Hace unos días tuvimos ocasión de charlar en persona con Johannes Eckerström, cantante de Avatar. El carismático frontman estuvo de promo en Madrid presentando el que es el décimo trabajo del grupo sueco, ‘Don’t Go in the Forest’, que sale hoy viernes 31 de octubre (vía Black Waltz / Thirty Tigers). De manera muy afable, cercana e interesante, David Esquitino y Johannes departieron durante largo rato del disco, la actualidad de la banda, su próxima gira (que pasará por España a finales de febrero, con entradas ya a la venta) y, por supuesto, de rock, heavy y metal tanto clásico como actual.
Hola Johannes, un placer charlar en persona por fin, que la vez anterior fue por videollamada, que siempre es interesante vernos, aunque sea en la distancia, pero sin duda mejor así.
"Claro, mejor que podamos hablar e interactuar en persona. Por Zoom está bien, pero no es lo mismo".
Me gusta el título del nuevo álbum, ‘Don’t Go in the Forest’, y me gusta el espíritu del mismo. Es curioso que mucha gente aún os considere “una banda nueva”, cuando lleváis 20 años y es vuestro décimo disco ya. Obviamente no sois nuevos ya, pero cada vez estáis funcionando mejor.
"Sí, pero de todos modos somos bastante buenos en sentirnos como una banda nueva, porque se trata de eso, ¿sabes lo que quiero decir? Fue a partir de ‘Black Waltz’ (2012) cuando de verdad empezamos a recibir atención y a crecer. Pero en aquel momento pensamos que ese iba a ser nuestro último álbum, porque las cosas no habían salido como las habíamos soñado.
Es curioso porque me retrotraigo a cuando tenía 24 años y ya me sentía viejo. Tuve una especie de crisis vital a esa edad, porque era cuando mis amigos que habían ido a la universidad estaban graduándose, empezaban con un trabajo real y se compraban un coche. Y se veía genial con respecto a todas las cosas que nosotros habíamos sacrificado. Ahora vemos el resultado de ese sacrificio, pero entonces estábamos en una especie de depresión creativa.
Fue un momento raro y recuerdo que, sobre todo, John (Alfredsson, batería) y yo estábamos especialmente rallados, porque habíamos estado trabajando en una canción todo el día y no habíamos sacado nada bueno, y todo apestaba. Fuimos a por una cerveza y nos sentamos a hablar de la vida, tipo: “Si no hubiéramos hecho la banda, ¿qué harías con tu vida?”. Y yo pensé que quizás debiera volver a estudiar, ya sabes, saqué ese pensamiento que tenía dentro.
Así que, de alguna manera, dejamos la banda durante 15 minutos, nos sentamos tranquilamente y seguimos charlando. De repente, no recuerdo quién fue de los dos, empezó con un riff que luego sería “Dying to See You Dead”, que acabó siendo un bonus track del disco. Pensamos que sería una pena dejarlo ahí y no terminar al menos esa canción, y fue como inmediato que los dos nos levantamos y dijimos: “¡Volvemos!”. Y tuvimos como una fiesta de reunión tras esos 15 minutos en los que Avatar se separó, jaja".
¡Qué buena historia!, que sin aquello no estaríais aquí ahora...
"Supongo que necesitábamos ese momento de limpiar la mente y resetear de alguna manera. Y aunque fuera casi nada, necesitamos romper y parar para luego seguir adelante con todo lo que teníamos dentro. Desde entonces siempre pensamos que puede ser el último disco, y al final vamos con todo a por ello".
Es un buen punto de vista y manera de verlo. Y ya después de 10 discos lo estáis haciendo muy bien y la gente está con vosotros.
"Funcionó entonces, y aún funciona, porque aún seguimos aquí. Por eso no pienso que este es nuestro décimo disco, sino el álbum en el que estamos trabajando ahora".
‘Don’t Go in the Forest’ sin duda es un gran trabajo. Yo soy de vieja escuela y me encanta cuando las bandas veteranas hacen cosas nuevas de calidad, al igual que me encanta que los nombres actuales como Avatar saquen un nuevo disco que escucho del principio al final con una sonrisa.
"¡Muchas gracias!"
¿Cómo te sientes en el sentido de estar creando nueva música genial?
