The Black Crowes: 30 años de "The Southern Harmony & Musical Companion", de un garaje de Atlanta al paraíso terrenal
Blog: Mariano Muniesa
12 mayo, 2022 3:44 pm 1 ComentarioEn la primavera de 1992, mientras las nuevas tendencias alternativas y la explosión del grunge parecían acaparar toda la actualidad y todo el mercado del rock, ‘The Southern Harmony & Musical Companion’, el segundo trabajo de estudio de The Black Crowes, supuso un revulsivo tan inesperado como refrescante a una escena que parecía en trance agónico, como la del rock más clásico. En este magnífico disco, considerado el mejor de toda su carrera por gran parte de la crítica y el público, derramaron el tarro de las esencias y su fascinante amalgama de southern rock, blues, soul, folk y hard rock conquistó el planeta rock. A los 30 años de su edición, Mariano Muniesa analiza el contexto histórico y las claves que propiciaron el éxito de esta obra maestra, así como su no muy grato recuerdo de la primera entrevista que tuvo en Madrid con su cantante Chris Robinson.
Arriesgado segundo intento
The Black Crowes, formados en 1986 en Atlanta originariamente con el nombre de Mr. Crowe Garden, habían logrado un enorme éxito con su álbum debut editado a comienzos de 1990, ‘Shake Your Money Maker’, el cual merced al impacto y la repercusión que alcanzaron singles como “Twice As Hard”, “Hard To Handle” y “She Talks To Angels”, fue uno de los álbumes revelación de aquel año de 1990. Un quinteto absolutamente desconocido se convirtió en toda una sensación no solamente en América sino en todo el mundo, nuestro país incluido, hasta el punto de llegar a tocar en agosto de 1991 junto a Queensrÿche, Mötley Crüe, Metallica y AC/DC en el Monsters of Rock de Donington.
Cabe imaginar que, por tanto, encumbrados como los nuevos líderes del fenómeno del rock “retro”, que junto al sonido Seattle y las nuevas tendencias se hizo con un hueco dentro del mercado del rock de los 90, cuando se tuvieron las primeras noticias a comienzos de 1992 de que el grupo entraba en el estudio a grabar su segundo disco, la expectación fuera máxima ante esa segunda entrega.
“Compré una casa en Atlanta y armamos el álbum en un par de semanas en mi garaje”, recuerda Chris. “Teníamos alrededor de 25 canciones nuevas. Cuatro o cinco de ellas, como “Thorn In My Pride” y “Sting Me”, comenzamos a tocarlas a principios de 1991 cuando estábamos de gira. Muchas de las otras canciones fueron escritas al menos como boceto, como “songs in progress”, hacia el final de la gira de ‘Shake Your Money Maker’ en Europa. Pero veníamos de 350 shows en 18 meses, así que teníamos muchas ganas de empezar”.
Los ensayos para el segundo álbum de la banda comenzaron en octubre de 1991 en un lugar tradicional en la historia del rock´n´roll: el garaje. Pero era un garaje al estilo de los Black Crowes, un Shangri-La a escala reducida, con alfombras, velas, luces centelleantes y un enorme poster de Leon Russell. Si todo ello ya de por sí suponía todo un reto, se produjo una vuelta de tuerca más a la situación: en el transcurso del trabajo previo a la preproducción de este segundo disco, decidieron reemplazar al guitarrista Jeff Cease por Marc Ford, antiguo guitarrista de Burning Tree que entró en la banda en noviembre al lado del pianista Eddie Harsh, quien ya había sido asiduo colaborador del grupo y que ahora entraba como miembro de pleno derecho de The Black Crowes.
Con esta reestructuración recompusieron completamente el disco y a mediados de enero, con George Drakoulias nuevamente coproduciendo el disco con los hermanos Chris y Rich Robinson, ‘The Southern Harmony & Musical Companion’ quedó grabado en poco menos de dos semanas de intenso trabajo en los Southern Tracks Recording Studio de Atlanta.
