Entrevistas |Jon Anderson

«Vivo para que la música toque tu alma, tu corazón y tu cerebro»

Por: Mariano Muniesa

Foto: Deborah Anderson

España fue de los pocos países que acogió este verano la gira europea del que fuera líder y fundador de Yes, Jon Anderson, acompañado de un nutrido grupo de alumnos de la Paul Green's Rock Academy, un proyecto educativo centrado en la enseñanza musical con el que Jon colabora activamente y en el que se ha involucrado personalmente de manera realmente apasionada. A su breve paso por Madrid, Mariano Muniesa tuvo la oportunidad de hablar con esta leyenda viva de la historia del rock, que sigue siendo todo un pozo de sabiduría musical.

Jon, antes que nada, bienvenido a España. Un placer hablar contigo.

“Gracias. Es genial estar aquí de nuevo, te lo digo de verdad”.

Obviamente, lo más importante en este momento es la gira que estáis haciendo por Europa. Estás tocando en Alemania, Hungría, República Checa y España y Reino Unido con un show muy especial sobre el aniversario de ‘Close To The Edge’, uno de los mejores discos de toda la historia de Yes. Obviamente, este momento supongo que es muy especial para ti. ¿Qué es lo que sientes cuando tocas ahora todas estas canciones de nuevo?

“Lo mejor es poder hacerlo con adolescentes, con gente joven que ni siquiera había nacido cuando se editó ‘Close To The Edge’. Y son simplemente maravillosos, jóvenes maravillosos, entusiastas y, por supuesto, muy buenos instrumentistas, en otro caso no haría esto. He estado haciéndolo durante veinte años y ahora cobra para mí una dimensión nueva, aunque no solamente estamos haciendo temas de ‘Close To The Edge’, también tocamos otros temas clásicos de Yes y de otras formaciones como Led Zeppelin, Queen o de artistas más contemporáneos, como por ejemplo… ¡oh! ¿Cómo se llama? Este chico negro de las gafas oscuras y las rastas… ¡Ah, perdona! Lenny Kravitz”.

Jon Anderson en Madrid con la PGRA. Foto: Fede DeMarko

Desde hace algunos años, estás tocando en directo y haciendo giras con los estudiantes de la Paul Green Rock Academy. ¿Cómo empezó tu relación con esta escuela y cómo surgió la oportunidad de organizar esta gira tan especial con este proyecto?

“Conocí a Paul hace veintidós años, cuando hice un show en Filadelfia y vino a verlo con quince alumnos de su escuela, que no me podía imaginar que eran estudiantes de música, con lo que le pregunté quiénes eran, porque todos llevaban camisetas de la escuela. Me explicó que dirigía una academia de música para chicos que querían aprender a tocar rock y me lanzó la pregunta: “¿Te gustaría venir a la Academia, conocer lo que hacemos y si te gusta el proyecto, trabajar con nosotros?” Le dije que sí, que me encantaría y, por supuesto, la experiencia fue maravillosa, sobre todo por lo que aprendí con ellos.

A esas edades, 14, 15 ó 16 años, el cerebro todavía es una esponja que puede absorber muchísimo y muy rápido, pero me sorprendió sobremanera descubrir que yo también podía aprender de gente tan joven cosas que no sospechaba. Tenemos un intercambio de ideas constante. Me encanta trabajar con ellos. Cada noche aprendo algo nuevo y ellos también se sienten encantados de acompañarme. Lo demás, ofrecí la idea de hacer una gira a mi agencia y ellos se han encargado de hacerla posible”.

Hiciste esta gira el año pasado en USA tocando también con los chicos de la escuela de Paul Green. ¿Notas muchas diferencias importantes entre la audiencia en América y Europa? ¿Crees que el público en América recibe tus canciones o recibe tu trabajo de forma diferente a como en Europa o se recibe exactamente igual?

“No, no existen apenas diferencias. La reacción es la misma. Afortunadamente, a la gente que viene a los shows les gusta lo que hacemos y salen encantados de la sala o el teatro en el que lo hacemos. Creo que a la gente que aprecia la buena música y disfruta de los clásicos del rock, sea donde sea, reacciona más o menos de la misma manera en cualquier lugar”.

Foto: Robin Gilbert

¿Cuándo acabes la gira tienes intención de llevar este mismo espectáculo a otros países?

“En principio está ya contratada una nueva gira por Estados Unidos después de este tour europeo y el año que viene volveremos a Europa, Australia y Japón. Es un tour que va a durar dos o tres años, porque es un gran espectáculo que merece la pena que sea lo más ampliamente conocido en todo el mundo”.

Tu último álbum en solitario, ‘1000 Hands Chapter One’, fue lanzado hace aproximadamente cuatro años. ¿Tienes alguna idea o intención de volver a grabar un nuevo disco?

“Sí, desde luego. Estoy grabando un disco en el cual llevo tres años trabajando, el álbum en solitario ahora en sonido envolvente. He estado trabajando en él durante tres años y se llama ‘Zamran, Son of Olias’, que tiene una cierta conexión con mi disco de 1976 ‘Olias of Sunhillow”. También estoy trabajando en un proyecto de vocalización de energía musical a gran escala. De una forma o de otra, nunca dejo de escribir, ensayar o grabar música”.

