El buen rollo

Blog: Palabra de Mariskal

10 junio, 2022 3:43 pm Publicado por  1 Comentario

Pepín y Mario

Cuando estamos enviando a la imprenta este número que ahora lees, los Stones están a pocos días de arrancar su nueva gira europea en nuestro país (en Madrid esta vez). Celebran sus 60 años, a lo que nosotros nos adelantamos en el pasado número de abril (440) con extenso reportaje del “estonólogo” Mariano Muniesa y espectacular portada incluida de Jagger del fotógrafo mexicano Fernando Aceves. Ahí hacíamos repicar una vez más las campanas de la buena nueva de que, a pesar de tanto mal rollo entre pandemia y guerra en Ucrania, la vida sigue imparable y el rockerío exultante porque los Rolling volvían (tristemente sin Charlie); y con ellos, todo el poderío de la banda más grande y pionera, que sentó las bases de lo que hoy es la gran maquinaria cultural y comercial del rock. Ver a los ingleses listos para subirse a los escenarios es el mejor “chute” de optimismo y esperanza de que las cosas se normalizan y de que el buen rollo no hay quien lo pare, como clamaba aquel grito generacional de mediados de los setenta donde rollo era sinónimo de libertad, con la dictadura franquista aún reinando.

Porque esta carta es una carta triste que evoca tiempos pasados y presentes por la muerte el pasado 14 de mayo del cantante y guitarra Pepín Trespalacios, acaecida en Miami, donde vivía y había relanzado junto con el también cantante y guitarra Mario López a los Indiana. El cuarteto estuvo en aquel y nunca mejor dicho mítico primer ‘Viva el Rollo’ (o la invasión de la cochambre, como un periódico del régimen título en tierras burgalesas), que se fraguó en los programas que hacíamos en la desaparecida Radio Centro (Musicolandia y Mariscal Romero Show) y en aquel primer templo de rock que fue la discoteca M&M en la calle Béjar madrileña. Incluyó a los entonces emergentes Burning, Volumen, Tilburi, Moon, Indiana y el que escribe “obligado” a cantar en primer plano por aquello del impacto radiofónico y mediático del momento. Los hermanos García Pelayo y Adrián Vogel convencieron al sello Movieplay para grabar y sacar el hoy cotizado álbum doble con el arte de Carlos Juan Casado y las fotos de Mario Pacheco, dos celebridades también tristemente fallecidas y grandes animadores de aquellos años.

Buscábamos salir de la oscuridad de un país reprimido, gris y marginado de los movimientos culturales y sociales que se venían con el mayo francés, Woodstock y la guerra de Vietnam entre otras grandes manifestaciones como estandartes, mirando sobre todo a ingleses y americanos, que rompían todo el establishment musical con Dylan y los Beatles, y claro, los “Piedras Rodantes” en primera línea, que siempre rindieron tributo a los pioneros que les influyeron, con mayoría negra, desde Chuck Berry a Muddy Waters.

Pero volvamos al suceso Indiana y al llorado Pepín y su “socio” Mario López (también su hermano Alejandro, emigrados de La Habana a Madrid con sus padres a finales de los sesenta, apoyó el reencuentro, sin descolgar su bajo tras cuarenta años), con una de esas historias que vindican la grandeza de la música y el veneno que persigue a los que alguna vez han grabado y subido a un escenario.

Tanto Pepín como Mario emigraron a tierras americanas a mediados de los setenta (se perdieron la gran explosión rockera que significó la llegada de la democracia, con el nacimiento de Chapa y otros sellos que apostaron por el cambio) para afincarse en la costa de Florida y triunfar el primero como empresario y el segundo como eminente cirujano, sin dejar de pensar en el legado que habían dejado y que retomarían en el 2017 con discos nuevos, reediciones de viejas maquetas y, sobre todo, un trabajo en el que estuvimos muy involucrados todos los que formamos parte de esta revista, radio y web: el directo ‘Alive in Madrid’, con portada de Pachucho, que culminó la vuelta a su ciudad y el reencuentro con todo lo que dejaron.

Réquiem por el cantante que nos deja y nos devolvió la fe de pensar que nunca es tarde. Lo rememoro con su eterna sonrisa, dueño del escenario con las partituras y apuntes revoloteando y algunas veces acompañándole en los coros, sudando y dejándose el alma en el escenario con los nuevos “indianas” Ramdel, Kenny y Jordan, y sobre todo recuerdo la complicidad con Mario, viniendo y yendo desde sus feudos en la costa americana como si fueran unos chavales que empezaban. Evocando a los Ramones… “Adiós, amigo!”. No te olvidaremos si alguna vez nos invade la desilusión y ganas de seguir peleando por nuestro pequeño o gran legado. El mejor homenaje es saber que tus hijos, junto con Mario, van a mantener vivo aquel juvenil proyecto.


Puedes encontrar este editorial en el número 442 de La Heavy, el que te está esperando con la portada protagonizada por Mille Petrozza de Kreator, a los que acompañan The Rolling Stones, Queen, Alice Cooper, Nova Twins, Black Sabbath o Mötley Crüe entre otros destacados contenidos. Corre a tu kiosco o visita nuestra tienda online para no perderte nada.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Estupendo resumen hacia los inicios del Rock y sus bandas y músicos pioneros. Sin olvidar por supuesto a unos históricos de nuestras movida rockera como son INDIANA a través de su vocalista que nos dejó hace unas semanas como fue el gran Pepín. Descanse en paz MAESTRO.

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