Entrevistas |Miguel Costas

«Julián Hernández y yo no vamos al cine juntos, pero tampoco hay ningún mal rollo»

Por: Alfredo Villaescusa

Foto: Yago Ray Costas.

Poca presentación necesita a estas alturas un veterano como Miguel Costas, con una brillante trayectoria ligada a Siniestro Total o Aerolíneas Federales, entre otros proyectos. Con semejante currículum era simplemente un acto de justicia su inclusión en la jornada del 11 de octubre del Iberia Festival en Benidorm junto a Tarque & La Asociación del Riff, Los Zigarros, Barón Rojo o Ciclón. Alfredo Villaescusa pilla por banda al autoproclamado “mejor cantante del mundo” y le pregunta por sus planes más inminentes, aparte de aquella polémica con Alaska, que consideraba a los creadores de “Miña Terra Galega” “paletos de pueblo, catetos y heterosexuales en el peor sentido de la palabra”.

¿Cómo te tomarás la cita del próximo 11 de octubre en el Iberia Festival de Benidorm?

“Es la segunda vez que vamos al Iberia Festival. La anterior ocasión hice repaso a las bandas en las que he estado, como Siniestro Total, Aerolíneas Federales o Los Feliz. Este año voy a hacer más cosas de Siniestro Total, aprovechando que ya no están en activo y que es lo que la gente al final siempre me pide. Las canciones en solitario o de Los Feliz no son tan conocidas y como es un festival de varios grupos y no un concierto entero… Intentaré hacer un concierto de hits, dentro de lo posible…” (risas).

Compartirás cartel con gente tan consagrada como Tarque o Los Zigarros. ¿Has coincidido con ellos previamente?

“Qué va, no he coincidido con casi ninguno de los que están ahí. Hace poco me llamaron de un festival de thrash metal, que era todo grupos en ese plan, y bueno, quedó muy bien. Veo que el Iberia Festival es así muy rockerillo, porque está Tarque, Burning también otro día… Nosotros nos acoplamos a todo, mientras sea un rollo de guitarra y de música en directo, porque ahora lo de la música en directo, sin hacer playback, se está poniendo complicado (risas). Haremos lo que se pueda”.

¿Siguen siendo necesarios festivales dedicados exclusivamente al talento patrio?

“La verdad es que sí. Este año veo que también van otros grupos menos conocidos. Debería apostarse más todavía por gente nueva, porque creo que los grupos ahora mismo lo tienen muy difícil, por no decir casi imposible. No vale nada la música hoy en día. Una discográfica lo primero que te pregunta es cuantos likes tienes en Instagram, no te piden una maqueta…

Y luego, lo que digo siempre, los espectáculos, shows, performances, o como quieras llamarlo, de música grabada, eso para mí no es un concierto. Hay que apostar por los grupos tocando sus instrumentos porque llegará en momento en el que eso deje de existir. Al paso que vamos, y con la inteligencia artificial, ya hasta la composición va a ser una cosa complicada.

Es un momento de desastre absoluto, sobre todo cuando veo eso de Karol G llenando cinco o diez Bernabeús, una persona con playback o música grabada, me parece una aberración. Por eso, un grupo que empieza ahora, o un solista, aunque de entre cien mil a uno le pueda sonar la flauta, lo tiene complicadísimo”.

Miguel Costas con su banda. De izquierda a derecha: Juan Naya, Colás Lage, Miguel Costas, Emiliano Zapata.

Hace unos meses, Fortu de Obús me decía que en este país se ha perdido el respeto a los músicos veteranos. ¿Lo compartes?

“No, no estoy de acuerdo. A mí la gente me trata bien, los que te tratan mal, son las discográficas. Ahora prefieren coger a un chaval, o a una chica joven, con buen tipo, guapito o guapita, hacer un producto, ponerlo ahí hasta que se agote y pasar a otra cosa, mariposa, antes que meter a cinco cafres en un estudio, grabar ahí, darles de comer y demás. Opciones de grabación yo tengo alguna, pero nunca de una multinacional. Las multinacionales están ahora por algo que les sea rentable, que no gaste nada, porque cada uno hace el disco en un ordenador en su casa, se lo llevan, y la mitad para mí, y la mitad para ti, yo te promociono, y tú me das la mitad de todo, contrato de famoso 360.

¿Qué pasa? Pues que las discográficas se están perdiendo las carreras musicales del personal, ya no se tienen en cuenta porque la gente oye la música rápidamente. En ese sentido, sí que se trata mal, pero la gente en los conciertos que me viene a ver siempre muy bien. Los grupos en los que estuve fueron importantes para una gran parte de la población, o de su juventud, pero no se trata solo de eso, porque no es una cosa revival.

