Blog: Juan Destroyer
Entrevistas |Leo Jiménez
«Aunque nunca volveré a ser el Leo que fui, vuelvo a ser muy parecido a lo que era»
Por: Juan Destroyer
El sábado 14 de septiembre Leo Jiménez llevará su gira “30 años tras el apocalipsis” hasta la sala La Riviera de Madrid (aún estás a tiempo de ir). Es al mismo tiempo cénit y ocaso del tour, momento más que propicio para que, vía Juan Destroyer, el cantante fuenlabreño haga recuento de la experiencia y nos adelante sus planes más inmediatos.
Dichosos los oídos, hacía tiempo ya que no hablábamos.
“Sí, tío, la verdad es que me hago rogar últimamente mucho. De tema entrevistas y demás, hice tantas, tantas, tantas en su momento, que me he apartado un poco de los medios desde hace tiempo. Ya no tienes mucho más que contar, hay que dejar que siga la historia para poder contar cosas nuevas”.
Son 30 años ya desde tu primera banda, Krysálida, pero en realidad tu carrera profesional comienza con Saratoga en 1999. ¿No hubo dilemas en si en realidad sería mejor salir con el estandarte del vigesimoquinto aniversario en vez del trigésimo?
“Realmente, como hicimos el 20º también y con un disco conmemorativo... Yo considero que cada 10 años es cuando tiene importancia, veo quien lo hace cada 5 también y a mí me parece que ya son demasiadas celebraciones. Hay que dejar que pase un poco de tiempo para que la gente también le vea sentido a la celebración en sí misma. Entonces, como ya hacía 10 años justo del ‘20 años tras el apocalipsis’, pues hemos pasado a“30 años tras el apocalipsis” y espero llegar a los 40”.
¿Cómo surgió la idea de enganchar a Zeta y a Patricia para los conciertos?
“Pues mira, tío, llevábamos muchísimos años queriendo hacer cosas juntos porque tenemos muy buena relación. Patricia y yo somos amigos de hace un montón de años, y su pareja, Mario, también es muy amigo mío. Y con Zeta, pues tengo una relación muy extensa, fue alumno mío hace ya un montón de tiempo. Yo fui quien le puso en contacto con Mägo de Oz. Tenemos una relación bastante cercana.
Siempre estábamos hablando de ver cuándo cantábamos juntos en directo o en grabación, y nunca se podía dar el caso porque siempre estábamos ambas partes muy liados. En cuanto salieron de Mägo de Oz se quedaron un poquito más libres. Y les dije: “Todo esto que estamos diciendo siempre de hacer cosas juntos, creo que el momento es ahora”. Encima dio la casualidad de que se cumplían mis 30 años. Les pareció una idea genial y encima también les ha dejado hueco para hacer la gira de Z Legacy en Latinoamérica”.
Has sido profesor de Zeta y de Tete Novoa (Saratoga), se podría decir que eres el creador de una escuela de cantar heavy metal para toda una generación en España.
“Bueno, quizás abrí un camino para mucha gente. Cuando yo estudiaba canto allá por el 97 o por ahí, no había muchas opciones de aprender canto moderno, un canto más cercano al rock. Todo era canto clásico, y aunque el clásico viene muy bien para iniciarte, llega un punto en el que difiere mucho de la colocación del heavy metal o del rock. Yo quise abrir ese camino y esa brecha para mucha gente que le pasaba como a mí, que quería aprender a cantar otros estilos un poquito más modernos. La verdad es que he dado clases a un montón de gente con nombre, me enorgullece mucho haber tenido contacto con ellos en sus inicios, me hace muy feliz, la verdad”.
"Cuando José salió de Mägo de Oz, fui el primero a cuya puerta llamaron"
Para el concierto de Madrid rizas el rizo contando con José Andrëa también. ¿Es fortuito que estés tendiendo varios puentes hacia la tierra de Oz?
“Pues sí, totalmente, pero con Mägo de Oz siempre he tenido mucha relación. Habré colaborado con ellos y sus diferentes cantantes como mínimo quince veces entre directos y discos. Durante muchísimo tiempo yo he sido como una pequeña parte de ellos también, de hecho, cuando José salió de Mägo, fui el primero a cuya puerta llamaron.