Hace aproximadamente cinco años, recuerdo muy, muy bien un show muy especial que hiciste con Yes en el Sweden Rock Festival con motivo del 50º aniversario de la creación de la banda. Inolvidable cuando estabas allí con Rick Wakeman y el resto de los miembros del grupo, para mí fue un concierto maravilloso. ¿Qué recuerdos tienes de esa experiencia?

“Creo que una ocasión así lo merecía. Lo mejor para mí, lo que más recuerdo, fue la reacción de la gente, cómo lo vivieron y cómo lo disfrutaron. Fue una experiencia muy hermosa. Valió la pena”.

Jon Anderson en Madrid con la PGRA. Foto: Fede DeMarko

Cuando se repasa tu biografía, resulta increíble la cantidad de músicos con los que has trabajado y lo grandes que han sido todos ellos: Rick Wakeman, Kitaro, Mike Olfield… ¿Con cuál te has sentido más a gusto o has trabajado mejor?

“Con Vangelis. Sin lugar a duda. Un genio, en lo humano y en lo musical. Era como trabajar con un mago. Teníamos una telepatía musical increíble y en el estudio funcionábamos como un solo cerebro. Me siento muy afortunado y agradecido por haber trabajado con todos los grandes talentos que has mencionado y otros muchos más, pero Vangelis siempre fue especial”.

El año pasado tuve la oportunidad de ver un show muy especial de Jethro Tull, aquí en Madrid, concebido como una especie de tributo a los años de oro del rock progresivo en los años 70. Ian Anderson dijo en muchas entrevistas y muchas conferencias de prensa que tal vez los cinco o seis primeros años de los 70 fueron los más grandes del género con Pink Floyd, con Génesis y otras muchas más bandas entre las cuales, por supuesto, mencionaba a Yes. ¿Estás de acuerdo?

“Sí, es verdad. Gran tipo Ian, lo conocí en esa época y siempre tuvimos buena relación. Es otro músico sensacional. Creo que en esos años creamos, cada uno en su estilo, música que ha quedado como un legado que es historia viva de la cultura. La prueba la tienes en cómo estos chicos tan jóvenes que tocan conmigo vibran con esas canciones y cómo el público las disfruta.

Quienes hacíamos rock progresivo, o lo que la prensa llamaba rock sinfónico, hicimos música muy buena, pero también quienes hacían hard rock, sobre todo Led Zeppelin. ¿Sabes que soy muy amigo de Robert Plant? Mucho antes de que él formara el grupo con Jimmy Page y yo empezara con Yes tocamos juntos en algunas bandas en Newcastle, allá por 1966.

Me acuerdo de una anécdota muy divertida: cada uno seguimos por caminos diferentes y nos volvimos a encontrar por casualidad en Londres a finales de 1968. Le pregunté: “¿Con quién estás tocando ahora”, y me dijo: “Oh, tengo una banda buenísima, nos llamamos Led Zeppelin. ¿Y tú?” Y le dije: “Yes”. Me contestó: “Ah, bien, pero ¿cómo se llaman?” Y le volví a repetir: “Yes!”, a lo que me contestó: “Sí… ¿qué? ¿Es que no quieres decirme el nombre de tu grupo?” Tardó mucho en entender que el grupo se llamaba Yes, me reí mucho con él a cuenta de lo que parecía una broma pesada”.

Jon Anderson en Madrid con la PGRA. Foto: Fede DeMarko

Tienes cerca de ochenta años y sigues trabajando. Todavía estás haciendo giras y álbumes en solitario. ¿Qué le queda a Jon Anderson por hacer en la música? ¿Hay algún sueño especial, algún objetivo que aún no hayas materializado?

“Lo único que siempre persigo es poder seguir haciendo música. Me siento tocado por la fortuna por haber podido dedicar mi vida a la música y tener todavía energía y ganas de involucrarme en nuevos proyectos. Como te decía antes, estoy investigando nuevas sonoridades vocales tratando de trabajar la voz, los ecos, las tonalidades aprovechando la reverberación orgánica natural de las cúpulas. El sonido envolvente produce muchos tipos de energía diferentes, se trata de que la música toque tu alma, tu corazón y tu cerebro. Esa es la razón por la que hago música”.

Jon, antes de empezar esta entrevista, tu manager me advirtió que no te preguntase nada sobre los Yes actuales o sobre el nuevo disco que han editado porque no querías hablar de esos temas. ¿Hay tan mal ambiente entre vosotros?

“No, realmente no. Simplemente ellos siguen su camino, persiguen su sueño, como cada uno de nosotros. Yo persigo mi propio sueño, tengo otros proyectos, otras ilusiones y tampoco me gustaría que si digo cualquier cosa sobre ellos se manipulase o se malinterpretase. Les deseo buena suerte”.

OK, Bienvenido a España de nuevo, mi enhorabuena por este proyecto tan estimulante. Y bueno, gracias por tu tiempo y por esta entrevista, Jon.

“Gracias a ti, cuídate”.

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