Viajamos a Estocolmo (Suecia) para escuchar en primicia 'Foregone', el nuevo disco de In Flames: Un cóctel perfecto de todas sus épocas

25 noviembre, 2022 6:17 pm Publicado por  1 Comentario

El otoño es lúgubre en Escandinavia. Muy rápidamente, los días se hacen más cortos dando paso a lo que en Noruega conocen como mørketid, literalmente el tiempo oscuro. Seguramente haya algún apelativo similar para designarlo en sueco, pues cuando aterrizamos en el Aeropuerto de Arlanda, a media hora larga de Estocolmo, el día parecía en sus últimos estertores pese a que era la una y media pasadas de la tarde. Apenas dos horas después, caía la noche. ¿Habrá, acaso, pretexto más favorable para escuchar en primicia lo nuevo de In Flames? POR JASON CENADOR.

Portada de 'Foregone', el nuevo álbum de In Flames

Quien firma estas líneas tuvo el privilegio de llenar sus oídos con uno de los álbumes más completos, pulidos y emocionantes de la ya dilatada trayectoria de la banda surgida en Gotemburgo en 1990 como punta de lanza de la venerable escuela del death metal melódico sueco, si bien sus dos piedras angulares y miembros más longevos a día de hoy, el vocalista Anders Fridén y el guitarrista Björn Gelotte, se incorporaron a la banda en 1995, hace ya la friolera de 27 años.  Con el primero de ellos nos reuniríamos al día siguiente para una jugosísima entrevista que podrás leer en el número de febrero de la revista La Heavy. ¡Permanece atento!

Antes de prestar privilegiada escucha a ‘Foregone’ varios meses antes de su lanzamiento, previsto para el 10 de febrero de 2023, los periodistas internacionales citados en la capital sueca por el sello Nuclear Blast fuimos invitados a una escape room un tanto enrevesada ambientada en una suerte de turbio psiquiátrico subterráneo y con múltiples referencias a In Flames en sus acertijos. Su temática giraba en torno al tiempo, precisamente el concepto sobre el que orbita un disco que reflexiona sobre su transcurso y el final inevitable para todos y todas. La muerte como denominador común, como ente igualador, como sombra al final de un túnel cuyo recorrido hay que exprimir hasta las últimas consecuencias.

Nuestra copita de hidromiel, cortesía del restaurante vikingo

En aras de ese carpe diem, fuimos luego conducidos a un restaurante vikingo de nombre Aifur sito en la ciudad vieja de Estocolmo, en el que pudimos degustar delicias de aquellas latitudes en un entorno que nos llevaba diez siglos atrás y servidas por un personal ataviado de época. Un simpático vikingo anunciaba la entrada al salón de los comensales según iban llegando tocando el cuerno y con presentaciones de lo más pintoresco. Definitivamente, estábamos en el norte.

Recorriendo amplias avenidas flanqueadas de edificios altos y señoriales – Estocolmo es la mayor de las ciudades escandinavas y la segunda ciudad más grande a orillas del Báltico tras San Petersburgo –, arribamos a las oficina de Warner Music en Suecia, donde pudimos desfrutar plenamente de un disco que se presta mucho a ello, a ser disfrutado de principio a fin, a no dejar ni un instante que el oyente caiga en la monotonía o en la indiferencia. En ‘Foregone’ uno nunca sabe qué esperar a la vuelta de la esquina, por dónde saldrá la banda en la siguiente canción.

Ander Fridén (In Flames) con Jason Cenador

Una de las mayores bazas que tiene In Flames en este álbum es que, juegue la carta que juegue, ganará la partida tanto frente a los adoradores de su época más primigenia como ante los que prefieran los álbumes a partir de ‘Reroute to Remain’, punto de inflexión hacia una evolución estilística que diversificó su sonido aproximándolo mucho más al metal alternativo sin perder por ello fiereza y melodía. Ese dejarse llevar, ese ímpetu por no limitar las inquietudes sino potenciarlas y ponerlas al servicio de las canciones sin diques de contención, no hizo sino propulsar mucho más la banda hacia un pináculo del que los cambios de formación y los recelos de algunos segmentos de su audiencia no les han movido.

Ahora, todos los ingredientes de un buen disco de In Flames están sobre la mesa: hay momentos de death metal melódico que acribillan con desaforada agresividad, tiempo para lo introspectivo, fases de más ortodoxia y crudeza, y pasajes de cariz más contemporáneo.

El primer tema que despunta bajo la vistosa portada protagonizada por un misterioso y oscuro personaje encapuchado con garras como manos sosteniendo cuatro relojes con una de ellas no podía tener un título más definitorio del sentido temático del trabajo, ‘The Beginning of All the Things that Will End”. Se trata de una intro protagonizada por una intensa y cadenciosa melodía de guitarra acústica, recurso muy bien encajado en diferentes fases de todo el disco, sobre un colchón de violonchelo. El bello movimiento instrumental se adhiere a nuestra mente como si pretendiese curtirla para lo que se desencadena a continuación, un “State of Slow Decay” que es uno de los singles ya conocidos y que atruena con un poderoso torrente de guitarras empapadas de melodeath, baterías fulminantes y unas abrasivas voces guturales de Fridén que en el estribillo se tornan melódicas, profundas y accesibles. Será muy coreada en vivo.

El testigo lo toma “Meet You Maker”, de nuevo severa y bruta en su comienzo con un punch muy groove y una naturaleza eminentemente densa, corrosiva y pesada. La versatilidad vocal del frontman de la banda de nuevo marca irremisiblemente su devenir cuando las voces agrietadas, encarnizadas, se tornan melódicas sobre el mismo sustrato rítmico desembocando luego en un estribillo de metal moderno con un importante recubrimiento emocional. Relucen en este corte, como en tantos otros del disco, el momento de solos de guitarra, demostrando lo bien que le ha sentado al grupo la incorporación del Chris Broderick, cuyas seis cuerdas se baten en relucientes duelos con las de Björn Gelotte. Es, de hecho, el debut del exguitarrista de Megadeth en un álbum del combo sueco.