"Por supuesto nos hace sentir bien, pero a la vez mi cabeza me lleva a pensar lo que mencionas de las raíces o nuestros gustos old school. Supongo que somos millenials y, en los últimos 90 y primeros 2000, fue genial vivir de primera mano el gran revival de nuestra música, con la reunión de Black Sabbath o la vuelta de Dickinson y Halford. Y esto tuvo un gran impacto en que un chico de 14 años, como era yo entonces, se sumergiera en el viejo material.
En esos años podías tirar por dos direcciones: por un lado, estaban las nuevas tendencias y el nuevo metal, y por otro la vuelta del heavy metal clásico. Y, a día de hoy, pienso que System of a Down son geniales también, pero entonces yo me centré en el heavy clásico e incluso en el metal extremo y cañero de antaño, que lo escuchaba mucho también".
Cosas como At The Gates y similares, supongo.
"Exacto, que en ese momento estaba muy metido en eso, en Carcass y un montón de cosas parecidas. También era muy importante para nosotros componer canciones nuestras que nadie hubiera escuchado antes, pero a la vez teníamos muchas ideas a la antigua usanza y nos fijábamos en lo que hacían los clásicos para componer una buena canción. Ahora también, así que realmente intentamos hacer algo nuevo, pero con inspiración e ideales totalmente de vieja escuela".
Vamos a hablar del título, que no tengo claro si este es un disco conceptual. Quiero decir, ¿hay en las canciones una idea o concepto general sobre no adentrarse en el bosque, por decirlo así, o no necesariamente?
"No es un disco conceptual, al menos no en el sentido clásico, y de hecho es casi lo contrario en cierto modo. En otros discos sí que hemos tenido una idea inicial que luego hemos desarrollado en el álbum, como en ‘Avatar Country’ (2018) o en ‘Dance Devil Dance’ (2023). Pero otros trabajos han tenido un tratamiento y desarrollo más libre, en plan: "vamos a ver lo que ocurre según lo estamos haciendo".
Al final es parte del conjunto de cómo haces un disco, y más en la actualidad, con el tema del streaming de singles, vídeos y demás, que la manera de consumir música hoy es diferente.
Pero el proceso de composición, no importa cómo lo acabe escuchando la gente, o si gusta más o menos, se hace en un momento concreto de tu vida, y las ideas con las que comienza se van influenciando unas a otras. Y, claro, siempre hay un cierto hilo conductor, y más cuando el título se convierte, de alguna manera, en un resumen sintetizado del aspecto psicológico del álbum completo.
En este caso, es obvio que hay un lugar de referencia como es el bosque, que es muy intuitivo. Es decir, es un lugar donde te puedes perder, pero también que puedes explorar. Y, por supuesto, puede ser un lugar prohibido, que es algo recurrente en el metal.
En este caso, es obvio que hay un lugar de referencia como es el bosque, que es muy intuitivo. Es decir, es un lugar donde te puedes perder, pero también que puedes explorar. Y, por supuesto, puede ser un lugar prohibido, que es algo recurrente en el metal".
Es muy interesante, porque escuchando el disco pensé algo así, que ‘Don’t Go in the Forest’ me transmite una sensación de película de terror o de serie de intriga y suspense. “Twin Peaks”, de David Lynch, es un buen ejemplo, que esto es un viaje como si cada canción fuera un capítulo de la serie o una parte de una película.
"¡Nos encanta David Lynch! Su material y filmografía tienen siempre ese punto de los sueños, la intuición y el explorar, que siempre aparece reflejado de alguna manera en su arte. Y el metal es un género genial para desarrollar esas cosas. Por un lado, está el lado de la fantasía, ya sabes, los dragones o el diablo montado en una motocicleta, pero luego hay unas fantásticas historias que se cuentan como lo hacía David Lynch. Es el mundo real, pero se sale de lo convencional.
También hay un autor japonés, Haruki Murakami, que ha escrito algunos de mis libros y textos favoritos. Uno de los más populares es “1Q84”, que empieza con una chica en un taxi, pero está atascado por el tráfico y se le acaba el tiempo. Le paga, sale y está en un puente grande, pero debajo el mundo ha cambiado. O, por la noche, ve que hay dos lunas en el cielo, una normal y otra verdosa a su lado.
