Entrevistas |Rob Vitacca (The Alligator Wine)
«Nadie se creerá que no hay guitarras»
Por: Alfredo Villaescusa. Fotos: Björn Gantert.
Innovar en el panorama actual se antoja algo casi tan complicado como encontrar la cuadratura del círculo, pero cuando el talento florece por doquier no hay nada que lo pueda parar. Es lo que sucede con este interesante proyecto que bebe de la psicodelia setentera, el rock gótico o canciones de blues arrastrado como la de Screamin’ Jay Hawkins que da nombre al grupo. Y rizamos todavía más el rizo añadiendo además que no utilizan guitarras. El vocalista y teclista Rob Vitacca departe con Alfredo Villaescusa desde el corazón de la Selva Negra para introducirnos en un tripi sideral y fantasmagórico cuya última entrega se llama 'Demons of the Mind'. ¡Preparen sus copas de vino!
¿Por qué el título ‘Demons of the Mind’? (ndr: demonios de la mente) ¿Va esto de gente atormentada?
“Sí, creo que todo el mundo tiene que lidiar con sus propios demonios interiores, aunque en esto hay diferencias. Los hay que tienen que luchar muy a menudo contra ello, otros no tan frecuentemente, y luego tenemos los que se enfrentan a ese problema casi a diario. De eso precisamente trata el disco, aunque nuestra intención nunca fue desarrollar un álbum conceptual ni nada de eso. Somos dos chicos que viven en la Selva Negra, una región de Alemania en la que nunca acontece gran cosa, aparte de lo que pasa en nuestras familias, por lo que a la hora de ensayar necesitábamos deshacernos de todo aquello que sucedía en nuestras cabezas, de ahí viene también el título”.
Este es vuestro debut, ¿cómo surgió el proyecto?
“Conozco a Thomas, el batería, desde hace mucho tiempo, él ha tocado en varias bandas, al igual que yo, pero dentro de ellas siempre era el tipo raro, el que se sentaba en una esquina a experimentar con nuevos efectos. Y un día me llamó y me dijo “Hey, ¿quieres escuchar mierda de la buena?”. Le pregunté a ver de qué se trataba y me habló de unos artilugios de madera que había construido, órganos Hammond y diversos tipos de efectos. Me pareció algo interesante y ese fue el inicio de todo. Estaba buscando por aquel entonces hacer algo nuevo, crudo y que oliera a rock n’ roll, una vuelta a las raíces. Nunca imaginamos que saldría una banda de aquella chaladura”.
Os declaráis inspirados por la música de los setenta, las películas de terror y la moda, ¿cómo casa tanto elemento dispar?
“Pues de forma muy natural, lo gracioso del asunto es que el título del disco es además una película de miedo de los setenta que nos gusta mucho. Somos unos tíos a los que les encanta Black Sabbath, los Beatles y demás cosas de esa época. Thomas es también fan del blues añejo, de ahí viene el nombre del grupo, por ejemplo. Nos encanta el concepto detrás de la canción “Alligator Wine” de Screamin’ Jay Hawkins. ¡Es como una receta con todos los ingredientes del mal!”.
“Nos encanta el concepto detrás de la canción “Alligator Wine” de Screamin’ Jay Hawkins. ¡Es como una receta con todos los ingredientes del mal”
Eso de que no haya guitarras sí que es curioso, ¿fue por necesidad o por haceros los raritos?
“No fue para nada nuestra intención formar un grupo sin guitarras. Como te he dicho antes, cuando Thomas me llamó, me explicó también que si a un órgano Hammond se le ponía distorsión a tope y muchas otras cosas más sonaba como una guitarra. Nos juntamos en el estudio, bebimos unas cervezas y simplemente salieron canciones de esa manera. “¡Nadie se creerá que no hay guitarras y que somos solo dos!”, decía Thomas” (risas).
Tú fuiste vocalista de Lacrimas Profundere durante más de una década, ¿te costó cambiar el registro desde el gothic metal a este rollo más psicodélico?
“No, porque en el fondo sigo siendo la misma persona. En mi última época en la banda andaba ya buscando algo más crudo y cercano al rock n’ roll, es difícil de explicar…Quería sentarme frente a un instrumento, subir el volumen a tope y sacar lo mejor de ahí, a eso me inspiró Thomas. Lo cierto es que no se necesita demasiado para hacer rock n’ roll”.
A pesar de lo que dices, hay también por ahí algo de rock gótico en “Crocodile Inn”, por ejemplo, ¿no?
“Bueno, eso de gótico es una palabra que abarca mucho, claro que me gusta la música oscura y esa puesta en escena con cementerios y demás, pero en el disco tenemos canciones muy diferentes. Creo por tanto que eso de definirnos con un único estilo no funciona con nosotros, te digo por qué. Cuando nos juntamos en el estudio, surgen cosas muy diversas, simplemente depende del momento. Quizás un día me levanto cabreado, empezamos a improvisar y ya tenemos algo, pero a la mañana siguiente volvemos y es otra cosa que nada tiene que ver con lo anterior. Y ese es el meollo de la cuestión, porque no tenemos reglas. Esto es arte y creamos cosas en el momento”.
Con el parón actual provocado por el coronavirus, ¿os plantearéis hacer alguna gira en el futuro?
“Eso esperamos, teníamos varias fechas programadas para mayo, pero se han cancelado, todos los grupos andan ahora mismo reubicando sus shows. No nos queda otra que esperar”.
Tú además ya conoces la península…
“¡Claro que sí! ¡De puta madre! (ndr: lo dice en castellano). Debería decir algo más en español: “Buenos días, señores y señoras…” (risas). Mi nombre es Rob desde Alemania, soy el cantante de The Alligator Wine…”. No sé qué más decir, ayudadme, por favor (más risas). Ya en serio, nos encantaría ir a España, sería un sueño para nosotros”.
- Los 20 Duros del 25/11 al 01/12: Mägo de Oz, Marilyn Manson, Héroes del Silencio, Manic Street Preachers, Judas Priestess o Carolina Durante en nuestra playlist de rock y metal en Spotify - 25 noviembre 2024
- Bolsa de noticias: Bleed From Within en España - Enbor Arnasa - Tabü - El Toubab - Serafín Mendoza - 25 noviembre 2024
- Crónica de Within Temptation + Annisokay en Barcelona: Grabado en la memoria de miles de almas - 25 noviembre 2024
2 comentarios
Las mejores de las suertes para estos THE ALLIGATOR WINE para su nuevo álbum de estudio y ojala los traigan a nuestro pais porque merece la pena esta interesante banda.
¡Qué sorpresa! ¡Qué álbum! ¡Qué banda ! Perdón, dúo.