Grandes rupturas y reconciliaciones de la historia del rock, Vol.1: The Beatles, Oasis, Fleetwood Mac...

15 noviembre, 2020 5:11 pm Publicado por  4 Comentarios

Ya lo cantaban las Ronettes en su éxito de 1964: “La mejor parte de romper es la reconciliación”. Y lo que es cierto para el amor, lo es para el rock porque, en ocasiones, hay tantas tensiones acumuladas entre los miembros de una banda, que parecen más viejos matrimonios que grupos de rock. ¡Y algunos lo son literalmente!

Rumore, rumore

Pero no los de la Carrá, si no los Rumours de Fleetwood Mac, título de su LP de 1977, que además de algunas de las mejores composiciones de la formación, contenía todos los ingredientes de una buena telenovela: traiciones, rupturas sentimentales, peleas, cuernos, fiestas salvajes… y montañas de coca a lo Tony Montana (esto último no sabemos si es muy de culebrón o no). ¡Menudo pitote tenían montado!

Recapitulemos: el matrimonio formado por Christine y John McVie que hacía aguas, por un lado; Stevie Nicks y Lindsey Buckingham que habían entrado como pareja en el conjunto y ya no se aguantaban, por otro; Mick Fleetwood, que acababa de descubrir que su mujer le engañaba con su mejor amigo y exmiembro de la banda, el guitarrista Bob Wenston, mientras él mismo tenía a su vez diversas aventuras, incluida una con la propia Stevie Nicks… ¿El resultado? Meses de discusiones, alcohol, tensión, dolor emocional, y rumores de todo tipo en la prensa sensacionalista –muchos ciertos, otros, como el de que Stevie Nicks es una bruja, aún por corroborar-, dieron como resultado uno de los mejores discos de la historia del rock, plagado de temazos que plasmaban ese doloroso proceso, como “Go Your Own Way”, que Lindsey Buckingham compuso con su expareja Stevie Nicks en mente, pieza que, por cierto, a Nicks no le molaba nada cantar por aquel entonces –puede que porque su exnovio la responsabilizaba completamente de la ruptura en ella…-.

El desamor bien vale un número uno en las listas de éxitos.

Peleíllas de hermanos

Si algo podemos aprender de los Mac y sus complicadas relaciones afectivas, es que los hits y los discos en lo más alto del Billboard 200 lo curan todo o, al menos, ayudan a ser más “tolerante” con las rarezas y excentricidades de los demás miembros del grupo, lo que explicaría cómo –aunque con entradas y salidas intermitentes de sus integrantes- el grupo británico siga en activo con su formación “clásica”, a excepción de Lindesy Buckingham, que fue “despedido” en 2018…

Otra conclusión que podemos sacar de los Fleetwood Mac es que, a veces, no es la mejor idea trabajar con tu mujer o pareja, sobre todo cuando los éxitos dejan de llegar, y las tensiones y el resentimiento afloran, sacando a la luz años de asuntos sin solucionar. Y si las relaciones laborales-conyugales en el rock son conflictivas, las fraternales, en muchos casos, no lo son menos. Sirvan de ejemplo los Everly Brothers, decanos en esto de las peleíllas de hermanos, cuyas rencillas se remontaban a su infancia en los años cuarenta, cuando cantaban a dúo en el show country que sus padres tenían en la radio local de Shenandoah (Iowa), donde con apenas diez años eran presentados como “Little Donnie and Baby Boy Phil”. Todos juntos era The Everly Family.

Ya a finales de los cincuenta, cuando el rock ‘n’ roll aún era joven, estos dos jóvenes fueron apadrinados por la leyenda del country Chet Atkins, y desde Nashville conquistarían el nuevo mercado adolescente, encadenando quince presencias en el Top-Ten entre 1957 y 1962.

Pronto el “sueño” de los Everly Brothers se convertiría en pesadilla…

Paradójicamente, la sucesión de temas encadenados en lo más alto de las listas, también los “encadenaría” el uno al otro, pues la preciosa armonía de sus voces era su seña de identidad. Obligados, primero por sus padres y ahora por el éxito, a tocar juntos, los Everly Brothers fueron una influencia clave en muchos de los grupos posteriores, incluidos los Beatles –de los que hablaremos más adelante-, que con su ascenso meteórico marcaron el inicio del fin para los hermanos, que al lado de los Fab Four, que tanto habían aprendido de ellos, parecían anticuados; pasados de moda.

