Entrevistas |Leslie Mandoki (Mandoki Soulmates)

«Nada une tanto como la música»

Por: Alfredo Villaescusa

Juntar en un mismo álbum a colosos de la talla de Bobby Kimball (Toto), Ian Anderson (Jethro Tull) o Jack Bruce (Cream), entre muchos otros, debería considerarse una proeza digna de los trabajos de Hércules. Eso es precisamente lo que ha hecho Leslie Mandoki en ‘Utopia For Realists: The Hungarian Pictures’, una obra imperecedera destinada a superar fronteras y otras artificiales divisiones creadas por el hombre. Alfredo Villaescusa no duda en abordar al polifacético artista responsable de una visión tan única.

¿Qué quieres decir con la expresión ‘Utopia For Realists’?

“Es una combinación entre ser un joven rebelde y ser un viejo rebelde. Creo que vivimos en una época plagada de desafíos, con la pandemia, el cambio climático, conflictos sociales o los problemas existentes en el seno de la Unión Europea. Abordar todo eso será una tarea muy complicada, por eso me animé a arrojar algo de sabiduría con unas composiciones que hablaban sobre una generación que luchó por la justicia y sobre la necesidad de salir de la zona de confort. Quería crear algo que estuviera por encima de egos y que apelara a unos valores comunes”.

¿Tenías por un tanto una visión de futuro?

“Sí, diría que este álbum es una especie de banda sonora para después de la pandemia, la luz al final del túnel”.

¿Era necesario un proyecto que incluyera tanto vídeo como audio?

“Perdona que no lo mencionara antes, tenemos por un lado un apartado visual con ‘Hungarian Pictures’ y otro estrictamente musical con el disco ‘Utopia For Realists’. Mi intención inicial era rendir homenaje al rock progresivo británico, con letras muy poéticas y canciones complejas, y al mismo tiempo realizar una fusión con el virtuosismo del jazz norteamericano de gente como Al Di Meola o Randy Brecker. No me quería olvidar tampoco de músicos más jóvenes como Richard Bona o Cory Henry, el caso era reunir a los mayores talentos sobre la tierra”.

Imagino que tendrías muchos contactos, porque no es habitual escuchar en un mismo trabajo tanto a Ian Anderson (Jehtro Tull) como a Bobby Kimball (Toto), por citar algunos de los muchos que colaboran…

“No resultó muy complicado, lo cierto es que muchos son amigos con los que llevo tocando años. Por ese motivo me sería complicado destacar a alguno sobre todos los demás, aunque me atrevería a decir que Ian Anderson es una especie de líder intelectual y musical para muchas bandas. Luego hay otros que fueron miembros fundadores como Greg Lake o Jon Lord, cada uno tiene o ha tenido una función particular, no sobra nadie”.

Esto más que un proyecto es una comuna de artistas, ¿verdad?

“En efecto, por eso los llamo “soulmates” (ndr: compañeros del alma), compartimos idénticos valores. Pensamos lo mismo sobre varios temas, como el arte, la forma de grabar o la vida en general, eso es muy importante para nosotros”.

¿Sería una suerte de manifiesto en contra de las fronteras?

“Sí, totalmente, pero no solo en contra de las fronteras físicas, sino también mentales, raciales, religiosas e incluso de género. Que cada cual viva a su manera en comunión con el resto de la sociedad y atendiendo a la diversidad. Estamos en contra de cualquier forma de odio, nada une tanto como la música”.

Creo que encontraste inspiración en los paradisíacos parajes de Bali…

“Sí, eso fue como un año y medio antes de la pandemia. Tocamos en Nueva York invitados por la organización de los Grammy y la prensa estadounidense quedó encantada al respecto, escribieron maravillosas reseñas, fue un gran éxito, pensé que habíamos llegado al punto más alto y que ya nada podría ser mejor que eso. Poco después me fui con mis tres hijos a Topanga, la zona hippie de Los Ángeles, ahí hablamos del papel de las diferentes generaciones a la hora de conseguir justicia social. Estuvimos de gira por China y ahí uno de mis hijos me dio una sorpresa al decirme que había alquilado una casa cerca de la playa en Bali. “Papá, tienes que componer el mejor álbum posible en honor a mi generación y a la tuya”, me dijo. Y eso fue lo que hice”.

¿La suite “Hungarian Pictures” es tu obra más ambiciosa?