De tanto ponerlos los padres en los coches o en las casas ahora viene mucha gente joven también. Lo han mamado desde pequeños. El otro día estuve tocando en Carrizo de la Ribera, en León, y la mayoría era gente joven. Eso te anima porque piensas: “¡No está perdido todo!”. Pero camino vamos…”.

Salió hace poco una versión peculiar de “Camino de la cama” de La Marmita. ¿Cómo surgió?

“Bueno, es que a mí me piden un montón de colaboraciones. Es más, ahora tengo varias pendientes, pero como me operaron de la pierna, estoy un poco renqueante y vago a la hora de meterme en el estudio. Hago colaboraciones con mucha gente, me llaman muchos grupos de Sudamérica, que quieren hacer versiones de las canciones, y bueno, yo colaboro en las que puedo, pero a veces no doy abasto.

Me llegan de grupos nuevos, veteranos… Ahora mismo, por ejemplo, me ha llegado una cosa de Un Pingüino en mi Ascensor, que hacen una versión de “No me beses en los labios” que no tenía ni idea... Intento colaborar sobre todo con gente joven, para ver si les vale de algo ese empujoncillo, pero ya te digo, está todo muy complicado”.

Llevas ya un tiempo sin sacar disco. ¿Estás trabajando en algo en estos momentos?

“Sí, bueno, a ver… El 20 de septiembre en Madrid (sala Nazca) me van a hacer un tributo en vida, no sé quién colabora, porque es sorpresa, pero de ahí saldrá un disco. Con lo que saque de ahí podría financiar otro, pero tengo muchísimas dudas. Lo hablaba esta mañana con mi mánager. Porque es que con el triple de Siniestro Total van a ser ya treinta y uno (risas). Y sacar otro disco para tenerlo en la estantería como que no me apetece. Preferiría sacar un single cada dos o tres meses o algo así. Creo que ya ni los videoclips valen para nada.

Si tienes dinero, vas para arriba, y si no tienes, pues te jodes, no hay otra. Hay que invertir mucho. El rollo artístico ya es lo de menos, es una compraventa. Siempre se habló del negocio de la música, pero llega ya a unos niveles en los que la creatividad se ha perdido o se ha dejado de lado totalmente”.

¿Ahora que Siniestro Total finalmente ha colgado los bártulos respiras más tranquilo?

“No, si se habrán enfadado muchas veces conmigo (risas). Yo tenía por contrato que no se podía hacer ninguna referencia a grupos en activo en los carteles, porque todos los carteles ponían lo de “ex-Siniestro Total”, y joder, ya me cansaba a mí, les cansaba a ellos… Es como Coque Malla es Los Ronaldos o Mikel Erentxun Duncan Dhu, pero yo aparte de Siniestro Total, he hecho como unos ocho discos en solitario, tengo lo de Aerolíneas Federales… Lo que no quería era que coincidieran los repertorios, pero como ya sabía más o menos lo que solían tocar ellos, intentaba que no coincidiera. Ahora tendré más manga ancha, aunque igual hice un poco el tonto, porque podría haber tocado lo que me diera la gana” (risas).

Te fuiste de Siniestro Total en 1994, pero regresaste recientemente para los conciertos de despedida. ¿Qué te llevó a ello?

“Pues me llevó que me llamaron para hacer una gira (risas). Yo dije que sí porque me apetecía y también porque me venía bien económicamente hacer una gira así por toda España. Nos convenía a todos por varios motivos, ¿no? Así que fui al local a probar, a ver si no nos matábamos el primer día… (risas), pero la cosa fue muy bien.

Luego ellos tuvieron una reunión interna, no sé lo que pasó allí porque yo ya no era parte del grupo, y decidieron que en vez de una gira solo un único concierto. Ahí ya no tenía nada que decir, porque no era mi banda, estaba allí de invitado. Me dio pena, y me sigue dando, ojalá algún día se pueda hacer, pero lo veo complicado, un concierto en Vigo. La gira en un principio iba a ser Madrid, Barcelona, Valencia, lo típico, pero lo de no hacer Vigo sí que me fastidió”.

Por Bilbao también hace tiempo que no tocas…

“Sí, hace un montón, y la última vez que tocamos en el Cotton Club encima nos robaron en la furgoneta, así que tengo que volver y resarcirme” (risas).

¿Qué sentiste en esos últimos conciertos en el WiZink Centre?