Siempre he estado muy relacionado con ellos y tengo muy buena relación con José. Ya en su momento cantamos juntos varias veces y me apetecía un montón porque es una leyenda. Se lo planteé, le encantó la idea y le coincidía que acababa su gira en Perú y llegaba a tiempo a La Riviera. Estoy disfrutando muchísimo de las colaboraciones”.
Ix Valieri, tu excompañero en 037 con el que no hace mucho que hiciste las paces, es ahora miembro de Mägo de Oz. ¿Qué te parece su incorporación?
“Me parece que, con el talento que tiene, vaya donde vaya lo va a hacer muy bien. Me parece genial, me alegro por él y desde aquí le mando un abrazote, claro que sí”.
En Barcelona tocasteis veintiséis canciones. Me imagino que el plan para Madrid será parecido, ¿no?
“¡Nos hemos pasado de vueltas! Ayer estuve haciendo el setlist para Madrid con un poquito el planteamiento de horario, todas las colaboraciones y demás, lo que es la escaleta y... ¡Madre mía, se nos va a un concierto de casi dos horas y media! El que venga va a tener material para disfrutar y para recordar viejos tiempos”.
¿Va a haber alguna variación con respecto al repertorio de Barcelona o va a ser básicamente lo mismo?
“Van a haber variaciones, no demasiadas, porque cuando preparas una gira tan extensa como esta, habiendo preparado veintisiete canciones, tampoco tienes mucho margen de cambio. Si añades muchas más, se te va el concierto a tres horas, y si quitas muchas, tampoco está bien, porque le estás ofreciendo a los de una comunidad autónoma temas que a otros no les ofreces.
Hemos variado un poquito, en este caso dos canciones, pero he quitado unas para añadir otras. La métrica va a ser la misma, nos vamos a dos horas y media con toda seguridad”.
¿Cuál es la formación de base del grupo para estos conciertos?
“Pues mira, estoy contento porque ya tengo a casi Stravaganzza entera en mi banda en solitario. He metido de bajista ya definitivamente a Patricio Babasasa, que es muy bien reconocido; a la batería sigue mi inseparable Carlos Expósito; a la guitarra tengo a Rufo, que es mi guitarrista desde hace 12 o 13 años, ya estaba en Supra incluso, aquella banda de metal extremo; a la otra guitarra tengo a Cristian Juárez desde hace dos años.
Echo muchísimo de menos a Antonio Pino –y también a Edu (Fernández, exbajista)- pero bueno, ahora en cambio tengo a una maravillosa persona que es Cristian, y también a Patricio. Esta es mi banda habitual, los Leos, como yo les llamo, y están conmigo a muerte en esto, por supuesto.
A mí me ofrecen muchas veces ir a Latinoamérica solo, que allí me ponen músicos ajenos a mí que se preparen las canciones y demás. Siempre digo que no, que yo sin mis músicos no voy a ningún lado. Son mi familia, yo, con los que te acabo de contar, voy hasta el fin del mundo”.
Leí en algunas crónicas que también has contado con una chica a la voz, pero no recuerdo quién era.
“Es Ángela Mesbailer de Saidín. Es muy buena amiga mía, una chica encantadora que tiene una voz alucinante. Aparte coincidimos en muchas cosas porque, como sabes, a mí el flamenco me gusta un montón, y al ser andaluza tiene esa raíz. Tenemos mucho nexo común también con los amigos de Medina Azahara. Saedín está subiendo mucho, les produje un disco también y están tocando con Mägo de Oz, con Saratoga, con Medina… están a tope.
Aparte de la producción y de tener buena amistad, también le doy clases a ella, aunque no le hace falta porque es una bestia parda. En varios conciertos se ha terciado que pueda cantar con nosotros porque coincidimos su banda con los Leos. La chica encantada y yo más encantado aún. La verdad es que es un placer cuando tienes buenos amigos y se tercian las cosas de una manera tan natural, no es forzado, todo funciona. Siempre que puedo hago este tipo de cositas”.
Ya que has sacado a relucir tu gusto por el flamenco, ¿qué te parece un fenómeno como el de Israel Fernández? Cuando parecía que ya no iban a haber nuevos cantaores que apunten a leyenda, sale este chaval, joven y con ese talento.
