Monterey International Pop Festival 1967: 53º aniversario del festival que transformó la historia del rock

Blog: Mariano Muniesa

18 junio, 2020 4:53 pm Publicado por  2 Comentarios

Fue no solamente el primero de todos los grandes festivales de rock en los que se han mirado a lo largo de los años desde Woodstock o Wight a Glastonbury, Reading o Lollapalooza, sino que fue el escenario desde el cual dieron el primer paso para convertirse en leyendas absolutas muchos de los nombres que marcarían la evolución del rock en los años siguientes. Toda la historia de aquel irrepetible acontecimiento que tuvo lugar los días 16, 17 y 18 de junio de 1967 en Monterey os la rememora Mariano Muniesa en este blog con aroma a hierba y ácidos, flores en el pelo y el mejor rock de la década de los 60.

Tal y como dijo el crítico e historiador John Morthland en el libro “Rolling Stone, The Ilustrated History Of Rock ‘n’ Roll”, "Monterey fue el Génesis y el Apocalipsis fundidos en tres días de ácido, rock y sueños. El principio y el fin, el yin y el yan. La segunda invasión británica ocupó literalmente el país con los incendiarios shows de la Jimi Hendrix Experience y de los Who, mientras que la fuerza incontenible de las bandas de San Francisco, en especial Janis Joplin al frente de Big Brother & The Holding Company, dejaron de ser un rumor que venía desde California al resto del mundo para convertirse en una realidad asombrosa”.

Monterey, un lugar lleno de historia

La ciudad californiana de Monterrey – Monterey en inglés- cartografiada por primera vez en 1602 por el explorador español Sebastián Vizcaíno, se fundó el 3 de junio de 1770 con el nombre de El Presidio Real de San Carlos de Monterrey y fue designada la primera capital del estado de California, desde 1777 hasta 1849, fecha en la que en virtud del Tratado de Guadalupe Hidalgo que ponía fin a la guerra mexicano-estadounidense, al pasar los territorios de la Alta California a poder de los Estados Unidos pasó a tener la tener la denominación actual de Monterey. Una ciudad llena de historia, que es también pura historia del rock.

El Festival de Monterey, el primer gran festival de rock y el primero que adquirió la magnitud de un gran evento caracterizador de toda una época, fue puesto en pie por John Philips, guitarrista de The Mamas & The Papas, Benny Shapiro, manager de artistas como Quicksilver Messenger Service, Miles Davis, Peter Paul And Mary o Ravi Shankar, el promotor Alan Pariser, y Lou Adler, quien había fundado una compañía discográfica independiente, Dunhill Records, para dar a conocer el movimiento musical de la West Coast Rock, habiendo sido el descubridor de los The Mamas & The Papas.

Pariser había organizado un año antes en Los Ángeles el llamado CAFF Concert, un mini-festival benéfico en el que participaron The Byrds, The Doors, Hugh Masekela, Buffalo Springfield y Peter, Paul And Mary con el objetivo de recaudar fondos para pagar la fianza de varios detenidos en los enfrentamientos de los manifestantes pacifistas y los estudiantes en Sunset Strip con la policía, que en su día inspiraron a Stephen Stills a escribir para Buffalo Springfield la legendaria canción "For What It’s Worth".  Allí coincidió con John Philips y Lou Adler, que fueron juntos a ver el concierto y que ya habían organizado algunos "acid tests" y happenings en el campus de la Universidad de Berkeley y con el manager Benny Shapiro. Ante el éxito de la actuación, los cuatro pensaron que podía ser el momento idóneo de organizar un concierto más ambicioso, con más grupos y en un recinto que permitiera albergar a más gente, teniendo en mente el Festival de Jazz que se organizaba en Monterey desde 1958, que contaba con un amplio apoyo institucional. En un momento en el que las grandes compañías discográficas empezaban a mirar con gran interés el movimiento musical del rock hippie californiano, la ocasión de organizar un gran concierto que viniera a ser una suerte de muestra de toda esa escena, y que pusiera sobre la mesa su poder de convocatoria y su influencia sobre toda una nueva generación que había hecho de esa forma de música su propio lenguaje, no podía resultar más propicia.

