Rock is in da house: las 5 bandas pioneras en unir el rap y el metal

4 agosto, 2017 5:50 pm Publicado por  2 Comentarios

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Se cumplen por estas fechas cinco años de la muerte a raíz de un cáncer de Adam Yauch (MCA), uno de los principales componentes de Beastie Boys. Su banda nunca fue un grupo al uso. Empezaron haciendo country, de ahí pasaron al hardcore, metal y punk, y finalmente acabaron como trío de hip hop. Una peculiar carrera, en todo caso.

Fueron pioneros a la hora de mezclar estilos, entre otros el rap y el metal, fusión que muy poca gente se había atrevido a hacer hasta que ellos ofrecieron su iconoclasta manera de entender la música. El asunto les salió bien y pronto aparecieron muchos imitadores; músicos que no veían nada de malo en juntar ambas tendencias musicales, en apariencia opuestas, si no excluyentes. En la época en que Beastie Boys metieron en una batidora el metal y el rap, el asunto resultó casi escandaloso. Sin embargo, pronto se vio que los resultados eran, cuando menos, alentadores. Ofrecían una perspectiva nueva del género metálico, que tan estancado estaba a finales de la década de los 80.

El grupo se formó a principios de los ochenta, y pronto se vio que no iban a ser una banda de hip hop al uso. Beastie Boys contaron con la simpatía de algunos músicos de metal desde sus inicios. En el disco de debut 'Licence to Ill' metió pistas de guitarra el mismísimo Kerry King de Slayer. Con ese trabajo consiguieron ventas multiplatino, algo poco común en los primeros trabajos de hip hop, que por entonces era un género casi recién nacido y que todavía no había alcanzado las cotas de popularidad a las que llegaría a finales de los 80 y sobre todo en los 90 y posteriores. El disco contenía la canción "Fight For Your Right (To Party)", que es todo un himno de hip hop / metal y que se caracteriza por su ritmo machacón y su estribillo fácilmente recordable y coreable por el público.

Megaéxito y polémica: las dos caras de la misma moneda

Beastie Boys usaban de todo en sus sampleados: desde pistas de bandas de hard rock, hasta fragmentos de melodías televisivas, y por consiguiente fueron demandantes y demandados por apropiación ilícita de canciones. Como demandantes, lo hicieron contra la compañía aérea británica y ganaron el caso; pero como demandados por usar samples de canciones de músicos ajenos, recibieron denuncias del músico de funk Jimmy Castor. En su último disco de la década de los ochenta, 'Paul's Boutique', rizaron el rizo y mezclaron hip hop con psicodelia y funk.

Pero fue antes, con el éxito sin precedentes de su disco de debut, cuando se les abrió el camino para giras mastodónticas por todo el mundo. Cualquier gesto, cualquier imagen que ellos representaran en público, parecía convertirse en un mensaje a sus fans. Así, uno de sus miembros, Mike-D, lucía el logotipo de la compañía Volkswagen, hecho que los fans interpretaron como una incitación a la violencia contra los vehículos de esa marca, violencia que se tradujo en una serie de ataques a automóviles de la marca. Parecía que su público estaba esperando cualquier consigna por parte de la banda, aunque esta no fuera pronunciada expresamente.

Cambio de compañía y de ciudad

Para su segundo disco, 'Paul’s Boutique', cambiaron de discográfica y se marcharon de Def Jam a Capitol Records, al tiempo que se trasladaban de Nueva York a Los Ángeles. Coadyuvó a su marcha las fricciones que mantenían con la compañía Def Jam por impago de royalties, sin importarles que, ya a finales de los 80, Def Jam tuviera contratados a algunos de los artistas de rap más aclamados del planeta, como LL Cool J, Public Enemy o Slick Rick

Éxito, budismo y fallecimiento

Ya en 1992 lanzaron su tercer disco, 'Check Your Head', en el que mostraban un sonido más rockero, con menos samples y más orientación hacia el bajo, la guitarra y la batería. En 1994 Adam Yauch se había convertido al budismo, y luchaba por reivindicar los derechos de El Tíbet contra la ocupación china, al tiempo que el grupo publicaba su disco más exitoso: 'Ill Communication', en el que participaban bastantes músicos invitados y en el que rendían homenaje, entre otros, a series televisivas de los setenta.

