Devil’s Train

Ashes & Bones

Rock of Angels Records (2022)

Por: Josep Fleitas

8

Aunque el precio de la gasolina no para de subir y subir, conducir escuchando ‘Ashes & Bones’ va a poner en peligro nuestros bolsillos, ya que seguro que el pie derecho nos pesará tanto como si llevásemos calzadas botas de plomo. Disfrute total y kilómetros y kilómetros de gas a fondo quemando ruedas y gasolina, eso es lo que propone la escucha de esta obra de un cuarteto que han incluido óxido nitroso a la combustión de un álbum creado para un disfrute que durará hasta la última gota de nitro que haya en su gran depósito.

En la presentación que envía la compañía discográfica del álbum se hace referencia a las influencias que podremos encontrarnos en él: Whitesnake, Black Label Society, Black Stone Cherry, The Dead Daisies y Alter Bridge, aunque el aspecto alternativo de estos últimos no lo he encontrado por ningún lado, sí he disfrutado de las anteriores y de la esencia festiva y dinámica de David Lee Roth, del blues sureño de ZZ Top, de la amplitud de Pride & Glory y de esa garra que Nathan James imprime a sus Inglorious en un álbum diseñado para deleitarse con él de forma directa y sin manías.

'Ashes and Bones' tema a tema

The Devil and the Blues

Hard blues de toque sureño, pegadizo y muy rítmico, es el preámbulo perfecto para hacernos una idea de la evolución y dirección que este tercer álbum. Una voz potente y dinámica se suelda a la perfección con unas bases poderosas y unas guitarras que en ningún momento paran de flirtear con el hard rock y el blues de raza sureña. Un himno que nos transporta a lo más poderoso de las construcciones de ZZ Top y lo más gamberro de los Black Stone Cherry.

Girl of South Dakota

Nueva muestra de poder vocal de un incendiario RD Liapakis, que destripa las letras y estribillo con el ansia de querer fundir sus cuerdas vocales y superponerse a la potencia de la pegada de Jörg Michael y a los envites que Jens Becker propina a las cuerdas de su bajo. Mientras, Dan Baune da buena muestra de su destreza aplicando cera de la buena a una guitarra desde la que surgen riff y solos que fustigan sin miramientos, y es que tener que perseguir a la chica de Dakota del sur les ha cabreado, y mucho…

Rising on Fire

Que entre las influencias de Devil’s Train están los Whitesnake más intensos y blueseros queda más que evidente en este tercer episodio del álbum, unas guitarras muy a lo Vandenberg, una voz con el recuerdo del actual Coverdale y unas rítmicas tan poderosas como las que practicaban el generoso tándem que formaban Tommy Aldridge y Marco Mendoza transgrediendo las normas del estilo. Pero Devil’s Train no son una banda de versiones, y aunque sus influencias son innegables, también lo es el hecho de que su personalidad aporta más que copia. Belleza de inicio con unos teclados que acaban transformándose en otro gran y pegadizo momento. ¡Y van tres de tres!

You Promised Me Love

Seguimos en la clara senda marcada por la serpiente blanca, en este caso gracias a un poderoso medio tempo que deja atrás el sentido bluesero de sus antecesores para postrarse a los pies de un hard rock de carácter vintage, base arropada por una voz rugosa que aporta ese sentido agrio que refiere el doloroso mordisco del amor no correspondido. Brillante la ejecución de guitarras solapadas y ese solo que se descarga en el momento preciso y sabe rasgar sin herir profundamente.

Ashes and Bones

¡Qué belleza! Desenterrar el espíritu de los Pride & Glory más golosos y aguerridos, esos que disparaban hard rock sin piedad en “Troubled Wine”, “Horse Called War” y “Losin’ Your Mind”, esos en los que Zakk Wylde forjó a sus Black Label Society, no es nada fácil, de hecho, el único álbum de la banda en la que podíamos encontrar a la sección rítmica de White Lion (James LoMenzo y Greg D’Angelo, bajista y batería respectivamente) fue tan sorprendente como irrepetible. ¿Podría “Ashes and Bones” haber sido parte de ese álbum? Mi respuesta está destacada en la emoción impresa cual flash-back relativo al principio de la crítica de la canción.

