Davil Fantasies

Me, The Evil

Autoeditado (2023)

Por: David Esteban @daesteor

9

Si lo tuyo es el heavy metal de corte clásico y cien por cien “made in the eigthies”, al más puro estilo Lizzy Borden, Crimson Glory, Accept incluso, King Diamond, Mecyful Fate… Davil Fantasies te alucinarán, pues aglutina todas y cada una de las características que más nos apasionan: contundencia y velocidad sin desmerecer en generosas melodías y, cómo no, lo que más identifica al estilo, una agudeza vocal que sería capaz de hacer añicos al más duro de los cristales blindados. Lo de David T. Valera “Davil” -quien lidera en absoluto el proyecto- es de otro planeta, capaz de igualarse con indiscutibles titanes de la nota alta como Rob Halford, Geoff Tate, Michael Matijevic, Midnight o los citados Borden y Diamond. Este primer álbum en solitario de David T. Valera, se encuentra a la venta en este enlace.

Insultante es el adjetivo que describe lo que vocalmente es capaz de llevar a cabo David T. Valera en el corte que abre el disco, “Day of Deads”, una pieza que pondrá los pelos de punta a todos aquellos que no toleren los decibelios vocales a escala orbital. Lo siento, a mí me encanta y lo disfruto tal cual, porque esto es heavy metal de escuela añeja, imperecedera y un tanto exagerada, sí, pero echar la vista atrás y regocijarse en todos y cada uno de aquellos sonidos que nos hicieron disfrutar de jóvenes siempre es un verdadero placer.

No le va a la zaga la intensa “All Pigs Die”, con un acelerón final y unos coros realmente nacidos para su reproducción sobre el escenario. Maravillosa se muestra “Sweet Girl”, más contenida, pero igualmente melódica y metalizada, consigue que visualicemos en nuestra mente al más cuidadoso y menos cafre Blackie Lawless. En esencia, puro W.A.S.P., vamos.

El tempo se sosiega en “Song For Loreia”, un cuidado y bonito medio tiempo al gusto de la radio fórmula norteamericana de la época. Más experimental –pero no mucho- resulta la siguiente, “The Hexembiest”, cuya intro acústica precede un afilado riff para terminar explotando en un corte muy influenciado por los Accept más americanizados.

Tanto la épica como el imparable ritmo de “Killing is not a Crime” te obligarán a alzar el puño y corear cada estrofa en este perfecto híbrido entre Manowar, Accept y las líneas vocales de un genio danés llamado King Diamond. Brutal.

En la parte final, “Tyrants of the Sea” esconde un pegadizo riff que, sin duda, se mantendrá incesante y cruel haciendo eco en el interior de tu cabeza durante días. Un estribillo que hace de esta canción sea la que más se aleje del estilo puramente heavy metal norteamericano para dejarse seducir por el paladar más europeo.

Como despedida, “Quédate hasta que me duerma”, con la colaboración del gran Pacho Brea de Ankhara, cierra un disco que se torna como uno de los mejores homenajes al heavy metal clásico de corte norteamericano de todo el año, sin duda, toda una delicia para aquellos oídos que disfrutan con lo añejo y de aquellos años que, lamentablemente, nunca volverán. Por tanto, gracias a gente como David T. Valera y sus Davil Fantasies. ¡Larga vida!

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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