“Pues mira, tío, a mí todo lo que sea savia nueva en los estilos, especialmente en los más puristas, como pueden ser el heavy metal o el flamenco, me llena de esperanza. Porque parece que todo está inventado, que todo ya se ha acabado y que nada más están los grandes legendarios, la gente que tiene de 60 años para arriba.
De repente te llega un chaval como este y da esperanzas para que siga surgiendo gente y que, el flamenco, o en nuestro caso el heavy, no se pare nunca. Eso es la hostia, tío. Fíjate, yo entré en Saratoga con 19 años, en ese momento era como este Israel para el heavy, y después de mí ha venido una gran saga de cantantes, a cada cual mejor. Joder, eso es muy bonito, me encantaría que después de todos estos cantantes que vinieron detrás mía vengan otros cuantos más que en este instante tengan 17, 18 años, que haya una nueva oleada de heavy metal para el año 2050. Me encantaría”.
"¿Te piensas que Iron Maiden está ensayando como el típico grupo novel, todas las semanas y dos horas cada dos días?"
Volviendo al show, ¿cómo se ensaya un espectáculo con tantos invitados? ¿Cada uno se lo prepara en casa por su cuenta y el día del concierto quedáis un rato antes para hacer un chequeo general o requiere ensayarlo previamente para no jugársela?
“Nosotros nos la jugamos, pero los invitados son todos de calidad y van sobrados como músicos y como profesionales. Siempre lo explico mucho, esto que me acabas de preguntar me lo pregunta mucho la gente desde fuera, mis familiares y tal: “¿Cómo ensayáis los grupos profesionales?”. Yo contesto que no ensayamos y se quedan alucinados. “¿Tú te piensas que Iron Maiden está ensayando como el típico grupo novel, todas las semanas, dos horas cada dos días?”. Los grupos profesionales ensayamos la gira durante 15 días antes de hacerla, hacemos x ensayos y cuando todo funciona, a la carretera y ya hasta el final.
En el caso de las colaboraciones, pues hombre, a mí siempre me gustaría poder hacerlo con más tiempo, pero mira, Pablo García de WarCry vive bastante lejos de nosotros, no le puedo hacer al muchacho que se venga a ensayar, ni a nosotros nos es posible ir a ensayar hasta Asturias. Siempre tenemos que hacer una prueba de sonido larga, con una especie de ensayo previo al show, donde miras todos los detalles y lo cuadras bien. O sea, no vamos directamente a la aventura, trabajamos mucho en casa, como tú bien decías, pero sí es cierto que esperamos casi al último momento para matizar todos los flecos que puedan quedar”.
En el último año y medio has lanzado cuatro singles, pero solo estáis tocando “Cielo e infierno”, ¿por qué?
“Hombre, en una gira de aniversario tienes que tocar un poco para todos los públicos que te conocen desde antes, ¿no? Viene mucha gente que tiene ya 50 o 55 años y que me sigue desde 'Agotarás' o incluso desde antes, desde ‘Vientos de Guerra’. Si meto más temas de los nuevos le quito hueco a grandes canciones que tienen que estar en el repertorio sí o sí.
Ya para la siguiente gira, cuando no sea el aniversario, el año que viene, voy a meter unas cuantas más que tengo a puntito de sacar.
Te puedo adelantar que tenemos una balada nueva que va a calar hondo. Aparte, es una composición de mi guitarrista, de Cristian. Me apetece muchísimo hacer canciones que no sean composición mía, siempre lo digo: los puntos de vista diferentes dentro de una misma banda aportan grandes cosas, la unión hace la fuerza. A mí me gusta mucho componer, pero también me gusta mucho dejarle hueco a mis músicos. Es una balada 100% suya, yo simplemente la interpreto, él compuso música y letra, y va a dar muchísimo de qué hablar. Ya lo verás, va a ser de las que marcan una época”.
¿Saldrá para el mes que viene, por ejemplo?
“Ojalá, pero no. Saldrá o a finales de este año o ya para el año 2025. No nos va a dar tiempo antes porque en noviembre nos vamos a ir a Latinoamérica. Todavía no te puedo desvelar demasiadas fechas, pero mira, te adelanto una: vamos al MXMF de México, festival en el que tocamos con Satyricon y un montón de bandas superextremas. Me encanta, porque en ese concierto podré desarrollar a gusto todo el death metal que llevo conmigo. Por supuesto, también haremos cosas melódicas, pero en un concierto donde mis compañeros de cartel son todos death metal, black metal y tal, me podré quedar bien a gusto con la tralla”.