Resultó crucial en este sentido que Benny Shapiro contratase al antiguo periodista y agente de prensa de los Beatles, Derek Taylor, que ahora trabajaba como publicista, para que coordinara la organización del festival y sirviera de enlace con los managers y agencias de los grupos a los que se quería contratar. Taylor, en coordinación con Paul McCartney desde Londres, consiguió a sugerencia del propio McCartney que The Who y la Jimi Hendrix Experience participasen, mientras que por su parte Benny Shapiro fichó después de hablar con Bill Graham para tocar en el festival a Jefferson Airplane, The Byrds, Buffalo Springfield, Quicksilver Messenger Service, The Grateful Dead y Ravi Shankar. A través del manager de Bob Dylan, Albert Grossman, se contrató a The Paul Butterfield Blues Band, a Wally Heider, uno de los mejores ingenieros de sonido del momento como responsable técnico, y a Chip Monck como stage manager. Lou Adler negoció con las autoridades de Monterrey la cesión de los Monterey County Fairgrounds donde se celebraba tradicionalmente el festival de jazz, y a través de varios ejecutivos discográficos de grandes compañías, principalmente Columbia Records y Bob Rafelson, uno de los personajes más característicos del nuevo cine americano de los 60, se acordó filmar una película sobre el festival a modo de documental, siendo a propuesta de Bob Rafelson D.A.Pennebaker el director del film, que acertadamente imaginaban sería un interesantísimo retrato de toda esa novedosa escena que se había creado en California, en especial en San Francisco.

Tras meses de intensivo trabajo, finalmente se anunció que los días 16, 17 y 18 de junio se celebraría el Monterey International Pop Festival, en los terrenos del Monterrey County Fairgrounds. Asimismo, se anunció que todos los participantes renunciarían, excepto Ravi Shankar, a una parte significativa de sus ganancias en favor de organizaciones de caridad. El verano del amor y la era de los grandes festivales de rock había comenzado.

Un total de 203.574 personas llegaron desde todos los lugares de Estados Unidos a presenciar el histórico evento, cuyo cartel fue finalmente articulado de la siguiente manera: el viernes 16 de junio actuaron The Association, The Paupers, Lou Rawls, Beverly,  Johnny Rivers, Eric Burdon & The Animals y Simon and Garfunkel. El sábado 17 de junio, Canned Heat, Big Brother and the Holding Company,  Country Joe and the Fish, Al Kooper, The Butterfield Blues Band, The Electric Flag, Quicksilver Messenger Service,  Steve Miller Band, The Electric Flag, Moby Grape, Hugh Masekela, The Byrds, Laura Nyro, Jefferson Airplane, Booker T. & The Memphis Group y Otis Redding. Y el domingo 18 de junio, Ravi Shankar, The Blues Project, Big Brother and the Holding Company -por segunda vez-, The Group With No Name, Buffalo Springfield, Scott McKenzie, The Who, The Jimi Hendrix Experience, Grateful Dead y The Mamas & the Papas. Sencillamente impresionante.

Viernes

El primer día, entre lo más destacable en cuanto a actuaciones musicales, la espléndida actuación de The Paupers, una formación de pop rock de la oficina de Albert Grossmann apenas conocida pero que destacó por dar un concierto excepcional, en el que sobre todo en lo musical se mostraron como un grupo de una calidad sensacional -el solo de bajo de Dennis Gerrard fue absolutamente espectacular- y que fue de lo más celebrado de las primeras horas del festival.