“En efecto, pero no se trató de una idea solo mía, sino también de Greg Lake de Emerson, Lake & Palmer y de Jon Lord de Deep Purple. Todo se originó hace unos dieciocho años, Peter Frampton tocaba la guitarra con nosotros, Jack Bruce de Cream el bajo, Ian Anderson también estaba, al igual que Jon Lord, que se encargaba del Hammond, Bobby Kimball y Chris Thompson cantaban mientras que yo me ocupaba de la batería. En uno de los ensayos, Greg y Jon fueron donde mí y me preguntaron por el compositor húngaro Béla Bártok. Así fue cómo comenzó todo. Lamentablemente, Greg y Jon murieron de cáncer, así que me quedé solo con el álbum. Por suerte, amigos como Al Di Meola, Cory Henry o Ian Anderson me ayudaron a crear esta maravillosa obra musical basada en los trabajos de Béla Bártok”.

¿Hasta qué punto se implicaron Greg Lake y Jon Lord?

“Éramos muy amigos y ellos compartían su talento conmigo de muy diversas formas. Había muy buen ambiente de trabajo, estábamos muy concentrados en la tarea de trasladar las composiciones de Béla Bártok al rock”.

Escribiste “We Say Thank You” para héroes de la pandemia como los médicos o los trabajadores de supermercados, ¿era necesario un gesto hacia ellos?

“Por supuesto, llegó un momento en que su papel fue muy relevante para la sociedad. Nosotros no podíamos ir al estudio, pero había gente que no podía estar en sus casas”.

Y no dudasteis a la hora de montar un concierto virtual con el lema ‘Music Is The Greatest Unifier’…

“Queríamos demostrar que la pandemia no estaba acabando con nosotros, todavía podíamos llegar a la gente a través de internet. Éramos más fuertes que un virus, esa era la idea, y nada mejor que hacerlo bajo el mensaje de que la música es lo que más nos une a todos”.  

Los conciertos en vivo fueron uno de los sectores más castigados por la pandemia, ¿cómo ves la situación actual de las pequeñas salas?

“Todos echamos de menos a nuestro público, espero que este también nos eche de menos a nosotros, pero pienso que esta crisis podría transformarse en una oportunidad para demostrar que otro sistema alejado de la avaricia es posible, hacernos más humanos, en definitiva. Hemos comprobado cómo la familia y los amigos juegan un papel decisivo en nuestras vidas, sin importar las fronteras que haya de por medio”.

En 2020 teníais bastantes fechas confirmadas, pero desaparecieron por la coyuntura sanitaria, ¿cómo te sentiste entonces?

“Pues muy mal, teníamos muchas ganas de reencontrarnos con nuestro público, pero los eventos se cancelaban una y otra vez. Por eso ahora mismo estamos trabajando en reubicarlos en otoño del 2022, hay incluso conversaciones para tocar en España, un lugar al que todavía no hemos conseguido ir”.

Intuyo que vuestro recital en el Beacon Theatre de Nueva York fue bastante especial, incluso una figura como Elton John lo alabó…

“En efecto, fue uno de los conciertos más importantes de toda nuestra carrera. Se trató de una experiencia de dejarte sin aliento, pura magia, las críticas de la prensa fueron magníficas, creo que le gustó a todo el mundo, en esos momentos te das cuenta de que eres la persona más afortunada del planeta. Si Nueva York te ama, entonces tienes el mundo entero a tus pies. Elton John es una persona de buen corazón, me impresionó su reacción, me sentí muy halagado”.

¿Crees que a pesar de los cambios tecnológicos los artistas continúan teniendo cierta responsabilidad hacia la sociedad?

“Totalmente, es un gran privilegio que las personas te permitan entrar en su corazón y alma, eso implica una gran confianza que no deberíamos traicionar. Por eso durante la pandemia sentimos la necesidad de devolver todo el cariño recibido”.

¿Los grupos lo tendrán más complicado después de la pandemia?

“No sé, supongo que será una noticia tan buena que vuelvan los espectáculos sin restricciones que nadie se parará a pensar si las cosas irán a mejor o a peor. Aprenderemos a valorar realmente lo que tenemos, ya que se puede desvanecer en cualquier momento”.

Por último, ¿te apetecería trasladar algún mensaje a los seguidores?

“Oh sí, decir a la gente de España que poseen un país fantástico con mucha historia y grandes artistas como Paco de Lucía. ¡Qué guitarrista tan soberbio! Me encanta toda la cultura española, espero que podamos por fin ir allí en un futuro cercano. ¡Mantened viva la llama y cuidaros!”.

Alfredo Villaescusa
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