"El año que viene, la gira será de presentación del nuevo disco y de más cositas que tengo en mente"
¿Sigue abierta la contratación de la gira de 30º aniversario?
“No le veo sentido a que en 2025 siga con el aniversario de los 30 años. Yo soy una persona bastante seria con esas cosas y, si un aniversario se cumple en un año, cuando acaba el año esa gira tiene que terminar. El año que viene la gira será presentación del nuevo trabajo y demás cositas que tengo en mente que no te puedo desvelar todavía. Tengo muchas cosas todavía por mostrar, mucha bala en la recámara, y el año 2025 va a ser grande para los Leos”.
Pero me has desvelado que va a haber un disco el año que viene, ¿no?
“Seguramente, sí. El problema de los discos hoy en día es que el formato en sí ya no funciona bien. A mí me sigue encantando porque no le veo mucho sentido a esto de los singles todo el rato, porque al final como que no queda nunca aglomerado en un solo trabajo y se dispersa.
Los singles están muy bien, pero mira a los Falling in Reverse, esta banda que hace videoclips tan impresionantes. Después de tres o cuatro años de hacer singles y videoclips brutales por separado, ahora lo van a aglomerar por fin en un disco.
Antiguamente entrabas al estudio durante un mes, grababas las canciones y salían directamente en un disco. Ahora ya no funciona así, un disco, la mayoría de las veces, es juntar las canciones que has ido sacando por separado y unirlas en un álbum. En cierto modo es un poco lo que hacían nuestros ancestros, como los Beatles o los Rolling Stones, que hacían singles y luego los juntaban en un álbum”.
Me hablabas antes de tu amor por el metal extremo, pero al mismo tiempo siempre has sido un tipo de contrastes, huyendo de fundamentalismos, y has vuelto a jugar al límite versionando en directo a Rihanna (“S&M”) y Gala (“Freed from Desire”). Te conocí en 1999, cuando ibas pregonando cuánto te gustaba Mónica Naranjo. Veo que sigues yendo a tu bola en ese sentido.
“Me alegra que saques ese tema. Si intentas fingir que eres de otra manera, al final no te cree nadie. Está muy bonito decir que eres un truemetalero de la vida, pero es que a mí los “true” en todos los sentidos... A mí, por ejemplo, me parece ridícula, y lo digo abiertamente, la gente que está superaferrada a un equipo de fútbol, parece que solo te puede gustar uno. Mi hermano de sangre, Bryan, es un tipo al que le gusta muchísimo el fútbol, y tan pronto le ves con la camiseta de su equipo preferido, que es el Madrid, como le puedes ver con una del Barça, porque también le gusta cómo juega. Mucha gente dirá que es un vendido, pero a mí me la pela. Lo que quiere decirte es que a él le gusta el fútbol por encima de que tenga un equipo preferido.
Yo no entiendo que tengas que ser solo de una cosa, y en el mundo de la música me pasa parecido. El heavy metal es lo que más me gusta, qué duda cabe, me he dedicado a él y vivo de ello, toda mi vida gira alrededor suya; lo cual no quiere decir que no me pueda gustar The Prodigy, que no tiene nada que ver con el heavy metal, es música electrónica, pero me gusta mucho Prodigy. Si me hacen elegir entre Prodigy y Black Sabbath, me quedo con Black Sabbath, pero sin significar eso que no me guste muchísimo Prodigy.
Siempre he mostrado esa faceta mía, soy una persona abierta. Hay mucha gente del heavy metal a la que no le gusta, lo siento por ellos, pero no les voy a mentir, yo soy lo que soy y creo que eso es parte de mi autenticidad”.
¿Cómo te encuentras con la voz después de haber transcurrido ya un tiempo de la operación? ¿Estás mejor que antes o sigues teniendo que ser muy cauteloso con tu garganta?
“Ya llevo dos operaciones. La primera funcionó muy bien, pero los resultados duraron poco. No es que quedara mal la operación, pero siempre necesitas un retoque. La segunda operación ha quedado bastante mejor y también fue bastante más extrema, el postoperatorio fue más jodido. En la primera no me enteré, pero en la segunda me tiré jodido varios días y con dolores importantes; pero luego el resultado ha sido mucho mejor, me encuentro muy bien.