More

Seguimos con las influencias claras y directas, en este caso “More” se refleja en la época dorada de David Lee Roth en solitario. Rapidez, técnica y la impresión de esas partes vacilonas que se encrespaban entre el hard, el soul, el glam y la fiesta más intensa y pegadiza que estos chispazos desprenden. Que me aspen si las guitarras no tienen el mismo sentido vertiginoso que Steve Vai imprimía a las amplitudes compositivas del ex-Van Halen y los ritmos no nos trasladan a esos parajes que los hermanos Bissonette aportaban en el brillante ‘Skyscraper’. Disfrutando a tope, y solo estamos en el ecuador del álbum…

In the Heat of the Night

Seguimos el viaje, en este caso nos trasladamos a la parcela del hard rock intenso y esenciado, ese que a base de garra destripa Nathan James en las elocuencias vocales que inyecta en Inglorious y que aquí da la sensación de trasportarnos a un viaje por las carreteras del desierto de nevada, de noche, sin luces, ventanillas bajadas y solo con el orgánico alumbrado de la luna llena. Qué peligro, pero qué disfrute.

Smell Sex Tonight

Este es el tema más rápido y contundente del álbum, un cañonazo repleto de potencia sónica lanzado a la máxima velocidad, donde Jörg Michael demuestra su destreza a las baquetas y el doble bombo sale a relucir como lo hacía en su época más contundente en Rage, Running Wild o Saxon, mientras las guitarras electrifican un ambiente cargado de ambiciones, riffs penetrantes y un solo desgarrador, voces que traspasan paredes y empujones que, sin preámbulos ni lubricantes, se desplazan directos a un desenfreno tan lascivo como lividinoso. Si eliges este tema para hacer el amor, será sexo del duro, de ese que se recuerda por tiempo que pase, y los vecinos seguro que también.

Rock & Roll Voodoo Child

Con un inicio bluesy setentero, tanto el título como su apertura resultan engañosos, ya que, influenciados por ello, nos podíamos esperar un tema musicalmente abocado a lo que el gran maestro Jimi Hendrix desprendía desde sus adoradas Stratocasters y su delirio por el sonido que resultaba del uso del wah y la multiplicación resultante de su salida reverberada entre algunos de los Marshalls de su colección. Pero, aunque en el solo inicial sí hay un guiño muy sugestivo a la técnica de Hendrix, en el segundo solo sus melodías nos transportan a una mezcla bien conseguida entre el neo clásico y Deep Purple. El resto del tema es una simple pero eficaz relación entre el hard rock hímnico y las directrices eficientes que el estilo confieren en un tema que se deja mecer entre la esencia Whitesnake y, nuevamente, el recuerdo de la fuerza de empuje de Inglorious.

Hold the Line

Experimentación y dinamismo funky en un tema en el que las guitarras toman las riendas y el protagonismo de una forma muy especial. Un nuevo himno y una nueva demostración vocal por parte de un Lari que se muestra excelente y resolutivo. Un tema que, como su título bien indica, nos mantiene atentos a la línea y a sus atrevimientos melódicos en los que, como apuntaba al inicio, las guitarras tienen un protagonismo especial, combinándose y doblándose para despilfarrar virtuosismo.

Man With the Gun

Maestros en las entradas descriptivas, Devil’s Train cierran sus composiciones con un tema muy purpleliano, tanto que gustan de usar parte del estribillo y riff del “Strange Kind of Woman” de una manera directa y sin tapujos, dando sentido a unas letras que sugieren y apostillan el buen trato de un tema perfecto para cerrar un álbum repleto de grandes referencias y fuentes de inspiración como lo es este ‘Ashes & Bones’, que una vez finalizada la escucha podemos discernir el porqué de su título.

Word Up

Sí, no es una broma, esto es una versión intensa y muy hard de aquel éxito que en 1986 protagonizó la banda de funk y hip hop Cameo, canción que en su día se atrevieron a versionar los escoceses Gun, con bastante éxito por cierto, tanto que recibieron el premio en la MTV al mejor cover de 1994. En esta ocasión, Devil’s Train nos ofrecen una versión más divertida, dinámica y potente que la incluida en el álbum ‘Now That’s What I Call Music!’ (1994) del cuarteto de Glasgow, y mucho más eficaz que la de su original.

Escucha 'Ashes & Bones' en Spotify:

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