Eric Burdon & The Animals prepararon a conciencia su concierto de Monterey y exhibieron, además de un repertorio fantástico en el que se llevó muchísimos aplausos, una nueva canción, "San Franciscan Nights", la cual, al hablar la letra de sus primeras experiencias con el mundo del LSD, propició que Jerry Abrams, un técnico de iluminación que trabajaba en la mayoría de los ballrooms de Frisco, preparase un montaje de luces con efectos psicodélicos sensacional; éste alcanzó su culmen cuando al final de la actuación Burdon atacó una formidable versión del "Paint It Black" de los Rolling Stones.

Y en el cierre, una memorable actuación de unos Simon & Garfunkel que lo dieron absolutamente todo y que tocaron con un sentimiento y una intensidad electrizantes, a pesar de que su repertorio fuera en lo musical fundamentalmente acústico. "Feelin' Groovy", "Emily, Whenever I May Find Her" y en el cierre del concierto, "The Sounds Of Silence", simplemente maravillosas.

Sábado

En cuanto a lo mejor del segundo día del festival, no sería de recibo dejar de mencionar a los grandes héroes del rythm ‘n’ blues Canned Heat, cuyo "Bullfrog Blues" y cuya versión de "Rollin' And Tumblin'" de Muddy Waters marcó un momento de auténtico éxtasis entre todo el público. Enérgica y durísima actuación de los Quicksilver Messenger Service de la letal pareja de guitarristas Jim Cipollina y Gary Duncan, algunos críticos dijeron que de no haber actuado Jimi Hendrix la dupla hubiera sido la revelación en cuanto a sonido de guitarra del festival. Magnífica acogida, con ovaciones merecidas, se llevó la Steve Miller Band. También a destacar la exquisitez instrumental y técnica de la Paul Butterfield Blues Band.

Pero lo más inolvidable del segundo día de festival, fue ver nacer como estrella total de manera inequívoca a Big Brother & The Holding Company, o siendo todavía más exactos, a Janis Joplin. En su legendaria biografía de la reina blanca del blues, Myra Friedman escribió recordando el apoteosis de Monterey: "La banda salió al escenario y tras ir tanteando unos minutos con sus instrumentos, su cantante emergió, resplandeciente con un traje dorado realizado en lustroso lamé. Ella reptaba dentro de un pequeño círculo alrededor del micrófono y en un momento determinado, cogió este como movida por un impulso. Su desesperado pié golpeaba enloquecidamente la plataforma. Y entonces Janis Joplin dejó brotar tan solo la primera y asombrosa nota de de una actuación que sacudiría Monterey con más energía que todo el resto del festival".

Ese atronador "Down On Me" al que se refería Myra Friedman fue en efecto uno de los momentos más fuertes del festival, en el que el mundo del rock descubrió a una cantante de blues y rock que se entregaba con una pasión en cada interpretación verdaderamente estremecedora, asombrosa, única... Con la misma energía se entregó a una magnífica  "Road Block" y en el final, en un emocionado tributo a una de sus cantantes favoritas y que más influencia había ejercido en ella, Big Mama Thornton, cantó un "Ball And Chain" que ponía el pelo de punta.  Aunque al día siguiente también tocaron, fue esa primera actuación del sábado 17 de junio la que realmente convirtió a Janis Joplin en el mito en el que se convirtió. Tanto que Albert Grossmann, vivamente impresionado por el talento innato de Janis y por como había puesto en pie a todo el recinto, estableció contacto con el grupo aquel mismo día para ofrecerles ser su manager.

Aquella irrepetible noche se cerró con un show buenísimo de The Byrds, en el que participó el trompetista Hugh Masekela haciendo una jam session con ellos, una no menos buenísima actuación de Jefferson Airplane, que convirtieron su clásico "Somebody To Love" en el himno del espíritu de Monterrey, y un Otis Redding que tanto en las baladas como "I’ve Been Loving You Too Long" o en su versiones de "Respect" de Aretha Franklin o "Satisfaction" de los Rolling Stones supo emocionar a todo un público que le aclamó como una auténtica estrella.