“Solo hemos tenido una pelea, pero está durando veinticinco años”, decía Phil Everly en 1970, quizá como preludio de lo que pasaría en 1973, cuando en mitad de un concierto en California, los Everly Brothers se separarían. Don Everly iba ciego –ambos abusaban del alcohol y eran adictos a las anfetas desde los años cincuenta, cuando les fueron recetadas por el médico para aguantar el ritmo frenético de las giras- y estaba destrozando “Cathy’s Clown”, la primera composición original de los hermanos y uno de sus temas más emblemáticos. No era la primera canción de la noche que salía mal, lo que sumado a años de tensiones entre ambos y tours interminables, terminó por hacer estallar a Phil Everley, que golpeando su guitarra contra el escenario decidió largarse a mitad de actuación, diciendo que “había terminado con lo de ser un Everly Brother”.

Don trató de sacar el espectáculo adelante como pudo, ante un público que le increpaba con frases como “hemos venido a ver a los Everly Brothers”, a lo que el mayor de los Everly respondería con una lapidaria afirmación: “los Everly Brothers murieron hace diez años”.

En 1983, tras una década sin apenas hablarse, los hermanos resucitarían en el Royal Albert Hall de Londres, en el que celebraron su Reunion Concert, que abriría la segunda parte de su carrera, que en 1984 los devolvió a las listas de éxitos con “On the Wings of a Nittingale”, tema compuesto por Paul McCartney para ellos, y que sería el single de su regreso al estudio, EB84. Sin embargo, a pesar de algunos discos más –que se rumorea que grabaron por separado, sin coincidir en el estudio-, y algunas actuaciones esporádicas a lo largo de los años, su relación nunca volvió a ser la misma.

Los que no sabemos si volverán a reunirse aunque sea para un único concierto, son los hermanos Gallagher, Oasis, que en 2009 echaban el cierre tras años de agrias discusiones y peleas verbales… ¡y físicas! ¿Quién no ha llegado alguna vez a las manos con su hermano o hermana? Nada fuera de lo común. Lo que ya no es tan habitual –aunque cada familia es un mundo-, es lanzarse panderetas o romperse bates de cricket en la cabeza –bate que, por cierto, fue subastado-. Sin embargo, el momento álgido de los desencuentros entre estos dos hermano de Manchester lo encontramos en 1996.

Liam Gallagher… “desenchufado”

A mediados de los noventa, los ‘MTV Unplugged’, el formato desenchufado de la televisión musical norteamericana, simbolizaban la cumbre para cualquier banda que buscara credibilidad y notoriedad. Era una oportunidad de oro tanto para reverdecer laureles como para consagrarse y, en 1996, a los Oasis les llegó su turno. Sin embargo, ya en los días previos a la grabación, Liam Gallagher fue dejando claro que no lo veía de la misma manera que el resto de sus compañeros, presentándose a los ensayos completamente ebrio y con pinta de borracho de parque. Ya el día del unplugged, una hora antes de empezar, Liam apareció en el mismo estado de forma de los días previos por lo que, tras probar con un par de canciones, se decidió que el espectáculo lo sacaría adelante su hermano Noel que, recordemos, por aquel entonces no estaba acostumbrado a ser la voz principal.

Lo mejor de todo no es que la actuación fuera un éxito y encumbrara al mayor de los Gallagher –poco importa que la MTV terminara no editando el concierto-, sino que Liam, que había sido disculpado por su hermano porque tenía “dolor de garganta”, permaneció sentado en la zona VIP durante todo el set acústico de su banda, con una cerveza en la mano, e increpando a sus compañeros desde la grada. ¡Glorioso!

Aquí los “greatest hits” de Liam Gallagher en el Unplugged de los Oasis.

