Mägo de Oz: Así suena ‘Ira Dei’, el nuevo disco que retrasa su lanzamiento

Asistimos a la escucha del tan esperado nuevo álbum de Mägo de Oz. Tanto hemos hablado ya de él, que había muchas ganas de echarnos a los oídos esta vuelta al estilo ‘Gaia’, esta continuación de la historia de 'Jesús de Chamberí', “no en lo musical”, nos cuenta Txus Di Fellatio, que es el encargado de recibirnos y de hablarnos antes, después y en el descanso entre disco y disco, que ya sabéis que ‘Ira Dei’ es doble.

La principal novedad es que el disco vuelve a retrasarse una semana, será el 8 de marzo cuando al fin vea la luz, “porque no llegan los vinilos”, comenta un resignado Txus mirando sonriente al responsable de la compañía, Warner, en cuyas oficinas se iba a producir la escucha.

Apolonia Lapiedra, actriz que participa en el videoclip de 'La cantiga de las brujas'

Más novedades que nos adelanta el batería antes de que empiece la música, es que este ‘Ira Dei’ será la primera parte, y una nueva marca, como ya es ‘Gaia’, que identifique este tipo de discos más barrocos y oscuros, porque si algo puedo decir que distingue este disco de los ‘Gaia’ es esa oscuridad traducida en afinaciones más bajas y un gran trabajo de orquestaciones y demás elementos bajo los protagonistas. Para entendernos, coges “Diabulus in música" y de ahí puedes tirar del hilo. Hasta los temas más livianos o que bajan del metal al hard rock lo hacen con una contundencia superior y un sonido más actual.

“No faltan las ideas”, bromea Di Fellatio, aludiendo a los cuatro años que han tardado en sacar un nuevo disco, entre aniversarios y conciertos con orquesta, lo que comenta que “en España no es normal, porque hay que vivir de los discos y sus giras, pero mirad cada cuánto saca disco Metallica”.

Txus también nos anuncia que entre este y el próximo ‘Ira Dei’, como ya pasó con los ‘Gaia’, habrá otro u otros discos de temas de tres minutos en clave rock celta y que “La cantiga de Las Brujas” ha sido el adelanto del disco tras cuatro meses de grabación, que el single será “Te traeré el horizonte”, el tema en el que colabora el violinista Ara Malikian y lo presentarán el 7 de marzo. Y dicho esto, se apaga la luz y sobre la pantalla de la sala empiezan a proyectarse los títulos y letras de las canciones sobre el símbolo del álbum.

Jerusalem D.C.. Es la intro del álbum y el primer golpe de efecto cuando escuchamos los primeros guitarrazos sobre los coros que ya esperábamos que fueran característicos de la obra. “In nomine patris…”, nos adentramos en la historia de esos hermanos gemelos, el nuevo Cristo y el Anticristo, que se encaminan hacia un peculiar Apocalipsis.

In Eternum. Es el primer tema como tal. Pregunta de examen, ¿cómo empieza un disco de Mägo de Oz? ¡Sí! Con un grito agudo desgarrador, y la banda entrando a todo trapo, a por todas, en la línea de “La voz dormida”, por poner un ejemplo, lo que la mayoría pensamos cuando te hablan de una canción de Mägo de Oz, así, en general. Solos de vientos y guitarras se van cruzando mientras la letra me lleva de vuelta a ‘Gaia’, a la naturaleza y los elementos celtas, que no faltan precisamente durante el disco. Flauta y piano relajan el ambiente un instante antes de que la banda vuelva a lo bestia con el estribillo. Anclados en la butaca y agitando el cuello nada más empezar.

El amor brujo. Abre las puertas a una melodía más alegre que mantiene las sensaciones creadas por el tema anterior. Pero no te relajes, no tardan en caer las guitarras más heavys, y Zeta apoyado por teclas de carácter más electrónico, y muy protagonistas, sumándose la voz de Patricia en su versión más operística alternando estrofas. Otro ejemplo de la potencia que han logrado para este disco, que deja atrás lo que ya conocíamos.

Tu funeral. Un suave piano se acompaña de una entrada salvaje de guitarras que pronto se quedan dibujando un riff en otro de los temas que empiezan a destacar, también con las voces de Zeta, doblada y más grave al principio, y Patricia alternando grandes momentos y emocionando en el estribillo de una canción de las que Mägo de Oz gusta vestir de hard rock con guitarras más abiertas, pero manteniendo el carácter más duro de este álbum.

Ciudad esmeralda. Una orquesta da inicio al primer tema que Patricia hace suyo y en el que la letra nos transporta directamente al Jesús de Chamberí original en lo que podría ser un vals metalero, que acaba transformándose en un himno de posada celta en el estribillo con cierto parecido (lo que mantiene la coherencia del álbum muchas veces) a partes de “La cantiga de Las Brujas”, quizá por haber sido la que ya habíamos escuchado con anterioridad. En realidad todos los temas se agarran a un hilo común de alguna manera.

Tequila mucho por vivir. Esa sensación de la que hablaba antes continúa aquí con el coro y el ambiente de posada con la que se abre este tema de chocar las cervezas en lo alto... mientras llega el Apocalipsis, “que nos pille borrachos de verdad” y escuchando rock porque “al diablo no le gusta el pop”. No faltan tampoco estos momentos en los que sale a la luz el sentido del humor de la banda, que lejos de romper la magia del disco conceptual, te mantienen en la comunión que siempre crean los mägos con sus fans.