Aquella noche hubo casi más de 2000 personas que no tenían literalmente espacio donde dormir. La acampada estaba saturada, todos los moteles en varios kilómetros a la redonda ocupados, en muchos casos incluso ocupados el suelo de los pasillos y de la recepción, y hubo gente que llegó a alquilar los asientos traseros de sus coches. Y mucho de lo mejor estaba todavía por llegar.

Domingo

El tercer y último día del Monterey Pop Festival vivió la consagración de los Who en Estados Unidos, país en el que a pesar de que vendían una relativamente buena cantidad de discos, aún no eran conocidos por el gran público al no haber hecho más que unas pocas apariciones en Nueva York en el show de radio de Murray The K. Su vibrante, poderosa y demoledora actuación supuso una verdadera conmoción para el público en especial cuando atacaron temas como su siempre tremenda versión de "Summertime Blues", o cuando tras sus fantásticos "A Quick One" o "Happy Jack", un voluminoso "My Generation" finalizo con la tradicional orgía destructiva en la que Pete Townsend y Keith Moon destrozaban el kit de batería, la guitarra y en medio de bombas de humo arrojaban sus amplificadores al suelo. Lou Adler y Wally Heider, a quienes nadie había advertido que ese era el número final de escenario tradicional en los conciertos de los Who, corrieron asustadísimos hacia el escenario creyendo que Pete Townsend se había vuelto loco, e intentando salvar algo de los que los enfebrecidos británicos estaban destruyendo. Cuando Lou Adler agarró violentamente a Pete Townsend, éste estuvo a punto de darle un puñetazo.

Era ya de noche cerrada cuando Brian Jones, guitarra de los Rolling Stones, se subió al escenario y presentó a la Jimi Hendrix Experience. Mitch Mitchell, Noel Redding y Jimi Hendrix arrancaron su actuación con una versión de "Killing Floor" de Howlin' Wolf para ir calentando el ambiente y tras un muy aplaudido "Foxy Lady", atacaron una versión del "Like a Rolling Stone" de Bob Dylan que quedaría para la historia como otro de los momentos más grandiosos de Monterrey Pop junto al paroxismo final, el aplastante "Wild Thing" de los Troggs que cerraba el show, y en el que Jimi Hendrix, en absoluto trance, prendió fuego a su guitarra. A partir de aquel momento Jimi Hendrix se convirtió en el dios de la guitarra para todo el mundo del rock americano, y la repercusión de su éxito en Monterey, determinante en todos los aspectos de la evolución posterior de su carrera.

En una atmósfera más tranquila, The Mamas & The Papas pusieron punto final al sueño con una actuación muy aplaudida y agradecida por todo el público, que asistió a un acontecimiento que cambió el mundo del rock para siempre.

El espíritu de toda una época

Monterey no fueron solo las actuaciones de las bandas que participaron. En torno al festival se creó una atmósfera solidaria, comunitaria y festiva que fue el más exacto y claro reflejo de todo lo que era en 1967 la filosofía hippie tan importante y trascendente para la historia de la cultura rock como lo fueron muchas de las míticas actuaciones que pudieron verse en este singular evento que caracterizó el llamado "verano del amor".

Ticket original del primer día de festival.

Actores como Dennis Hopper, Nico, Doug McClure o Candice Bergen; iconos de la movida californiana como Augustus Stanley Owsley, ingeniero de sonido de los Grateful Dead y a la sazón químico clandestino que sintetizaba LSD en su casa, uno de los mayores expertos en esta sustancia del momento; músicos como Brian Jones de los Rolling Stones; Albert Grossmann, manager de Bob Dylan; Bill Graham, promotor del Fillmore West; y periodistas como Jann S.Wenner, quien fundaría pocos meses después la revista “Rolling Stone”, fueron alguna de las celebridades que se pudieron ver en el backstage durante los tres días de festival. Y al otro lado del cordón de seguridad, toda la América rock.