Cuando te digo que me encuentro muy bien, te estoy diciendo que Leo Jiménez no volverá a ser el Leo de ‘Agotarás’ nunca más. Es imposible que yo pueda alcanzar según qué tonos, porque tengo una lesión y es una lesión irreversible; pero también te digo que con la edad que tengo, 45 años, tampoco creo que en condiciones normales pudiera seguir siendo exactamente igual que el niño de 18 o 19 que entró en Saratoga.
A veces parece que los cantantes tenemos que ser eternos, ¿no? Hace poquito tenía una discusión con un tío sobre Rob Halford, él me decía “Es que ya no es lo mismo” y yo le repliqué “Pero cabrón, que tiene 73 años. ¿Qué te piensas? Igual que le salen canas y le cuesta agacharse por los huesos, la voz también envejece”. Cuando Joey Tempest volvió a juntar a Europe lo dijo de primeras: “Que nadie se espere que va a escuchar al Joey Tempest de ‘The Final Countdown’, porque eso ya no puede ser, soy mucho más mayor”.
En mi caso concreto es por dos razones. Primero, mi voz ha cambiado como hombre más maduro, ya tengo una edad. Y segundo, tengo una lesión importante e irreversible. Las operaciones no hacen milagros, y digamos que estoy a un 70%, estoy bastante cercano de lo que fui. No abuso tanto de los agudos, ya no soy Manowar veinticuatro horas al día, pero he ganado en otras cosas. He aprendido a cantar y a modular de una manera más elegante, con más gusto. Ya no voy al grito fácil que antes mi físico me permitía, ahora no abuso de él y voy más a otro tipo de giros y de recursos que la gente que sabe y que le gusta la música disfruta más”.
Desde mi ignorancia, sin haber visto aún este espectáculo, ¿te cubre un poco las espaldas Patri con los agudos o no necesariamente?
“Esa es muy buena pregunta, porque me encanta llevar cantantes que tengan tanto vozarrón como ella, porque vas cubierto. Lo que pasa es que luego me vengo arriba y todo lo que digo que no voy a hacer, lo hago. Llego y preparo en el ensayo la voz de abajo, pero luego improviso y en el concierto me pongo con la voz de arriba, a gritar como un cabrón, al final la cabra tira para el monte”.
Clínicamente, ¿cómo se llama tu lesión?
“Es una paresia en la cuerda vocal derecha. Una paresia es una especie de parálisis en el nervio que mueve la cuerda. Algunas franjas de mi voz están intactas, pero luego, a partir de ciertas notas, la cuerda derecha no se mueve, o al menos no se mueve como debería, al unísono con la izquierda, y eso provoca que no funcione bien. Hay ciertos tonos donde la calidad de voz es peor o incluso el aire sale sin que la cuerda vibre bien, teniendo que hacer todo el esfuerzo la cuerda izquierda, un sobreesfuerzo muy grande. No es doloroso, pero siento la imposibilidad de hacer ciertas cosas.
Voy a explicarlo de una manera que la gente lo va a entender bien. Creo que a todo el mundo que tenemos coche alguna vez se nos ha roto una marcha de la caja de cambios. Es como si primera y segunda fueran perfectas, pero la tercera patina porque tienes alguna cosa rota, y luego la cuarta y la quinta funcionan otra vez bien. Entre medias tengo algunas notas que me patinan porque mi cuerda vocal no funciona o funciona mal. Es muy incómodo, tengo que ir todo el rato lidiando con ciertos tonos por los que sé que si paso voy a tener problemas; o los esquivo o los afronto pero conllevando exceso de esfuerzo. Menos mal que soy un espartano y al final hago tanta fuerza que intento suplirlo y la mayoría de la gente no lo nota. Solo lo noto yo a nivel interno, que tengo que hacer un esfuerzo mayor del que hacía cuando estaba sano”.