Como os podéis imaginar, las cosas entre los hermanos Gallagher no fueron a mejor, de hecho, durante los siguientes años se sucedieron abandonos de giras a medias, suspensión de conciertos, peleas, etc., todo resumido en una gran frase acuñada por Noel Gallagher, que define a su “little brother” a la perfección: “Es el hombre más cabreado que conocerás nunca. Es como un tío con un tenedor en un mundo de sopa”. Se nota quién de los dos escribía las letras.

Más grandes que los Beatles, más allá de la muerte

A estas alturas, parece complicado que vayamos a ver de nuevo juntos a unos tíos que, en la cima de su popularidad, llegaron a autoproclamarse “más grandes que los Beatles”,  sin embargo, si tenemos en cuenta que los cuatro de Liverpool consiguieron reunirse una última vez a pesar de la muerte de Lennon en 1980, todo es posible.

¿Cómo? ¿Qué no sabéis de que estamos hablando? Pongámonos en situación: para empezar, en 1994 Lennon estaba muerto, de eso no cabía la menor duda, tanto como Marley, el socio de Ebenezer Scrooge en el inicio de ‘Cuento de Navidad’ de Charles Dickens. Por su parte, los Beatles supervivientes, McCartney, Harrison y Starr –los “Threetles”, como se les bautizó por aquella época… manías de la prensa de ponerle nombres a todo-, se reunieron en el estudio casero de Paul McCartney para completar un par de temas que acompañaran al ‘Beatles Anthology’ que se estaba preparando.

Respetando un viejo pacto hecho en sus años de juventud por el que nunca saldrían “ahí fuera” como los Beatles si uno de ellos faltaba, McCartney pidió a Yoko Ono algunas grabaciones caseras de Lennon sobre las que pudieran trabajar. De esta manera llegó hasta ellos “Free As a Bird”, demo sin terminar grabada en el Dakota en 1977, sobre la que el resto de los Fab Four compondrían.

Para acostumbrarse a lo extraño de entrar de nuevo en el estudio sin Lennon, los demás Beatles decidieron fingir que su viejo compadre había salido “a tomar un café”, “estaba comiendo”, o cosas similares. Sin embargo, Paul McCartney y sus compañeros han contado a lo largo de los años como de una manera o de otra “sintieron” que John Lennon, su “presencia”, los acompañaba durante aquellos días. ¿Superstición? ¿Cuentos de rockeros que se peinan como señoras mayores? Quizá. O quizá no. Y si no, ¿cómo explicáis el final de “Free as a Bird”, en el que podemos escuchar al propio Lennon decir “made by John Lennon” –o algo parecido-?

John Lennon approves.

Según los –ejem- Threetles, decidieron añadir al final del tema, como guiño, una frase de un cómico británico que Lennon solía repetir mucho, “turned out nice again” (“salió bien de nuevo”), pero al revés, por echarse unas risas a costa de todos esos conspiranoicos que compran vinilos para ponerlos en el sentido contrario a las agujas del reloj. El resultado, al derecho, es que John Lennon parece dar su aprobación al proyecto (“hecho por John Lennon”). ¿Todavía no os convence? Hay más.

En las sesiones de fotos promocionales, justo en el momento en el que George, Paul y Ringo posaban junto a un árbol, se coló un pavo real blanco a su lado, como si de un cuarto Beatle se tratara. De hecho, por la tarde Paul comentó a sus “trompis” que pensaba que aquel pájaro que les había hecho “photo-bombing” por la mañana, no era otro que John, que había decido pasarse a saludar, y parece que el resto lo vieron bastante razonable…

El caso es que Julian Lennon, el primer hijo del compositor de “Imagine”, ha contado en varias ocasiones que una vez su padre le dijo que si alguna vez faltaba, la forma en la que le haría saber que “estaba bien”, sería una pluma blanca; pluma que Julian dice que le fue ofrecida como ofrenda por un anciano de una tribu aborigen australiana durante una gira. ¿Todavía nada? ¡Estáis muertos por dentro!

Escépticos o no con el mundo paranormal, una cosa está clara: los “matrimonios” que forma el rock van más allá del consabido “hasta que la muerte los separe”.

Ismael Molero

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