Llegaron en viejas y destartaladas auto caravanas, en motocicletas al estilo Easy Rider, en coches alquilados, vestidos de indios o vaqueros, pintados de colores, con ponchos sudamericanos, camisetas psicodélicas, chilabas arabescas o chalecos de tela vaquera. Alimentados gratuitamente por la gran cantidad de comida que donaron gratuitamente a la organización del festival The Diggers, una comuna agraria establecida cerca de Monterey, con el ácido y la marihuana circulando sin restricciones de ningún tipo, toda aquella ingente multitud convivió durante tres días de paz, música y amor sin que se produjera ni un solo incidente violento, ninguna intervención policial ni ninguna detención.

El éxito del festival de Monterey trascendió mucho más allá de la música. Fue la demostración más incontrovertible de que el rock era un fenómeno cultural de masas con una capacidad de movilización como ningún otro género musical había demostrado en la historia hasta ese momento, y que había inspirado una nueva forma de aprehender la realidad, de imaginar otros modelos de sociedad, otras alternativas... en otro sentido, hizo que toda la industria del disco pusiera en el mundo del rock su objetivo prioritario, y ante el éxito económico que supuso, no fueron pocos los promotores que se lanzaron a la carrera de organizar grandes conciertos por toda América. Aunque ningún festival posterior, ni siquiera Woodstock, pudo recrear el ambiente de paz, solidaridad, incluso si se quiere de ingenuidad que se vivió en Monterey.

En cuanto a sus organizadores, a pesar de que intentaron repetir la experiencia y a las pocas semanas se pusieron a trabajar pensando en la idea de organizar otro concierto así en el verano del 68, ante todas las restricciones que las asociaciones de ciudadanos y las autoridades locales impusieron, tanto John Philips como Lou Adler desistieron de dar continuidad al proyecto.

El legado

En diciembre de 1967 en Nueva York, y en los primeros meses de 1968 en el resto del mundo, se estrenó la película filmada por D.A. Pennebaker, “Monterey Pop”, que recaudó a lo largo del año unas ganancias netas de 2 millones y medio de dólares de la época.  Esta película ha tenido sucesivas reediciones en DVD con mucho material que no entró en el film original, fundamentalmente entrevistas con los organizadores y algunos de los artistas que actuaron. En 2018, la película fue seleccionada para ser incluida en el Registro Nacional de Películas de los Estados Unidos de la Biblioteca del Congreso al ser considerada "cultural, histórica y estéticamente significativa en la historia de los Estados Unidos de América".

Curiosamente, la cadena de televisión ABC (American Broadcasting Company) pagó un adelanto de 200.000 dólares a la productora para poder emitir en primicia por su canal la película al terminar el periodo de exhibición en salas para su nueva serie ‘Movie of the Week’. Sin embargo, el propietario de la cadena, Thomas W. Moore, según Lou Adler, "un caballero sureño muy conservador", cuando vio la secuencia en la que Jimi Hendrix simulaba que fornicaba con su amplificador de guitarra, se escandalizó y les dijo: “Quédense con el dinero, pero salgan de mi despacho ahora mismo. Jamás esa basura se mostrará al público americano por la ABC”.

 Asimismo, fragmentos de la intervención de Janis Joplin en Monterrey se usaron en escenas de la película “Janis” de 1975, así como de la actuación de los Who en el film “The Kids Are Alright” de 1979. De los shows de Jimi Hendrix y Otis Redding se editó en 1970 un doble álbum oficial llamado ‘Historic Performances Recorded at the Monterey International Pop Festival’, en el que se incluían las actuaciones completas de los dos artistas, al margen del cuádruple CD ‘The Monterey International Pop Festival’, editado por Rhino Records en 1997.

…be sure to wear, some flowers in your hair…

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Mariano Muniesa
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