Ya en la década de los 2000, Beastie Boys se habían convertido en  toda una institución. Publicaron un disco por completo instrumental que ganó un Grammy. Grabaron una canción en contra de la guerra de Iraq y participaron en acotaciones benéficas a favor de las víctimas del atentado de las Torres Gemelas. Pero ya en 2009, Adam Yauch presentaba problemas de salud. El cantante y bajista de la formación tenía cáncer de la glándula parótida. Fue tratado pero finalmente perdió la batalla contra la enfermedad y falleció tres años después, el 4 de mayo de 2012. El Ayuntamiento de Nueva York puso su nombre a un parque de Brooklyn donde Adam había jugado de niño en su honor.

Es hora de rendirles homenaje analizando aquellos grupos que, después (y a veces antes) que ellos, se atrevieron a hibridar el rap con el metal.

Anthrax: ‘I’m The Man’, cuando el humor llega al metal

Anthrax empezaron, como muchos otros grupos metálicos de los 80, tomándose bastante en serio a sí mismos. La primera grabación todavía con Neil Turbin, ‘Fistful of Metal’, y las siguientes con  Joey Belladonna, muestran un grupo que practicaba primero un heavy metal ladrillero y acelerado y, luego, un thrash metal que se salía un poco de lo convencional, sobre todo por la presencia vocal de Belladonna, un vocalista que venía de cantar versiones de grupos AOR como Journey antes de entrar en la banda. Su voz era distinta de la de los demás cantantes de los miles de grupos de thrash que existían a mediados de los 80. Belladonna cantaba donde otros gritaban, por así decirlo.

Pero ya en una fecha tan temprana como 1987, el grupo lanza el EP de seis canciones ‘I’m The Man’, que contenía tres versiones del tema de mismo título, más una versión de Black Sabbath y un par de cortes más. Sorprendió al consumidor medio escuchar a un combo de metal tocando rap, toda una osadía para aquellos tiempos. Para la ejecución en directo de la canción, los músicos intercambiaban instrumentos: Belladonna se sentaba a la batería, y el batera Charlie Benante, el bajo; Frank Bello y el guitarra Scott Ian cogían los micrófonos y cantaban aquella canción un pelín absurda de letras disparatadas que convertía el escenario de un concierto de metal en algo parecido a un circo.

Porque Anthrax no querían ser la típica banda de thrash metal o simplemente de metal. Buscaban una seña de identidad inconfundible y la hallaron en el tema “I’m The Man” ― que se ha convertido en un clásico de sus interpretaciones en directo― y en las ropas (iban vestidos con bermudas y camisetas de colores, apartándose conscientemente de tachuelas y muñequeras).

Unos años después, en 1991, el grupo lanzaba un álbum de rarezas, ‘Attack of the Killer B’s’, en el que incluían una remezcla de “I’m The Man” titulada “I’m The Man ‘91”, además de una grabación conjunta con el grupo de rap Public Enemy: se trata del éxito de este dúo de rap titulado “Bring The Noise”, que muchos consideran el primer corte de rap metal de la historia. Pero nosotros discrepamos de tal aserto, puesto que la canción no está compuesta por Anthrax, mientras que “I’m The Man” sí.

Sin embargo, e incomprensiblemente, aunque en 2004 lanzaron el recopilatorio ‘The Greater of Two Evils’ en el que el vocalista John Bush interpretaba viejas canciones de la formación cuando en ella militaba Belladonna, el tema “I’m The Man” no se incluyó en el mismo.

Faith No More: discípulos aventajados

Todavía en la década de los ochenta, a finales de la misma, se aprecia un cambio en el mundillo del heavy metal. El personal estaba harto de clones de Cinderella y de Metallica. La escena estaba saturada de grupos que, o bien se apuntaban a la moda sleazy glam, o bien se subían al carro del thrash metal. Salían copias de copias, grupos de los que hoy no se acuerda nadie aparecían en las portadas de las revistas, y la gente necesitaba un revulsivo, algo que hiciera al público reaccionar, salir de ese círculo vicioso en que se había convertido el metal de finales de los años 80 con tanto grupo fotocopiado en blanco y negro.¡

Y la banda que rompió moldes en 1990 fue Faith No More. A estos se les ha calificado de “metal alternativo”, y algo de verdad hay en esas palabras, porque Faith No More representaron en su momento la alternativa a las bandas clones. Su estilo era completamente novedoso, mezclaban el metal con el funk, el rap y hasta un poco de música clásica y de soul.

Pero si merecen ser incluidos en este artículo es por su canción “Epic”, una oda al eclecticismo, a la mezcla de estilos frente al anquilosamiento general de la escena. “Epic” se lanzó como sencillo del álbum ‘The Real Thing’, que llegó a vender millones de copias y que se publicó en 1989. El tema es puro rap metal. Mike Patton, el cantante, rapea de una forma pura y agresiva, arropado por la guitarra de Jim Martin, quizá el elemento más heavy de la banda, todo ello respaldado por los teclados de Roddy Bottum y la tremenda batería de Mike Bordin.

