JON LORD: UN LARGO ADIÓS
19 julio, 2012 11:09 am 5 ComentariosFecha: 1 de Septiembre del año 2000. Lugar: Ciudad de Buenos Aires. Evento: Deep Purple se une a la orquesta sinfónica de la ciudad y como si fuera poco, suma al eterno y siempre presente Ronnie James Dio, para interpretar por lo menos en parte, el inmortal y pionero álbum “Concerto for Group and Orchestra”. Resultado: A pesar de un reciento colmado en su capacidad y expectativas, la calidad profesional de los músicos en escena y un repertorio impecable, en determinados momentos del concierto, sobre todo en los que la orquesta tiene total participación, mucha gente manifiesta su disconformidad con algunos desafortunados silbidos y varios no menos miserables gritos. Una verdadera pena y mucha vergüenza ajena que debimos asumir la mayoría de los presentes. Finalizado el espectáculo y gracias a la invitación recibida por el propio Ronnie Dio, mis amigos César Fuentes, Sergio Choren y yo nos dirigimos al hotel en donde se hospedaban los músicos para realizar las entrevistas de rigor. Mientras esperábamos al “pequeño gran hombre”, un visiblemente acongojado Jon Lord se acerca a nosotros, como siempre nos saluda gentilmente y a continuación, sin preámbulos, nos pregunta: “Quiero vuestra opinión: ¿Tan malo fue el show de ésta noche? ¿Por qué silbaba la gente? ¿No les gusta mi música?” Sin saber que decir, sin palabras que pronunciar, un poco desubicados por las preguntas tan directas y sobre todo porque quien las está formulando es un verdadero mito en la historia del rock, siendo además el principal responsable de la sublime obra musical que acabamos de presenciar, tratamos de animarlo y solo atinamos a responderle que no hiciera caso de un grupo de gente que solamente piensa que la música de Deep Purple se limita a sus hits y al sonido de la guitarra de Ritchie Blackmore. Aquella mirada triste y voz casi quebrada han quedado grabadas en mi memoria. Me disculpo si la introducción ha sido extensa, pero creo que esta vivencia personal refleja en gran medida lo que Jon Lord era no solo como músico sino también como persona. Mucho se escribirá en estos días acerca de éste verdadero “gentleman” inglés que con su particular manera de vivir y sentir la música consiguió desde su puesto de teclista en Deep Purple modificar en parte un estilo musical signado por el sonido de las guitarras y la distorsión. Su formación clásica, su amor por el blues, su manifiesta profesionalidad, sus estupendas participaciones con los más disímiles artistas y proyectos, un estilo propio y distintivo alejado de los pomposos y frívolos virtuosismos, son tan solo pinceladas que contribuyeron a forjar la leyenda de Jon Lord aún en su propio tiempo. Es verdad que muchos de nosotros conocemos lo que es un Hammond gracias a él, que sería imposible imaginar el sonido de muchas de nuestras bandas favoritas si Jon no hubiera iniciado y marcado el camino a seguir, pero lo cierto es que Jon Lord fue mucho más que un simple instrumentista, un buen compositor o aquel músico que supo vivir sin complejos ni problemas de ego a la sombra de otros músicos con quizás, menos capacidades que las que él tenía. Lord fue, es y será sin duda alguna, una fuente de admiración e inspiración para muchas generaciones de teclistas y músicos en general que seguramente lo tendrán como referencia ineludible y como el indiscutible precursor del uso de teclados en el rock más punzante. Permítanme cerrar este humilde recordatorio con otra vivencia personal. Afortunadamente he tenido la oportunidad de entrevistar a muchos teclistas a lo largo de los años: David Rosenthal, Geoff Downes, Andre Andersen, Don Airey, Darren Warthon, Geoff Nichols, Kevin Moore, Gary Corbett, Jonathan Cain, Ken Hensley, son los primeros que se me vienen a la cabeza. Distintos estilos, diferentes generaciones, disímiles propuestas musicales, pero en todas estas entrevistas como factor común un nombre aparecía inevitablemente: Jon Lord. Por lo tanto, éste es el verdadero y palpable alcance de la influencia que el teclista supo transmitir aún casi sin proponérselo. El pasado 16 de Julio no es solamente la fecha de la desaparición física de Jonathan Douglas Lord, marca además el momento preciso en que la leyenda dejó de tener a su portador entre nosotros para convertirse en una clave atemporal, indispensable y hasta vital para entender el rock duro como hoy lo conocemos. Tarea cumplida, descansa en paz Jon.
Javier Izurieta
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5 comentarios
Eres el MEJOR no lo olvides maestro LORD!!
Jon Lord marco un antes y un despues de los teclados en los grupos de rock,era el numero uno y seguira siendolo alla donde este.Mi mas sentido pesame a su familia que se lo que deven de estar pasado pues yo perdi a mi hermano Carlos (fanatico de Deep Purple)hace 4 meses tambien de una larga emfermedad.Gracias por tu musica JON LORD.
Para mí fue un increible músico. Wring that neck para mí es una obra de arte y que me cautivó desde el primer día. Gracias Lord por habernos dejado tu maravillosa músca con Deep Purple y en solitario.
Se ha ido un maestro. El fue una inspiracion para empezar a tocar el teclado... Descance en paz JON LORD.
NUNCA te olvidare maestro LORD.Por siempre estaran esos clasicos del rock embutidos en tu organo HAMMOND,como por ejemplo ese inicio de solo de teclado a cargo de la mitica LAZY del machine head del 72.Refiriendome a solos de guitarra no solo de smoke and the water vive purple escuchar el inicio de LAZY.Un saludo desde JAEN!!