Recuerdo que el tono del comunicado de cuando contaste que habían dado con lo que te ocurría y que te habían operado, fue de alivio. Llevabas mucho tiempo sabiendo que algo iba mal sin que nadie supiera diagnosticártelo…
“Eso fue lo peor, porque nadie te conoce mejor que tú mismo. Yo estaba seguro de que tenía algo porque, aparte de ser cantante, soy profesor de canto, tengo un control de la técnica vocal importante y sé muy bien cómo funciona el cuerpo, sobre todo la parte de la laringe. Estaba convencido de que algo no iba bien, de que algo no funcionaba como me funcionaba antes. Y lo malo de una paresia es que, físicamente, tú la miras con una cámara y la cuerda está intacta, no tiene ningún nódulo. Yo no he tenido nódulos en mi vida, la cuerda no está dañada exteriormente, lo que está dañado es el nervio que la mueve.
Los médicos, muy buenos todos ellos, me miraron mil veces pero no veían ninguna lesión externa, porque es una lesión interna, del nervio en sí mismo. Al final tuve la gran suerte de que tres doctoras dieron con ello. Dos lo localizaron y la tercera fue la que me lo curó o, más que curar, la que me lo trató con la operación.
Estoy feliz porque lo peor de todo era la frustración de que nadie diera con ello. Hubo un médico muy bueno que me quería mandar a un psiquiatra porque, como no veía físicamente nada, decía que era cosa mía. Me fui muy enfadado, sabiendo que se equivocaba. Y al final, meses después, estas otras doctoras dieron con ello. Se me saltaban las lágrimas de felicidad, porque no estaba loco, sabía que algo me pasaba y finalmente lo encontraron y lo están tratando. Aunque nunca volveré a ser el Leo que fui, vuelvo a ser muy parecido a lo que era y puedo volver a cantar como yo canto, con las pelotas que me caracterizan”.
Me imagino que, durante varios meses, los previos a la operación y tras la intervención, vivirías con mucha congoja, porque al fin y al cabo estaba en juego tu herramienta de trabajo, tu modo de vida.
“Pues fíjate que no, tío. Ya estaba tan harto y desesperado por que alguien lo encontrara que el resultado para mí era secundario. Yo ya había ganado la guerra sabiendo que no estaba loco. Lo peor de estos años ha sido a nivel psicológico, el saber que no estás bien, que el público lo empieza a notar y tú lo sabes, pero los médicos no dan con ello. Eso te vuelve loco. Hubo momentos muy malos en los que se me pasó por la cabeza tirar la toalla, porque eres humano, pero al final dices: “Una polla, no voy a dejar de hacer lo que más me gusta en el mundo porque estoy seguro 100% de que pasa algo en la cuerda vocal”; y es que hasta sabía que era en la cuerda derecha, porque lo noto físicamente. Cuando me dicen que lo han encontrado y que me van a operar, para mí ya eso era haber ganado la guerra, fuese cual fuese el resultado, yo ya estaba satisfecho.
Luego encima el resultado fue bueno, aunque no es para tirar cohetes porque, lamentablemente, mi dolencia no tiene cura. Igual mañana descubren algo que la cure, pero a día de hoy no existe. Simplemente es un tratamiento paliativo para acercarme lo máximo posible a lo que era antes.
Pero volviendo a tu pregunta, yo estaba contento, no tuve ni angustia. Estaba como loco porque me operaran, pero no por el resultado en sí, sino por la sensación de que se podía hacer algo. Cuando me senté en el quirófano, la doctora flipaba porque me decía: “No he visto a nadie con tantas ganas de operarse””.
Cuando le he preguntado a Pepe Herrero por Stravaganzza, ha echado la pelota en tu tejado. ¿Algo que contar ahí?
“Realmente no. En Stravaganzza tenemos dificultades de compatibilidad, Pepe está constantemente girando con Mónica Naranjo y haciendo producciones; yo por mi parte estoy con mi proyecto y no dispongo de mucho tiempo; y los demás también tienen cosas. Patricio y Carlos están hasta arriba. Carlos ha estado todo el año girando con Ramoncín, que no es moco de pavo. Es difícil compatibilizar agendas.
Por otro lado, a nivel estilístico hay una parte de la banda que tiramos más hacia el metal, y otra parte que tira más hacia lo sinfónico. No es incompatible, pero habría que llegar a un acuerdo. A mí me encanta la orquesta, los discos de Dimmu Borgir con la filarmónica me apasionan, pero lo que me gusta es Dimmu Borgir, la filarmónica para mí es una parte secundaria que hace que el grupo brille aún más. Lo que tampoco quiero es una orquesta predominando por encima del metal, porque para eso me pongo a Chaikovski. Yo siempre abogaré más por el heavy metal, la parte orquestal tiene que ser un añadido, no algo tan primordial”.
