Freddie Mercury (Queen) habría cumplido 77 años: sus cinco mayores locuras en vida

De fiesta con la realeza

Que la difunta Diana de Gales frecuentaba a personalidades relevantes del mundo de la música, como Elton John por ejemplo, no era ningún secreto. La cosa llegó al punto de que hubo incluso una temporada en la que Freddie Mercury salía de fiesta con la popular princesa.

En este sentido, en una ocasión, Mercury, el comediante Kenny Everett y la actriz Cleo Rocos tenían intención de liarla hasta tarde, pero Diana insistió en ir con ellos. Le intentaron disuadir por los titulares que aquello generaría si les pillaban en pleno subidón festivo, pero a la entonces princesa no le importó, menos todavía a Freddie, que les dijo a sus amigos: “Dejad que la chica se divierta”.

Salir de manera discreta hubiera sido tontería, así que optaron por travestir a Diana con una chaqueta del ejército, gorra, gafas oscuras y así se la llevaron al Royal Vauxhall Tavern, un bar gay en el sur de Londres. Pensaron, obviamente, que todo el mundo reconocería a la princesa, pero en realidad fue Mercury quien acaparó toda la atención y así nadie reparó en esa discreta figura que tanto se parecía a Diana.

A tortas con Sid Vicious

Freddie Mercury no era conocido por ser una persona especialmente violenta, pero tuvo que hacer una excepción con el bajista de Sex Pistols, Sid Vicious. En 1977, Queen y Sex Pistols compartían estudio en los Wessex Sound Studios del norte de Londres. Los primeros grababan ‘News of the World’, mientras que los segundos hacían lo propio con el influyente debut ‘Never Mind The Bollocks’.

Aquello podría ser una versión musical del yin y el yang, por lo que no debería sorprender que Vicious no fuera fan de Queen. De hecho, según relató Brian May, fue el bajista el que disparó primero: “Eres Freddie Mercury, ¿no? Estás llevando el ballet a las masas”. Semejante burla no podría quedar sin respuesta por lo que le llamó “Simon Ferocious o algo así”, según relató el cantante en una entrevista en los ochenta. Y añadió: “¿Qué vas a hacer al respecto?”.

No hay que ser un lince para imaginar que aquello no terminó bien y puede afirmarse que Mercury le devolvió a Vicious el hachazo con creces riéndose además de los arañazos del cuerpo del bajista. “Él odiaba que yo pudiera hablar así”, recordaba Freddie.

La llama de Michael Jackson y otras excentricidades

Juntar a dos personalidades tan extremas como Freddie Mercury y Michael Jackson no parecía tampoco a priori una buena combinación, más que nada por las excentricidades de cada cual. En 1983, justo después del lanzamiento de ‘Thriller’, una posible colaboración entre ambos se antojaba una idea perfecta, pero la incompatibilidad de caracteres se notó en las mismas sesiones de grabación.

¿El motivo? Nada, que a Michael Jackson se le ocurrió traer una llama al estudio y aquello no le gustó nada a Freddie. Según su exmánager, Jim Beach, el rockero le llamó desesperado para decirle lo siguiente: “¿Puedes venir? Tienes que sacarme de aquí, estoy grabando con una llama”.

A Jackson, por su parte, tampoco le gustó que Mercury se pusiera fino a cocaína, encima en su casa, por lo que llegaron a tener una discusión por ese perjudicial hábito. El aguante que debía tener el frontman de Queen en ese aspecto debería ser realmente prodigioso, pues Elton John declaraba esto acerca del consumo de drogas: “Freddie Mercury podía salir de fiesta más que yo, lo que es bastante. Podíamos estar despiertos durante varias noches, sentados a las 11 de la mañana, aún colocados”. Menudo par de patas para un banco.

Cuestión de pecho

La afición de Freddie Mercury a disfrazarse le trajo alguna vez algún que otro disgusto, como cuando enfadó sin querer al público brasileño por vestir tetas postizas en una canción que se tomaban muy en serio. Aquello sucedió durante la participación de Queen en la primera edición del festival Rock In Rio en la interpretación de “I Want to Break Free”.

Hoy en día, cualquiera asociaría ese tema al popular videoclip, pero entonces este había sufrido la censura de la MTV, por lo que la multitud de más de trescientas mil personas no pillaron la referencia y lo tomaron como una burla hacia una canción que se había convertido en símbolo de libertad tras los duros años de dictadura militar.

Tal y como reflejó el periodista Mark Blake en su libro 'Magnifico! The A to Z of Queen', Mercury dio por olvidada aquella situación comentando que "el problema fue que, cuando las probé por primera vez en Bruselas, algunas personas dijeron que, en la parte trasera del estadio, no se podían ver a menos que fueran el doble de grandes que las de Dolly Parton. Así que tuve que ponerme unas tetas más grandes. En Río se volvieron un poco locos, y pensé que era porque eran demasiado grandes para ellos". Al final era una cuestión de pecho.

El odio de George Lucas

Otros disfraces asociados a Mercury se antojaban más inofensivos a priori, caso del de Darth Vader de ‘Star Wars’ que solía aparecer en conciertos de 1979 y 1980. Se trataba de un número en el que Mercury se subía a hombros de alguien disfrazado como el villano de la primera trilogía galáctica, al igual que en otras ocasiones hacía lo propio, pero con Superman.

El caso es que años antes, en la letra de la canción “Bicycle Race”, Mercury mostraba su desdén por las modas del momento cantando: “Jaws was never my scene / And I don’t like Star Wars” (“Tiburón” nunca fue lo mío / Y no me gusta “Star Wars”). Eso no le debió sentar muy bien al director George Lucas, que veía en aquello una vulneración de derechos de autor y ejerció acciones legales contra la banda.

Los rumores dicen que se llegó a una especie de acuerdo extraoficial, tirando de talonario, por supuesto, pero Freddie ya no volvió a subirse a los hombros de ningún personaje famoso. Las imágenes, eso sí, quedaron registradas para la posteridad de ese hermanamiento momentáneo entre la música y el séptimo arte.

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Alfredo Villaescusa

Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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