Ara Malikian y Moha en Cube

Te traeré el horizonte. Este será el single que llega con un inicio electrónico, entre Depeche Mode y Manson si así nos entendemos, y la voz de Patricia junto al protagonista violín (Ara Malikian y Moha) de un tema vacilón, de pesado riff, muy original como bandera del disco y fácilmente de los que más se queden en la cabeza a la primera por ese carácter de sus guitarras.

Opera Mortis. Ya lo pudimos presenciar en directo en el ‘Diabulus In Opera’. Patricia hace suya “O mio babbino caro” y “Nessun Dorma”, aunque me ha sorprendido que lo hace en un tono tan alto que cuando llega el esperado subidón final no te corta la respiración como hizo en directo. Si conoces el tema clásico o viste a Patricia cantarlo sabes de lo que hablo. Aun así, es impresionante.

La cantiga de Las Brujas. Fue el primer adelanto y realmente puede ser un buen ejemplo de lo que viene con todo el disco, a excepción de la colaboración de Diva Satánica, con esos guturales marca de la casa, que tiran la puerta abajo.

Espera en el cielo. “Una balada tiene que tener un componente de tristeza”, nos cuenta Txus justo después de terminar, cuando ha dejado que la letra de la balada nos haga dudar de a quién va dirigida. Baladón a lo “Desde mi cielo”, de potente estribillo que ha dedicado a uno de sus perros que murió muy joven. “Para tristezas ya tenía divorcios, pero me pareció original, era mi hijo perruno”.

Opus Tenebrae. Comienza la segunda parte del álbum con la esperada nana que interpretan los hijos de Moha. Dios y el Diablo se van a jugar nuestras almas al ajedrez y esta delicada nana satánica no puede ser más genial.

Suspiria. Nos adentramos en caminos más oscuros con una canción hardrockera, pero tremendamente potente, que podría recordar a “Diabulus in Música”, con un intermedio a guitarra acústica y piano y Zeta acabando realmente arriba. Gran trabajo el de las dos voces de la banda.

Y que nunca te falte un “te quiero”. Otra vez que tomamos la tangente. Un tema que llama a la superación, de los que nunca le faltan a Mägo de Oz, un rayo de luz entre tanta oscuridad, con una rápida entrada a puro riff y coro para un tema tan ágil como contundente y una simpática parte instrumental.

Bajo mi piel. Fácilmente se cuela entre mis favoritas del disco. Nuevamente Patricia se hace con los mandos y nos cautiva con una letra impía en la que el nuevo Cristo habla a ese “Dios ausente”. Sin duda, la labor de la vocalista y de Javi Díez, cuyas teclas rivalizan en protagonismo con las tremendas guitarras que han grabado, hacen de esta otra de las que se te tatúan al cerebro en una primera escucha.

La triste historia de Jimmy “tiro en el pie”. Aquí el que toma las riendas es el diablo que lleva Txus dentro, el que le posee cuando lidera Bürdel King, y nos dejan un tema en el que las acústicas y el aire celta son protagonistas junto a una de esas letras de vértigo que a todos nos gusta memorizar. Vuelve el sentido del humor a primer plano y hasta la Viuda de O’Brian hace acto de presencia.

Diva Satánica grabando sus guturales

Infinitum. Segunda versión del disco, y nuevamente no es “lo habitual”, sino que los compañeros del batería han conseguido que graben una versión de un tema de un videojuego, concretamente ‘Trine 2’. Lo cierto es que ha quedado un gran tema instrumental, de delicada introducción y emocionante evolución para no recurrir al cancionero celta una vez más.

El séptimo sello. Vuelven las referencias al ‘Jesús de Chamberí’ original con este tema de inicio guitarrero y vacilón en contraste a la voz más operística de Patricia y las primeras (sí, las primeras) frases que se cuelan en inglés (“Die, die you will be mine”), además de recuperar los guturales de Diva Satánica. “El apocalipsis vendrá”, desgarra el tema en el que nos adelantan que “Cristo gana a satán en cuartos de final”. Otra buena descarga que nos encamina a la joya de la corona que cierra el disco.

Ira Dei (Apocalipsis). Dieciocho minutos de música nos esperan, pónganse cómodos. Todo lo comentado viene a desembocar en un tema que va creciendo paulatinamente, empezando las teclas y las acústicas y sumándose vientos, violín y Zeta, que nos introduce en el final de la historia: el mar se abre y una nave emerge con el que la humanidad ha considerado dios, que no es más que vida extraterrestre. Llega el Apocalipsis con sus jinetes y sus plagas, lo que nos van narrando paso a paso. Aparece el coro operístico en inglés y un puente de aire progresivo que enlaza las diferentes partes del tema en el que no pueden faltar diferentes solos en la gran parte instrumental central. ¿Te gustaron las gaitas? Pues toma gaitas, y acústicas, y el arpegio de piano que hila toda la canción, y Patricia luciéndose una vez más… Puede que no sea “La Cantata”, pero sabes lo que puedes esperar de un tema de casi veinte minutos de Mägo de Oz en el disco con el sonido más cañero que han grabado.

“Del espacio exterior, hace siglos vino un dios”, sigue contando Zeta mientras nos acercamos al final de la escucha que rompe con un viejo violín interpretando la melodía con la que abría hace ya mucho tiempo ‘Jesús de Chamberí’.

Ya solo queda esperar para que puedas tenerlo en casa. 8 de marzo marcado a fuego en el calendario.

Jorge Bobadilla

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