De las esencias Stone al rock sureño contaminado de funk
“Salimos de gira con nuestro primer álbum, abrimos para gente como Robert Plant, Aerosmith o ZZ Top, tocamos miles de conciertos, aprendimos muchísimo y cuando volvimos estábamos en un ritmo diferente, indudablemente ya no éramos la misma banda”, dijo Chris Robinson a Rolling Stone en estados Unidos. “Si escuchas ‘Shake Your Money Maker’, el ritmo, el tempo de la mayoría de los temas, todo se parece más a un disco de AC/DC o de los Rolling Stones. Es directo y tiene una fuerte carga hard rock. Pero ‘The Southern Harmony…’ es más sincopado. Más medio tiempo funky y una sonoridad más estilo Allman Brothers o Crosby, Stills & Nash. Podríamos haber tirado de lo mismo de siempre, pero dos años después, cuando empezamos a dar forma a nuestras nuevas canciones, encontramos un nuevo tipo de inspiración, y eso es de lo que estoy más orgulloso. Había una gran presión sobre nosotros para repetir nuestro éxito, éramos conscientes de ello, pero esa presión, en vez de bloquearnos, al contrario, nos abrió la mente y nos hizo decirnos a nosotros mismos: en nuestro primer disco nos dejamos llevar por nuestro instinto, hicimos lo que queríamos y funcionó. ¿Por qué no funcionaría esta vez?”. Y funcionó. Fue el disco que nos abrió el camino para tener una larga carrera”.
‘The Southern Harmony & Musical Companion’, fue puesto a la venta por Def American Recordings el 12 de mayo de 1992. Su título fue tomado de lo que en los estudios de historia de la música popular se denomina un himnario. ‘The Southern Harmony and Musical Companion’ originalmente era un libro de himnos y melodías compilados por William Walker y publicado por primera vez en 1835. En cuanto a su contenido, es cierto lo que comentaba Chris Robinson; el grupo había adquirido en muy poco tiempo una madurez enorme, había acumulado un bagaje musical muy rico y variado y todo ello encontró su medio de expresión en este segundo disco, caracterizado sobre todo por su gran variedad por un lado, dentro por otro de su clara decantación hacia un sonido, unos matices, unos detalles y una producción claramente decantados hacia un rock clásico muy referenciado en los años 70.
En ‘The Southern Harmony & Musical Companion’ tenemos hard rock potente, con sabor sureño y bases de ritmo sólidas, densas, en la formidable “Sting Me” y en la no menos atractiva “No Speak, No Slave”, ambas recubiertas de unos coros y de un tratamiento de la voz con un aroma soul fabuloso, mientras que en “Remedy”, al tiempo que tenemos otro rock fuerte, su cadencia blues, el piano y la percusión le dan un toque especial, sumamente especial. En esas mismas coordenadas se mueve “My Morning Song”, un cruce entre el blues progresivo inglés de finales de los 60 y el Southern Rock de comienzos de los 70, en la que los solos de guitarra de Rich Robinson son sencillamente sublimes. “Hotel Illness” es un medio tiempo rockero con armónica muy pegadizo –funcionó muy bien como single- que es quizá la que guarda una conexión y una cercanía mayor con su álbum debut.
Blues de la vieja escuela tampoco falta en modo alguno en este álbum, más todavía: conmueve y estremece el desgarro de esa cruda y sentida pieza llamada “Sometimes Salvation”, quizá la canción es la que Chris Robinson canta blues con más sentimiento y más fuerza, luciéndose especialmente en este tema. “Thorn In My Pride” es una balada con aire folk, guitarras cálidas y unos colchones de teclado sensacionales, que comienza suave para evolucionar en una suerte de in crescendo sensacional, a la que le sigue una pieza de estructura y contenido similar, “Bad Luck Blue Eyes Goodbye”. Resumiendo lo mejor de este trabajo y sobre todo poniendo el acento en esa variedad, esa amalgama de estilos, sonoridades e influencias, hay que mencionar igualmente “Black Moon Creepin’”, rock clásico americano hasta con cierto sabor a Santana–aunque su riff de guitarra inicial nos traiga de inmediato a la memoria a Black Sabbath- y para cerrar, una originalísima versión de “Time Will Tell” de Bob Marley que demuestra hasta qué punto eran eclécticas y diversas las diferentes fuentes de las que se nutría el estilo y la personalidad musical de los Black Crowes en torno a 1991-92.