Bueno, me gusta crear un mundo que forma parte de ese lugar onírico de la dimensión desconocida, pero que no lo es del todo. Conceptual y estéticamente nos gusta mucho esa idea, que es un lugar estupendo para que surjan canciones, ideas, vídeos musicales y demás".
Hablando de canciones en particular, aunque no podemos hablar de todas, vamos a mencionar algunas. Una de mis favoritas es la que da título, que para mí suena bastante clásica y directa. Me gusta ese punto que nombrabas antes de la inspiración clásica para algunas partes del disco.
"Es que siempre escucho mucho Judas Priest cuando hago música…"
¡Buen gusto!
"Jaja, igualmente. Es que Rob Halford es realmente una gran influencia para mí, aunque con el tipo de cantante que soy no lo parezca. Pero lo que me impacta es la dinámica que tiene cantando".
Para mí es el mejor transmitiendo emociones, expresando sensaciones, con la parte expresiva quiero decir.
"¡Sí! Es que puede mantener la máxima intensidad incluso cuando canta muy abajo. El ejemplo más sencillo es el verso principal de “Breaking the Law”, donde él canta como estamos hablando ahora, pero ahí hay un viaje dinámico y una manera concreta de contar una historia así".
Ahora que lo dices, lo puedo ver en ‘Don’t Go in the Forest’, sí.
"Es algo en lo que me fijo mucho cuando compongo y pienso mucho en ello, como en el caso de Ozzy Osbourne. Aunque ahora sea tópico decirlo, siempre he pensado que es un cantante infravalorado y es otro de los mejores expresando emociones. Es que gritar más no significa nada si no sabes manejar la intensidad.
Es decir, también soy feliz haciendo gruñidos en el disco, porque sale un poco mi yo de “quiero estar en una banda de death metal”, jaja, pero al bajar un poco la intensidad la historia gana más espacio, más enfoque. También, si empiezas aquí abajo, luego puedes subir allá arriba, y eso sí significa “más”, por supuesto".
Estoy totalmente de acuerdo, que además yo también soy un gran fan de Ozzy. Ya sea cantando “Bark at the Moon” o “Diary of a Madman”, te lo crees completamente y la sensación es igual de alucinante.
"Sí, es creíble, pero es que además es realmente bueno cantando. Algunos piensan que solo era un tonto, que sí, que es divertido, pero que estaba loco. Y no, es un gran cantante, desde el principio hasta el final. Y luego, el rango que tiene es impresionante, porque además tiene esa voz de pecho tan potente y un registro bastante agudo y limpio, con esa forma tan natural de sonar en ese rango y todo eso. Sin duda, está infravalorado".
Es curioso, ahora que hablamos de Ozzy, porque creo que “Magic Lantern” tiene mucho de él, aunque sea de sus años más modernos.
"Un poco. Es divertido, porque yo no me considero un compositor en Avatar, sino más bien un “comenzador de canciones”. A veces empiezo y termino una canción casi completa, pero en la mayoría de los casos hago solo la mitad o menos. La propia “Don’t Go in the Forest” es un buen ejemplo, que viene de unas pocas ideas de Jonas (Jarlsby, guitarrista), sobre todo el riff principal; el coro es de Tim (Öhrström, guitarrista), y yo reescribí el principio. Y fue algo parecido con “Magic Lantern”.
Yo suelo hacer todas las voces, pero a veces tengo ayuda, claro, como Henrik (Sandelin, bajista) para “Colossus” (canturrea la melodía y la frase "Ask me for the name, my friends”). Pero en esta, la mayoría de las voces son de Tim, lo cual me dio bastante paz y un cambio muy chulo. Yo empecé con el estribillo, como la parte sentimental y elegante, pero luego hay una melodía sintetizada que la robé como melodía vocal, y después Tim apareció con un ritmo sincopado y a contratiempo. Así que no se trata solo de cómo sueno, sino también de todo el fraseo rítmico, porque en realidad es una canción muy inspirada en Ozzy Osbourne".
