Demonik

Rise From Chaos

Autoproducido (2018)

Por: David Esteban

9

Los madrileños Demonik presentan su tercer álbum, segundo en estudio, e inmediato tras su directo de 2015 titulado 'Directo al Infierno'. Si en su primera obra los thrashers nos agredían sin piedad por medio de la lengua de Cervantes deciden ahora hacerlo con la misma virulencia pero utilizando el idioma de Shakespeare, ganando así, apertura internacional. Bien hecho, pues musicalmente desde sus inicios ya podían ser considerados a nivel foráneo.

¿Resultado? Un combo realmente serio, sólido y compacto con pretensiones a la altura de sus compañeros Crisix o Angelus Apatrida. Este nuevo disco, titulado 'Rise from Chaos', vuelve a dejar en claro todo el talento y el buen hacer que atesora Demonik. Con algún que otro cambio en su seno, destaca sobre todo el nuevo vocalista, David Alarcia, mucho más versátil y potente que el anterior, Jesús Míguez (quien tampoco era precisamente mudo). El plástico se abre de la mejor manera posible con “Burning My Soul”, rápida, directa y certera. Más pesada al inicio pero veloz como el rayo en la mayor parte del metraje se muestra “Rise” con un excelente regusto old schoool. Las veloces guitarras nos derivan a “Insomnia”, la cual, precisamente, sopor ofrece poco, pues, con cierto halo más moderno que el resto, suena como un tiro en la sien. “Chaos”, con un excelente trabajo de guitarras muestra sonoramente lo que el título del tema pretende transmitir: “espídica” velocidad, rabia y descontrol. Puro thrash de sabor añejo. Cabe señalar lo agradable que es para el oído de todo fan de los clásicos Rage escuchar la tonalidad vocal de David, pues, por momentos, es muy similar a la del gran Peavy Wagner.

A mitad de disco llega la sorpresiva joya. Los madrileños, haciendo alarde de una gran maestría, se han marcado una pieza que supera los veinticuatro minutos de duración titulada “Voices From Hell”. Sí, oís bien. Veinticuatro minutos de puro thrash metal aderezado con violines por parte de Roberto Jabonero (Celtas Cortos) el cual, sumado a la habilidad guitarrística de Hugo González y Víctor Salinero, la base rítmica de Dani Pérez (Saratoga) y la operística voz de May Lucas (de los desaparecidos Secret Signs) han conseguido crear un auténtico y épico pasaje lleno de sensaciones. La diligencia metálica vuelve con “Monster” y su intrépido ritmo demoledor de sólidas estructuras. El metraje se vuelve a extender por medio de “To Live”, más de trece minutos que esta vez no otorgan permiso alguno a la incursión de elementos “extraños”. David Alarcia se encuentra soberbio modulando su voz, dibujando melodías y transformándose para la agresión. Para terminar, “Legión”, despide un disco tal y como empezó: repleto de velocidad, contundencia y regusto clásico. Impresionantes.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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