Defendiéndose de las críticas
El disco que nos ocupa en este articulo hoy es considerado indiscutiblemente un clásico de clásicos, su éxito comercial fue espectacular en todos los sentidos y personalmente me cuento entre quienes sostenemos que es de largo el mejor álbum de toda la historia de The Black Crowes. Ahora bien, su salida a la venta suscitó entre la crítica una clara división de opiniones y no todos los medios apreciaron su riqueza musical y su calidad.
En varios medios norteamericanos, Rich Robinson dijo en relación a las críticas que les acusaban de copiar modelos ya supuestamente superados: "Es divertido para mí comprobar cómo tenemos que justificar nuestras influencias mientras que otras bandas son elogiadas por las suyas. Soundgarden, que me gustan y me parecen muy buenos, hacen un álbum que es un auténtico tributo a Black Sabbath y nadie dice una palabra. Esto es lo que hacemos. Somos personas haciendo esta música, viviendo esta música. Nadie se está disfrazando aquí. No quiero fingir que estoy en “Gimme Shelter”. Definitivamente me siento feliz de estar en el 92 y ser parte de mi generación. He escuchado muchas veces que The Black Crowes hemos traído de vuelta la música de los 60 y de los 70. No es cierto. Estamos trayendo de vuelta la honestidad. Tocamos la música que amamos y la tocamos como la sentimos. Siempre hemos percibido que se trata simplemente de eso: buenas canciones y una banda que sabe tocar bien sus instrumentos".
Chris Robinson en Heavy Rock
El cantante de la banda vino una semana antes de la edición del disco para hacer algunas entrevistas de promoción a Madrid, y quien suscribe estas líneas tuvo la oportunidad de poder entrevistarle para nuestra revista, Heavy Rock, entrevista que publicamos en el verano de 1992 en el nº108 de la publicación.
Recuerdo que el ambiente de la entrevista no fue agradable. La persona de promoción de Def American que vino con el cantante a las oficinas de Polygram en Madrid era la típica yanqui arrogante, maleducada y estúpida que puso todas las pegas posibles a la entrevista, prohibió que se le hicieran fotos y trataba a todo el mundo con una displicencia insoportable. Aún así, con un Chris Robinson que tampoco estuvo en ningún momento cordial ni cercano y que por razones que desconocía se notaba claramente que prefería estar aquel día en cualquier otro lugar del mundo excepto allí, pudimos hablar y conocer sus impresiones sobre este lanzamiento. Preguntado por si le preocupaba el hecho de que este disco, diferente en gran medida del anterior, no superase en ventas a ‘Shake Your Money Maker’, afirmaba: “Me preocuparía si fuéramos un grupo que pretende ir a remolque de tal o cual estilo, pero nosotros hacemos algo absolutamente propio, no tiene que ver con qué grupo esté en el nº1 de las listas o quien tenga más videos pagados en la MTV. Todo eso en el fondo es una mierda. El Rock´n´Roll es ensayar, tocar, pasarlo bien, no creo que sea una carrera para ver quién vende más discos, ni quien sale en más revistas. Desde luego, queremos que nuestro disco funcione bien, pero no me quita el sueño el que no lo compren los fans de Bon Jovi”.
En eso tenía razón. ‘The Southern Harmony & Musical Companion’ eclipsó casi de inmediato el impresionante éxito de su predecesor al conquistar el número 1 en la lista Billboard Top 200 Albums en la primera semana de su edición, obteniendo doble platino poco tiempo más tarde. Muy pronto volvieron a la carretera, encabezando una larga gira llamada ‘High As The Moon Tour’ que les llevó a recorrer todo el planeta entre junio de 1992 y julio de 1993, incluyendo conciertos en Madrid y Barcelona en diciembre de 1992. Aprovechando la presencia del grupo en la capital en esa gira, tanto quien suscribe estas líneas como Mariskal Romero tuvimos oportunidad de volver a entrevistar al grupo y afortunadamente, esta vez estaban de mucho mejor humor y fue un placer charlar con ellos, igual que cuando les entrevisté con motivo de la edición de su disco ‘Amorica’ y en 1999 con ‘By Your Side’.
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1 comentario
Extenso como interesante resumen hacia uno de los mejores álbumes de los históricos THE BLACK CROWES en su trigésimo aniversario de su publicación. Un placer disfrutar de uno de los temas más conocidos de tan enorme álbum y su buen videoclip. Feliz 30 aniversario.