Todavía más apegada al groove metal actual hallamos a “Bleeding Out”, en la que espesor impenetrable vuelve a coexistir con melodías aguerridas y con feeling, como si el agua y el aceite se mezclasen. En este tema de robusto metal alternativo nos encontramos a unos In Flames exprimiendo el jugo de su vertiente más expresiva y versátil, facetas a las que han sacado ostensible partido en este disco. Hay cambios de rumbo, guitarras virtuosas y tanto poderío como emotividad.

Una de las cotas álgidas del álbum llega con las ya divulgadas como adelantos primera y segunda parte de “Foregone”. La primera es un cañonazo inapelable de death metal melódico con blast beats, voces demoledoras y guitarras certeras y afiladísimas que también, por supuesto, respiran con virtuosos punteos melódicos y, esporádicamente, coexisten con caricias acústicas antes de un nuevo mazazo de alto voltaje. La segunda es una de las composiciones más profundas y evocadoras de In Flames, con un ramalazo épico y un poso folk de lo más interesante en su plano melódico. Desprende fuerza emocional, melancolía y desgarro que termina por horadarnos el alma. Un temazo de subidas y bajadas, de arrebatos y contención, de melodías magistrales que es la pura demostración que han labrado sus triunfos sobre los surcos de una diversidad que no reniega de nada anterior.

La segunda mitad del álbum fue acogida si cabe con más entusiasmo por parte del selecto grupo de periodistas presentes en la sala, y echaba a antar con “Pure Light of Mind”, la canción más colindante con el metal alternativo de las que expelieron los altavoces hasta el momento. Su estribillo es pegadizo y accesible, su estrofa a medio tiempo y la voz aguda de un Anders Fridén que nos reconoció que aprovechó el impasse pandémico para entrenar más ese aspecto con clases incluidas marcan un corte con pocas asperezas y mucha intención en el que emerge al primer plano la camaleónica naturaleza del grupo.

“The Great Deceiver” es la última del tracklist que ya conocíamos cuando catamos las mieles de ‘Foregone’, un tema cien por cien In Flames en su dimensión más agresiva, con doblajes de guitarra sobre coléricas voces marca de la casa. Un disparo con puntería, bien armado y sin posibilidad de error al engatillar guitarras sensacionales en todos los aspectos (cómo suenan a veces a los novena, madre mía), desenfreno y mucha pegada.

Terca, ruda y pesada comienza “In the Dark”, un torbellino de groove metal cáustico, salvaje, con una proclama que se le queda a uno en la mente: “This is a war, no one will win it!”. De repente, esa devastación se disuelven en unas lúcidas guitarras acústicas sobre las que Anders canta más agudo y transparente que nunca, adentrándonos en una fase muchísimo más melodiosa y al mismo tiempo efectiva. Las guitarras vuelven a ser absolutamente increíbles en una de las mejores piezas de todo el álbum, que a ratos llegó incluso a traerme a la cabeza a mis bien amados Into Eternity.

De vuelta a los In Flames más modernetes, “A Dialogue in b Flat Minor” parece vestirse con ropa norteamericana, aunque a ratos pega fuego a la camiseta de básquet y vuelve a cubrirse de severidad y rotunda agresividad sonora. La fórmula de base robusta y voces melódicas sobre ella le sienta bien, aunque cuando en la recta final se perfuma de guitarras acústicas adquiere un aroma diferente y especial.

El bajo es prominente en “Cynosure”, penúltimo tema del álbum y de los más digeribles y coreables. Las líneas vocales son luminosas, el estribillo se presta al “sing along” sobre una base más liviana, que no sencilla. De hecho, un punto que no podemos obviar de este trabajo es el impresionante desempeño de Tanner Wayne a las baquetas, todo un portento, un pulpo tras los tambores. Devastación y finura en una montaña rusa de percusiones elaboradísimas.

Cierra el disco “End of Transmission” recuperando, ahora sí que sí, el sonido más demoledor, encarnizado y avasallador, con Anders incendiando su garganta para desplegar todo el ancho de su registro, desde las guturales más asesinas a las melódicas más efectivas, todo en el marco de un corte ponderado, eficiente y emocionante que resulta en perfecto broche de oro a un disco sobresaliente.

Que In Flames vuelve a la carga con uno de sus mejores discos es la mejor noticia que pudimos traernos de vuelta de nuestro periplo por Estocolmo, junto con la interesantísima conversación con Anders Fridén que divulgaremos en La Heavy de febrero de 2023, el mismo que en su día 10 verá la salida del álbum. Desde esta tribuna, gracias a la banda, a Nuclear Blast y, cómo no, a nuestros entrañables compañeros de profesión por hacer tan estupenda nuestra fugaz pero productiva experiencia en esa ciudad imponente de edificios elegantes, anchas avenidas e irremediables reminiscencias al Ikea bajo el frío y la oscuridad del otoño.

Jason Cenador, con Estocolmo a sus espaldas después de haber desayunado köttbullar y haber departido con Anders Fridén

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Esta entrada fue escrita por Jason Cenador

1 comentario

  • Juandie dice:

    Pedazo de resumen el que se ha marcao el amigo Jason Cenador en la capital sueca hacia el nuevo álbum de unos históricos del Death Metal Melódico como son los históricos IN FLAMES a través de su vocalistas Anders Friden. Me ha encantao este nuevo tema y videoclip el cual me ha recordao a los primeros álbumes de la banda cuando metian caña de la buena.

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