Como anécdota cabe resaltar que el grupo tuvo que dar explicaciones a las sociedades protectoras de animales en varios países por las escenas finales del vídeo de “Epic”, en las que se ve a un pez agonizando fuera del agua; Faith No More tuvo que aclarar que el pez no acababa muriendo, sino que, una vez filmados esos escasos segundos, era devuelto a su pecera. Es en este final donde el grupo, para rizar el rizo, se atreve con unos toques de música clásica a cargo del teclista, quien toca un piano en solitario como despedida de la tremenda apisonadora que parece haberle pasado a uno por las orejas tras escuchar “Epic”. El contraste es la guinda final de una canción que ya se ha convertido en un clásico de la música rock.

Clawfinger: el rap metal que vino del frío

Ya en los años 90, el asunto de mezclar rap con metal se había hecho moneda corriente en el mundillo del heavy. Surgieron bastantes combos que no le hacían ascos al híbrido: Atom Seed, Fishbone, Mind Funk, Mucky Pup, Ignorance, Scat Opera, Scatterbrain, etc. Incluso se acuñó un término paralelo al rap metal, el funk metal, aunque ambos géneros eran difíciles de diferenciar, por más que cabe la perogrullada de decir que en uno imperaba la mezcla metal y funk, y en el otro la de metal y rap.

Muchos de estos combos dejaron de existir hace tiempo, como por ejemplo los muy recomendables Ignorance (óigase con atención su segundo plástico); otros, simplemente, abandonaron el estilo, y entre ellos es preciso destacar a los grandes Fishbone, que se reconvirtieron dejando atrás su vertiente metálica o más bien su lado hardcore/punk metalero.

Entre los que más tiempo aguantaron en activo destacan los suecos Clawfinger, de los que se puede decir que son rap metal puro, sin otros añadidos. Su disco de debut, ‘Deaf, Dumb, Blind’ resulta una excelente colección de canciones con una producción de primera que saltó a la palestra en 1993 como respuesta a lo que estaban haciendo grupos como Rage Against The Machine al otro lado del Atlántico desde unos meses antes. De su plástico de debut merece la pena rescatar el olvidado himno “Nigger”, toda una declaración de principios sobre las lacras del racismo. La formación publicó su último disco en 2007, y se ha reunido varias veces para tocar en festivales, pero su actividad discográfica es nula, aunque oficialmente nunca han anunciado su separación y se comenta que podrían entrar a grabar en breve, pero esto último son solo rumores.

Volviendo a ‘Deaf Dumb Blind’, el trabajo es una auténtica joya, muy corto de duración en una época en que el formato CD permitía a los grupos grabar discos de más de 70 minutos. Hay varios músicos invitados de la escena sueca, poco conocidos por estos lares la mayoría, y se dice que el redondo vendió cerca de 700.000 copias.

Clawfinger supieron aprovechar el tirón que Rage Against the Machine habían provocado en Europa y sobre todo en Estados Unidos, porque si bien se mira el sonido de ambas bandas es similar, aunque en el disco de Clawfinger se introducen elementos electrónicos en forma de teclado, algo que Rage Against the Machine nunca hicieron.

El combo publicó varios discos a lo largo de los años, pero recomendamos el comentado ‘Deaf Dumb Blind’ para introducirse en su peculiar universo.

Rage Against the Machine: el rap metal millonario y politizado

Rage Against the Machine son la banda más conocida del género rap metal. Se formaron en 1991 y lanzaron su primer redondo al año siguiente. Un disco sin título que les llevó a vender millones de copias en una época en que todavía no existían las descargas digitales. En Rage Against the Machine el rap metal se presenta puro, sin aditivos. De hecho, su guitarrista Tom Morello utilizó ―en ese disco y en los siguientes― novedosas formas de tocar la guitarra simulado scratchings y otros efectos usados por los disc jockeys.

La banda fue muy conocida por su militancia izquierdista, lo que les llevó a enfrentarse directamente con la administración Bush por la guerra de Iraq. Rage Against the Machine pidieron que Bush y todo su gabinete fueran llevados a juicio, algo que evidentemente no sucedió.  Eso les trajo problemas por la distorsión que la cadena Fox hizo de sus declaraciones.

El tema más conocido de Rage Against the Machine es “Killing In The Name”, canción agresiva donde las haya que fue popular en España por la interpretación que el público hacía del estribillo. Ahí donde Zack de la Rocha cantaba “Now you do what they told you” los oyentes españoles intercalaban una frase de claro contenido pornográfico.