"En el escenario, el pelo largo me da mucho rollo"
Veo que te estás dejando el pelo largo de nuevo. ¿Qué te motivó a cortártelo? Puede parecer una pregunta frívola, pero en el mundo del heavy metal, como sabes, las melenas son un grado.
“Pues sí, lamentablemente es una pregunta que tienes que hacer, aunque tú y yo sabemos que es una pregunta frívola, pero no te queda más remedio que formularla.
Es increíble que la gente le dé tanta importancia a la estética. Recuerdo cuando Bruce Dickinson se cortó el pelo y el mundo puso el grito en el cielo. Mucha gente decía que ya no cantaba igual, lo cual es absurdo. A mí me han llegado a preguntar: “Ahora que has vuelto a dejarte crecer el pelo, ¿vuelves a ser el mismo?”. Pues no, porque, precisamente, cuando yo estaba peor era cuando tenía el pelo más largo, en ese momento aún no me habían operado, así que te puedo asegurar que en mis últimos tiempos con el pelo larguísimo yo estaba de voz hecho una mierda, cantaba peor que ahora que tengo el pelo más corto. Fíjate hasta qué punto es contradictorio con respecto a lo que ellos piensan.
Lo cierto es que me la trae un poco al pairo. Me he vuelto a dejar el pelo largo porque lo echaba de menos en el escenario. En mi vida normal, no. El pelo corto es comodísimo, todo aquel que haya tenido el pelo largo y luego se lo haya cortado sabe de lo que hablo. No es lo mismo tardar una hora en desenredarte las greñas que meterte en la bañera y salir rápidamente con el pelo peinado. Pero a mí en el escenario el pelo largo me da mucho rollo, me gusta mucho. También te digo que, si el año que viene me da el punto, me lo vuelvo a cortar, le guste a quien le guste y le pese a quien le pese. Mi estética es mía y yo voy a ser la bestia con el pelo corto, calvo, con pendientes o sin pendientes”.
Nombraste a Bruce Dickinson hablando del corte de pelo y mi mente se fue hasta Samson, de donde salté a su vez a “Jesucristo Superstar”, tanto por la referencia bíblica como porque hace unos días tuvimos en nuestra radio a Marta Sarabia, la propietaria de los derechos de la obra teatral en España. ¿Te gustaría volver a interpretar ese papel?
“Por mi parte, encantado. Ya no tengo 33 años como cuando lo hice la primera vez en Valencia, que coincidía con la edad de Cristo, pero hace poco me puse a estudiar la obra en casa por placer y me di cuenta de que aún puedo cantar el “Getsemaní” y hacer bien esos gritacos a mis 45. Así que, si Marta tira para adelante, yo voy con ella”.
¿Qué disco te metió de lleno en el rock, cuántos años tendrías y cuáles son tus recuerdos al respecto?
“Muy buena pregunta. Fue ‘The Final Countdown’, yo creo que como a mucha gente. Allá por el 86 yo tendría 6 o 7 añitos y me fascinó. Pero el que me metió de lleno, ya un poco más adelante, con 10 u 11 años, fue ‘The Number of the Beast’ de Iron Maiden. Llegó tarde a mi vida, pero llegó justo para influenciarme hasta el punto de volverme loco. Poco después me tatué “La bestia” en el estómago, para rememorar toda mi vida ese disco. Cada vez que oigo el “Children Of The Damned” se me ponen los pelos de punta, podría cortar cristal con los pezones. Cualquier canción de ‘The Number Of The Beast’ es maravillosa”.
¿Fue tu primer tatuaje el de “La bestia”?
“No, pero creo que fue el segundo. Primero me hice una mariconadilla, una calaverita chiquitita que a saber dónde andará porque ya me la he tapado varias veces”.
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1 comentario
Extensa entrevista hacia el gran LEO JIMÉNEZ conmemorando esos 30 añazos como el gran vocalista y musicazo que es y en que mejor lugar para celebrarlo que en La Riviera madrileña. Pedazos de temas y videoclips los cuales ha sido un puto placer disfrutarlos por mi parte.