Pasamos a hablar de “In the Airwaves”, que ya la estrenasteis de hecho en el concierto con Iron Maiden en Madrid, y creo que ahí tenéis un hit total. No sé si Avatar es una banda de hit singles, pero sin duda ese tema lo es, al menos en el sentido de una canción que todo el mundo conocerá y será especial en el futuro, me refiero.
"Lo veremos con el paso del tiempo, pero nos sentimos bien con esto. Lo que sí tiene ya es el punto de ser la canción más rápida que hemos hecho en años. Es que tiene ese rollo de las versiones de death metal que hacíamos en el pasado; incluso hicimos alguna de power metal acelerado, como el “Push” de Helloween. Supongo que es el tipo de música que aprendimos a tocar en los dos primeros discos, cuando éramos muy jóvenes y estábamos en tratar de ser los más técnicos, pero también los más rápidos.
Entonces, de alguna manera, empezamos a ser una mejor banda, a tocar mejor juntos y ser simplemente mejores músicos, con más ensayos. Eso significó que nos permitió disfrutar de verdad y hacer canciones como “Torn Apart”. Era importante para nosotros saber ralentizar y enfocarnos en el ritmo, pero John (Alfredsson, batería) de repente dijo que también podía ser consistente con el doble bombo y tocar rápido de nuevo. Y, en ese punto, el chico y yo cobramos vida en esta canción, jaja".
Me llama la atención que, de repente, “Howling at the Waves” y “Death and Gone and Back Again” son más lentas y aparecen juntas, que no creo que sea casualidad. Es como la parte calmada del disco, pero no creo que sean baladas, sino algún tipo de canciones lentas y con una intensidad diferente.
"Supongo que “Howling” es una de esas canciones que representan un viaje, una especie de viaje elemental si la comparamos con lo que fue “Dance Devil Dance”. No habríamos incluido “Dead and Gone and Back Again” en ese álbum, así que esta es muy actual. Uno de los puntos clave de todo lo que dije sobre la dinámica, la voz, la letra y demás, es que hice estas pequeñas pausas para mí mismo.
Al principio, pretendo ser Leonard Cohen y luego pretendo ser George Michael, porque los acordes me recordaron un poco a “Careless Whisper” (risas), y luego volvemos al silencio en el estribillo, ¿verdad? Así que es todo un viaje, y fue agradable, después de todo este enfoque del pasado, hacer ahora una canción que fuera más un viaje, una travesía, con partes de metal realmente rápidas también".
Cuéntame algo más de “Howling at the Waves”, posiblemente el tema más diferente del álbum.
"Esta también es una buena canción compuesta en conjunto. Tenía el inicio de piano, esa cosita que tenía desde hace tiempo, y estuve trabajando en ella. A veces se me ocurren cosas al piano, las grabo y casi nunca las uso; pienso que podrían ser para Avatar, pero es solo por diversión.
En las giras de los últimos años he estado tocando “Tower” en directo, porque la versión del álbum es muy difícil de tocar en vivo, así que siempre hacíamos diferentes versiones: acústicas, minimalistas, etc. Para los conciertos en streaming que hicimos durante la pandemia, se me ocurrió un arreglo para piano, y luego lo tocamos de forma más formal cuando empezamos las giras. Esto significa que, en las pruebas de sonido, siempre probamos primero el piano para que no estorbe".
"Una vez, cuando estaba terminando la canción, John estaba junto a su batería y empezó a tocar “Tower” por diversión, y tuve un momento de esos de "¡Joder, soy Elton John!, ¿sabes que estoy en la banda? ¡Esto es genial!", jaja. Tenía esas ideas por ahí, pero pensé que también podría usar batería, que no todo lo que lleva piano tiene que ser tan minimalista. Así que eso me impulsó en esa dirección, tipo The Cure, quizás, y estuvimos trabajando en ello
Así que John hizo algo parecido con la batería y fue como si todo empezara a encajar. Tocó algo que, rítmicamente, te diera toda esa información para que la canción tuviera cierto impulso, pero a la vez mantuviera la delicadeza. Hay canciones que te hacen sentir como si estuvieras conduciendo rápido, otras que te hacen sentir como si estuvieras levantando algo pesado o volando. Me gustan mucho las canciones que te dan la sensación de volar, como “Aces High”, y esta es una de esas en las que empiezas a flotar, ¿sabes?"