El primer plástico de la banda es el más conseguido, según nuestra opinión. En la portada aparece la conocida fotografía del Thích Quảng Đức inmolándose como forma de protestar por el tratamiento que el gobierno de Vietnam del Sur reservaba para los monjes budistas. El disco llegó al número uno de las listas americanas y en su interior figura una nota aclaratoria en la que se pone de manifiesto que no se utilizaron sintetizadores de ningún tipo, es decir que todos los efectos que en él se escuchan fueron conseguidos por la guitarra de Tom Morello.

Tom Morello había participado antes de montar Rage Against the Machine en la banda de funk metal Lock Up (no confundir con el grupo de grindcore del mismo nombre), con quienes lanzó un único álbum: ‘Something Bitchin' This Way Comes’. Por su parte, Zack de la Rocha venía de cantar en grupos punk y hardcore, lo que explicaría su forma tan potente de interpretar, sus gritos y su furia en el escenario, donde se convertía en una máquina que saltaba de aquí para allá sin que ello obstaculizara la ejecución de las canciones.

La formación lanzó tres discos más, aunque el último era de versiones, y se separó oficialmente en el año 2000. Luego, en 2007, se reunieron para tocar en festivales (entre ellos, el Electric Weekend en Getafe, Madrid).

La banda sirvió de inspiración para otros muchos combos que utilizaban el rap y el rock y el metal en sus composiciones, tales como Biohazard, Downset, Sugar Ray, Korn, Limb Bizkit o Linkin Park, formaciones que, nos atrevemos a decir, nunca hubieran existido (o lo hubieran hecho de otra manera) sin el empuje inicial que supuso la aparición en el mercado internacional de Rage Against the Machine.

Aerosmith: Precursores del hard rock rap

En 1975 Aerosmith lanza ‘Toys in the Attic’, la que muchos consideran su obra cumbre. En él se incluye la canción “Walk This Way”, canción en la que Steven Tyler recita más que canta la letra de la canción durante un buen rato. Como en aquellos tiempos el rap todavía no había nacido, nadie le puso etiqueta al corte, pero ya en 1986 la canción fue regrabada conjuntamente con los raperos Run DMC para el disco de los raperos titulado ‘Raising Hell’ recibiendo, así, el marchamo de tema de rap, con lo que, si tenemos en cuenta la fecha inicial de aparición del disco ‘Toys…’ la banda se adelantaría muchos años a lo hecho por Beastie Boys o, si a eso vamos, a lo grabado por cualquier otro combo de rap metal.

Fuera de contexto: Rush, Gun, King Kobra y AC/DC

Rush, los reyes del hard rock progresivo… ¿haciendo rap? Muchos enarcarán las cejas ante tal afirmación, pero los que hayan oído el disco ‘Roll The Bones’ de 1991 habrán de conceder que estamos en lo cierto. Precisamente en el tema que da título al redondo la banda intercala un rapeado que dura lo suficiente como para que consideremos esta canción (aislada en la discografía de Rush, eso sí) como una composición de rap rock.

Por lo que se refiere a King Kobra, en la época en que todavía estaba con ellos Mark Free (ahora Marcie Free, cosas) en su disco de 1986 ‘Thrill of a Lifetime’ incluyeron un tema rapeado, concretamente “Home, Street Home”, aunque de ese disco ya se acuerda hoy muy poca gente, ahí queda la anécdota.

En cuanto a Gun, la banda escocesa publicó en su disco ‘Swagger’ de 1994 una versión de la banda funk Cameo titulada “Word Up!” en la que se acercan definitivamente al rap, algo que en ellos era, como en Rush, meramente circunstancial.

Por lo demás, ¿nadie ha pensado nunca que Brian Johnson rapea en el tema ‘Back in Black’? No queremos generar polémica, pero sí invitamos al oyente a escuchar con atención las primeras estrofas de la canción y luego nos dicen.

En definitiva, Beastie Boys abrieron camino para que muchos combos de metal y hard rock se atrevieran a incluir el rap en sus canciones, algo que, como hemos adelantado, estaba muy mal visto por la comunidad heavy metalera, pero que con el tiempo se ha ido viendo como una peculiaridad más del género. En realidad, el rap metal y el funk metal no fueron más que modas dentro del heavy metal, y una vez se pasó la novedad, solo unos pocos siguen incorporando elementos rap en sus canciones. Entre la multitud de subgéneros que existen hoy en día en el metal, el rap metal es solo una gota en un vasto océano de creatividad.

Emilio Morote Esquivel

Redacción
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