“A ver, tampoco fue nada muy especial. Moló porque eran conciertos en los que había mucha gente, vinieron muchos amigos y gente que hacía tiempo que no veía. Por un lado, estás contento porque te reúnes con viejos amigos, como por ejemplo, Alberto Torrado, el bajista, al que hacía siglos que no veía. La experiencia de tocar delante de tanta gente fue maravillosa, aunque me queda la pena de que no se pudiera hacer más, que no se pudiera hacer Vigo y tal… Pero bueno, el resultado es el que fue, y ya está. Yo ahí no tengo nada que decir. Como bien has mencionado antes, en 1994 dejé de pertenecer a la banda”.

No has dicho nada, pero ¿qué tal te llevas en la actualidad con Julián Hernández?

“Bueno, hay siempre una corriente de “julianistas” o “costistas” (risas). A Julián le vi cuando ensayamos, pero porque vive en la otra punta de donde vivo yo, no por otro motivo. En Vigo me lo encontré un día y nada más, porque tampoco tenía relación con él ni con ninguno de Siniestro Total, al margen de lo profesional entre músicos, claro. No vamos al cine juntos (risas), pero tampoco hay ningún mal rollo salido de madre ni nada de eso”.

¿Tienes noticias del documental “El balance de los daños” que se está preparando sobre Siniestro Total?

“No, cuando lo vea, ya te diré si me llevo bien o mal con ellos (risas). Como no sé lo que van a poner… Pueden poner cualquier cosa, miedo me da” (más risas).

Antes has mencionado lo del tributo que te van a hacer en vida en septiembre. ¿Ese tipo de homenajes mejor cuando uno esté todavía en este mundo?

“Está muy claro, luego cuando estés muerto, ¿qué más te da? (risas). Esto es una idea que tuvo esta gente, pero yo los tributos… Vamos a ver, está bien, me hace gracia, pero yo pienso seguir tocando mientras pueda. No sé si sabes que la jubilación de un músico, a no ser que seas Alejandro Sanz, está complicada...”.

Y las teloneras en ese evento serán The Gachises, que precisamente lo pedían en su temazo “Yo amo a Miguel Costas”…

“Eso me ha parecido una maravilla. Ya me pareció flipante y acojonante que me hicieran una canción así, y lo mejor de todo es que la canción es buenísima”.

Hace algunos días también se cumplieron 32 años del que consideras uno de los conciertos más celebrados de tu trayectoria, el de ‘Ante todo, mucha calma’ en la Expo 92 de Sevilla. ¿Qué sucedió aquella noche?

“Lo primero de todo es que la gente estaba desaforada, pero aparte de eso es que pusimos un termómetro en la prueba de sonido y en el escenario marcaba 50 grados (risas). Yo creo que por eso se lió tanto, porque tiraban agua y de todo. A nosotros, cuando empezamos a tocar, nos tiraban lapos, porque decían que estaba de moda en Inglaterra o no sé qué. Terminabas de tocar y tenías la guitarra que era algo horroroso (risas).

Pero el balance fue un discazo en directo, que mucha gente lo tiene de cabecera, yo lo recuerdo como uno de los mejores conciertos de mi vida”.

¿Qué hay de aquellas palabras de Alaska en las que llamaba a Siniestro Total, “paletos de pueblo, catetos y heterosexuales en el peor sentido de la palabra”?

“Eso me lo mandó una chica de Madrid, pero claro, yo no sabía que era de hace veinte años, o si lo sabía, no me acordaba, así que respondí inmediatamente. Porque yo vivo en lo rural, pero lo rural del todo, mis vecinos son las vacas (risas). Si llego a saber que era tan antiguo, seguramente no habría puesto nada, pero me vino muy bien, porque me dio mucha promoción, así que a ver si dice más cosas” (risas).

¿Sigues considerándote “el mejor cantante del mundo”?

“Sí, claro. Esto es muy cachondo, porque estaba el otro día en una discoteca después de acabar el concierto y me dicen: “Pero tío, ¿cómo pones que eres el mejor cantante del mundo? El mejor es Frank Sinatra”. Y uno de al lado respondía: “Qué va, el mejor es Camilo Sesto”. Y dije yo: “¿Y Julio Iglesias qué?”. La gente no entiende que es una broma, una ironía, y nada más. Para mi madre desde luego soy el mejor cantante del mundo, eso te lo puedo asegurar”.

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Mucha suerte a el gran y veterano MIGUEL COSTAS para ese futor concierto alicantino junto a algunas de nuestras mejores bandas rockeras y heavys.

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