hell” (Rage). Uno de esos temas redondos que hacen subir las reproducciones en internet. Estoy convencido que lo sacaran tarde o temprano porque tienen calidad. Con este nivel, cuando el mundo arranque de nuevo, les veremos seguro de teloneros de algún grande.

Redacción
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