No suele ser sencillo que el título de un álbum condense tan bien lo que luego el oyente se va a encontrar, la intencionalidad no podía ser más clara ¿verdad?

"Sí, en un principio no sabía qué título ponerle al álbum y cuando empecé a diseñar la portada me salió así. Este es lo que hago y es lo que hay. Pensé que sería bueno dejarlo claro desde el principio".

Es de ley reconocer que tu voz encaja como un guante en el estilo que prácticas, pero más allá de la misma, las guitarras son las protagonistas absolutas del álbum, con arreglos muy trabajados y solos virtuosos y de altura. Háblanos de tu pasión por este instrumento y el peso que tienen en él álbum.

"Desde muy pequeño, siempre me ha gustado tocar la guitarra, mucho más que cantar. Tienen un cincuenta por ciento de peso, diría yo. Cuando hago una canción intento jugar mucho con ella, hacer solos, arreglos, algunos contrapuntos mientras canto… Necesito pasármelo bien y me gusta mucho que las guitarras estén muy trabajadas.

Cantar mientras solo hago acordes me resulta aburrido y, siendo sincero, tampoco tengo una buena voz y una técnica con la que pueda destacar, entonces intento reforzar más por ese lado".

Hay dos cortes que destacan por irse hacia sonidos un poco más duros, incluso hardrockeros, es el caso de “Luna” y la trepidante “Empezar de cero”. ¿Se desmarcan un poco del resto de canciones de manera intencionada?

"Totalmente. A mí me encanta el rock en general, cualquier tipo. Pero sobre todo creo en las canciones. Si hay una canción que para mí es buena y me llega, no veo una razón para dejarla fuera. Y, por otro lado, dentro de lo purista que puedo llegar a ser como músico, intento que el disco sea variado, que no siga una línea concreta y que tire hacia muchas vertientes, aunque sea rock".

No hemos podido evitar escuchar algunas canciones y, aun reconociendo un estilo particular y propio, encontrar reminiscencias directas a bandas consagradas de rock urbano. Es el caso de Barricada en “Esto es rock & roll”, de La Fuga y Rulo con “Dime dónde vas” o de Extremoduro y Robe en “Sueños”. Confírmanos si uno acierta al decir que has bebido a borbotones de todo el rock estatal de este país, de la A a la Z, porque todo lo indica.

"Sí que he bebido, muchísimo. Creo que ha habido y hay grupazosy músicos muy potentes en este país y algunos muy infravalorados en mi opinión. Me siento muy orgulloso de escuchar esas palabras. Son grupos de mi adolescencia, con los que crecí y con los que gracias a ellos ahora tengo este disco.

Llevo sin escuchar a La Fuga seguramente quince años, y cuando escucho la canción me impresiona ver cómo se asemeja tanto o cómo comparte esos patrones tan identificativos".

Háblanos de los músicos que te han acompañado en la grabación de este disco, así como los que te acompañarán en la presentación del disco en vivo. Sabemos que hay algunos nombres destacados.

"En la grabación he contado con el batería José Bruno (Leiva), para los temas que tienen más pegada ("De vuelta a casa", "Cuando nada sirve", "La noche" y "Buena gente").Para los temas que precisaban de más tralla he contado con Adrián Garcés (Montana Stomp). Al violín he contado con Marina Matveeva para meter unos arreglos en "Sueños" y han quedado muy bien.

Con los tres ha sido un auténtico lujo trabajar. Me lo han puesto muy fácil. En el directo me acompañan músicos muy buenos y profesionales con una larga trayectoria. José Luis Vargas a la batería, David Jiménez al bajo y Emilio a la guitarra rítmica. Todos son de Lorca. Y estoy deseando tocar y que suene lo mejor posible".

Das algunas pistas en las letras de tu disco, pero ¿cómo alguien original de Murcia acaba en una isla como Tenerife?

"Sí, es cierto que reflejo mucho el tema de la distancia, la gente que me rodea y también el tema de tener que adaptarte y empezar de nuevo cuando uno sale fuera. Principalmente por trabajo. Me salió la oportunidad de opositar en Tenerife de maestro de música y no me lo pensé".

Al hilo de la anterior pregunta, y tras escuchar con muchísimo gusto las letras de canciones como “Buena gente”, entendiéndolas como escritas en primera persona y desde dentro, nos hacemos una composición de lugar perfecta sobre determinados mensajes que quieres trasladar, como que la vida es demasiado corta como para no centrarnos en lo que más no aporta y nos hace felices, desechando lo tóxico. ¿Te costó mucho llegar a esa reflexión vital de vida?

"La verdad es que no. Intento hacer letras que me llenen, que digan algo o que describan un poco lo que pienso o siento. Unas están más acertadas y otras menos, pero tienen que significar algo para mí. Son temas del día a día, vivencias, reflexiones que al final todos nos podemos sentir identificados".

Siguiendo con las letras, como ya indicábamos, hablas de manera muy directa y a calzón quitado de la vida, de las emociones y también de las experiencias y golpes que esta te da continuamente e incluso lanzas varios mensajes reivindicativos al respecto. El rock estatal siempre lo ha hecho también. ¿Crees que hacerlo es inherente al género que tan bien desarrollas?

"Yo creo que sí. El rock es una forma de ver la vida y de sentirla. Desde siempre el ser humano ha utilizado la música, sea del tipo que sea, para expresar sus emociones o sentimientos. Según el género tira más para un lado u otro. Yo pienso que el rock tiene mucho de eso, de expresar sentimientos, vivencias y emociones, pero por otro lado también tiene mucho de sacar la rabia que uno lleva y poder denunciar cualquier tipo de injusticia".

Como decíamos, eres natural de Lorca, una ciudad con mucha cultura rockera. Háblanos tu conexión con la ciudad en relación a tu pasión por el rock.

"Supongo que lo dices por el Lorca Rock y esos festivales increíbles que se hacían por la zona en aquella época. Básicamente, a mí el rock me enganchó desde muy pequeño. Con ocho o nueve años descubrí a Héroes del Silencio y ya empecé a investigar y a descubrir todo tipo de grupos.

Fue cuando tenía catorce o quince cuando empecé a tocar la batería en varios grupos y recuerdo que el ayuntamiento siempre organizaba todo tipo de eventos en la ciudad y también se podía tocar en bares. Era ahí donde nos juntábamos con gente de todas las edades y había un rollo musical muy guay en Lorca".

Y para acabar, hemos tenido ocasión de ver en YouTube varios vídeos donde se recogen actividades relacionadas con el rock que has llevado a cabo con alumnos como director y profesor de música de tu colegio en Tenerife. Nos parece una iniciativa encomiable para acercar a los más jóvenes al género.

"En primer lugar, intento ofrecerle al alumnado todo tipo de músicas, para que ellos puedan tener la posibilidad de elegir y desarrollar así su propio gusto musical, aunque es muy difícil llegar al alumnado con otro tipo de música que no sea lo que nos venden y nos ponen a todas horas.

En la sociedad en la que vivimos, con las tecnologías, redes sociales, medios de comunicación etc. todo está preparado para el consumo masivo y nos bombardean continuamente con la misma música una y otra vez.

Intento hacer lo que puedo, pero siempre desde una perspectiva sana, sin intentar imponer mi gusto musical ya que los niños y las niñas son demasiado inteligentes, y si ven que lo metes a la fuerza hacen todo lo contrario y lo acaban odiando (risas). Así que hay que ir con cuidado".

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