Sí, pero es muy diferente de “Aces High”, jaja.
"Ya, ya, pero se creó a partir de ahí... Quiero decir que es una de esas canciones intuitivas de las que hablé, basada en un sueño que tuve justo antes de casarme. Había mucho estrés y muchas cosas pasando, y yo estaba sacando a mi esposa de las olas, literalmente. Pero es un sueño raro, así que es como si estuviéramos en el agua... Estamos en una playa, el agua está subiendo, las olas nos arrastran hacia abajo y tenemos que trepar para ponernos a salvo, pero en el sueño era todo arena vertical, y estábamos tratando de agarrarnos a trozos de hierba que están a punto de soltarse, y acabamos arrastrándonos, y ella está a punto de rendirse, pero no la dejo hacerlo.
Luego el sueño continúa y, bla, bla, bla... Pero bueno, esa visión onírica prepara el terreno para la letra, y tal vez por fin me estoy volviendo lo suficientemente hombre como para sentirme cómodo haciendo lo que es una canción de amor bastante pura. Porque las relaciones han influido en las canciones en el pasado, y en cierto modo “Paint Me Red” es eso, o “A Secret Door”. Pero esta es distinta y tiene otro punto de vista".
Vamos a hablar de la gira en el final de la entrevista: tres fechas a final de febrero en las que seguro que irá genial. Aún queda, pero en realidad siempre habéis funcionado muy bien en España, desde el principio de hecho. Ya fuera teloneando a quien fuera, en festivales o tocando en solitario las primeras veces. Y ahora sois algo parecido a una banda grande…
"Bueno, estamos llegando a alguna parte, supongo... Pero bueno, hay algo que quiero destacar, y es que desde el principio nos fue bien en España. También quiero reconocer el mérito del público español por ir a conciertos, porque es un lugar muy acogedor para ser telonero. Creo que hay diferencias culturales en cuanto al grado de participación para crear un buen ambiente siempre. Esto también se aplica a las fiestas de cumpleaños aquí, por poner un ejemplo, donde todos participan. Es esa idea de: “Estamos aquí juntos disfrutando”.
Muchas bandas suecas han tocado en España y han dicho: “¡Estuvimos geniales!”. Y claro, probablemente estuvisteis muy bien, pero quizá ellos (el público) estuvieron geniales también y te ayudaron. Y aquí se recibe mucha ayuda, en vuestro país, digo. Pero bueno, el caso es asegurarte de que no vale con que la audiencia sea genial, porque tú tienes que estar al nivel también".
Esto puede suponer el problema de que la gente siempre querrá más, algo más grande cada vez, y tú tienes que ofrecerlo en cada nueva gira. Pero hay un límite, ¿no?
"Bueno, el caso es que siempre sea algo diferente. El propio setlist ya te marca una narrativa por sí mismo... Siempre recuerdo cuando se habla de la diferencia entre erotismo y pornografía. Nosotros podemos tener un escenario muy grande y que pasen muchas cosas, e incluso que el show crezca y crezca, y ver el show completo con las luces y todo. Y luego que pasen cosas, o que haya un doble kit de batería para jugar con ello y cosas así.
De nuevo nos vamos atrás, a Kiss o Iron Maiden, que puedes empezar con pirotecnia y arrancar con un tema rápido, y luego bajar intensidad e ir construyendo el show, y de repente subir, subir y subir. Al final hay varios enfoques diferentes y todos valen, que es un poco lo del erotismo que te decía: puedes ir construyendo el show a través de la sugestión e ir añadiendo cosas poco a poco. En realidad, tiene algo que ver con la propia intimidad en la vida, jaja, que hay que crear una conexión y un ambiente adecuado para que todo funcione.
Con la pornografía todo es, ya sabes, en tu cara, “boom, boom, bang, bang”, jaja. Que está bien también, que a veces nuestro show es un poco así en ese sentido, más directo, pero quizás esta gira combina ambas cosas. Nos gusta llamar la atención y hacer producciones que capten la atención, pero al final nos emociona a nosotros los primeros porque es lo que queremos hacer. De hecho, creo que es lo que mejor sabemos hacer, ya que es algo muy real".
