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Blog: Palabra de Mariskal

16 noviembre, 2017 2:09 pm Publicado por  Deja tus comentarios

… Y periodismo de guerra. Os muestro la portada del más importante diario de Brasil,“O Globo”, en uno de los días des festival. Increíble dualidad de explosión festiva de rock y pop en la más grande concentración musical del mundo, ya en su séptima edición aquí. Para La Heavy cubrí las del 85, 91 y 2001.

Este año Rock in Rio convocó a 700.000 fans, y a la vez el ejército con tanques en las calles reprimiendo a la población en las miserables favelas. Las dos fotos que veis conmigo y Lukas hablan solas, están tomadas desde la terraza de un hotel de Copacabana. Delante, su famosa playa, donde a los Pet Shop Boys les atracaron en pleno día, como recogió toda la prensa mundial.Detrás, a escasos cien metros, una de las favelas que asedian la ciudad, donde la pobreza y marginalidad derivan, por la crisis reinante de nuevo, en una delincuencia temible. Lo viví en mis propias carnes el primer día del Rock in Rio, cuando sobre las cuatro de la mañana volvía a mi hotel con mi mochila de trabajo y me comí un intento de asalto del que me libró la buena condición física y la suerte. De ahí que incluya lo de periodismo de guerra, o al menos de alto riegos. Y todo en un país donde la oligarquía económica internacional montó un mundial de fútbol en 2014 y las olimpiadas hace solo un año.Más les hubiera valido a estos gobiernos corruptos acabar con esas bolsas de pobreza y darle casas dignas a la gente que hizo invisible durante esos fastos para que el mundo viera el “tudobem” del Brasil más amable. El propio promotor de este multitudinario evento que arrancó en el 85, Roberto Medina, ha amenazado con no volver mientras no se erradique esa delincuencia. Sí, parece una crónica política más que lo que nos atañe, pero no quería mezclar lo musical, que va en otras páginas de este mismo número, con estas reflexiones de una América del Sur condenada a uno contrastes terribles. La brecha entre pobres y ricos se agranda cada día más mientras sinvergüenzas como el ex-socialista González o el impresentable Vargas Llosa, desde sus lujosas nuevas vidas, no paran de criticar a los gobiernos que pelean por un reparto más justo de la riqueza.

Volviendo a festival, recalco uno vez más el ojo que tuvo ese visionario publicista carioca, Medina, que intuyó claramente desde la primera edición el futuro del rock como negocio. Está consiguiendo que el espíritu de aquellos pioneros festivales –Monterrey, Woodstock, Wight- donde se gritaban consignas contra las armas,las guerras y tantas causas, se esté quedando solo en fiesta lúdica donde mandan las marcas y multitudes que en muchos casos solo buscan exhibición y pintamoneo. Aquel grito que en las primeras ediciones clamaba “por un mundo mejor” es ya es historia. Aunque  hay que reconocer el salto cualitativo en infraestructuras y servicios, como también comprobamos en Madrid y Lisboa, donde vuelven en el próximo año. Es lo que hay. Nos “condenan” al mismo ambiente que reina en el fútbol: palcos colmados de VIPs donde se negocia todo y de todo y masas de gente  de escaso criterio a la que se le puede vender de todo. ¡Pero joder! ¿Esto es Rock?¿No se están prostituyendo un movimiento y unos ritmos que siempre fueron banderas de cambios y rebeldías?

Este artículo fue publicado en las páginas de La Heavy 397 (oct. 2017)

Además se están olvidando -ya no solo los brasileños- de los nuevos músicos que pelean por un lugar bajo el sol y a los que no se les da oportunidad para que la gente los vea. ¿Qué pasará cuando  todas estas “vacas sagradas” tiren la toalla? Ojo, que los dioses nos lo conserven muchos años siempre que se muestren con tanta dignidad y clase como los Stones o Aerosmith, por solo poner dos recientes reapariciones que nos ocupan también es este ejemplar. ¿Pero qué ocurrirá cuando los promotores se encuentren sin artistas fraguados en escenarios alternativos para un relevo lógico? ¿Pondrán robots a ritmo de los grandes himnos que fraguaron la historia de este movimiento que algunos quieren matar desde que irrumpió con fuerza en los 60 repitiendo el viejo grito de “El Rock ha muerto”?

El debate está servido.Aquí siempre hemos tenido las orejas bien abiertas para ofrecer nuestras páginas, ondas y redes a todos los que han venido pergeñando talento y cambios, que en muchos casos han significado un fuerte golpe de timón al movimiento. Llevarnos hacia un aborregamiento colectivo es una traición a tantos músicos y colegas que pelearon durante décadas porque la palabra rock no perdiera la esencia con que nació. La tribuna está a vuestra disposición en todas nuestras plataformas para recoger las opiniones de quienes nos leen, escuchan y ven. A mí este Rock in Rio al que volví con mucha ilusión me llenó de dudas que comparto con vosotros.

Mariskal

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