Entrevista a Tangerine Flavour: "La gente tiene una visión distorsionada del country, en cuanto escucha un poco más, le encanta"

Entrevistas |Pablo A. Martín (Tangerine Flavour)

«La gente tiene una visión distorsionada del country, en cuanto escucha un poco más, le encanta»

Por: Alfredo Villaescusa

Bajo el título de Space Cowboy nos presentan los madrileños Tangerine Flavour su ambicioso tercer álbum, una colección de veinte canciones que dan forma al disco doble sobre el que Alfredo Villaescusa tiene un montón de preguntas que hacer a Pablo A. Martín, cantante y guitarrista de un grupo de enorme calidad que apuesta por los sonidos del rock clásico, el country y la música de raíz americana en general.

¿En qué momento se os pasa por la cabeza embarcaros en un monumental disco doble con veinte canciones?

"La verdad es que no fue una idea prefijada que tuviésemos antes o durante la grabación. La única idea era estar una semana encerrados en el estudio de Paco Loco en Puerto de Santa María y hacer música, hacer canciones. Todo fue surgiendo de forma espontánea y natural, que es como suelen funcionar mejor las cosas, y las canciones e ideas se fueron aunando y adquiriendo un sentido. Fue un poco mágico, ciertamente. De pronto teníamos veinte canciones que se ordenaron prácticamente solas y que tenían un sentido unitario y un mensaje potente, por lo menos para nosotros".

¿Existe algún concepto o nexo de unión entre los diferentes temas que componen el disco?

"El disco ha terminado siendo un alegato a favor de lo que somos (cada vez menos) como seres humanos. Un viajero espacial viene a recordarnos la rica cultura musical de la que disfrutamos en nuestro planeta, las pasiones, las emociones y los anhelos... No es un disco demasiado pretencioso en ese sentido, simplemente hablamos de historias cotidianas, de vidas reales, en varios idiomas y en varios estilos. Si de algo ha de servir este disco que sea para recuperar ese gusto por no hacer cien cosas al mismo tiempo".

¿Cómo surge exactamente el título ‘Space Cowboy’?

"El título surge de una manera similar a todo lo anterior. Cuando, en el local de ensayo, surgió la canción supimos que ahí teníamos algo. Un personaje que protagonizara lo que sentíamos en ese momento y el viaje que queríamos hacer. Quizá ese sea precisamente el nexo entre todo, el personaje alegórico que lo unifica".

Llama la atención que a lo largo del redondo tenemos diferentes cortes muy breves que funcionan a veces como introducción. ¿Se hizo para proporcionar mayor dinamismo y que no resultara pesado?

"De nuevo, no fue algo planificado. Hoy en día se piensa mucho en todo menos en la propia canción. No buscamos nada en concreto con nada de lo que hacemos, simplemente son canciones. Es posible que tuviésemos presente de manera inconsciente la influencia de, por ejemplo, los Beatles y ese 'White Album', y probablemente estas canciones cortas hagan más atractivo al disco para la gente, pero realmente salieron sin más y ellas solas cumplieron su función. Y en ningún momento pensamos en alargar las cortas o recortar las largas, no sé si me explico. Hay que escuchar a las canciones, ellas saben mejor que nadie lo que necesitan".

En este disco tenemos rock clásico, blues, folk y hasta un intervalo jazz. ¿Qué principales referencias manejáis a la hora de componer?

"Nos encanta la música. En general. Y escuchamos muchísimas cosas. Este es un disco muy nuestro precisamente porque ello se refleja más que en ninguno de los anteriores. Nos flipa el rock clásico de Cream, Lynyrd Skynyrd y The Who, amamos el blues de Johnny Winter, de BB King y de Robert Johnson, nos encanta Jackson Browne y Dylan y Springsteen... Pero también Miles Davis, Bill Evans y Dexter Gordon al mismo tiempo que Michael Jackson, Yes, Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán (CRAG) y Rubén Blades. Y eso es bonito y te ayuda a componer y a no aburrirte".

Por primera vez os habéis atrevido con un tema en castellano como “Por la puerta de atrás”. ¿Cómo se gestó la idea? ¿Habrá más experimentos de este tipo en el futuro?

"Entre las numerosas canciones e ideas que manejábamos fue cogiendo cada vez más fuerza “Por la puerta de atrás”, y creo que fue un acierto. Nos pareció una buena canción, que es la única condición "sine qua non" en Tangerine Flavour. Además, en un disco con inglés, francés y portugués no desentona en absoluto. Durante muchos años nos han animado a cantar en castellano, ojalá esta canción haga a mucha gente descubrir el universo Tangerine Flavour.

El country rock no es un género demasiado practicado en nuestro país. ¿Creéis que eso puede añadir atractivo a vuestra propuesta?

"La gente tiene una visión del country muy distorsionada, pero en cuanto escuchan un poco más les encanta. Cuando tocamos “Madison Ave” en directo lo sentimos en nuestras propias carnes. Animo a todo el mundo a venir a algún concierto de la gira para que vean que no miento. Y si no quedan satisfechos... ¡les devolvemos el dinero!"

¿Cómo surgió esa portada loquísima con diferentes miembros con caretas?

"La idea de la portada fue como todas las de la grabación. Paco Loco y todos nosotros estábamos constantemente con nuevas ideas, nuevas locuras, nuevos arreglos, nuevas canciones... Y parecía que todo nos gustaba, que las musas estaban de nuestra parte. Nos hicimos la sesión con Jorge Ferrer, que estaba por allí documentando todo, y de inmediato supimos que ya teníamos artes para el disco".

En estos momentos os estáis recorriendo la península presentando el disco. ¿Cómo están resultando esos conciertos?

"No voy a mentir, la cosa está complicada. Poco a poco y paso a paso nos vamos llevando cada vez más alegrías y la gente responde y disfruta con nosotros en todas las ciudades, pero las salas no siempre se llenan y las condiciones son muy justas. Todos los días vemos noticias del dineral que se hace con la música en directo, que si la expresión “sold out” va a entrar en el diccionario... ¡Casi nada! Eso no es real. Se olvidan de todos los que no vamos a los Grammy a lucir un bonito traje. Y somos la mayoría. Cada concierto es un riesgo enorme y cuesta mucho avanzar. Pero bueno, en esas estamos. Como decía mi abuela: “sarna con gusto, no pica”. Además, de llorones ya está llena la industria musical. Seguiremos trabajando. Y haciendo canciones.

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