Para terminar, es interesante retomar las impresiones de estar tocando con Iron Maiden o Metallica, pero ahora ya siendo vosotros una banda importante, en una segunda línea con respecto a ellos, ok, pero ya estáis en un lugar relevante del metal actual. ¿Qué se siente tocando con estas bandas, pero ya siendo “alguien”, por decirlo así?
"Está claro, pero en realidad, en esas tesituras, somos aún pequeños, y por eso nos sentimos aún más agradecidos. Al principio nos daba un poco igual si a la gente le importábamos o no en estos conciertos tan grandes, en el sentido de que nosotros íbamos a hacer lo nuestro lo mejor posible, pero es que ahora a la gente sí le importa y presta más atención. Y podemos trabajar sobre eso, porque es un privilegio poder vivir esto siendo, en este caso, solo cinco amigos haciendo locuras juntos y experimentando algo así.
Esa es la parte en la que realmente me centro, en lo que significa que estemos creciendo. Simplemente parece que puedo quedarme más tiempo en este mundillo haciendo esto, ya sabes. Y cada vez aprendes más sobre el respeto a la audiencia y lo que significa estar sobre el escenario, no solo disfrutando y ofreciendo lo tuyo, sino respetando mucho al de enfrente y tratando de conectar con él. No quiero subirme al escenario y que sea mecánico o frío, y que sea como ir al ballet. Y no me entiendas mal, que eso también está bien, pero la audiencia ahí es más pasiva y aquí tratamos de hacer un gran espectáculo de rock n’ roll.
Quiero decir que esto es interactivo, y hay que potenciar la empatía y tratar de entender lo que la música significa para la gente, al igual que significa para nosotros, para hacerlo lo mejor posible y conectar en ese punto y que todo encaje. Cuando todo eso se alinea, es cuando se crea una conexión profunda".

Supongo que tanto el público como las propias bandas y su entorno os respetan más, y es genial.
"De cualquier manera, y aunque sea un sueño de la infancia tocar con Iron Maiden en grandes estadios, seguimos siendo la banda telonera y tenemos que presentarnos y abrirnos paso. Por ejemplo, recuerdo que este verano la última fecha de Avatar fue en el Alcatraz Festival, en Bélgica, delante de una gran masa de gente, pero entonces sí era nuestra gente, y se sabían las canciones.
En ese caso, venían a vernos a nosotros y no teníamos que explicar nada, y fue genial después de los conciertos en estadios con Maiden tener esa oportunidad de conectar con nuestra gente allí. Fue genial, pero bueno, ahí está, sin más. Ahora intento que las cosas importantes calen más hondo, si es que eso tiene sentido".
¡Terminamos! Cierra como quieras la entrevista, pero hablando para los fans españoles, sobre todo para la gente que os verá en unos meses.
"¡Gracias! Estoy muy agradecido de poder estar aquí y hacer esta entrevista en persona. Cuando nadie nos conocía y éramos la primera banda en tocar, vosotros estabais ahí para vernos, y eso nos dio una primera oportunidad que siempre agradeceremos".
Que no se pierda el legado y que juntos sigamos construyendo el camino. No puedes dejar el rock, y lo sabes… De lunes a jueves en MariskalRock Radio de 18:00 a 19:00, con repetición para los rezagados o nocturnos empedernidos a las 22:00. ¿Nos escuchamos juntos?
- Pilseners publican el explosivo EP "Del cel fins a l’infern" con nuevo videoclip grabado en el Palau Blaugrana, casa del FC Barcelona de Baloncesto - 20 noviembre 2025
- Muere Gary “Mani” Mounfield, bajista de The Stone Roses y Primal Sream, a los 63 años - 20 noviembre 2025
- Las Candelas – Zurbarán Rock Burgos abre las inscripciones para participar en el festival - 19 noviembre 2025


Un comentario
Extensa entrevista hacia el nuevo álbum de los suecos AVATAR y con muy buenos temas y currados videoclips pertenecientes a su nuevo álbum. Un honor tenerles en España el próximo 2026 en las tres mejores salas de estas tres ciudades españolas muy bien acompañaos por una banda que me encanta como son los neozelandeses ALIEN WEAPONRY.